Partida Rol por web

Le vuelvo a disparar al mismo droideka pero esta vez sin exito y le grito a Aldor mientras realizo mi movimiento -Cubrete!!! viendo el buen movimiento de Ish al moverse para pillar algo de cobertura.

Uno de los droidekas se acercaba a la azulada Twilek oculta tras unos cajones, al parecer sufría un error de cálculo porque movía su brazo articulado para un y otro lado buscándola. Islhara aprovechó este momento y armándose de valor se aferró a su blaster disparando contra el droide. Las lanzas de luz se dirigieron directamente hacia el, pero nuevamente una cúpula azulada disipa la energía rojiza del blaster sin sufrir daño alguno. Ahora el droideka conocía bien la posición de su enemigo y no tardó en apuntarle con su cañón láser.

Los disparos de Kooth sin embargo se desviaron bastante de su objetivo y el droideka esta vez no tuvo que recurrir a su escudo de energía, ni siquiera se molestó en mirar al Zabrack, tenía un objetivo claro ya que no tenía donde ocultarse. Aldor, presa del miedo se quedó inmóvil a pocos metros del imponente amasijos de hierro, por su cabeza solo pasaba la posibilidad de que aquel obsoleto droide tuviese un fallo en su sistema y no lo fulminara con sus cañones láser.

La tensión se palpaba en el ambiente, el soldado estaba en una difícil situación y sus dos compañeros no podían hacer nada para evitarlo. Cuando el final de los tres héroes parecía estar cerca una nueva amenaza aparecía.

Una puerta metálica se abre la figura mas que conocida de Gale End aparece. Con su brazo derecho agarra el cuello de una chica joven de cabellos rubios como el mismísimo oro. Por sus prendas y su tez morena podéis deducir que es Sybil·la, la cual parece haber sufrido mucho y se encuentra inconsciente. A patadas saca a un hombre mas joven de lo que en realidad aparentaba el cual acaba tirado en el suelo. Tu, sube a la nave o te mato y vosotros dejad las armas o le vuelo los sesos a vuestra amiguita…

BOOOOOOOOOOOMMMM!!!! Una nueva explosión provoca una nueva sacudida en toda la base, esta si cabe es mayor que la otra, por lo que deducís que proviene del piso de abajo. Las paredes se vienen abajo el techo se desploma por zonas, el suelo se desquebraja partiendo en dos varias zonas del hangar con enormes grietas. El temblor es tan fuerte que nadie puede aguantar en pie y caéis al suelo mientras intentáis impedir ser aplastados por el techo . Sybil·la cae como un tronco y acaba rodando a merced del temblor hasta que la mitad de su cuerpo queda colgando de una de las grietas del suelo del hangar. Por otra parte el hombre intenta huir a gatas lo más rápido que puede de aquel malvado tipo. Gale End intenta levantarse, pero el temblor se lo pone difícil, la tensión se respira en el ambiente.

Un trozo enorme de techo acaba cediendo encima de los dos droidekas, uno de ellos acaba echo añicos mientras el otro logra esquivar la mayor parte de cascotes pero su escudo de energía comienza a fallar. El droide da vueltas sobre sí emitiendo unos bip, bip, al parecer a sufrido más daños de los que a simple vista parece y dispara a diestro y siniestro sin un objetivo fijo. Los haces de luz de los láser iluminan todo el hangar e impactan contra todo el habitáculo aumentando el riesgo de derrumbe. Si más no, empeora la situación.

Aldor, tras la descarga de adrenalina sufrida por el daño previo y el hecho de tener claro que había llegado su hora ante el droideka, pensaba que sufriría el típico bajón del que todos los manuales militares que en el mundo han sido hablan. Sin embargo, al ver aparecer a Gale End agarrando a Sybil-la inconsciente, sus nervios se pusieron en alerta. De nuevo, como en las fases más duras de cualquier combate, era capaz de ver cómo todo ocurría en una aparente cámara lente. Y, aparte de eso, sentía un profundo e inocultable odio que lo consume. Cuando el azar o el destino, o quizá la fuerza, le dan la ocasión de seguir vivo y hacer que el hombre de la horrible hombrera pague por lo que ha hecho, no la desaprovecha, le apunta con su rifle y el haz láser corta el aire buscando terminar con él de modo brusco y definitivo. Sólo después de disparar y ser consciente de haber hacertado, recuerda que su primera intención, antes de que todo comenzara a confundirse más, si cabe, era haber disparado a Gilaz. Vuelve a ser consciente de su entorno, así como de sus propios pensamientos y grita mientras busca cobertura:

- Ayudad a Sybil-la, rápido!

Mientras recuperaba el equilibrio y luchaba para ponerse de nuevo de pie, vio a Sybil-la rodando hacia una de las grietas. Conforme consiguió ponerse de pie el grito de Aldor resonó entre el ruido de los cascotes cayendo y el de los disparos laser del droideka. Sin pensarlo echó a correr hacia Sybil-la.

-¡Cubridme!

Hago un disparo con el fusil al droideka para distraerlo y mientras corro a buscar cobertura le digo a Isl -Quieta donde estas!! acabemos primero con el droide o nos matara!

Al ver a la rubia Tiranudein, el soldado se armó de valor y se puso en pie tras el gran estruendo que le produjo la caída. Se aseguró el blanco y sin dudarlo disparo contra Gale End, el haz de luz se deslizó a gran velocidad llegando a impactando de lleno en el pecho del Imperial haciéndole tambalearse pero sin mayor preocupación para el que una quemada en su impoluta armadura. Escoria rebelde! Este apuntó a Aldor con sus dos blasters esperando devolverle el golpe.

