Partida Rol por web

Drusilda coge una flecha y poniendola sobre el arco espera a la siguiente caida del buque desde la ola. La proa se hunde bruscamente y entonces mientras la pinaza comienza a elevarse lentamente de nuevo, tensa su arco, se incorpora de rodillas y buscando en la penumbra apunta y dispara. A continuación se sienta de nuevo.

Se coloca el arco a la espalda y con el pie se acerca la cuerda con garfio que le ha traido el marinero para preparar su lanzamiento. Revisa el enrollado de la cuerda.

El plan del trasgo se desmoronaba por momentos. En cuanto se le ocurria un modo de asaltar el barco, las circunstancias parecían volverse contra él. Empezaba a estar harto. Con cierta impaciencia y con sus armas colgadas a la espalda, se mantenía junto a su lobo y su hermano a la espera de ver como evolucionaban los acontecimientos.

Cuando uno de los marineros dejó una cuerda junto a él con un garfio de abordaje, la tensó un poco para ver si estaba bien atado y lanzó el cabo hacia el barco enemigo. Falló por poco, pero casi al instante empezó a recoger la cuerda para lanzarla de nuevo.  

-Ha estado cerca.-Dijo sonriendo mientras recogía la cuerda.-En cuanto nos acerquemos le acierto seguro. Preparaos para el abordaje.

Dork guarda su hacha y recoge la cuerda con el garfio, su mirada se queda fija en el barco enemigo aumentando la tensión de su brazo.

- Un poco más ... En la palma de su mano empieza a notar el calor de la fricción al apretar la cuerda antes de lanzarla.

El semiorco se empieza a impacientar, pero mantiene la mirada clavada mientras el agua salada hace que le escuezan los ojos.

- Vamos a probar un tiro largo...

Afianzado en su posición atada y medio cubierto por la regala, Kirk aguzó su mirada para atravesar las sombras en busca de un blanco. Con suerte el mismo bamboleo del oleaje ponía a tiro a algún artillero, lo que les daría cierta capacidad de respuesta ante el intenso y poderoso fuego enemigo.

Kirk tenía buenos reflejos, y era capaz de disparar un par de flechas en un suspiro, aunque esta maniobra requería algo de pericia y nervios de acero, así que buscó bien. Finalmente, le pareció ver una cabeza asomar junto a una de las balistas. Rezó porque no fuera una de las poleas del trapaje, y espero a un relámpago para tener la visión. Clara. Un trueno dió el aviso y precedió a un rayo que cruzo la noche. Kirk iba disparar, pero el rayo alumbró la cabeza de dragón de la embarcación luskanita y la sorpresa le distrajo lo justo para que el disparo no compensara el viento, clavándose en el casco, más abajo de donde su objetivo. Aquello le hizo maldecir, pero al menos el primer fallo le dio una idea de trazada de lo que debía esperar del viento, de modo que en un suspiro, cargó una nueva flecha y disparó, esta vez compensando sobradamente el efecto de la lluvia, y alojándose en algún punto de la cabeza del hombre. Kirk no sabía decir si en un ojo o una oreja. Pero el grito por encima del estruendo de la tormenta le dijo que había acertado y eso era suficiente.

- El dos siempre ha sido nuestro número, ¿eh Pikard...? -le dijo a su hermano, cómplice.

Lupin tiene una idea bastante clara de dónde están los enemigos más peligrosos en cubierta. Ha localizado al timonel, aunque la estructura del puente de mando le da algo de cobertura que hace el disparo más difícil. Las dos balistas en proa y popa son perfectamente visibles si se espera el momento oportuno, porque están cargando proyectiles incendiados.

La última flecha del ladrón se dirigió al arquero en el centro de la cubierta enemiga. La figura se sacude al recibir el proyectil, probablemente en una extremidad. La herida no parece incapacitante porque el tipo dispara a su vez, yendo a parar su flecha al pecho del marinero Rulf, muy cerca de Lupin. Tras eso, con un movimiento rápido, el arquero enemigo se coloca detrás de la catapulta para aprovechar su cobertura.

Dos pequeñas esferas rojizas salen de un punto oscuro en el puente del barco dragón y vuelan, a toda velocidad y con trayectorias nada naturales, hasta impactar en Felthar. El semielfo casi suelta su arco por el golpe, y se duele de dos quemaduras en el pecho, pero parece que seguirá luchando.

La flecha de Drusilda parece dar en un blanco; sus ojos de semielfo le confirman que la diana ha sido uno de los que manejaban la catapulta. La segunda flecha de Kirk también tuvo suerte y una balista quedó temporalmente inútil. Un enorme crujido en el casco del Temible confirma que la otra balista sigue operativa. Les han dado.

Para empeorar la cosa, pequeños bultos vuelan haciendo parábolas hacia el barco. Uno de ellos impacta en el casco, se rompe con el sonido de cristal quebrarse y esparce fuego por uno de los remos y la madera adyacente. Las llamas incluso flotan en el agua, ardiendo furiosamente unos segundos antes de extinguirse. ¡Es fuego de alquimista!

Ahrff...

Musita Rulf, tirado en el empapado suelo de cubierta, y agarrándose la flecha que sobresale bajo su clavícula derecha. El marinero que preparaba la tabla para el abordaje corre hacia él y presiona la herida. En los ojos de la capitana, la luz de los relámpagos se refleja con furia.

