Partida Rol por web

WOW - El cerebro de Greg apenas daba a basto intentando asimilar la información que había recibido - Entonces... entonces... ¿de verdad...?

¿¿¿El lago entero es de grog??? - el brillo en sus ojos traspasaba los oscuros cristales de sus gafas - Eerrr... ahora vuelvo, creo que me he dejado el horno encendido...

Wash encabezaba la marcha -Mientras no estemos con la capitana os dirigiréis a mi con el nombre de "capitán" Washington, que es más rápido que "segundo de a bordo" Washington. Además así tenemos bien clarito quién manda aquí para cuando LeChuck se carge a la capitana y bla, bla, bla ,...-

Cuando llegaron al lago el mono pirata se inclinó sobre la orilla y olisqueo el líquido verdoso. Volvió a incorporarse - Señor Pircam eche un par de tragos de este líquido apetitoso.- viendo que la orden no le hacía demasiada ilusión sacó su jarra para grog ordenó a los otros - Señor Caralimón una rodaja para adornar el vaso. Señor Bookan, busque algo para picar.- 

Mientras los Bookan y Caralimón hacían su parte Wash llenó la taza y se la tendió a Pircam -Vamos, vamos. No se haga el remolón y eche un par de tragos.-

Pircam comenzó a temblar en cuanto se percató de lo que Wash le indicaba.

- ¿Yo? Noo... yo... tengo el estómago muy delicado... esto...

Las excusas y reticencias no hacían más que empeorar el humor y el semblante de Wash de modo que aún temblando asió la jarra que el mono le tendía. Caralimón aportó su rodaja, mientras que Bookan había sacado de no se sabe muy bien dónde, un puñado de maíz tostado.

Con el pulso de un encargado del taladro en una obra municipal, el pirata camarero olió el líquido.

- ¿Está usted seguro, capitán...?

Sin terminar la frase dado el gesto malhumorado de Wash se llevó la jarra a la boca y bebió parte del contenido.

- Tiene un sabor agridulce...

Dio otro trago.

- Me resulta familiar...

Un trago más.

- ¡Por mis muelas que esta es la mejor bebida que ha existido en el Caribe!

Un trago más. Su voz se volvía más grave por momentos.

- ¡POR LOS SIETE MARES! ¡QUIERO MÁS DE ESTA MALDITA BEBIDA! ¡TÚ, ENGENDRO CHUPATINTAS! ¡TRÁEME AHORA MISMO UN BARRIL DE ESTA BEBIDA! -gritó con un vozarrón grave dirigiéndose hacia Bookan.

Pircam parecía haberse transformado a cada trago que daba, y ahora había ganado en iniciativa y agresividad. Era un pirata nuevo.

Bookan, sorprendido por esta nueva actitud se apresuró a cumplir sus órdenes y rellenar la jarra, sin embargo, antes de entregársela dudó un instante, y sin pensárselo dos veces, dio un largo trago hasta agotar la última gota. Acto seguido respondió a Pircam en un tono aún más autoritario.

- ¡MEQUETREFE DESCARADO! PROBARÁS EL ACERO DE MI ESPADA COMO OSES DARME UNA NUEVA ORDEN. ÚNICAMENTE CUMPLO ÓRDENES DE LA CAPITANA O DEL RECIÉN NOMBRADO TEMPORALMENTE CAPITÁN.

El extraño efecto de aquel líquido no pasó desapercibido para Wash que sorprendido, vio cómo la sustancia corroía poco a poco la jarra ¿Podía ser? ¿Podía tratarse de...? ¿? Solo había una forma de comprobarlo...

Nerea, que había estado muy concentrada en todo lo que estaba ocurriendo, desde la historia que les había contado la bruja vudú hasta su reencuentro con su hijo, se quedó de piedra cuando vió el pergamino agitarse, convusionarse, y acabar convirtiéndose en Guybrush, que seguía hablando con signos de puntuación. Sin poder contenerse, se lanzó hacia el enclenque pirata, y le dió un beso de los de película, de modo que el pobre no podía ni respirar. De repente se dió cuenta de lo que estaba haciendo, y se apartó de golpe de él, ruborizada. Componiéndose el pelo con las manos, y tratando de adoptar una pose de dignidad, le dijo a Guybrush:

-Disculpe mi entusiasmo, señor Threepwood, hacía TANTO que no me encontraba con un pirata de verdad...es usted mi héroe!- y se le podían ver las chispitas en los ojos mientras lo decía...hasta que se dió cuenta otra vez de que estaba haciendo el imbécil, y de que era toda una capitana pirata!!

