Partida Rol por web

Andrew centró su atención en aquel misterioso corp. Posiblemente, el hecho de estar situando entre tanto barullo y griterío actuando de forma tan desapercibida, era lo que resultaba más curioso.

Tras unos minutos, el grupo observó que aquel hombre recibía visitas y con unas pocas palabras, parecían llegar a un tipo de acuerdo. Con un ligero gesto, parecía indicar en dirección a un pequeño callejón. Todo muy sutil y sin demasiados aspamientos.

El mecánico kaltorano decidió acercarse unos metros para intentar averiguar qué tipo de negocios realizaba aquel corp. Mientras, Nadya decidió dar una vuelta para hacerse una idea de qué podría serles útil en la Suzaku. Zephyrus tuvo dudas sobre como actuar en aquel momento y decidió quedarse cerca de Andrew ya que le parecía que su situación podía atarear más problemas.

Andrew se situó disimuladamente en las proximidades de la esquina y, afinando su oído, pudo descubrir que el negocio que llevaba a cabo aquel corp hacía referencia a armamento. Puede que existiera algún tipo de restricción en la estación sobre la venta de armas y, por aquel motivo, actuaran de forma sospechosa.

El trozo de cristal plástico del tamaño de su palma mostraba diversas búsquedas, pero los informes de datos reunidos eran siempre iguales, sin rastro alguno. Si aquella corp quería no dejar huella, lo había logrado. Los conocimientos de Sonul en tecnología humana eran demasiado toscos aún pese a su inteligencia, y eso no ayudaba mucho. Guardó el ordenador de mano y lo deslizó contra su muslo, donde se fundió como si se derritiese en la ajustada prenda como si formase parte de la misma.

La nephilim escuchó con interés las explicaciones de JEnna. Le interesaba la psique de los hijos de los Arcontes, siendo los legionarios los más fáciles de comprender. Los corporativos y kaltoranos resultaban algo más difíciles, más alejados de las habituales relaciones de depredador y presa de su propia especie. Algún día terminarían lo que habían empezado, y para entonces deberían haber reunido suficiente información sobre aquellos supervivientes.

-La dependencia es una debilidad. Cualquier organismo que busca salir adelante debe tender a la autodeterminación total o enfrentarse a la extinción. Por ejemplo, -dijo mirando la disposición de las personas y grupos del restaurante, cerciorándose de que no hubiese amenazas, así como comparando los individuos con la imagen holográfica que vieron en la nave- nos encontramos a merced de alguien desconocido por no ser capaces de salir adelante.

Andrew tomó nota mental de la localización del Corp y su negocio. Era la primera vez que estaba en la estación, así que no sabía a ciencia cierta las restricciones con respecto a material que habría. O había restricción con respecto al armamento, o lo que ofrecía el Corp era más exclusivo y destructivo que el resto de lo que podría encontrarse libremente. La discreción con que llevaba el negocio era la prueba, y así se lo haría saber al resto de la tripulación. Quizás podrían encontrar algo potente y efectivo para reforzar la nave, si es que podían pagarlo.

Mientras tanto, antes de continuar al lugar de la reunión, iba a buscar algo que hacía tiempo tenía en mente. Tener que buscar un terminal cada vez que necesitaban algo de información o recurrir a computador estándar de su taller en la nave resultaba molesto e incómodo. A lo mejor podía encontar un guantelete con el computador adecuado y al que poder añadir diferentes herramientas de diagnóstico y programación, que pudiera llevar la mayoría del tiempo. Eso sí podía ser realmente útil.

El kaltorano decidió dejar los posibles "negocios" con aquel corp para algo más tarde. Algo le decía que si la transacción que se podía llevar a cabo podría ser no del todo legal o, como mínimo, no parecía ser del todo limpia. Puede que fueran armas salidas de algún lugar que no debía ser conocido o resultado de un mercado de contrabando. Quién sabe...

Pero lo que si que necesitaba era uno de aquellos guanteletes que podría utilizar como computadora móbil. Le podría ser de mucha utilidad para obtener informaciíonde forma rápida y precisa, sin tener que consultar aquellas lentas terminales.

Se acercó de nuevo al comerciante de su misma raza, que continuaba vociferando a pleno pulmón las posibilidades de su mercancía.

Tras escuchar lo que necesitaba Andrew, los dos kaltoranos comenzaron a regatear con el precio. Uno por obtener el mejor beneficio de la venta y, el otro, evitar que le endosaran una computadora defectuosa.