La Twilek parecía decidida a rescatar a Sibil•la sin importarle los disparos fortuitos del maltrecho Droideka salió corriendo lo más rápido que sus cansadas piernas le permitían. Uno de los rojizos lásers pasó rozando la azulada piel de Islhara dejándole la marca de una leve quemadura. Aun así no se detuvo y siguió su avance viendo como poco a poco la inconsciente alienígena iba resbalando por la enorme grieta..

Kooth no podía creer que su compañera se lanzara a lo que podía ser una muerte segura y lo único que podía hacer era ofrecerle cobertura disparando al droideka aunque sin mucha fortuna, viendo que no había acertado en el blanco se apresuró a resguardarse tras un muro medio derruido.

El Droideka seguía disparando al azar girando sobre si mismo, de momento nadie había recibido un impacto directo pero el amasijo de hierro comenzaba a duplicar su velocidad y la sala se llenaba de haces rojos haciendo imposible mantenerse derecho sin recibir un impacto.

Aprovechando el momento y viendo que su pellejo comienza a peligrar, Gilad opta por entrar en su nave, y cerrar la exclusa, los motores se ponen en marcha añadiendo a la situación un viento que dificulta aun mas estar de pie. El suelo del hangar se desmorona justo debajo de la nave de Gilad y desaparece por unos segundos de vuestra vista para dejarse ver al instante alejarse de la base helada a toda velocidad... Los trozos de techo comienzan a caer cada vez más cercanos a vosotros, múltiples explosiones resuenan por el hangar cubriéndolo todo de fuego, las llamas devoran todo a su paso...

Quedaba poco tiempo, a Sibil•la le quedaba menos que a nadie porque poco a poco iba resbalando dentro de la grieta. Mientras corría hacia ella un nuevo temblor sacudió todo el recinto y por encima de su hombro vio como la nave de Gilad se levantaba del suelo. Maldijo algo en voz alta, pero el sonido de la nave, unido a los disparos del droideka y a todo a su alrededor desmoronarse, hicieron que se perdiera el sonido y nadie distinguiera sus palabras. O quizás las habia pronunciado en un idioma que nadie podia entender.

Varias veces sintio pasar cerca de ella los disparos del droideka y uno de ellos la alcanzó. Ni tan siquiera se paró a ver como de importante era la herida, simplemente se toco con la mano y la miró. Al no ver sangre y poder mover bien su brazo, salvo por un punzante dolor, se olvidó de ella y se concentró en su tarea. Sibil•la.

Le pareció una eternidad el tiempo que tardó en llegar a su lado y agarrarla de los brazos. Ahora quedaba poder detener su caida en la grieta....

Aldor no lo piensa más, abandona la poca cobertura que el contenedor le proporciona, se pega a la pared de que tiene casi enfrente y vuelve a disparar sobre Gale End sin pensarlo demasiado, tratando de matar rápido, aunque se merezca una muerte lenta, al ser que hace que su sangre hierva. Sin perder un instante, pero consciente de que su bláster ha impactado sobre el objetivo (para Aldor no es nada más que eso, un objetivo, no un ser vivo), levanta la cabeza para evaluar la situación otra vez.

Al ver que Ish sale corriendo en lugar de buscar cobertura, busco desesperadamente y desde mi cobertura distraer al droide lo mas posible, con que nos de una vez estamos muertos!

La Twile'k en un acto de valor más que de sensatez corre todo lo que sus piernas se lo permiten hasta que al fin alcanza su objetivo. Agarra con fuerza los brazos de Sibyl·la, estaba cansada por la larga carrera y la rozadura del blaster del Droideka le ardía, pero logró que el cuerpo de la Tiranudein dejara de caer al vacío de la grieta.

Aldor sale corriendo desde su cobertura blaster en mano viendo que de seguir así acabarían todos engullidos entre las explosiones y las enormes llamas, tenían que salir de allí y tenían que hacerlo rápido, así que se acercó hacia su objetivo y disparó impactando directamente en el costado de Gale. El Capitán Imperial se encogió del dolor por el disparo sufrido y gracias al rebelde evitó que disparara a placer contra su compañera.

Maldita escoria!Se apresura a encender los propulsores de su jetpack viendo que se encuentra en inferioridad y toda la base se está viniendo abajo. Se queda suspendido en el aire mirando fijamente a la posición de Aldor. Volveremos a vernos, miembros de la T&Z y la próxima vez acabaré con vosotros, sobretodo contigo,,, eso si lográis salir de aquí, ja ja ja. Pone dirección hacia una pequeña apertura en la cúpula del hangar.

Medio gateando y jadeando Adar logra llegar donde Aldor. Por favor, ayúdeme... a primera vista puedes ver como ese hombre se encuentra en un estado de deshidratación y desgaste físico extremo, en cualquier momento sus fuerzas le pueden fallar y quedar inconsciente.

Kooth sin dejar su cobertura que hasta ahora lo ha mantenido vivo, dispara al Droideka de nuevo intentando ayudar a su compañera. En el mismo instante que el haz de luz llegaba al descontrolado amasijo de hierros, este desapareció en una nube de polvo. Kooth sorprendido siguió mirando hasta que cesó la nube de polvo y pudo comprobar que el suelo había cedido ante el.

La situación se había vuelto caótica ya quedaba poco suelo donde poder estar seguro y las explosiones no dejaban de resonar por todas partes, era cuestión de minutos, o quizás menos que toda la base acabase derruida y con ella todos los que se encontraran en allí.