El grueso de compañeros se fue dispersando por la torre en busca de sus objetivos. A medida que se alejaban el murmullo de sus vovecillas se fue reduciendo hasta casi desaparecer.
Luth, a gran velocidad, se encontraba ya cerca del almacen cuando de repente se le da por mirar hacia atras -¿Que?- Al ver que dos de sus compañeros lo seguian, rapidamente decide frenarse justo en la entrada y tras dar un par de vueltas pregunta -Que hacen aqui, vienen a ayudarme?- mirando a su alrededor, para ver que tan grande era el almacen y si la harina estaba a simple vista.
Al pararse Luth, Yark intenta no chocar con ella... pero no lo consigue. Y lo hace a tal velocidad que los dos caen al suelo rodando.
- ¡Pero no te pares tan de repente! - se queja el pequeño lutín. - ¿Te he hecho daño? - dice en cuanto puede incorporarse y levantarse, con un tono con el que nadie podría asegurar qué contestación le alegrará más.
- Claro que venimos a ayudarte, tú vas a hacer la tarta, ¿no? Mientras tú coges la harina, yo cogeré el chocolate, ¿vale? - Se dirige hacia un armario alto, donde sabe que siempre está el chocolate... porque generalmente es él quien lo esconde ahí para que nadie más lo coma. - Por cierto, ¿queréis un trozo antes de echarlo al pastel? - sonríe pensando que él si comerá un cachito pequeño. Bueno, va, mejor uno grande.
Viendo que los lutines se han chocado, Guspierku hace lo mejor que puede hacerse en estos casos:
¡tirarse al montón! -Yuuuujuuuuu!! -y todos a rodar.
Pero después, ante la propuesta de probar un poco de chocolate, se pone serio.
¡¡Noooo se puede comer de las cosas del almacén SIN permiso del Amo, Yark, Luth, ... o del portador de la Campana de la Llamada!! - dice sabihondillo.
Sin embargo,... y rascándose la peluda barbilla con un dedo largo y de yemas gordezuelas, mientras gira y gira los enormes orbes de sus ojos.
¿Y si este chocolate, resulta que ha cambiado su gusto de pronto? -expresión de sagacidad- ¡PODRÍA suceder...! -y termina sentencioso- lo más seguro será que lo probemos.... sería desastroso que el amo descubriera que este chocolate sabe a margaritas... o a cebolla.
Plantados ante el armario de comida los lutines discuten sobre el sabor del chocolate. De repente uno de ellos, o los tres, advierten que los productos del almacén están especialmente desordenados (más de lo habitual). E incluso roidos!!! Un saco de harina rasgado muestra un montoncito de polvo blanco alrededor. Y encima, unas emormes huellas indican, indudablemente, el rastro de una rata.
Luth se levanta, sacudiendo su cabeza despues del choque -Auch...Ah si es verdad yo vengo por la harina...pero..- Al ver aquel desastre anormal en el almacen, se acerca al saco de harina rasgado -No! Un bichito ha dañado la harina...maldicion!.- Luth se rie, y un extraño fulgor ardia en sus ojos -Donde estas pequeña ratita, te enseñare un truco que le enseñe ya a muchas de tus compañeras.-
Como cazador de sangre fria, Luth se mueve siguiendo las huellas e ignorando por completo a sus compañeros.
Aproposito, luth es hombre.
No os cuesta demasiado ver los rastros de pisadas de ratón colarse por entre los sacos de harina. Hay más de uno agujereado así que todos los rincones están llenos de polvillo blanco.
- ¡Espero que no hayan hecho lo mismo con el chocolate! brrrr - resopla molesto. - Tendremos que darlas un escarmiento. Y darnos prisa con el pastel.
Mientras su compañero busca dónde se han escondido las ratas, Yark se dirige a las bolsas de harina, a ver si puede hacer nudos con los que tapar los agujeros, o taparlos con algo para poder llevarlos a la cocina sin que se caiga todo.
Oki, lo tendré en cuenta ^^
Mmmmh, miammm, .... mpues,.... mpodéis eftar tdanquilohs,... glup! ... el chocolate sabe como tiene que saber...
Guspierku está con la boca llena, pero sigue atento las evoluciones de Luth con las ratas.
Goblop entra en escena paseando tranquilamente y con ganas de supervisar todo el cotarro.
- ¿Se puede saber por qué Guspierku tiene la cara llena de chocolate? ¡Espero que haya quedado para el pastel!
