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La noche más oscura [+18]

Partida - La noche más oscura

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16/06/2022, 00:50
Arcadia

Hablar con Min era como recibir una bocanada de aire en mitad de un naufragio. A su lado, no se ahogaría. Una parte de ella sabía que Min mentía, que tenía tantas dudas y recelos como ella. Esa parte sabía que Min no lo sabía que todo. Que no era más que otro fracaso viviente. Esa parte estaba encerrada bajo llave. La parte que llevaba el timón había colocado al enano en los mismos pedestales en los que antaño había colocado a profetas y sacerdotes. Min era su camino. No importaba a donde le llevase.

 

Hace unos instantes una palabra desafortunada de Vasanth podría haber desatado su furia escondida. Pero tras su sondeo todo había cambiado. No había descubierto nada que no esperase en los demás, pero ahora sabía porque el tigre viajaba con ellos. A pesar de su aspecto, de la fuerza que poseía, de su porte, estaba tan roto como el resto. Uno de los nuestros.

 

Alguien había aceptado su desafío. Era hermosa y terrible. La muerte con cuerpo de mujer. Pensó, alocada, lo que sentiría al amar un cuerpo así. Si acaso un alma yerma y gris podría amar. ¿Podía ella? Hablaba de muerte, de amenazas. La otra cara de la moneda. Un príncipe, un usurpador. En una historia siempre hay dos partes. Ninguna tiene razón pero la contienda continúa. A ella poco le importaba si había algo de razón en sus palabras. La mujer podía creer tener razón.

Importaba la niña. Protegerla. El devenir de un reino no era asunto suyo.

Vasanth había hablado, elegante, aludiendo al poder del Cielo. Darion fue más claro. Le gustaba más su estilo. Y sus ojos. Ella paladeó las palabras de la mujer de negro. “La Muerte será un dulce prospecto en comparación con lo que Mi Príncipe os tiene reservado”.

—¿Y qué diferencia hay con la Vida?

Corcho estaba listo. Ella también. Ladeó su cuerpo, tensó su brazo con la jabalina. Lista para arrojarla. Hacia la mujer o su cohortes, pero también para ladear su cuerpo y lanzarla contra cualquier cosa que surgiera por la retaguardia. Corcho había señalado que aquello parecía una distracción. Ella también lo creía.

—Abre tus ojos. Grita si ves algo. Y agárrate bien.

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16/06/2022, 23:38
Kyuss von Trier "FreshMeatCandy"

Pequeña crisálida misteriosa y durmiente. De la pupa de tu secreto los nuevos custodios somos, ¿Por cuánto tiempo? Tantos son los poderes que buscan tu sustancia, que aún no conocemos, que está tejido de sueños. Despierta, Hija del Pecado, pues sus hijos también somos, infausta especie de hermanos.

Ariadna.

Ella el centro de aquel misterio.

¿Cuántos más tratarían de hacerse con ella?

Sin duda haberse convertido en sus guardianes proporcionaría al grupo una buena colección de encuentros inesperados y peligrosos, con intenciones desconocidas pero siempre con el mismo objetivo: La niña.

Era terrible cargar con una responsabilidad aparentemente tan importante sin ni siquiera saber en qué bando estar, o cuántas facciones entraban en juego y cuáles eran sus motivaciones.

Kyuss advertía la misma duda suya tras la determinación de los guerreros, dispuestos para el combate como lo estaba él.
Porque así lo sentían.

Trató de utilizar su Persuasión para con aquel enigmático y hermoso ser de niebla y amenaza.

- No podréis, me temo, mi dramática Emisaria. No está en vuestra mano detenernos; ahora, aquí, en este momento.

- Gratitud; vuestra última advertencia es la primera, así que os pido paciencia. NO os entregaremos lo que reclamáis AHORA. Necesitamos saber. ¿Nos atacaréis sin demora, o llevaréis nuestro pedido a vuestro Príncipe?.  

- Embajador de nuestro grupo me ofrezco, podéis permitirnos el paso y conservar a vuestros esbirros, o luchar y perdernos el rastro. 

- No estamos solos, mujer, este mensaje llevaros. Hablemos a nuestro regreso en este mismo lugar encantado. Obtendréis entonces vuestra respuesta, no ahora, después obrad en consecuencia. Abrid el paso, os lo ruego. Evitad la muerte a los vuestros.

Las palabras reptaban a través de los labios de Kyuss, extendiéndose a su alrededor con miles de patitas que rascaban, frotaban el suelo del bosque, deslizándose como una amenaza invisible y ponzoñosa de sincera advertencia. 

- No más amenazas, mujer, no más humillación para nosotros. Somos los desdichados. Abrid el paso y decídselo a vuestro Príncipe.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho una tirada de Persuasión oculta por si le parece apropiado al Director.

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17/06/2022, 14:12
Klamore

La joven ave avanzaba junto al gran tigre, sin dejar de dar vueltas a todos los acontecimientos desencadenados durante la noche del ¿día anterior? ¿Podía realmente afirmar que el día había pasado, cuando el cielo seguía escondiendo al sol y a la luna? Había detalles descifrados en su mente, como una madeja que se desenvuelve poco a poco. Los hilos comenzaban a unirse, del mismo modo en que aquel variopinto y ciertamente llamativo grupo, tanto por número como por su mezcla de rostros y razas, habían comenzado a hilarse con los hilos invisibles del destino. Klamore estaba, por supuesto, callada y pensativa. También atenta a los sonidos, a las voces, a las ideas. Dando nombres a lo que no podía nombrar, y cazando palabras que pudiera imitar. Incluso en sus movimientos comenzaba a copiar a quienes le acompañaban, los pesados pasos del enano, la elegancia recia de la platinada, el confiado andar del tigre, el sinuoso y serpentín movimiento del joven de muchos rostros, la cautela de aquel con oscura piel. En especial, el musical avance de Von Trier que tanto atraía su atención.

