Partida Rol por web

Elena escucha las palabras del anciano. No entiende qué tiene que ver todo eso ahora. Si encontraran una solución, una respuesta a lo que está sucediendo, quizás lo entendería. Pero así no... No llegarán a ningún sitio.

- Quizás cuando estemos a salvo, y con un buen trago delante podremos sentarnos a hablar. Pero creo que ahora no es el momento. Mis condolencias, señor. - Dijo mirando al caballero... - Pero si no queremos acabar todos como ese caballero del que habláis. Deberíamos hacer algo y ya... - Su tono de voz era cortante, y su mirada suplicante se clavó en la del caballero.

Rodrigo comenzó a irritarse, todos parece que querían "hacer algo" pero nadie tenía el valor suficiente para salir fuera y luchar codo con codo contra las aberraciones del exterior...

El mercader puso cara de decepción Parecían gente con las ideas claras... ya veo que prefieren morir antes que luchar por su vida...

Se dispuso, una vez más, a intentar convencer a los presentes de lanzar una ofensiva en conjunto.

- Señores... - miró a su alrededor y su expresión de decepción se acentuó. ¿Para qué? Creo que estoy perdiendo el tiempo... Se sentó en un taburete y se pasó la mano por la cara como para intentar despejarse.

El Posadero mira a Rodrigo, después a Elena, y finalmente para su mirada en Cristina, con un suspiro.

Estos jóvenes de hoy en día, que prefieren actuar antes de saber a qué se enfrentan.

Tranquilo señor, ahora ya sabemos mucho y saldremos a luchar pronto.

Hace años en esta villa vivía un caballero, un buen hombre que cuidaba de las gentes del pueblo en lo que podía.

El Señor y el Abad no le soportaban y lanzaron una pequeña guerra contra él. Al final, al morir su mujer, hastiado de esa lucha sin tregua, se fué a Tierra Santa y parece ser que allí murió cristianamente y en paz.

Pero sigo sin entender el porqué ellos han vuelto a esta villa a hacer este hechizo...

Y dirige su mirada al Caballero

El Caballero, mira con curiosidad al Posadero, y empieza a rebuscarse algo por dentro de la armadura.

Veran...

Como les he dicho antes... ese buen hombre... en su lecho de muerte me contó una historia...

Una historia sobre una reliquia... que él había custodiado durante mucho tiempo...

Yo paré aquí... para buscar información... sobre esa reliquia...

Finalmente saca algo pequeño y alargado, con una sonrisa en los labios.

Tengo entendido que en su casa debería encontrar información sobre ella y sobre dónde la guardó.

Muestra el objeto, una pequeña llave de unas 3 o 4 pulgadas de largo, con una factura realmente característica.

Y lo único que tengo es la llave que abre su cofre.

Si tiene tanto poder como me dió a entender, esa relíquia podria salvarnos la vida y el alma... y acabar de una vez por todas con este infierno.

¡¡¡¡¡LA LLAVE!!!! ¡¡¡LA LLAVE FÍSICA!!!

El Borracho se levanta a gritos corriendo hacia la llave, aunque el caballero no le deja cogerla, dejándolo inmovilizado en el suelo.

¡¡¡Pero solo con eso no podran hacer nada!!!

¡¡¡La puerta está cerrada por un hechizo!!! ¡¡¡Uno muy poderoso!!!

Sigue gritando desde su desastrada posición.

-Y sabéis para que sirve? Por que si vueastro caballero la custodiaba debe de ser importante. A lo mejor podría servirnos para algo- Como para salir vivos de aqui por ejemplo"pense para mis adentros-salir de aquí por ejemplo, creo que deberiamos buscarla.

¿Una reliquia? Elena mira al caballero con curiosidad, y después el borracho salta comentando algo sobre hechizos... Aquí parece que la gente sabe más de lo que dice. Piensa la joven.

Asiente ante las palabras de Cristina, sí, quizás sea una opción para salir de ese lugar... Pero... ¿Quién será el que se aventure a enfrentarse a lo que sea que espera fuera?

Elena no sabe si confiar en lo que dice el borracho, pero dicen que los borrachos nunca mienten... Así que se acerca al hombre y poniéndose a su altura le pregunta mirándole fijamente a los ojos. - Dime, ¿qué es lo que sabes? - Está cansada de estar especulando, eso no lleva a ningún sitio, y mientras están discutiendo lo que sea que hay fuera se va acercando cada vez más....

¿¿¿yo??? ¿¿que voy a saber yo?? -dice el borracho al ser preguntado.

Yo solo sé que esa relíquia podría salvarnos de lo que sea que invoquen... al menos nuestras almas...

Bueno, las vuestras... la mía hace tiempo que la perdí, por intentar conseguir aquello que me estaba vetado...

- ¿Y eso que era? - Pregunta Elena más por curiosidad que porque crea que sea algo que pueda ayudarles. ¿Qué podía ser aquello que pudiera hacerle creer que había perdido su alma?

Aunque, después de lo que está viviendo esta noche, la joven ya se puede esperar cualquier cosa. su mirada se dirige nerviosa hacia la puerta, que de momento parece estar aguantando. Aunque no sabe durante cuanto tiempo más...

Por favor, ¿puede ser mas concreto? No se a usted pero a mí me apetece ver el próximo amanecer.-dice perdiendo definitivamente los nervios-"Vamos a morir, Todos vamos a morir como no encontremos esa reliquia"piensa tristemente.

Rodrigo se unió a las insistencias de sus compañeras.

- Sí, creo que deberías contarnos eso, por el bien de todos... - Esta noche iba a ser definitiva... Un trayecto tranquilo por la provincia y acabo en un pueblo maldito con zombis y nigromantes... Menuda suerte la mía, pensó Rodrigo.