Tras filosofar sobre la necesidad o no del simple hecho de encontrarse para alimentarse, y de las debilidades que la nephilin veía en ello, las dos mujeres entraron en uno de los restaurantes de comida rápida adyacentes al edificio que tenían focalizado.

Se trataba de un local no muy grande, curiosamente decorado con mobiliario que combinaba los colores blanco y negro, dándole un ambiente simple pero a su vez matemático y cuadriculado. En el centro del local, una barra que llegaba hasta el final de la sala donde se preparaban de forma rápida y precisa, comidas vistosas, estilizadas y sabrosas. Los clientes se situaban frente a aquella barra, que a su vez servía de mesa, o en pequeñas mesas enganchadas a las paredes del restaurante.

En aquel momento, pocos eran los clientes que disfrutaban de aquel manjar exótico. Una mesa con dos mujeres kaltoranas que conversaban amigablemente, una pareja corp que parecía tener una discusión en voz baja, un trio de hombres de raza kaltoran y corp que hablaban amigablemente y algún que otro hombre o mujer, todos de la misma raza que Jenna, que comían en solitario en la barra central.

Jenna observaba con atención a todos los presentes, puede que buscando quién podría ser su presa para sacarle información. Quién sabe, conociendo a la corp. Mientras, Sonul aún reflexionaba sobre aquella necesidad de reunión que, a su parecer, era una visible debilidad.

Tras el intenso regateo, que a Andrew le parecía demasiado alto y que le iba a resultar difícil de pagar, el Kaltoran cogió el guantelete para probarlo. Los negocios no eran su campo, sino reparar objetos. Sabía que el comerciante iba a sacar una buena tajada a su costa, pero al menos iba a asegurarse de que el guantelete valía la pena y estaba en buen estado.

Desde luego no era nuevo; eso podía verse a la legua y no esperaba otra cosa. Ante la mirada de su congénere se lo ajustó y lo activó. Jugueteó un poco con el aparato. No parecía de última generación, pero le pareció que no iba todo lo rápido que debería. Normal era que en un dispositivo como ese, con el tiempo y el uso, sus especificaciones se degradaran, pero eso parecía excesivo. Sus temores se vieron confirmados cuando el sistema se bloqueó. Lo reinició mirando al comerciante con el ceño fruncido, tras echar una rápida mirada a su compañero Zephyrus. La pantalla permaneció apagada.

- ¿Estás tratando de tomarme el pelo? - Andrew devolvió el guantelete, indignado -. Vamos Zeph, tenemos cosas que hacer.

Andrew buscó a Nadya, de manera que pudieran continuar juntos su camino hasta el lugar de reunión. Era una pena, suspiró, el guantelete tenía buen aspecto y a lo mejor podría haberlo arreglado él mismo.

Bueno, quizás en la nave haya piezas para improvisar algo parecido. Había visto lo suficiente como para tener una idea base de un diseño adecuado y construir algo parecido.

Tras comprobar las personas del local y su disposición, la joven corp se puso a teclear algo en su dron mientras escuchaba la contestación de Sonul.

-La autodeterminación total es inalcanzable. Tarde o temprano te encuentras a merced de desconocidos. -respondió Jenna distraídamente mientras preparaba en la pantalla de su dron una imagen de Natasha- Tu existencia es la prueba de ello. -agregó, mientras decidía que haría una rápida pasada por las mesas de los corps solitarios mientras se dirigía a su verdadero objetivo, que era la mesa de los tres hombres.

Caminó hacia el comensal solitario más cercano y le dirigió una enorme y encantadora sonrisa.

 -¡Hola! Disculpe que le moleste un instante... -comenzó a hablar con tono alegre y desenfadado mientras su dron mostraba la imagen de Natasha- Es una amiga mía con la que perdí contacto cuando vino a trabajar a ésta estación... sé que esta por aquí y me gustaría sorprenderla. ¿La ha visto?

Tras descubrir el cacharro que había intentado colocarle el kaltorano, Andrew decidió dejar aquella compra para más tarde. Lo que sí había conseguido, y eso era algo de lo que alegrarse, era que con el trasteo y las pruebas del guantalete computador, se había hecho una ligera idea de su funcionamiento. Puede que con algunos componentes, testeos de sistema y algo de paciencia, consiguiera construir un artefacto que le ofreciera las mismas prestaciones. Todo era ponerse manos a la obra al llegar a la Suzaku.