Notó aquella pregunta silente en los ojos del flautista oscuro, y replicó con una negación de su cabeza. No, aquello no había aparecido en sus sueños. Y sin embargo estaba segura que iban por buen camino. Buen camino en el sentido de que era a donde estaban destinados a avanzar, no a que fuera a ser un camino bueno. Cosa que quedó probada con la aparición de aquella dama oscura. La kenku intento ubicarla dentro del mapa inconexo de su mente... Pero el aire tenso olía a enfrentamiento, y la acólita chasqueó su pico con molestia. Sabiendo su misión, había olvidado prepararse para ello correctamente. Bien, tendría que depender de aquellas habilidades que manejaba con más o menos experiencia, y con eso en mente se colocó junto a donde el tigre dejaba a la niña, preparada para invocar la magia de aquel que le abría los ojos en la noche para que viera más allá.

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20/06/2022, 11:24
Desdémona

Hay un breve instante de tensa quietud tras las últimas palabras pronunciadas por Kyuss von Trier. La niebla gruñe y emite sonidos guturales por doquier.

La Luna Negra habla:

—Habláis como quien posee alternativa, mundano. Y vos no la tenéis. 

>> Solo hay una cosa que llevaré a Mi Príncipe... —afirma mientras posa su mirada carente de iris o pupilas en Ariadna.

A su espalda, la niebla regurgita una cuadrilla de horrendos monstruos armados hasta los dientes. Seres de pesadilla, altos y desgarbados, ataviados como si de disciplinados soldados se tratasen, alabardas imponentes en las manos, cotas de malla, miradas marciales. Vagos rasgos humanoides desfigurados en una caricatura demencial. Sus exageradas mandíbulas sembradas de colmillos. Sus ojos reflejan hambre. Sus ojos presagian sangre.

Todos exhiben una característica y siniestra capucha rojo sangre.

El Escuadrón Rojo

—Mas no temas, hombrecillo —añade Desdémona, inafectada, ajena a todo rastro de emoción, dedicando una sonrisa triste a Kyuss. —Mi atención personal está reservada a aquel que cree que las caricias del viento pueden arañar la superficie de la luna.

Aunque distante, su mirada terrible se posa en Vasanth. El tigre tiene entonces otra revelación lúcida: la noche, en su oscuridad, abarca todas las posibilidades. El pasado. El presente. Y el futuro. Toda su vida se concentra en este preciso instante, un momento decisivo. La asesina ha jurado matarle. Y así lo hará si el tejido del Destino no se resquebraja esta aciaga noche.

Las figuras armadas a su espalda dejan traspasar entre sus piernas a tres diminutos seres deformes de rostro maléfico, narices enormes, ojos acuosos, dagas emponzoñadas.

Asesinos acatarrados

La Luna Negra se lleva un profético dedo a los labios, y añade mientras se volatiliza entre la bruma:

—A sangre y fuego. Sea...

Sobre vosotros se cierne repentino un funesto silencio al tiempo que el bosque enmudece y hasta vuestro acelerado respirar os es arrebatado.

- Tiradas (1)
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21/06/2022, 12:37
Mîn Rompebuches

Lo primero que pensó Mîn al divisar a aquella mujer fue que era peligrosa. Puede que no tanto como ese Hombre Cetrino, pero desde luego el enano preferiría estar todo lo lejos posible de ella. El escaso cabello de su cabeza se erizó, claramente en guardia ante lo que podía suceder.

Dafne les informó acerca de quién era esa misteriosa y peligrosa mujer. Quería que muriese la niña, y al menos para Mîn aquello era suficiente para saber que no iban a llegar a ningún entendimiento con la fémina. Los ratones indicaban que aquello apestaba a emboscada, y el guerrero enano estuvo seguro de ello. Bien. Quizá fuera el momento para combatir un poco. Después de la pelea que habían mantenido Arcadia y él en la taberna contra la semiorca, tal vez fuera bueno un poco de acción para comprobar si sus capacidades para el combate no se habían oxidado.

Desdémona les había amenazado, les había dado la oportunidad de entregar a la niña y a sus guardianes, dando a entender que con suerte salvarían así la vida. Mîn sonrió, pensando en que aquel no era el tipo de persona que tendía a perdonar la vida de otros, no dejaban cabos sueltos. Ni siquiera se le había pasado por la cabeza entregar a la niña, aunque sin duda las palabras de Desdémona le sonaban poco sinceras. Hicieran lo que hicieran, iban a cargar contra ellos. La única diferencia es que si decidían luchar por la niña y protegerla no se convertirían en monstruos.

"Pue' de algo hay que morir" pensó el enano para sus adentros, sin darle excesiva importancia a las amenazas de Desdémona. En esos instantes, estaba listo para combatir.

Al divisar cómo aquellos monstruos de capuchas rojas surgían de entre la niebla y dejaban entre sus piernas a los pequeños seres deformes y narizudos, Mîn supo que había llegado el momento de combatir. No supo qué había hecho Desdémona, aunque repentinamente el bosque había enmudeció. El enano no se quedó quieto, decidiendo lanzarse a combatir cuerpo a cuerpo contra el monstruo de la capucha roja que se encontrase más próximo, decidido a golpearlo con su martillo de guerra.

- Tiradas (2)
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21/06/2022, 15:44
Arcadia

El miedo. La emoción más auténtica del corazón. El miedo era humanidad. Miedo al dolor, a la pérdida, a la oscuridad. A la muerte. El miedo dominaba, obstruía pensamientos, cambiaba de pareceres. El miedo era una excelente herramientas. El miedo era un sistema de autodefensa, un detector de peligro. Aquí y allá uno sentía escalofríos, temores, y sabía a que atenerse. El miedo podía convertir el más bravo en un cobarde y al más cobarde en el más suicida. Arcadia había paladeado todo tipo de miedos. Había pasado por todos sus estados. Sus nervios habían sido rotos, machacados, igual que su espíritu. El miedo de la duda ¿Volverá el torturado con el hierro candente o las tijeras de dientes? El miedo a la promesa ¿Si no muero aquí, qué será de mí? El miedo a lo desconocido ¿Y si muero, veré los rostros de mis padres? El miedo a la vida ¿Y si vivo, a donde podrá ir una chica como yo? El miedo, eterno compañero. O lo dominas, o te domina.