Guspierku, se da la vuelta de golpe, tan asustado y tan rápido, que todo el chocolate que tenía entre las manos sale volando desde el armario, esparciéndose con liberalidad. Se cae de culo en toda la harina, y se levanta de un salto, demasiado alto.
-clock- se da en el techo del armario.
Shio no he shido, sho no he shido -ptuf, ptuf- hay una rata gigante que lo ha tirado todo por ahí y me he manchado sin querer...
con las manos (sucias) detrás de la espalda, trata de sonreír con cara de bicho bueno -mascota preferida- pero los dientes no pueden brillar... cuando están llenos de chocolate.
- Chicos, creo que Guspierku nos mente, al hablar saliba chocolate. Incluso estoy seguro que al hablar escupe... y escupe chocolate. Esto huele muy mal compañeros, creo que no tenemos chocolate para el pastel del amo.
¡¡¡Yo no escupo!!! grita fuera de sí Guspierku, escupiendo salvajemente. Luego se para al escuchar...
¿Y qué es lo que huele mal? -snif, snif, snif- yo sólo huelo a.... ¡a nada! ¡se acabó! como vuelvas a decir que yo miento te reto a-a-a... ¡un reto!
Se pone en jarras, latigueando con su cola nerviosamente, y mirando a Goblop desde arriba del armario, con la carita arrugada por la ira, retadora.
- ¡Qué bien, Goblop! ¡Has venido a ayudarnos con las ratas! - exclama contento Yark, ignorando todo lo dicho por el jefe de los lutines. - Mira cómo han dejado la harina. - dice señalando los sacos a los que ha hecho torpes nudos para que aguanten lo máximo posible. - ¡Sin harina tampoco hay pastel! Luth ha ido a ver si las encuentra, ¿le ayudas mientras seguimos buscando los ingredientes?
Yark se sube a las estanterias, para buscar el azucar, la levadura... todo lo que se le ocurra al pequeño lutin que necesitarán para el pastel. - Guspierku, ¿te pones abajo y lo vas cogiendo?
- Seguro que por aquí hay más chocolate. Y total, el pastel puede ser de otra cosa, mientras haya chocolate para mi también... - piensa mientras revuelve todo.
- Yo no pienso ayudaros a buscar el chocolate que quede ni a recoger la harina. ¡Eso no está en mi contrato! ¿Qué os habéis pensado? Tengo mucho trabajo jo, holgazanes, más que holgazanes! Yo no veo ratas por aquí. Luth se habrá perdido entre los sacos... a no ser que me esté tratando de jugar una mala pasada. Luth, ¡sal de donde estés! Encontrad ese chocolate y recuperad esa harina.
¡Encontrar cosas está en mi contrato! -dice Guspierku animadamente- ¡claro!, por eso estaba buscando el chocolate! Y después se rasca la cabeza... pero... se me ha perdido otra vez, ¡espera, que lo busco!
Y se pone a recoger el chocolate y la harina con mucha diligencia, para que viendo lo bien que lo hace, Goblop se olvide de que se lo estaba comiendo...
- Así me gusta, a trabajar, a trabajar. Quedará un pastel maravilloso.. por cierto ¿Alguien de vosotros sabe cocinar?... Un momento, oigo ruidos en la antecámara. ¿Quién será? ¿Sabéis si el gato corre por aquí?
Ante la sola mención del gato Guspierku da un brinco espectacular, del susto que se lleva.
¡Pom!
De nuevo se da en la cocorota con el marco del armario
¿E-el g-gato dices....?
Y se pone a mirar a todos lados con aprensión...
No creo que venga hacia aquí, ¿verdad? ... a los gatos no les gusta el chocolate.. razona esperanzado.
¿Decías de cocinar?... pues no, pero me encanta comerme al comida rica que preparan clos cocineros, eso sí que sí
Luego se acuerda del gato
Eeeh, chicos, ¿no creéis que deberíamos asegurarnos de que el campo está libre de gatos...?
Con el desparpajo que la caracteriza, Gilitrutt entra despreocupada en el almacén, con los brazos llenos de diferentes tipos de flores.
- ¡Holaaaaa! - grita saludando según entra - ¿Hay alguien aquíiiii? ¡Traigo flores para decorar el pastel! - dice con su voz estridente, mientras va dando saltitos.
Mira esperanzado a Gilitrutt...
Me encantan las flores... saben muy bien - las mira goloso- Por cierto, ¿no has encontrado un gato por ahí?- añade temeroso