Tras llamar la atención del tenso legionario, que continuaba estando en alerta por si sucedía algún tipo de imprevisto, se dieron cuenta que Nadya había desaparecido.

-Dijo que quería averiguar algo sobre aquella tal Natascha. Y saber si alguien más a recibido el mensaje... Pero ahora no la veo por ninguna parte. -y con un ligero movimiento con sus enormes y musculados hombros, continuó -No te preocupes, ya nos encontrará.

Dieron algunos rodeos por aquella especie de mercado alborotado, escuchando nuevas ofertas, productos de buen precio pero de dudosa calidad y venta de mercancias que les podría ocasionar más problemas que alegrías.

Zephyrus, cansado de caminar sin un rumbo fijo, le propuso a Andrew sus siguientes pasos.

-Quieres probar de comprar alguna cosa más o nos reunimos con el resto del grupo?

Aunque aparentaba relajación, como cualquier serpiente estaba dispuesta a saltar en cualquier instante. Los extraños ojos de iris plateado y retina negra de la nephilim no parpadearon durante casi un minuto mientras sondeaban el local en busca de enemigos. Era un hábito surgido del reflejo de la supervivencia. Escuchó las palabras de Jenna mientras operaba aquel dispositivo.

-Puede. -dijo en respuesta. Sonul amaba el conflicto como cualquiera de su especie, sólo que se decantaba por su parte más intelectual. Aquella era su manera de decirle a la capitana que valoraba su punto de vista, pero que continuarían en otra ocasión el debate.

Mientras la corp iba preguntando, Sonul se dirigió directamente a la barra.

-Un olusha. -el olusha era una bebida habitual en los entornos corporativos que había frecuentado con sus anteriores jefes. Se trataba de un destilado kaltorano que muchos corp habían mejorado con aditivos y saborizantes. Desde la barra no dejaba de observar a los clientes, en busca de algún tipo de indicio que delatase que reconocían a la mujer cuando Jenna mostraba el holograma.

Andrew asintió ante las palabras de Zephyrus. Nadya sabría cuidarse sola, o eso esperaba, y además, todos sabían cuál era el punto de encuentro. Aún así, no podía dejar de preocuparse. Como Kaltorano, la familia era importante, una parte de su vida. Sus compañeros, con sus más y sus menos, tan dispares en cuanto a especie y personalidad, eran su "familia", así como la Suzaku era su hogar.

- Sí, claro - dijo distraídamente mirando a la multitud -, sabrá encontrarnos. Volvamos con los demás.

Se puso en camino al punto de encuentro para verse con Jenna y Sonul, aunque inconscientemente, o no, tomó una ruta más larga mirando a todos lados por si localizaba a Nadya.

Pareció que nadie prestó atención a la entrada en el local de las dos mujeres. Puede que alguna mirada curiosa, pero poco más que un simple vistazo para continuar cada uno con su historia. 

Jenna, con su caminar sensual y seguro, se acercó a la barra para preguntar al primer cliente que se cruzó en su camino: un corp que se disponía a comer unos pequeños trozos de carne, aderezados con una salsa que parecía estar condimentada con especias de penetrante olor. Al enseñar la imagen de Natascha, aquel hombre se mostró indiferente y seguro de su respuesta. Aquel "No, no la he visto nunca", parecía ser real. Aquello desanimó por unos instantes a la corp.

Al mirar hacia un nuevo objetivo, observó que el grupo de tres hombres sentados en una de la mesas, la comenzaron a mirar de forma interesada. Parecía que comentaban alguna cosa graciosa y divertida, pero a su vez la miraban de forma provocativa. Jenna desconocía si aquel interés era producto de su pregunta o, simplemente, por atraer la mirada producto de su belleza.

Sonul, por su parte, se mantenía distante y observadora. Era lo más parecido a un animal depredador que se mantiene alerta en su escondite, avistando en todo momento lo que sucede a su alrededor, preparada para saltar en caso de ser necesario.

Observaba cada paso y movimiento de su compañera, analizando las reacciones de los clientes frente a la imagen de Natascha. No se preocupó de la reacción del primer interrogado. No podía llegar a ser tan fácil... Ni tampoco de los comentarios algo obscenos que compartían aquellos tres hombres sobre las curvas de Jenna.

Pero si que le intrigó la mirada curiosa de una de las mujeres solitarias de la barra. Al ver la imagen de la corp, aquella mujer no dejó de mirar a Jenna, persiguiendo su recorrido por el local. 