Recordó parte del mantra con el que se había forjado su alma “…los fallos provienen del miedo. Sin miedo, no hay fallos”.

 

Silencio. El mundo callado. Hermoso. ¿Es esta mi verdadera naturaleza? Lucharía en la sombra entonces. La mujer, hermosa, se desvaneció. Aún sigue ahí, pérfida. Si no la podían escuchar ni ver, solo podían olerla. Los monstruos, rodeándoles, se cernían sobre ellos, sobre la niña. Lo lógico sería cerrar el grupo, hacer una salida. Escapar. Una trampa, el bosque, la noche. Mejor si los mataban a todos. A todos.

Ella cerraba el grupo, retrocedió hasta alcanzar a Klamore. El hechicero de las palabras estaba con Vasanth. Min y Darion al frente. El niño perdido encontraría su lugar; sombras, silencio, caos y muerte. El mismo elemento para todos. Habló a Klamore.

—…

Y luego insufló valor a sus compañeros mediante un grito de guerra.

—…

Ah, ya, las palabras. Los muros invisibles.

—…

Maldijo, palabrotas. Una oración a sus padres, interna. Pelear. Eran demasiados.

Los monstruos eran engendrados por las pesadillas para traer el miedo a los corazones de la gente. Sus rostros deformes, sus ojillos sádicos, sus dientes y garras. Eran cazadores. Los hombres palidecían y morían antes de entrar en combate. El terror los mataba antes. ¿Pero qué sucedía cuando los monstruos encontraban a sus propios monstruos? Una persona que no se doblegaba, que no les temía. Y no solo eso, que los deseaba, que lo esperaba. Un adalid de la luz, un abanderado de las causas justas. Un cuerpo firme, forjado por y para la batalla. Carne y hueso afilado como un arma para enfrentar ese tipo de cosas.

En su rostro no había duda. Sus ojos brillaban con la llama del deseo, de la provocación. Su sonrisa fue más afilada que su espada. El mandoble en las manos, la armadura brillando. La luz solar ahuyentaba a los vampiros, la plata al hombre lobo. Ella, a esas criaturas. Ni una nota discordante. Ni temblor, ni duda. Atrajo sus miradas, ¡Y sus almas! Miradme perros, mi nombre es la nada y de la nada vengo. ¡A la nada vendréis conmigo!

Era algo visceral, emocional. Algo a nivel primitivo, niveles por debajo de la consciencia. El miedo auténtico no era el que podías ver, palpar. No es el monstruo deforme con un arma feroz en las manos. Si podías ponerle nombre, el miedo retrocedía un paso. El terror verdadero era la mujer famélica y pálida que aguanta el envite y espera con frialdad, que te hace preguntarte ¿Por qué no se dobla? ¿Por qué no huye? ¿Por qué no teme? Porque ella es la muerte. Y la muerte les esperaba.

Notas de juego

Aspecto Terrible sobre todo el regimiento de monstruos y la mujer que se ha hecho invisible. De hecho, sobre todo ser vivo menos sobre sus compañeros. Arcadia será el escudo de Klamore. Si vienen a por Klamore, tendrán que pasar por encima de ella. :D

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21/06/2022, 17:18
Darion

Darion sólo emitió un suspiro resignado cuando escuchó a aquella mujer y tras ella surgió aquel pequeño pelotón de criaturas malignas. Sus dedos, ya cerrados sobre la jabalina, se apretaron aún más.

«¿Quién eres, niña?», se preguntó internamente. «¿Quién eres, narradora?».

Algo estaba claro para Darion: se había desatado una batalla que estaba muy por encima de sus conocimientos, de su inteligencia y de su capacidad; en esa batalla, la niña debía ser salvada. A él le había tocado en gracia o en desgracia tomar partido y tenía claro de qué lado estaba, igual que tenía claro que, de ser necesario, habría que dejarse la vida en ese combate.

«A veces, la vida sólo vale para entregarla y perderla. Lo difícil, pequeño, es saber cuándo ha llegado ese momento», le había dicho alguna vez su padre. ¿Era este el momento? Demonios, si no lo era, se parecía mucho. «Cuando ese momento llegue, no reserves nada para después, chiquillo».

Darion notó el fuego prendiendo en su pecho al ver a aquellos demonios. Arrojaría su jabalina contra uno de esos asesinos de nariz roja y, después, sacaría su espada para hacerse cargo del resto.

Notas de juego

Activo la Furia de Darion. Jabalinazo al primero que se acerque y después a espadazo vivo con Ataque temerario.

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23/06/2022, 14:07
Amo del Calabozo

El mismísimo avatar de la Muerte rodea la envoltura de carne y hueso de la albina Arcadia. La joven cruza el mágico mutismo que rodea el campo de batalla portando el miedo hasta el corazón de sus enemigos, espada en ristre, preparada para derramar sangre junto a su hermano de armas, el enano al que apodan Rompebuches. La falange que acompaña a la Luna Negra adopta una formación defensiva al verles avanzar hacia ellos, sus alabardas preparadas para el embate. Dos de los gorros rojos flaquean y reculan intimidados ante la presencia espectral que se cierne sobre ellos liderando la carga, así como también un avieso narizón enmascarado, que balbucea palabras sin sentido antes de poner pies en polvorosa.

El cabecilla de la escuadra permanece estoico, en pie con su alabarda en mano. Escupe una maldición que se pierde en el sobrenatural silencio que impera en el bosque y aprieta los dientes centrando su visión en Arcadia mientras sus hombres juntan hombro con hombro, listos para recibir la avalancha implacable que se cierne sobre ellos.

Vuela la jabalina proyectada por el titán negro, que se astilla impactando contra el robusto tronco de un anciano roble ante los ojos desorbitados de uno de los siniestros soldados. Darion lanza un estremecedor aullido de rabia que en nada altera la quietud de la noche en Cwn Fangârd. Desenvaina su espadón y carga junto a sus compañeros dispuesto a sacudir la formación que componen esos extraños seres de puntiagudos gorros rojos.

