Partida Rol por web

De acuerdo...

Vuelvo a levantar la mirada buscando la suya, pero...segui desviandola.

Pero...una cosa...¿podrias acompañarme a ver al sabio...?

Durante mi pregunta, miraba al barbaro muy sonriente, dandole las gracias con la mirada, ademas de buscar a los tipos sospechosos de antes, lo cuales...¿desaparecieron...?

El ambiente seguía tenso. Luc seguía actuando de forma extraña. Kal y Hundra parecían haber dejado sus diferencias de lado por el momento, pero era una paz muy fragil. Y Nat intentaba no ser reconocida. Con un murmullo pedí a la camarera que volviera a llenar mi copa mientras observaba la situación. ¿Qué se proponía el destino al volver a juntarnos así?

Me quedé esperando la reacción de Luc, tal vez Kaltorin obtuviese una respuesta mejor que la que me había dado.

-¿De acuerdo? ¿Eso es todo lo que tienes que decir? -Kalthorin suspiró y negó con la cabeza-. En fin, aún no me has dicho por qué es tan importante encontrar a ese hombre.

Necesito consejo para acabar con el conflicto entre humanos y magos...he viajado mucho para encontrarle y pedirlesu consejo, su sabiduria...

Contesto a su pregunta en un tono un poco mas relajado.

-¿Humanos y magos? ¿Es que los magos no sois también humanos?

Kalthorin suspiró, pero luego meditó sobre lo demás que Natalia había dicho. Ahora entendía por qué tanta insistencia en que fuera con ella. Nat quería él hablara con ese hombre.

-Nunca se le ha visto lanzar ningún conjuro a ese anciano. Si es un mago tal y como dice, quizá tengo algo interesante que decir -admitió Kalthorin antes de avisar:-, o quizá no. En la ciudad hablan de él como un lunático. Puede ser que no encuentres lo que andas buscando.

El paladín se encogió de hombros haciendo crujir las junturas de su armadura.

-Da igual. Ese hombre merodea por aquí, pero no tiene residencia fija conocida. Es como buscar una aguja en un pajar: puede estar en cualquier parte. Creo que lo mejor es que nos quedemos con los demás, pues creo que pronto saldremos de la taberna y se cuece algo importante. Si tenemos suerte, quizá nos lo encontremos. Le reconocería si lo veo. Si no, prometo acompañarte en cuanto haya acabado con lo que tengo que hacer.

Una hombre entro y se quedo mirando a los presentes con interes, toqueteandose la barba.- Los actores han sido reunidos.- comento pasando los ojos por todos, desde el enorme Garet hasta la pequeña Yadra aun dormida en brazos de su madre.- Peculiar eleccion para tan importantes papeles.

Si mas se sento en una mesa, dejando su baston a un lado y su bolsa al otro, pidio una bebida caliente y se quedo espectante como si esperase que comenzara una obra de teatro.

-Ahí tienes a tu hombre, Nat -suspiró Kalthorin refiriéndose al anciano.

Señor...¿usted...usted es el famoso sabio del que todos hablan en este pais...?

Le pregunto con curiosidad.

Si es asi, por favor...necesito su consejo...

- Va ha necesitar mas que eso princesa. Esta noche se decide si su cabeza recibira una corona o rodara por el suelo.- Afirmo el sabio sin expresar emocion alguna.- Y vos paladin, sabed que esta en vuestra mano salvar al mundo o condenarlo. Respecto al herrero, el destino se debate como un pendulo, de un sentimiento a otro contrario... Decisiones, decisiones.. todo en esta noche dependera de vuestras deciosiones....¿verdad hermosa bruja?.- dijo preguntando con la vista puesta en Hundra

¿Que tiene que ver Hundra con todo esto, señor...?

Le pregunto con curiosidad, clavando la mirada en el anciano sabio.