El Borracho se mantuvo en silencio, columpiando su cuerpo en el tamburete. Parecía ido.

De repente se agarró la cabeza con las manos y empezó a gritar, agitándose como si quisiera sacarse algo de la cabeza.

Poco después cayó inconsciente.

Mientras, el Posadero miraba la escena sin demasiado afecto, pero cuando el borrachó cayó al suelo, empezó a hablar.

Hará cosa de un año que lo ví por primera vez.

Estaba en un estado patético, parecido al que le han visto esta noche, pero sin la borrachera. Gemía y musitaba cosas incomprensibles en idiomas que yo no entendía, y de repente empezó a gritar.

Yo volvía del piso de arriba porque la Niña había roto un jarrón y me sorprendió la escena.

Cuando conseguí calmarlo un poco, le dí algo de comer y de beber y le envié a fuera. Y nunca más se fué del pueblo. Lleva un año en este pueblo, y aún nadie sabe su nombre.

Los pocos campesinos que quedan y el anciano, asienten en silencio a las palabras del Posadero, aprobando su acción.

En la misma tarde en que lo encontré, descubrí que alguien había entrado en la bodega. Al no echar nada en falta, supuse que había sido alguno de los niños del pueblo en una de sus bromas o alguno de nosotros que nos la habíamos dejado abierta.

Esta noche he estado pensando en esa tarde durante mucho rato. Y lo he hecho porqué él sabe mucho más de lo que aquí se cuece que la mayoría de nosotros. Sus palabras le delatan.

Lo que he deducido es que él sabía dónde estaba la reliquia y sus protecciones, pero no pudo con ellas. Y eso le volvió loco.

... Y yo llevo un año cuidando a un ladrón de reliquias... que Diós me perdone, pero si lo llego a saber entonces, le echo a la calle a patadas para que se muera de hambre...

Dicho esto, agarra una jara con agua sucia y la vacía encima del borracho, que ni se inmuta.

Tras las palabras del Posadero, os dais cuenta que ya debería ser de día.

Tras las palabras del Posadero te das cuenta que hay pocas formas de saber que se volvió loco por culpa de las protecciones de la relíquia:

- o sabiendo mucho de magia.

- o formando parte del ritual conjurador de la protección.

Elena ahoga una exclamación al ver como el posadero, sin ningún tipo de compasión, tira la jarra de agua sucia sobre el borracho.

Elena mira al borracho con pena, a saber qué fue lo que llegó a encontrar el pobre diablo. Se acerca y cogiendo un poco de agua se arrodilla a su lado colocando la cabeza del infeliz en su regazo. Con un paño empieza a morjarle la frente, intentando calmar el estado del sujeto.

Levanta la mirada centrándola nuevamente en el posadero.

- No os recrimineis, vos actuasteis con corazón... - Un suspiro sale de los labios de la mujer.. Han pasado muchas horas desde que llegaron a ese pueblo, y el cansancio empieza a hacer acto presencia en su rostro. Mira hacia la puerta, seguro que debe estar amaneciendo...

- Cuando despierte, deberíamos intentar averiguar dónde encontró la reliquia... - La mujer se queda un momento pensativa. Dirige su mirada al caballero, que se ha quedado en silencio... - ¿Vos sabeis si esas criaturas continuarán a la luz del sol? - Pregunta esperanzada... Si es que ha salido el sol, claro...

El posadero mira a Elena con cierta sorna.

No hace falta que le pregunteis a él. La reliquia está en el sotano, al final de la despensa.

Fué allí dónde la guardamos hace tanto tiempo. Y allí sigue.

Calla un momento como para meditar sus palabras y prosigue:

Pero teneis razón muchacha. He dicho una tontería. Estando como estaba, lo hubiera cuidado iguamente.

Ahora veo que Diós hizo el trabajo sucio de obligarle a quedarse para que hoy nos pudiera ayudar, dejando a los simples mortales para hacer las buenas obras.

- Entonces, ¿cree usted que debemos ir pues a buscar la reliquia para intentar salvarnos?-le dice a el posadero muy nerviosa."Aunque quien no lo estaría" piensa irónicamente." En una sola noche han aparecido muertos vivientes, nos hemos enterado de que un conde y un abad completamente chiflados que quieren acabar con nosotros y..." Elige la opción de dejar de repasar todo lo que les ha sucedidoen tan sólo unas pocas horas para evitar caer en un estado de histeria incontrolable.Entonces repasando las palabreas del posadero se da cuenta de una cosa-Perdone, pero, ¿a qué se ha referido con que "la escondimos"?¿Cómo sabe usted tanto de todo esto?-le pregunta con un esceptismo notable.

- Entonces, si está aquí... Deberíamos ir enseguida. Cristina, por lo que ha comentado deduzco que por algún motivo la reliquia ha estado siempre aquí, protegida... Y también creo que eso es lo que deben querer el conde y el abad. - Elena con sumo cuidado levanta la cabeza del hombre de su regazo, dejándola sobre su propia capa, y se levanta del suelo.

- ¿Creeis que podríais utilizar esa reliquia? - Le pregunta al caballero, acercándose a él.

Ante las palabras del posadero y sus compañeras, Rodrigo tenía todo un poco más claro. - Debemos traer la reliquia, quizá nos sirva como arma o, si es lo que quieren el abad y el conde, deberíamos averiguar qué hacer con ella...

Has estado pensando en lo que se oye fuera y dirías que están invocando algo.

Viendo lo que se dice en la posada, muy posiblemente ese "algo" sirva para recuperar la reliquia.

En cualquier caso, es algo malo y quien esté haciendo eso ahí fuera, no querrá hacer un buen uso de la reliquia.