Mîn lanza el primer golpe, un tremendo martillazo descendente que se ve bloqueado ante una hábil maniobra de parada de un soldado de la Luna Negra. Los ojos del enano y su enemigo se encuentran en mitad del silencio e intercambian llamaradas de odio. Mîn nota como el asta de la alabarda de uno de sus fieros enemigos se hunde en su espalda. Se protegen entre ellos y contraatacan con disciplina. Prueba de ello es que su enemigo le presiona con más estocadas hasta que el enano descuida su defensa ante uno de los enanos narizones que lanza sobre él un inaudible pero inopinado estornudo, vertiendo su espesa mucosa sobre el rostro del guerrero enano a traición.

El jefe de la escuadra sonríe con cautela. Tienen al enano controlado, pero sobre ellos caerá pronto el rabioso hombre negro. Un hombre que no parece conocer el miedo. Decide abatirlo lo antes posible. Así, las alabardas efectúan un impetuoso arreón hacia él y alcanzan de lleno a Darion en el torso, su sangre regando la tierra de este otrora bosque sagrado.

Por su parte, Arcadia se ve acechada por un pequeño asesino que parece acostumbrado a danzar con la muerte y que maliciosamente trata de estamparle sus viscosas mucosidades en su nacarado rostro, pero la albina logra eludirle con una oportuna finta, lo justo para verse herida en una pierna fruto de la terrible alabarda de un gorro rojo emboscado, que le sale al paso con mirada psicótica.

Los tres han sido heridos, Darion, además, de considerable gravedad. Solo la enigmática naturaleza de la voluntad humana vela en un halo de misterio la pregunta sobre cómo el hombre negro puede seguir en pie tras las lanzadas que ha recibido en su carga. Una pregunta que encoge los corazones de sus enemigos.

El olor a herrumbre de la sangre fresca flota en la brisa nocturna. Y esto solo acaba de empezar.

- Tiradas (7)

Notas de juego

Sangre para el dios de la sangre.

Para mayor espectáculo, he aplicado la acción carga a Mîn, aunque ni así impactaba a sus rivales. ^^'

Mîn sufre 8 puntos de daño y está Cegado durante el siguiente (y agónico) turno.

Darion sufre, atención, 21 puntos de daño crítico, pero gracias a su FURIA, los convierte en solo 10 de daño (OJO). Valora si quieres mantener la estrategia de ataque temerario, amigo Spu. Estoy a lo que digas.

Arcadia sufre 11 puntos de daño y tiene opción de jugar su reacción para chamuscar al Gorro Rojo que le ha zurrado.

Arcadia ha asustado de muerte a dos Gorros Rojos y a un asesino diminuto.

Los tres estáis trabados con dos oponentes. Mîn y Arcadia están trabados por un asesino y un soldado con gorrito rojo. Darion está trabado con DOS soldados.

Habla Vasanth.

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24/06/2022, 03:28
Vasanth

Tan pronto como todas las partes han declarado sus intenciones, con la satisfacción que me reporta comprobar que ninguno de mis compañeros de viaje ha sucumbido a las vacías amenazas de la Luna Muerta, lo inevitable se precipita con la sencillez más absoluta. La yaksha sombría desaparece, y de repente, todo a mi alrededor queda sumido en el más absoluto y denso de los silencios. Es como haberse sumergido repentinamente en un mar oscuro e infestado de tiburones, con los sentidos embotados, sin poder oír a los depredadores sedientos de sangre que rondan las profundidades.

Maldigo para mis adentros. La hechicera nos ha embrujado. No tengo oído ni voz, ninguno de nosotros los tiene. Sin mi voz, no puedo acariciar las cuerdas del universo y hacerlas tañer para dar forma a la creación. Sin ser capaz de emitir ni el más leve de los murmullos, soy prácticamente una criatura de carne y poco más. Es como si todo mi poder hubiese sido apagado mediante un mero truco de salón. Eso me enfurece lo indecible. ¿Con qué derecho? ¿Quién se ha creído ese espíritu caído para robarme a mí la chispa de lo divino, de lo inmortal? No pienso perdonárselo. Porque hay algo que jamás podrá arrebatarme: el fuego de mi determinación.

Dicen que una estrella brilla más antes de apagarse, ¿no es cierto?

Que mi luz los deje ciegos a todos.

Enarbolando mis dos filos con una fiereza nacida de más allá de los cielos, me lanzo a la refriega como el rayo encarnado, volando más que corriendo para estrellarme contra mis enemigos jurados, rodeado por un halo de seda roja como la más sangrienta de las muertes. Viendo que el enano es quien parece estar en mayores problemas, caigo sobre uno de los esperpentos que se enfrentan a él, desatando mi sed de venganza sobre el desgraciado.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Creo que acierto los dos ataques, pero mi daño es un poco meh (4 + 1 = 5 en total).

Dewey, ya me dirás si al irme a la primera línea ya quedo fuera del área de silencio.

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26/06/2022, 17:03
Amo del Calabozo

Notas de juego

Resumen de situación previo al post:

Vasanth pasa a ayudar a Mîn, por ende ambos están trabados con un enano narigudo y un soldado alabardero. Este último sufre 5 puntos de daño.

Mîn sufrió puntos de daño y está Cegado durante el siguiente (y agónico) turno.

Darion sufrió 10 puntos de daño y está furioso. Declara ataque temerario, así que sus golpes irán con Ventaja y recibirá lanzadas con Ventaja por parte de sus enemigos. Es el único que está trabado con dos alabarderos.

Arcadia sufrió 11 puntos de daño y recuerdo una vez más que tiene, si lo desea, opción de jugar su reacción para chamuscar al Gorro Rojo que le ha zurrado.

En lo sucesivo, si tenéis a bien, os pediré que llevéis en Notas un sencillo conteo de vuestros PG. Por ejemplo, si Darion tuviese, un suponer, 30 PG, pondría: 20/30. Una ayuda visual. ;-)

Como notas relevantes mencionar que:

a) La vanguardia está en los límites del orbe de silencio. En su siguiente turno pueden recolocarse sin activar ataques de oportunidad de sus enemigos. La retaguardia sigue ahí metida de momento.

b) La niña, Ariadna, está en el centro del orbe, donde Vasanth la depositó.

