Partida Rol por web

Tras el altercado ,todo vuelve a la normalidad,aunque podéis ver que los habitantes de Phandalin están asustados,o por lo menos incómodos,ya que un grupo de maleantes deambulando por el pueblo no debe ser muy agradable.

Una vez os ponéis de acuerdo os dirigís hacia la armería Lionshield Coster y entráis...Al abrir la puerta observáis a una mujer,de mediana edad.

Buenos días!,os dice sonriente.No deberíais haber dejado escapar a esos rufianes...Desde que llegaron,todos lo habitantes están incómodos.Pero al parecer os temen,jejejej..!

En fin!, dice suspirando.Si necesitáis armas y armaduras,habéis llegado al lugar indicado.Pero...dice negado...estoy esperando un pedido desde hace un par de semanas,con lo que no tengo mucho que ofrecer...

- Buenos días señorita le respondió Ingeir con una brillante sonrisa. No se preocupe, tarde o temprano pagaran por sus tiranías. Sus mejillas y ojos brillaron levemente al oír que estaba pendiente de recibir un pedido, habían llegado al lugar indicado. - Pues hoy es su día de suerte señorita, mis compañeros y yo hemos conseguido armas durante  nuestra reciente incursión en una peligrosa guarida de Goblins que le podríamos vender para ampliar su arsenal y de paso conseguimos rescatar un cargamento de mercancía que imagino le alegrara ver. Quedó a la espera de ver su reacción mientras le mostraba el cargamento que llevaban en el carro. Espero que hayamos venido al lugar indicado para devolverla. añadió.

A Roderic no le gustaba dejar una amenaza pendiente sobre él pero se contuvo pues necesitaba reflexionar sobre el camino correcto que debía seguir. Era cierto, la próxima vez sería diferente, la confrontación sería diferente y si era verdad que eran delincuentes la justicia y el castigo por sus crímenes habría de alcanzarles.

Tras la explicación de Trake la duda sobre qué hacer le alcanzó. ¿Qué era mejor hacer antes, ir a rescatar a los enanos o liberar al pueblo de la opresión de aquellos rufianes?

Un pueblo libre y cooperativo podría enfrentarse a una nueva amenaza, uno temeroso y esclavizado, no, sin embargo cada minuto que pasaba reducía las posibilidades de rescate de los hermanos Rockseeker.

Ya tendrían tiempo de debatirlo entre todos, ahora, como decía Ingeir debían devolver la mercancía encontrada y con un poco de suerte quizá pudiera permitirse una nueva armadura.

- Buenos días - saludó cortés a la mujer, mientras su compañera se explayaba en las explicaciones sobre su presencia en la tienda.

Todos se habían enterado finalemnte de mi asunto con los de Redbrand y estaban dispuestos a ayudar. Además también tenían atemorizados a los habitantes del poblado, así que si decidiéramos ir a por ellos, tendríamos el apoyo de los lugareños.

Deberemos decidir qué solucionar primero. Los de Redbrand ya saben que estamos aquí y nos tienen cierto temor, pero no sabemos seguro cuantos son. Quizás podríamos ayudar primero a los enanos y puede que nos ayuden a liberar el pueblo. Seguramente el comercio se beneficiaría si no estuvieran y nos interesaría a todos librarnos de ellos.

Entré en la tienda detrás de los demás y ya había algunos observando el material intentando comprar algo útil para lo que tuviera que venir. Yo también miré por la tienda a ver si veía alguna espada de buena calidad, algo mejor que la mía.

- Muchas gracias señorita le dijo a la mujer. Nos vendrá muy bien este dinero para reforzarnos y acabar con los bandidos.

Esperó a que sus compañeros se abastecieran mientras ella miraba las armas expuestas y tarareaba una cancioncita.

Con gusto.Contesta amablemente a Ingeir.
Por cierto,antes de intentar asaltar el escondite de esos malditos Redbrand...Os dice un tanto seria...Os aconsejo ir a la granja de Alderleaf.Se encuentra al sureste del pueblo.
El hijo del propietario,un mediano con espíritu aventurero,halló un pasadizo secreto...

- Gracias por el aviso. le respondió Ingeir. Se giró hacia el resto de sus compañeros pensando. - Si estos bandidos además de ser una amenaza para rescatar a Gundrem son además una amenaza para el pueblo, lo mejor sería acabar con ellos lo antes posible, así hacemos tiempo mientras nos reunimos con Sildar.