- Bastardos! - exclama cuando ve las extrañas esferas impactando en Felthar - y encima esta jodida tormenta! se ha colocado el arco cruzado en la espalda y se incorpora furiosa. Comienza a mover el gancho describiendo circulos en la vertical con su brazo derecho completamente extendido y de repente lo suelta en el momento preciso mientras deja escapar un leve chillido agudo, femenino, casi un gemido - Ahhhh - finalizando el lanzamiento con la pierna izquierda elevada del suelo hacia atrás y permaneciendo así un leve instante mientras su mirada espera ansiosa ver el resultado. Un nuevo rayo ilumina la escena el instante justo para observar el garfio cayendo sobre el dragón con la cuerda atada tras él  describiendo una elegante parábola. Recoge rápidamente cuerda hasta notar resistencia sin ver dónde ni cómo ha quedado enganchada- YA SOIS NUESTROS BASTARDOS! DORK! AYUDAME A TENSAR ESTA CUERDA! DORK!

- Y bueno, pero si me hubieran dado a mi - se consuela "Abrojos" al observar como todo el daño recae en el el marinero y el semielfo - pero se lo haremos pagar - agrega mientras vuelve a tensar su arma y, tras buscar un blanco vuelve a disparar

Sin embargo, al dudar respecto a cual será el objetivo más importante para su disparo le hace perder la concentración y la flecha se pierde entre las jarcias del basrco luskanita

- Supongo que ha llegado la hora del cuerpo a cuerpo - comenta con una sonrisa en el rostro mientras se cuelga su arco corto a la espalda y se prepara para abordar al barco enemigo - NO SABEN EN QUE PROBLEMA SE METIERON - grita tras observar como se preparan sus compañeros - PORQUE AHORA SI QUE ESTAMOS ENOJADOS - vocifera, dispuesto no ser menos que los "jovenes" que lo acompañan cuando lleguen al cuerpo a cuerpo

El goblin vio como su compañera había logrado acertar con el garfio y conseguido tender un pequeño puente, una cuerda en realidad, entre ambos barcos. No sin una sensacion de alegría, agarró su arco mientras se colocaba donde nadie le estorbase y disparó dos flechas hacia el timonel suponiendo que, al estar fijo en un lugar, sería más fácil impactarle. Sin embargo su estrategia no surtió el efecto deseado y los proyectiles se perdieron en mitad de la noche.

-Si sirve para asustarles un poco los doy por bien empleados.-Susurró con un deje de asco en la voz. 

Algo de humo saliendo de la trampilla revela que en la bodega se ha encendido un fuego. El virote incendiado de balista ha hecho su trabajo; o tal vez alguno de esos viales de fuego de alquimista. Poco importa.

El Calamar ya es bien visible navegando a toda velocidad, paralelo a estribor del Temible. La pinaza aliada ha resistido muy mal los ataques, pero los gritos de los mercenarios a bordo superan el continuo bramido de la lluvia. Agitando las armas por encima de sus cabezas, saludan a los compañeros del Temible y prometen muerte al enemigo. Al menos la moral es alta.

Ya todos pueden ver a la decena de marineros sin armadura que tendrá la mala suerte de ser la primera línea enemiga. Entre ellos hay visibles no más de dos o tres verdaderos guerreros, incluyendo el arquero a cubierto tras la catapulta. El conjurador enemigo está junto al mastil central, ensombrecido para Lupin pero bien visible para los semielfos, trasgos y el orco.

Dork, ya me encargo yo sola. ME QUEDARE AQUÍ TENSANDO LA CUERDA. CUANDO CHOQUEMOS LA AMARRARÉ PARA ASEGURARLA Y OS SEGUIRÉ! Drusilda se queda a cubierto tumbada boca arriba en proa, con los pies apoyados en el casco mientras va recogiendo cuerda sin dejar que ceda la tensión. De vez en cuando echa una mirada al fuego de la bodega. ¿Vais a hacer algo con ese fuego? - grita sin dirigirse a nadie en particular -

- Sip... dejarlo tranquilo - contesta el viejo Lupin mientras se prepara para lanzarse al abordaje - Llegaremos a tierra en ese barco. Parece mejor equipado - bromea sin quitar la vista del grupo de marineros y guerreros, analizando las que parecen sus fortalezas y debilidades - Asegurense de eliminar al mago. El y el arquero parecen los más peligrosos - comenta a sus compañeros elevando el tono de voz para que lo escuchen, pero sin gritar... despues de todo avisarle al enemigo de los planes propios no es una buena idea... excepto cuando si lo es!

Dork oye como las flechas empiezan a silbar en el aire y a Drusilda gritando, nota el calor y el olor del fuego alquímico. Viendo que van a chocar con el barco, en lugar de tirar el garfio con la cuerda, decide echarse a correr hacia el otro barco y lanzarse con el gran garfio en las manos.

¡¡LOK´TAR OGA!!

El semielfo disparó contra el conjurador. No solo porque acabara de herirle con su magia, sino porque sabe que Abrojos tiene razón con que tal vez sea el más peligroso.

La flecha va dirigida con mucha precisión e impacta en el mago de lleno, pero el proyectil rebota en el pecho del humano como si este fuera una pared de ladrillo.

Felthar maldice en elfo, preguntándose qué clase de protección arcana tendrá ese enemigo.