Vamos ahora a hablar con la retaguardia, shall we? >;-D

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26/06/2022, 17:13
Amo del Calabozo

Mientras se sucede el entrechocar de aceros y el derramamiento de sangre, podéis pensar equivocadamente que vuestro enemigo ha formado un único frente acorazado con el que daros muerte. Nada más lejos de la realidad.

¡Las sombras del Hombre Cetrino han aguardado en la quietud de la noche, silenciosas y traicioneras, el momento oportuno para revelarse...! ¡Y ese momento es ahora!

Tres vestigios de seres humanoides compuestos por una madeja de tinieblas y bruma reptan entre la maleza del Cwn Fangârd acechando vuestra retaguardia. El campo mágico que ensordece vuestros oídos os impide captar sus jadeos de ansia, su hambre de carne humana.

Uli previene a Karan del peligro gracias al vínculo espiritual que comparten el replicante y su búho. Eso le salva la vida cuando la amorfa y tenebrosa asesina se abalanza contra él, errando el tajo en la yugular por escasos centímetros, zambulléndose en la penumbra que le rodea entre coléricos siseos.

Klamore también es afortunada y percibe un escalofrío recorrerle la espina dorsal justo cuando la advenediza acechadora se descuelga desde la copa de un árbol, tratando de raptarla y devorarla en la oscuridad que anida en las alturas. Sin ese instinto, sin ese sexto sentido del que hace gala la kenku, sería cadáver en este preciso instante. Cwn Fangârd es un paraíso para los moradores de las tinieblas.

Sin embargo, el que carece de fortuna es el buen Kyuss von Trier. Oh, pobre Kyuss... Kyuss el Parlamentario. Kyuss el Negociador. El único de nuestros héroes que pensó que la palabra le salvaría de un aciago destino. ¿Erró en su juicio? Sea como sea, el bardo tiene un primer y afilado contacto con la diplomacia de la Corte del Invierno, cortesía de los lúgubres embajadores del Hombre Cetrino. Girándose temeroso sobre sus pasos, Kyuss observa a la enigmática y aterradora figura espectral se que materializa en sepulcral mutismo a su espalda hundir su fantasmagórica hoja en su propia sombra, congelada entre la hojarasca como una víctima incauta e inerte. Al instante, un dolor ciego y lacerante se acomoda en su espalda, y al palparse como acto reflejo... su palma gotea una espesa y oscura sangre.

El bardo grita desaforado, presa de un dolor atroz que le quiebra las rodillas, arrojándolo sobre la hierba como a un niño exhausto.

¿Podría tratarse de muerte...?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Esta secuencia es fruto de una tirada enfrentada hace ya unos turnos entre Uli y las sombras del Cetrino. Uli sacó una buena tirada, pero no fue suficiente para superar la excepcional tirada de los espectros. Por tanto, las sombras actúan antes que la retaguardia. 

Ahora sí: hablan Kyuss, Karan y Klamore, cada uno trabado con una sombra asesina. Entendiendo por hablar algo bastante genérico dadas las circunstancias, vosotros me entendéis. ^^

Kyuss, lamento decirte que te acabas de llevar el segundo crítico de la partida. Y además, este ha picado de verdad.

La sombra homicida, en un macabro giro de los acontecimientos, te quita 26 puntos de golpe con su afortunada maniobra de combate que finaliza con un 20 natural en el dado. Por extraño que parezca al respetable, nuestro bardo sigue vivo. Con un riñón menos, cierto; pero vivo. ¿Por cuánto tiempo más?

Léase bien: a Kyuss le han apuñalado su sombra. La puñalada no ha ido a sus riñones. Ha ido a su sombra. Lo repito, porque tiene su aquel. Este tipo de ataques entran pocas veces (el bono es muy pequeño), pero si lo hacen, duelen de verdad. No digamos ya si sale, además, un crítico.

Klamy, Karan... Qué suerte habéis tenido. El crítico os ha estado rondando. Yo que vosotros empezaría a correr. Estoy en racha...

Después de Karan, Klamy y Kyuss, hablará Desdémona.

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27/06/2022, 01:58
Kyuss von Trier "FreshMeatCandy"

Una muerte sin música, sin palabras, en silencio. 

Lo lamento.

Retorcidos zarcillos de dolor crecían desde algún ardiente lugar en la baja espalda de Kyuss, aferrándose a nervios, músculos y articulaciones en su brutal camino hacia los pies, que temblaban y se cruzaban el uno sobre el otro, consolándose mutuamente, incapaces de obedecer al flaco, que se retorcía entre la hojarasca huyendo aterrado de su propia sombra; una más en el pavoroso baile informe que se desarrollaba ante sus ojos, a la altura del suelo.

Incapaz de alimentar su espíritu, recuerdos fugaces brotaban sin traba arrastrando su vida, sin drama ni pausa, a través de la herida; profunda y negra luna vil, como la noche de los faroles rojos que sería su tumba. Así, con el tiempo denso y coagulándose, un Kyuss desesperado y niño arrancaba trozos de sus uñas contra el suelo tratando de aferrar cuajarones de sordas remembranzas filtrándose en el suelo del bosque.

El suave rascar del cepillo de madre, el quejido de la roldana del viejo pozo, el llamar fanfarrón de aquella tormenta, un ladrar avisador, el roce del vestido de ella, la cuerda rota de Lacrimosa, el mar de trigo silbando al viento, la niña...

La niña. Ariadna. Quizá ella... ella podría... Despierta, ¡Despierta!

Desesperación.

El bosque, ahí estaba. Kyuss von Trier, no habías de morir en la ciudad. Este es tu sitio. Aguardándote estaba. Puedes olerlo, a través del óxido de la sangre; puedes mascarlo, barro en tu lengua tras besar el suelo. La muerte que es vida es tu jergón ahora y pronto podrás renacer en tierra, en larva, en fruto y en hoja. 
Pero no oyes nada. Atroz destino el tuyo. ¿Confundiste tu camino?.