Intentando salir del paso lo mejor posible, se puso firme y se presentó formalmente:

- Soy la Capitana Nerea Jenkins, el terror de los Mares del Sur, y esta es parte de mi tripulación. Estamos intentando recuperar de nuevo la esencia de la piratería en estas islas, y nos sentiríamos muy honrados de contar con su inestimable ayuda-y la última parte de la frase la acompañó de una sonrisa y un guiño.

Por si la confusión de Guybrush no era ya considerable, la impetuosa acción de Nerea terminó por desubicarlo por completo.

- GRÑGAGUE... RUPOFFF... GALENDARLEN... ÑÑOKI PLOFF...

El joven pirata tardó varios minutos en recomponerse, pero cuando lo hizo, la hechicera vudú lo puso al día de los últimos acontecimientos. Guybrush, que aún se encontraba algo débil y acartonado, recordó el momento en que había sido hechizado.

- Traigamos una flota de navíos para transportar el grog del lago y acabemos con esto -comentó Guybrush.

- E' demasiado tarde para eso. Lo' titane' e'tán a punto de de'pertarse. Solo tenemo' unas horas -respondió la hechicera.

El joven pirata meditó durante unos instantes.

- Recuerdo que antes de que me encerraran en este pergamino, había preparado un artefacto explosivo. Con él podríamos volar una de las cavernas subterráneas que existen debajo del lago. Haríamos que el grog se expandiese por todo el Caribe y lloviese durante días.

La hechicera vudú lo pensó detenidamente.

- Totalmente absurdo... aparentemente inútil... extremadamente de'cabellao... ¡Podría funcionar! -exclamó ella.

- No sé si tomármelo como un cumplido... -comentó Guybrush.

- ¿Donde se encuentra ese e'plosivo? -preguntó la hechicera.

- En una caverna, al norte de la isla -respondió.

- Aquella zona se encuentra fuertemente vigilada por numeroso' pirata' fanta'ma. Tenéi' que hacerle' frente con esta' e'padas vudú -les dijo señalando una pequeña colección de espadas colgadas de la pared -E'tán hechizadas para aguantar 5 combate', despué tendréi' que venir aquí a que la' hechice de nuevo.

Yimbo se quedó de pasta de boniato al ver aparecer ante sus ojos... ¡al mismísimo Guybrush Threepwood! El héroe de los relatos de su niñez, el pirata más valiente y sanguinario de todos los mares, el que había derrotado repetidamente al pirata fantasma Lechuck, su ídolo idolatrado, el mejor...

- ¿Seguro que É'TE e' el auténtico Gaybru'? -Yimbo se lo miraba de arriba abajo con cara de no poderse creer lo que veía. ¿Dónde estaba ese pirata imponente, surcado de cicatrices y con la inteligencia marcada a fuego en la mirada con el que tanto había soñado? Con un pelín de decepción reflejada en el rostro, se dirigió a él.

- Bueno' día' señó Gaybru'. Yo me llamo Yimbo y quiero sé como tú... -dijo en tono no muy convencido.

Entonces comenzó el debate sobre cómo liberar el grog almacenado en el lago y el muchacho escuchó atento lo que se dijo. Cuando su madre habló de espadas hechizadas volvió a sentir aquel gusanillo por dentro y cogió una de ellas, esperando a que todos hicieran lo mismo y se fueran al norte de la isla.

Bastante más tranquila después del derroche de efusividad, y tras darse cuenta de que el aspecto de Guybrush Threepwood no era precisamente el de un afamado pirata (estaba totalmente cegada por la emoción cuando lo atacó), Nerea escuchó la conversación entre Guybrush y la hechicera vudú e, imitando a Yimbo, cogió otra de las espadas.