Por cierto me llamo Linene Graywind...os dice la mujer antes de que os marchéis.No necesitáis armamento o algún tipo de protección...?,pregunta mostrandoos su mercadería

De a poco me iba acostumbrando al grupo, dejar a Ingeir hablar era lo adecuado para la situación. Su capacidad de relacionarse con las personas era sorprendente, y esto me causaba interés. Me era imposible no preguntarme por el pasado de ella... Tal vez siempre ha sido así, o bien, fue el propio destino quien la forjó de esta manera. De una manera u otra, me complacía escucharla relatar los hechos a Lady Graywind.

Como no buscaba nada en particular, comencé a mirar detalladamente los artículos de la tienda. Escuchaba cada palabra de la conversación, mientras escudriñaba en busca de algún objeto peculiar. De pronto interrumpo el diálogo, sólo para preguntar: Disculpe mi atrevimiento, pero desde hace cuánto que Phandalin debe lidiar con esos rufianes?

Conseguimos un buen precio por los objetos recuperados en la cueva de los goblins. Ingeir había asumido el rol de negociadora en el grupo y a mí ya me parecía bien.

Estábamos de acuerdo en ir a librarnos de la banda de Redbrand así que mejor adquirir algo en la tienda. Es bien seguro que nos harían un buen precio. Mirá el conjunto de espadas que tenía en la tienda a ver si veía algo que mejorar la mía. La verdad es que no sería difícil, ya que la mía era una espada normal.

- Ais que despiste el mio, si no nos hemos presentado, perdona nuestra falta de educación pero con tanto alboroto se nos ha pasado. Este apuesto caballero en busca de una armadura es Roderick, aquí a su lado tenemos al hombre sigiloso y lleno de intrigas Trake. Esta bella, apasionada y devota mujer es Evyth. Aquí mi ladito nuestra nueva incorporación este elfo deslumbra tanto por su belleza natural como por lo salvaje en el interior de sus ojos. Y finalmente yo soy Ingeir. Mucho gusto en conocerla. dijo tras presentar al grupo. - ¿Tendrías aparte de la armadura, armas de gran calidad? le preguntó.

Me temo que las armas y armaduras que tengo son las que véis,puede que no sean de vuestro gusto pero es lo que hay.Tengo armas simples y marciales.Desde una simple daga hasta un martillo de guerra,arcos,ballestas,...Os dice con gusto la dependienta.

Ah!,tengo una espada plateada,por si os interesa...

En cuanto a la banda de rufianes,que no hacen más que asustar e intimidar,..le dice a Ivellios...llegaron a Phandalin hace una semana.Las razones por las que vinieron las desconozco...

Roderic estaba interesado en la armadura de bandas pero la verdad es que no había echado cuentas y no sabía bien si con su parte le llegaba, así que así se lo hizo saber a sus compañeros.

- Una armadura de esas características me vendría bien, máxime viendo lo que nos espera, de todos modos no sé si me alcanza con lo que yo tengo. - dijo mientras depositaba el contenido de su monedero encima del mostrador.

- ¿Os importa que tome prestado lo que falta de lo que hemos obtenido en la guarida? - preguntó a sus compañeros.

No nos servirán de nada si nos matan. Compra la armadura. Creo que te necesitaremos bien armado allí donde vamos.

Viendo al guerrrero con la armadura de placas, me daba más confianza para emprender las dos misiones que ahora teníamos en las manos.

Por supuesto, si necesitas algo de oro tambien te lo puedo dejar.- digo mientras cojo la bolsa que tengo en mi mochila-gracias por la informacion.

Roderic agradeció a sus compañeros su generoso gesto y dijo - dejemos el oro para comprar alguna poción de curación si es que todavía le queda alguna a Barthen, han demostrado que pueden sernos útiles. - le dijo a Evyth.

- Bien os digo lo que pienso - dijo cuando abandonaron la tienda - Sé que es importante rescatar a los hermanos y tratar de parar la trama de la mina. Sin embargo, creo que urge más terminar con los matones que amedrentan al pueblo que ir directamente al Castillo. Y me explico. No tenemos claro qué traman, quizás incluso estén relacionados ya que es demasiada coincidencia, pero sabiendo que podemos ser una oposición a sus planes aprovecharán para llevarlos a cabo en cuanto nos vayamos, quizá para entonces ya sea demasiado tarde para detenerles. - 

- Yo no puedo ignorar que el pueblo vive acobardado bajo la tiranía de un rufián, ni puedo permanecer impasible ante una amenaza directa contra nuestras vidas. No, lo primero es impartir justicia y liberar a los ciudadanos de esta ciudad. - exhortó con vehemencia.