El bardo se esforzaba en atrapar algún son del éter encantado; un eco en la distancia, el lamento del acero, el silbar del cuero, carne y madera; el crujido de sus dientes al romperse, mordiendo el dolor; los latidos de un asustado corazón mestizo palpitando en sus sienes, otrora tambores, ahora quedos ante el horror de una muerte muda y opaca.

Nada.

¿Acaso los monstruos somos nosotros?. ¿Acaso es este el precio de nuestras faltas, de nuestras condenas?. ¿Era esta, pues, la miseria del misterio que traía la noche más oscura?. ¿Crimen y castigo?. ¡Oh, corazón mío, no quería esto!

Pensó en Venditti, en Edevane, en Bailey y en la jauría de Carfax. Arañó su cuello con dedos ensangrentados de tierra en un último intento baladí por despojarse de su argolla invisible, que le hacía tener dueño y le privaba de su voz.

El bardo, gravemente herido y abatido, buscó con la mirada a Klamore, que aún permanecía a su lado. Si acaso estuviera atenta, si pudiese comunicarse con su perceptiva amiga, sin palabras esta vez, sin más danza que el de su mirada exánime y sus gestos frágiles, transmitirle una última Inspiración de bardo que pudiese ayudarla en esta batalla que nunca debió empezar así.

Después cerró los ojos, y pegó su cara al suelo, iluminado en rojo y linfa. 

Estaba muriendo.

Sin luz no habría sombras.

Sin luz no habría sombras.

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27/06/2022, 10:42
Kyuss von Trier "FreshMeatCandy"
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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27/06/2022, 19:02
Klamore

Klamore había querido creer que aquel de lengua astuta y cuyas palabras le hacían pensar en su Dios lograría algún tipo de tregua entre los enemigos que les cercaban y ellos, al menos el suficiente para poder llevar a la Narradora a un lugar a salvo. Más quedó pronto y muy claro que no había intenciones de una conversación que no fuera a través de acero y sangre. Se vieron de pronto rodeados y superados en número, y la joven avecilla se aprestó para unirse también a la pelea. Sin embargo, fue inmediatamente consciente de la problemática que ahora presentaban: veía los ataques, veía los movimientos, y estaba esperando un sonido... Uno que no llegaba. Como si hubiera cubierto sus oídos con cera. Ni siquiera había un murmullo lejano de escuchar a través de una barrera. Era la nada. Y aquello se filtró como un hielo en el pecho emplumado.

Preparó su ballesta, en un chasquido que no llegó pero que ella repitió en su mente, ya siendole familiar. Asi no sería tan terrible ese silencio. Miraba hacia el frente, donde parte de aquel grupo de desconocidos se habían lanzado en nombre de Ariadna. Fue casi por suerte del destino, o sintiendo el llamado del señor de los misterios que pudo percibir el instante en que intentaban atacarla. La imagen de aquella sombra le hizo palidecer, y rápidamente miró alrededor descubriendo que no era la única. Estaban rodeados, y no tenía forma de avisarles a los que estaban al frente de lo que pasaba. ¿Cómo hieres a una sombra? Notó la caída de Kyuss cerca de ella, pero la sombra que seguía amenazante sobre su propia sombra tenía toda su atención. Sombras... Mientras más cerca de la luz, más larga la sombra. ¿Era la luz amiga o enemiga en ese instante? Difícil de decir, pues no tenía modo de comprobarlo. ¿Las sombras, eran criaturas vivas? ¿Eran despojos de la vida, por tanto, muertas? ¿Podría afectarles?

La niña, había que proteger a la niña. Klamore alzó la ballesta y apuntó. Miró atentamente el suelo, la inclinación de su propia sombra en comparación a la criatura. Finalmente disparó hacia la sombra, contando con que si el virote físico no la hería, quizás la sombra del virote si tuviera efecto... Tampoco se paró a comprobarlo. Tomó a la niña en sus brazos y comenzó a arrastrarla, lejos de las Sombras, buscando encontrar el límite que le haría recuperar su voz, que aunque robada, le pertenecía.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ahorita no sé cuánto tengo que sumar a la tirada xD pero la dejo hecha y ya el jefe dirá si hace algo, lo que sea, a la Sombra.

.... Al menos no fue un 1 natural n.nU al cabo que ni quería pegarle, solo darle un susto xDDD T.T

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28/06/2022, 13:41
Mîn Rompebuches

Mîn había quedado cegado por la mucosa de aquel narizón, sin que pudiese ver nada. Con los ojos cerrados, Mîn comenzó a dar vueltas sobre sí mismo sin moverse de su posición, sujetando su martillo de guerra sin alcanzar a discernir lo más mínimo a su alrededor.

—¡'Amos, cobardes! —exclamó el enano, enbravecido—. ¿Eso es lo mejor que podéi' hacer? ¿Atacar a traición? ¡Vení', vení', que os dé un martillazo y os hunda to' el cráneo!

Dolorido, pero sin dejar de combatir, Mîn sintió la presencia del que debía de ser uno de sus compañeros, acercándose. De haber podido ver, se habría percatado de que se trataba de Vasanth, aunque en esos momentos los ojos del enano únicamente notaban una espesa neblina nublosa. No podía ver nada. Todo eran formas borrosas y sonidos de movimiento a su alrededor. Sabiendo dónde se encontraba más o menos la posición del narigón, Mîn tomó el martillo entre sus manos y se lanzó hasta su oponente con un alarido, decidido a golpearlo con su arma por haberle dejado cegado.

