Partida Rol por web

Me seco las lagrimas con las manos, no son propias de mi, luego tomo aire un segundo.- Are el sello ahora, mientras duerme... sera la ultima vez que use mi poder y necesito tu consentimiento para hacerlo. Despues intentare buscar a su padre y hablar con el... si no le encuentro o no la acepta se la dejare a Garek. ¿Estas de acuerdo?.- pregunte buscanso su aporvacion, no queria hacer nada que le hiciera pensar que iba a traicionarle.

Todo terminara antes del alba. Tu sufrimiento y el mio... hasta que volvamos a encontrarnos, en el otro mundo.- digo fingiendo su misma sonrisa.- Si no te importa... me gustaria hacer esto sola, aprovechar los ultimos segundos que pasare con ella.

Se quedó observándola unos momentos. Rogó a Arcariel, al Creador y a todos los dioses que esto no fuera una nueva treta. No lo soportaría.

-Está bien -terminó accediendo-. Te esperaré en la puerta.

Abrió la boca como si fuera a decir algo más, pero sólo giró sobre sus talones y salió de la habitación.

Al salir, Kalthorin concentró sus habilidades de templario para detectar la magia y averiguar si Hundra cumplía su parte del trato.

Demasiadas traiciones.

Voy al cuarto de la niña y acaricio su pelo mientras muerme. Mi pequeña... intento pensar que sera feliz, que despues de esto nadie la persegira ni la temera, que podra vivir libre en norte o el sur. Tomo aliento y la abrazo sin despertala.

- Te quiero Yadra, esto lo hago por ti, mi vida... perdoname.- Le susurro mientras la coloco en mi regazo como cuando era un bebe. A modo de nana comienzo a recitar el sello.

Murmurro bajito para no despertarla y la luz fluctua a mi alrededor, una pequeña corriente llena la habitacion. La tapo con la manta mientras continuo, hasta terminar el sello.

Vuelvo a meterla en su cama, abrazandola y beso su frente, tal vez por ultima vez en mi vida. La miro un segundo sabiendo que no la vere crecer... cuando siento que la angustia me llena aprieto los dientes y cierro su puerta para que nada perturbe el sueño de mi angel.

Al terminar me limpio las lagrimas que amenazaban con derramarse y salgo en busca de Kal.

Hundra cumple su palabra, solo usa el sello y despues besa la frente de su niña y sale a tu encuentro con los ojos arrasados por las lagrimas que retiene.

Salgo al terminar y busco a Kal.- Esta hecho.- le susurro.- Lo siguiente de la lista es mas dificil y no menos duro.

Kalthorin asintió gravemente. Hizo un gesto con la mano para dar a entender que le cedía el paso escaleras abajo. Se preguntaba qué opinarían de él los demás. Aunque ¿acaso importaba? El propósito de su vida acababa tras la muerte de Hundra y el cumplimiento de las promesas que le había hecho. ¿Le dejaría Arcariel olvidado en un rincón como el soldadito roto de un niño pequeño? ¿Sería perseguido por los bárbaros, o por sus propios amigos, por haberla matado?

No le importaba. El mundo estaría a salvo, eso era lo principal. Kalthorin nunca necesitó un agradecimiento ni una felicitación. Aunque toda su vida hubiera sido luchas, muertes y tragedias, el fin habría merecido la pena.