Partida Rol por web

Hace ya cinco años que me abstuve a la bebida, a ver si puedo aguantar...

Le respondo con una sonrisa mientras pedi tres jarras de cerveza.

Bebed, invito yo.

¿Cómo estará Bast? Mientras conversaba con Kal, mi mente no dejaba de vagar pensando en el dragón. Lo había visto unas horas antes de aparecer por la taberna, pero lo extrañaba. La necesidad de surcar los cielos se hacía cada vez más urgente. Así como me sentía yo, debía sentirse mi nuevo amigo. Tal vez, ya fuera hora de echar a rodar el detonante de nuestro plan.

La aparición de Nat me dio la oportunidad. Cuando la atención de los presentes se centró en ella tuve la oportunidad de meter mi mano en el bolsillo y disimuladamente di un soplido al silvato que llevaba. Sólo Bast lo oiría. Y saldría a apoderarse del cielo nocturno.

-¡Gracias Nat! Brindemos por el reencuentro... aunque sea en estas extrañas circunstancias- Tomando mi jarra la elevé, abarcando a los allí presentes.

¡Tres!.- grito el viejo poniendose en pie.- ¿Lo sentis?¡JA! Van tres decisiones tomadas, quedan solo dos y el mundo dara otro giro para enfrentar otro capitulo de su destino.

¿Qué otras dos decisiones se han tomado, gran sabio?, saben todo que la mia es gobernar como reina, ¿y las otras dos?

Le pregunto al viejo sabio con cierta curiosidad, pero contenida con una expresión serena y seria.

Rebelar el resto intercederia con las que quedan por tomar y el destino se malograria.- Afirma el anciano volviendo a sentarse.- Pero ya veo un poco mas, sombras negras si, pero atravesadas por fuertes rayos de esperanza.

Lo de las sombras negras abía a que se refería y...en cuanto a rayo de esperanza...supongo que será el nuevo mundo que crearemos mis camaradas y yo...

Entiendo...muchas gracias por el consejo, gran sabio...¿tiene algo importante que decirnos antes de hacer frente a nuestro destino?

- Oh, si... por su puesto. Toda reina necesita un rey. Muchos reyes se desposaron amando a otras pero vieron que su deber era mas grande que su corazon. Puede que en el futuro semejante decision recaiga sobre otros hombros, con la corona pendiente de un hilo.

Ummm...yo para elegir rey...soy algo...indecisa...

Le respondo un poco avergonzada.

No sé...si seré capaz de encontrar a alguien adecuado para ello...y que se comprometa...

Me encontraba bebiendo cuando las palabras del sabio me sorprendieron. ¿A qué decisiones se refería? Nat y yo habíamos tomado una postura, pero Kal aún se encontraba indefinido... ¿Sería que Luc ya sabría la verdad y eso inclinaba la balanza hacia nuestro lado? Y mientras, Bast estaba allá arriba... No pude evitar sonreir.

Al escuchar las palabras del sabio, mi cara mostró desconcierto, y luego una sonrisa.

-Nat, no mires para este lado. La corona me resultaría muy pesada. Y me sentiría muy raro contigo en la alcoba- luego comencé a reir imaginado la hipotética situación.

¿Eh?, ¿qué?

Le pregunté sorprendida.

Entonces...¿quién...?

Me preguntaba pensativa.

-Mujer, ¡déjate de vueltas de una vez!- no podía evitar divertirme con la situación. Nat, siempre tan dada a las complicaciones... debería aprender de las norteñas-es más que evidente que hay alguien que no solo sería un buen compañero con quien compartir responsabilidades, si no que además, te haría feliz... ¿o me equivoco?- a ver si empujándola un poco juntaba el valor para enfrentarse a quien amaba.

¡E...ey...!, ¡no me empujes, Gaunt...!, ¡no sé de quien me hablas...!

Le digo a mi compañero mientras me volteaba un poco sonrojada y frunciendole el ceño.

-Vamos Nat... ¿acaso quieres que los bardos cuando canten de tí, hablen de la niña que dejó ir a su amor por... vergüenza?- Era increible que, a pesar de lo que había madurado, la futura reina siguiera actuando como una niña ante ciertos aspectos mundanos de la vida.

¡No,no...!, en serio, no sé de quien hablas, Gaunt...

Le repito a mi camarada, no sabía si se refería a Kalthorin, el cual dudaba de que me dijese que sí, u otro.

¿podrías decirme al menos de quien se trata,no?

Le pregunto volviendo a mostrar una expresión de seriedad mientras me arreglaba el pelo.

Discretamente la camarera te pasa un papel.

- "Reunete con nosotros en la capilla, ven solo: Luc"

De repente notas como si todo el mundo se quedara detenido en el tiempo y tu fueras la unica que pudiera moverse.

Es una sensacion extraña, tus oidos escuchan ecos confusos, como si estuvieras bajo el agua.

Una mujer se aparece ante ti. Sabes que es una diosa y sientes un amor infinito emanando de ella.

- Yo te saludo, Natalia Blache, futura reina del impero. Escuchar con atencion, vuestra amiga, Hundra, va a traicionaros, avisar a Lord Kalthorin e impedirlo. Hundra es malvada, os engaña a todos, si continua viviendo habra guerra en la tierra y morirarn muchos por su culpa. La niña todavia puede salvarse, pero bajo su custodia se convertira en una bruja tanto o mas peligrosa que ella misma. Por favor, reina Natalie, ¿Me ayudareis a proteger a los inocentes?

Me arrodillé ante la diosa y coloqué mi mano derecha en mi pecho, situada cerca de mi corazón.

Os prometo que se lo contaré a Kalthorin, Gran Diosa. Deseo impedir este derramamiento de sangre y crear un mundo mejor. Así que, por favor, no llore, mi señora. Estoy aqui para serviros.

- Levantaros Reina Natalia y comprender lo que os pido. Hundra debe recibir muerte para que el mundo viva y prospere. Su hija a de ser criada por vos y Kalthorin como padres y futura princesa imperial.

¿Creeis que podreis asumir tal carga, reina Natalia?