- Tiradas (2)
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28/06/2022, 19:11
Karan

A veces, los terrores imaginados son peores que los reales, y la niebla es perversa, zarcillos, zarcillos, solo permite imaginar. Aun así, cuatro ojos ven cuatro sombras. Me pregunto si no habría necesitado más ojos. Como respondiendo a mi pregunta, una sinuosa mujer de violácea malignidad sale a nuestro encuentro, siseando amenazas. Soberbia, decidida, cree que apuesta sobre seguro. El tigre-hombre la afronta, pero ella no se achanta. Poco imagina que he visto a sus huestes… pero, ¡oh!, son más de las esperadas. Más ojos, sin duda. Mis manos acuden raudas al acero, y apenas tengo tiempo para lanzar a Uli una mirada furibunda antes de que la horda de criaturas se nos eche encima. De corta estatura, apariencia maliciosa y rasgos exagerados, la mortal eficacia con la que blanden sus armas no tarda en quedar patente cuando logran herir a tres de los nuestros con una rapidez que asusta. O sea, en un abrir y cerrar de ojos. ¡De nuevo, ojos!

Mi primer impulso dice corre, corre, corre. Huir del peligro, huir de todo, huir de todos. Pero cuando te alejas de todos, todos están lejos de ti. ¿Quieres estar solo, Karan? Estar solo no es malo. Te permite estar contigo mismo, pensar. No, estar solo no es malo. Estar solo, por otra parte…

Miro a la ratoncita, duerme que te duerme, y me doy cuenta. ¡Quieren separarnos de ella! Y ya lo han conseguido con cuatro de los nuestros, que la han dejado atrás, fervorosamente entregados al clin-clan-clon de sus juguetitos de metal.

De repente, lo que veo me sobrecoge. ¡Tres sombras literales se despojan de su neblinosa mortaja e intentan acuchillarnos! Sus cuerpos alquitranosos fluyen hacia nosotros, pero por suerte soy rápido de pies y reacciono a tiempo, al igual que la mujer-cuervo. El espantapájaros, sin embargo, recibe una puñalada.

Pero espera.

No ha sido el espantapájaros que camina sobre el suelo, sino el que se arrastra por él, negro y silencioso. Mi mente intenta dar sentido a lo que acaba de ocurrir. O sea, que las sombras asesinas están atacando a nuestras sombras, y eso nos hace daño a nosotros. O eso creo. Vale, es decir, que si no estoy equivocado (y es tan probable que no lo esté como que no no lo esté), para ayudarnos, tenemos que ayudar a nuestras sombras.

Sin perder un segundo, mientras me muevo de un lado para otro y sin saber muy bien si lo que tengo que alejar de mi atacante es mi cuerpo o mi sombra, echo mano de mi bolsa y extraigo a tientas mi linterna sorda con la mano izquierda, mientras la derecha enarbola defensivamente mi espadita brillante. Con un rápido movimiento, enciendo la linterna y abro su ojo, girándola para que me mire y acercándomela hasta sentir su calor en mi pecho. Mi sombra multiplica varias veces su tamaño.

¡Ahora la sombra asesina se enfrenta a un gigante! ¡Qué listo soy!

Notas de juego

Karan (o Micaelian, no lo sé aún) acaba de tener una revelación psicótica y ha salido por peteneras. A ver si funciona. Dewey, ¿tengo que tirar algo?

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29/06/2022, 10:48
Amo del Calabozo

Karan intenta una desquiciada argucia, tornando su sombra en una colosal, gargantuesca proyección de sí misma. Lo que parece un plan inteligente para amedrentar a su enemiga dibuja una diana enorme sobre el punto débil del pícaro, y su gorgoteante y líquida adversaria, agradecida por la oportunidad, se dispone a acuchillar, a sajar, a eviscerar, cuando una aterradora presencia se erige solemne y peligrosa a espaldas del replicante, emergiendo de la misma tierra como una madeja de bruma viscosa y negra...

Karan cree atisbar en los fantasmagóricos y neblinosos ojo de la sombra un miedo atávico, un pavor primigenio y fundamental.

Se reconoce a sí mismo en esos ojos.

La mirada de un niño que teme a su Padre. 

Eso no ha sido demasiado inteligente, ¿sabes? —Una voz vagamente familiar resuena en su cabeza, artera y vengativa.

—Muchacho ingrato... ¿Has olvidado a quién pertenece tu sombra? 

La gigantesca proyección de la silueta de Karan apresa al sorprendido replicante al tiempo que le alza en volandas para contemplarle de cerca. Su rostro líquido y negruzco muta en un perfil aquilino, siniestro y por algún motivo reconocible... Imposible de olvidar.

Es su jodido padre muerto.

—Interesante... —resuena la voz del Cetrino, abriéndose paso en el silencio de la noche más oscura, un secreto compartido únicamente con Karan, el Ladrón de Rostros. —Reconozco esa mirada... ¿Cómo podría olvidarla? Es alguien especial para ti, ¿verdad?

Recuerdos oníricos robados acuden a la perturbada mente del Cetrino:

La puerta se abre de par en par. Tiene miedo, está temblando, pero sabe lo que tiene que hacer. No levantes la vista, se dice a sí mismo, mirando aquellos pies embutidos en zapatos de cuero engrasado que tan bien conoce. No escuches sus palabras, pero asiente a todo lo que diga. Y sobre todo no, no, no abras la boca. Todo pasará, tarde o temprano. Siempre pasa.

Alcohol.

El olor llena las aterradas fosas nasales del niño, que ha aprendido a identificar ese olor dulzón y pungente en todas sus variedades, y a saber que nunca presagia nada bueno.

Lo próximo que siente es un manotazo. Luego un empujón. Gritos. Corre o rueda o se arrastra, intentando ganar espacio, y gimotea en un vano intento por placar a la bestia. Quizá no sea merecedor de amor, pero puede dar lástima. Una lástima que no llega.

El Cetrino ríe con voz queda y siniestra, una risilla que reverbera en los límites de la percepción de Karan.

—La locura más atroz está a una pequeñísima puerta de distancia, Karan. Y yo... siempre guardo la llave.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Karan, no tienes que tirar nada. He adelantado algunas tiradas para narrar esto. Me has matado de la risa con tu osadía. Vas a sufrir un infarto de pura impresión si no superas una TS de CAR a DC... 16. Y creo que deberías lanzarla con Desventaja dado el componente psicológico de este evento para ti. Dejo que sufras y la hagas por ti mismo porque, qué diablos, confío en tu criterio, como tú confías en tu Amo del Calabozo (?).