¡TODO TIENE QUE VER CON TODO!.- Exclama el hombre palmeando la mesa.- El universo es un patron de infinitas lineas, todas se rozan en algun punto, todo conecta con todo. Ella.. Hundra.- dice recordando el nombre que Nat a pronunciado.- Tiene el poder, lo domina y lo comprende, ella sabe de que hablo mejor que ninguno de los presentes. ¡Todo se mueve, todo cambia y todo cambio afecta, incluso una pequeña brisa puede desencadenar un terrible huracan y arrasar un pueblo entero!.- exclama dando mucho enfasis a sus palabras para apaciguarse de nuevo.- pero aveces, sobre esa ruina, puede crecer algo mejor y mas hermoso... solo aveces, si se toman las decisiones acertadas ¿Y como saber cuales son? ¡Oh! eso ni los dioses lo saben, solo padre tiempo nos lo dice.

Me quede en silencio en un breve instante y me dirigi al sabio.

Digame, gran sabio...¿Que es lo que podemos hacer...?

-Lo que debemos -replicó el paladín tajantemente-. No hemos de perder el tiempo intentando entender por qué los dioses o el destino nos eligieron a nosotros. Debemos aceptarlo y hacer lo que se supone que debemos hacer.

-¿Y qué es eso que deben hacer Kaltorin?- Adrede me había excluído de la acción al preguntar.

En eso...¡tienes razon!

Me dirijo de nuevo al sabio.

¡Kalthorin tiene razon!, ¡nosotros somos los dueños de nuestro destino, no los dioses!

Le añado en un tono un poco de reproche. Las palabras que dijo Kalthorin eran la pura verdad, seremos juguetes de los dioses, pero nosotros somos los jefes de nuestro destino.

Y...¿que tienes en mente, Kalthorin...?

-Yo no he dicho eso -gruñó el paladín a Natalia-. He dicho que si somos tan importantes, será por algo. Podemos lamentarnos por el peso que los dioses o el destino han puesto en nuestros hombros o podemos ver el lado bueno.

Después miró a Geoff.

-Ya habéis oído al anciano. Trato de salvar el mundo -dijo en tono jocoso-. ¿Y vosotros?

El sabio se queda mirandote y sientes que tus ojos se cierran solo es un parpadeo pero escuchas la voz del anciano en tu cabeza.- Esto es lo que yo se, lo que yo he visto...

Sobre la hierva verde cae sangre blanca, casi luminosa. Es un simbolismo claro de que se trata del sacrificio de un inocente, de fondo oyes una risa demoniaca con un tono casi angelical que te desconcierta. Ves a Kal con sangre en las manos, llorando, suicidandose con su propia espada y a tu pequeña sobrina portando el arma que Luc le a forzado, cubierta de sangre, luchando contra sombras que la atacan por todos los frentes. Luc le da la esplada y se marcha. Al dejarla las sombras la atrapan y le arrancan la ropa. Ves a varios hombres sobre ella como animales... no quieres ver mas pero los gritos de la niña no hacen volverse a Luc quien avanza hacia un avismo y se lanza al vacio por propia voluntad. Te ves a ti misma entregando una corona tu enemigo, en lugar de ponertela tu misma y este te siega la cabeza de un tajo... Geoffrey se te muestra con un gran escudo, intentando protegeros a todos pero siendo incapaz de hacerlo, sumido en la desesperacion mientras norte y sur arden con el fugo de la guerra.

Tan horrible pesadilla dura apenas un segundo en el mundo real, una eternidad ante tus ojos..

- En esa premisa coincidimos.- digo en apollo de Kal. Comprendo las palabras del anciano pero se que tiene misterio encerrado en ellas, trato de pensar en cada silaba, si no es casualidad que estemos nostros aqui, tampoco es casualidad que el sabio aparecca de golpe a sermonearnos.

Kalthorin se llevó una mano al pecho e inclinó su cabeza hacia Hundra. Fue un gesto muy leve, apenas perceptible, pero estaba cargado de un respeto y una devoción más allá de las palabras.

¡AAAAAHHHHH!

Chillo en voz alta, en un tono de desesperacion mientras lloraba y me ponia las manos sobre la cabeza. Veo que mis compañeros estaban mirandome de forma rara y caigo al suelo, susurrando elgo mientras caia.