Puede que no fuera nada...o que fuera algo. Sería la tensión que le jugaba malas pasadas?

El trayecto hacia el lugar que marcaban las coordenadas de encuentro no era ni mucho menos corto. Además, desplazarse por aquel laberinto de callejuelas que formaban el primer anillo de la plataforma espacial, no ayudaba demasiado. Como era posible que se amontonaran tantos habitáculos y gente en tan poco espacio?

Andrew y Zephyrus caminaban buscando con la mirada si encontraban a su compañera desaparecida, pero no tenía rastro de ella. De hecho, era difícil entre tanto barullo. Así pues, dejaron de preocuparse por Nadya y se decidieron al encuentro del resto del grupo.

Poco a poco, aquella aglomeración se fue disgregando para dejar paso a una organización de los locales y las vías de circulación algo más aireadas. Las personas que se topaban en el camino parecían ser de estratos más elevados, clase media comparados con la chusma que habían visto en la zona que habían dejado atrás. Allí, la sensación de peligro constante parecía disminuir, cosa que era de agradecer. Habían llegado al segundo anillo, zona de oficinas y locales de servicios de calidad más elevada.

Llegaron al punto donde marcaban las coordenadas, frente a un edificio de oficinas. Fue donde Zephyrus señaló hacia un restaurante a la otra esquina de la calle. Allí, se encontraba Jenna, hablando con un cliente que parecía estar comiendo algo en la barra del local. A primera vista, Sonul no parecía acompañarla.

-Allí está Jenna.- compartió el fornido legionario con Andrew. -Entramos o esperamos a que salga?

- Entremos - opinó Andrew -. Pero no nos acerquemos a ella de momento; puede que esté intentando conseguir algo de información y podríamos estropearlo. Sonul no está con Jenna, pero tiene que estar cerca.

Andrew echó un vistazo buscando a la Nephilim.

- Vamos. Echemos un trago.

La transacción comercial se hizo de manera automática e imperceptible tan pronto la nephilim puso las manos en el recipiente, con el calor corporal que desprendían sus dedos dando el equivalente de un apretón de manos o una firma electrónica a los dispositivos electrónicos, de manera que la cuenta bancaria de la alienígena disminuyó en una pequeña cantidad mientras en la misma proporción lo hacía el del propietario del restaurante de comida rápida. Gracias a ello, Sonul pudo continuar con la observación de la extraña que miraba a su compañera.

Mantuvo la bebida en la mano, sin tomar ni un sorbo, mientras seguía mirando por el rabillo del ojo a aquella mujer que no perdía de ojo a su capitana. Estaba tensa, dispuesta para cualquier tipo de acción que fuese necesaria en aquel instante. Tan pronto como Jenna se acercase a ella, sería el momento de actuar.

La puerta del local se abrió para dejar entrar a Andrew y a Zephyrus. Ambos se sorprendieron al descubrir de Sonul sí que se encontraba dentro del restaurante pero, como en muchas otras veces, pasaba desapercibida dentro del grupo de clientes. Ayudaba en cierto modo la presencia de su otra compañera, Jenna, que parecía captar las miradas curiosas de parte de la clientela.

Como en otras ocasiones habían hecho, actuaron como si no se conocieran de nada, como auténticos desconocidos. Eso podría serles de mucha utilidad para no crear sospechas o incluso tener un abanico más amplio de información sobre lo que buscaban o sobre lo que podía suceder en aquel lugar.

El corpulento legionario y el kaltorano se acercaron a la barra y pidieron una bebida, observando disimuladamente como actuaban sus compañeras. Sonul parecía estar en alerta constante frente a posibles peligros, mientras que la corp del grupo se acercaba a la mesa donde se encontraban un trio de hombres de forma algo coqueta. Puede que fuera su táctica para conseguir su cometido, quién sabe.

Jenna no perdió su sonrisa.

-¡Bueno! No se preocupe. Sé que probablemente deba terminar llamando a mi amiga... pero soy una chica testaruda. -respondió con una risita- ¡Muchas gracias de todos modos... y buen provecho! -se despidió.

Se apartó del corp y miró a su alrededor atolondradamente, y observó a la mesa con los hombres que la miraban como si la viese por primera vez, aunque en realidad estaba tan concentrada que no vio como el enorme Zephyrus y Andrew entraban por la puerta.

