Partida Rol por web

 Alain notó que el cielo se tornaba oscuro y las fuerzas le abandonaban. El dolor le había atravesado de lado a lado y lo primero que pensó era que iba a morir.

El filo de la jabalina era frío, pero no propio de la temperatura del metal. El arcano era un estudioso de la alquimia, y mientras su cuerpo se desplomaba en el suelo, su ágil mente ató cabos: veneno.   

¿Sería así su fin? ¿Vendría la diosa cuervo a por él? Los sonidos del combate se volvieron distantes, pero logró entender una palabra pronunciada muy cerca suyo. Otra deidad había hecho acto de presencia, pero no para arrastrarlo a la muerte, sino para atraerle a la vida.

Esa palabra fue "Erathis"

El mago abrió los ojos y se incorporó junto a Erick. Balbuceó un "Gracias..." con la voz entrecortada y respiró profundamente recobrando nuevas energías.

Gaaki y Alian ponen especial atención en sus heridas e intentan vendar las heridas más profundas y sangrantes.

Tras el soplo de alivio, el último de los esbirros hombre lagarto se mueve con agilidad para franquear a Heskan pero fracasa en su intento de herir al draconido. Resignado a su mala suerte el aborigen se limita a retroceder para evitar una dolorosa respuesta a su intentona.

 Damaia ve a su malherida guerrera y le dedica unas palabras.

-¡Te visto dormir como un bebe con una flecha clavada en la espalda! No me digas que te vas a venir abajo por tan poca cosa Gaaki.

Y dicho esto, carga contra el ultimo de los mas pequeños reptiles que aun quedan vivos. Por desgracia el enemigo le ve venir de sobra, y esquiva el golpe de espada de la tiflin con insultante facilidad.

Me pregunto si esta isla me estara haciendo perder cualidades...

Las palabras de ánimo de la corsaria resultaban casi tan eficientes como las plegarias del paladín, haciendo que la guerrera olvidara por un momento el dolor de sus magulladuras.

Gaaki sacudió la cabeza con fuerza, para despejarse. Los gritos de aliento de sus compañeros de armas la devolvieron sacaron su conciencia de la bruma de la agonía y la regresaron a la batalla a su alrededor. Un calor invade su cuerpo y siente que comienza a recuperar parte de su energía.

Ve a Heskan, batiéndose con uno de los lagartos y, más lejos, al que parece ser el padre de todos ellos. Decide ayudar primero a su amigo bárbaro a desembarazarse de su estorbo, para después ir juntos a por el grandote. Gaaki le debe una, pero no está tan segura de poder cobrársela sola.
Rodea al monstruo y descarga la furia de su martillo sobre su grotesca cabezota, mientras lanza un gruñido estentóreo.

Gaaki se mueve hasta franquear a uno de los hombres lagarto junto con Heskan. Aunque cuando la guerrera pasa a su lado este intenta interceptarla con su lanza, la agilidad orca de Gaaki consigue evitar la intentona y responder con un golpe critico. Con un pie en la tumba el campeón no desiste e intenta herirla una vez más, moviendose fuera del franqueo y teniendo más éxito a la segunda vez. Aun así sin causarle el daño deseado…

El otro campeón se coloca al lado de su compañero, aprovechando su entrenamiento militar de mutuo apoyo y clavando su lanza en Heskan, hiriéndolo de gravedad. Al dracónido se le empieza a nublar la vista pero aun así logra mantenerse en pie.

Con dos de sus enemigos físicamente más peligrosos entretenidos con los campeones, el coloso se mueve por el campo de batalla para acabar con la tifflin que daba instrucciones al grupo, sospechando que debía tratarse de la líder. Este intenta batear a la corsaria pero esta ve venir el golpe y se agacha a tiempo, haciendo y que golpee la nada donde antes estaba su cornuda cabeza.

 Erick, tras ver como Alain se recupera de nuevo, decide involucrarse mas en el combate. Heskan y Gaaki están con los dos campeones, parece que no les va del todo bien, pero no le daría tiempo a llegar hasta ellos. La serpiente muere si se le corta la cabeza, piensa Erick, y al ver que los líderes de ambos grupos se enzarzan en combate, decide ayudar a la tiflin contra el lagarto negro y se lanza al ataque por uno de los flancos.

Cita:

¿Cuál sería la diferencia entre atacar ahora y esperar a que Pock te cure? Creía que en 4ed no tenías penalizador por daño sufrido.

Pock clava la vista en el enfrentamiento que está teniendo el draconido con los dos campeones lagartos y decide intentar cambiar la situación. 

Empieza a recitar unas palabras que abandonan su boca y continúan solas por el campo de batalla, como si la misma magia que domina el gnomo se encargara de darles vida.

El sonido de las trompetas alcanza los oídos del lagarto cuando una representación de una histórica campaña pasa fugazmente por su mente, una batalla en la que un héroe draconido estaba a punto de fallecer pero antes de ello le arranco de cuajo la cabeza a sus oponentes. El lagarto puede escuchar los sonidos de la guerra, las trompetas y los gritos ... sus ojos entornan al draconido y por un segundo se percata de la temerosa presencia que representa y la gran similitud con la batalla que la magia ha traído a su mente.

Un pequeño sentimiento de temor lo llena y trastabilla hacia un lado, temeroso del draconido, alzando la mano para evitar su destino ...

Erick acude en la ayuda de Damaia intentando quitarle de encima al molesto esbirro. Sin embargo la lancerada, aunque fuerte, deja mucho que desear en precisión.

Por otro lado Pock avasalla la mente de uno de los campeones, un ataque que resulta ser más de lo que el reptil era capaz de soportar, causándole la muerte. Con un enemigo menos el bardo presta atención a su camarada dracónido y cierra mediante palabras arcanas los sanguinolentos estertores del moribundo Heskan.

 Alain, ya recuperado, se movió rápidamente y tomó una posición alejada desde la que disparar su magia.

Lanzó un proyectil plateado contra el hombre lagarto que amenazaba a Damaia, eligiendo al enemigo más débil.

- Ahora habrá que centrarse en el escama negra - pensó el arcano respasando sus conjuros 

Heskan se siente mejor tras las palabras de animo de Pock. Si, sin duda no es hora de desfallecer ahora cuando la gloria está tan cerca. Avanza unos pasos pisando el cadaver de su enemigo y alza su hacha. Sin embargo, las fuerzas le fallan cuando trata de alcanzar el campeón que tiene al lado.

Aunque el ataque de Heskan falla, el disparo de Alain resulta certero en el blanco, chocando contra el pecho del esbirro y dejándolo fuera de combate al instante. Ya solo quedaban en pie uno de los campeones con heridas graves y el apabullante escama negra que seguía aferrando su arma con la misma fuerza.