El ataque es mortal de necesidad y a traición, pero vamos a narrarlo bien. Si la superas, el ataque de pánico no te matará, pero te dejará incapacitado y aterrado durante el siguiente turno. Ahora bien, si la fallas, y es muy probable que lo hagas, quiero que narres solamente un ataque de pánico total como solo Micavaldi puede hacerlo. Acto seguido, lanza en oculto seis veces una TS de Salvación de Muerte. Lo que viene a continuación es cosa mía. ;-)

Los demás, por cierto, sois ajenos a este funesto suceso SALVO Klamore y Solounriñón Kyuss...

En efecto, amigos. A veces, algunas, Dewey trama a largo plazo y os pega la puñalada con nocturnidad eterna sin que le veáis venir. Tenemos una sombra gigante uniéndose al club y a puntito de dejar tieso a Karan. Soy un maleante y no pido perdón. ¡La masacre continúa!

Para el lector atento: sí, Karan vuelve a tener sombra. ¿Qué ha pasado aquí? O_O. Tendréis que preguntarle a él. Si sobrevivís, claro.

¿Estáis sufriendo? NO LO SUFICIENTE...

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29/06/2022, 11:30
Desdémona

Ante la escurridiza kenku, que trata de poner desesperadamente a salvo a la pequeña Narradora de las sombras carnívoras disparando a la carrera su ballesta, se recorta la esbelta silueta de la asesina enviada por el Príncipe. ¿¡De dónde ha salido!?

La kenku siente la hoja curva de la bella elfa amenazar su cuello emplumado, una pavorosa hoz en cuyo filo negro riela la luz de la luna llena.

—Suéltala ahora. Ni siquiera sabes qué sostienes en tus brazos. Hazlo. Hazlo. O no tendré piedad. Para nadie.

Sus ojos inexpresivos e insondables trasladan a la kenku la certeza de una muerte impostergable a una sola decisión de distancia.

Algunos enigmas de Wael son indescifrables.

Notas de juego

¡DECISIÓN FLASH!

Que nadie postee hasta mi señal.

Klamy, tú decides ahora. Has salido del orbe de silencio, pero sabes que Desdémona tiene la iniciativa.

¿Entregar a Ariadna? ¿O luchar hasta el final? ¿Qué va a ser?

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29/06/2022, 12:01
Klamore

La sangre bombeaba y retumbaba con fuerza en el cuerpo de la Kenku. Era adrenalina pura, por la carrera, por el miedo, por la confusión. ¿Era eso lo que su Dios había querido mostrarle? Cuando le había enseñado todas aquellas cosas, ¿había sido para prepararla, o para informarle que simple y llanamente su vida acabaría allí, ahora?

Iba a morir. Se dio cuenta de esa gran verdad. Iba a morir sola, incluso rodeada de personas. Rodeada por aquellas estrellas que había visto en el cielo de sus visiones. Sola. Y sin que nadie pudiera escucharlo. ¿Valía la pena tal sacrificio? ¿Y que pasaría con Vin? Nadie podría protegerla si Klamore moría.

Otra gran verdad: decidiera lo que decidiera, aquella mujer le quitaría a la niña. Ya fuera porque la entregaba voluntariamente, o porque la arrancaba de sus moribundos brazos. ¿Que hacer? Wael, ¿es esta tu voluntad? ¿He fallado? Con los ojos brillantes de lágrimas, la Kenku sucumbió a la traición. Traición a aquellos que habían confiado en ella, que la creían más valiente. Viviría con la culpa, pero viviría. La muerte es definitiva, la vida te permite seguir intentándolo, aunque todo parezca perdido.

Klamore ofreció a la niña a los brazos de la elfa, cayendo de rodillas.

Notas de juego

Lo siento, chicos u.u Klamy no es tan valiente...

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29/06/2022, 19:55
Karan

Mi sombra crece, crece, hasta que se traga el mundo. Mal paso, puedo sentirlo en los huesos. Pesadilla. Mientras me giro pienso que solo a mí podría habérseme ocurrido una estupidez así porque ¡Karan, estúpido!, y porque quién iba a pensar que con una linterna iba a devorar el mundo. Pero no es el mundo, soy yo. Pesadilla. Todo parece ir muy despacio, como debajo del agua, pececito, sí, pececito asustado y triste y apestoso y solo porque tu muerte será desconocida. Y sientes que Karan se ahoga, se ahoga cuando ve esa cara sonreír y despreciar y burlar y odiar. ¿Padre? ¡Padre! Tum. ¿Eres tú, padre? Tu-tum. ¿Eres tú, Karan? Tu-tum, tu-tum. ¿Padre es Karan? Tum, tu-tu-tum. Padre es violento. ¿Karan es violento? ¡Pesadilla!

Oh. Oooh… ¿Qué.. he.. hecho?

¡Mujer cuervo! No entregues a la Ratoncita, no, no la entregues, no, ¿qué haces?, no lo hagas o nada de esto servirá para nada. ¿Alguna vez servirá para algo? ¿Alguna vez serviste para algo?

Futilidad.

Me ahogo, Ratoncita. Me ahogo, Arcadia. Me ahogo, Uli. Me ahogo, Karan.

Me ahogo, padre.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Bueno, puesss... He fallado mi primera tirada de salvación de Carisma (previsiblemente), así que, con desventaja o sin ella, no es necesario hacer una segunda tirada. Fallo y ya.

También he dejado hechas mis 5 tiradas de salvación contra muerte en oculto. Salvo que me falle la lógica, no tiene sentido hacer 6, ya que 5 será el número máximo de tiradas que hará falta resolver para saber si muero o no: puedo fallar 2 y pasar 3 (¡wi!), o pasar 2 y fallar 3 (ugh)... o cualquier combinación intermedia. Un 1 equivale a 2 fallos, y un 20 salva automáticamente.

Esta noche me pongo con mi post de ruptura mental absoluta.

Edit: Ufff. Ha sido corto, pero intenso, os lo aseguro.