Volvió a dibujar una sonrisa inocente en su cara y se dirigió hacia ellos.

-¡Hola! -saludó despreocupadamente al llegar junto a su mesa- ¡Espero que podáis ayudarme! -agregó mientras ordenaba al dron que les mostrase la imagen- ¿La habéis visto? Es una amiga mía que hace mucho que no veo y me gustaría darle una sorpresa... -explicó mientras esperaba una respuesta de los hombres.

Sonul aprovechó la entrada de sus compañeros para tocarse el muslo, introduciendo los dedos en la ropa ajustada y hundiéndolos, como si estuviese hecho de una membrana biológica en lugar de simple tela. Al hacerlo, se deslizó por sus dedos hasta la palma de la mano el dispositivo personal, aquella fina película semitransparente, y sacó disimuladamente una instantánea de la mujer a la que vigilaba. Mirando el dispositivo, envió la imagen a su compañero Andrew con iconos de atención y alerta. Esperaba que captara el mensaje.

Andrew echó un vistazo a su comunicador. Sospechaba que como sus compañeras no estaban juntas podrían tener algo entre manos y no tenía intención de estropearlo, así que ni siquiera miró a Sonul cuando recibió el mensaje y comprobó que era de ella. Imaginó que los iconos que había añadido se referían a que, o la estaba vigilando, o que suponía un peligro para nosotros y convenía no darle la espalda. Puesto que Sonul no se había movido para reconocerlos a Zephirus y a él mismo, la imitó.

Con sutileza le enseñó el mensaje a su compañero, sonriéndole como si fuera un chiste o una curiosidad lo que había recibido, indicándole que no hiciera nada y buscó al objetivo sin sobreactuar en su disimulo.

Tras localizarla, siguió con su bebida, a la espera.

Zephyrus miró algo desconcertado a su compañero. Parecía no entender la gracia al enseñarle la foto de una de las mujeres que cenaban en el restaurante. Pero a los segundos entendió que se trataba de una táctica de distracción para no hacer evidente que aquel objetivo debía tenerse en cuenta. "Despistar" le pareció al legionario recordar.

-HA, HA, HA... Muy gracioso!- intentó interpretar el grandullón sin mucho acierto la verdad. Pero nadie en el local les prestó atención, ya que todos parecían estar absortos en los sensuales movimientos de Jenna.

La corp, después de no obtener información alguna sobre Natascha con su último interlocutor, decidió acercarse a aquellos seis ojos voraces que no dejaban de mirarla. Desde luego, serían una presa fácil si utilizaba sus "encantos" de forma óptima.

El par de kaltoranos y el corp, parecían estar animosamente alegres, síntomas evidentes de haber tomado Draz y estar bajo sus efectos. Todos miraban como si de unos depredadores se tratara a su posible presa, Jenna, desconocedores de los que aquella mujer podía hacerles. Y sin saber que no había llegado sola al local. De saber que Sonul estaba alerta en todo momento, aquel estado de excitación bajaría en picado en cuestión de segundos.

-Menuda amiga! Que suerte que quieras darle una sorpresita...-dijo el corp acercándose un poco hacia la posición de Jenna -sería posible que nos dieras a nosotros una sorpresita como esa, eh, chicos?

Uno de los kaltoranos reía al escuchar aquel comentario de su compañero de juerga. Mientras que el otro, se fijaba en la f¡imagen que proyectaba el dron de corp.

-No es esa la corp... sí, sí... creo que es la nueva que ha pillado una de las oficinas de aquí al lado. No la había visto nunca, pero hace muy poco que llegó al edificio.

Al escuchar aquellas palabras, la mujer de la barra a la que Sonul tenía "fichada", pareció que daba por finalizada su comida. Recogió su abrigo y se dirigió hacia la salida.

Sonul observó cómo la sospechosa se dirigía hacia el exterior del establecimiento, así que esperó unos segundos después de que saliese por la puerta automática antes de hacer ella lo mismo. Envió a Andrew a través del dispositivo un permiso para que pudiersa saber dónde se encontraba en todo momento mediante geolocalización, y un escueto mensaje que traducido en kaltorano leía así: "Venid a mi posición en 5 minutos si no regreso".

Tras dirigirse a la calle, vigiló la calle hasta dar con la mujer, y comenzó a seguirla al mismo ritmo que ella. Le daba igual si la la detectaba o no. De hecho le parecía demasiado obvio y estúpido como para que no lo hiciera. Tenía en mente otra cosa.