- Bueno, mis valientes, por fin es hora de demostrar nuestra valía en combate!- Y con una sonrisa de oreja a oreja se dedicó a observar su espada y a pasársela de una mano a otra, para comprobar si estaba bien forjada y equilibrada y si era distinta de otras que había usado anteriormente.

Greg salió disparado hacia el lago de grog y sin pensárselo dos veces, ni si quiera pararse a mirar quién estaba allí, se lanzó al líquido y nadó por él extasiado. No supo cuanto duró aquel sueño hecho realidad, solo recordaba que finalmente había sido sacado por Wash. Juntos, con Bookan, Pircam y Caralimón, se dirigieron a la cabaña del pantano. Allí, la hechicera vudú y los demás los pusieron al día de todo lo que habían descubierto y les presentaron al recientemente liberado Guybrush Treepwood.

Axí que eshte es Guyburusu Tripiguud... me lo imaginaba más alto... y menos doble - Greg no estaba en buena forma pero tenía una sonrisa de felicidad que indicaba que habría aceptado que su héroe hubiera sido un perro disfrazado. Conforme se iban repitiendo las explicaciones fue serenándose, volviendo a su yo habitual. Cogió su espada, hizo un par de movimientos de prueba con ella y sonrió. - ¡Esto es pan comido! - dijo dispuesto a salir a acabar con todos los piratas (fantasma o no) que se pusieran en su camino.

Fundido en negro, vuelta a la cabaña. 0 - 5 a favor de los piratas fantasma.

Estooo... ha habido un pequeño fallo técnico, en esta isla no se usan los insultos oficiales del manual de Grogman...

Yimbo también se encontró con un pirata fantasma en su camino al norte de la isla, con el que tuvo un combate a cinco asaltos. Blandió su espada vudú como buenamente pudo, agarró su amuleto con la otra mano y pronunció los insultos que le parecieron más adecuados, sin dejarse amedrentar.

Finalmente volvió a la cabaña con el rabo entre piernas, un 4 a 1 en contra y una gran sed de venganza.

- E'to... mamá... ¿me puede' tú hechizá la e'pada de nuevo, que ahora sí que se van ello' a enterá de lo que vale un peine? -dijo, visiblemente dolido y malhumorado.

Wash escuchó las explicaciones de los otros mientras degustaba una jarra de grog y lanzaba miradas inquisidoras al alfeñique de Threpwood. Sea como fuere había que distribuir aquel grog si es que alguna vez quería tener una tripulación decente con la que asolar el Caribe. Por otro lado si aquellos titanes se levantaban no quedaría Caribe que asolar.

Se puso en pie con decisión y cogió una de las espadas vudú,  a pesar de odiar el vudú, se la puso entre los dientes y partió a la carrera hacia la guarida pirata. En menos de diez minutos estaba de vuelta, con un tremendo cabreo tras ser humillado por un pirata tuerto fantasma. -Malditas espadas vudú. Deben haberse quedado sin pilas.-

-Ma'dito mono- dijo la madre de Yimbo, antes de darle una colleja al capitán. Wash se dio cuenta de que la espada todavía no estaba descargada. -Ya voy, ya voy.-

Se puso en pie, cogió el alfanje vudú y salió de la choza arrastrando la punta por el suelo. Cinco minutos después volvió de nuevo con todavía peor cara que antes. -¿No tienes una espada "no vudú"?-

Nerea, ansiosa por pelear, se fue a machacar a esos fantasmones piratas, pero sus primeros duelos no fueron demasiado exitosos. Tuvo algunas pequeñas victorias pero de momento iba perdiendo la batalla. Aún así, volvió sonriendo con aire de suficiencia a la cabaña vudú:

- Esos espectros piratas no saben con quién se meten! No he llegado a ser el terror de los mares del Sur por mi físico precisamente...mi mejor baza es mi capacidad para aprender del enemigo!- y con una sonrisa triunfal, esperó a que la hechicera vudú embrujase de nuevo su espada para poder ir a combatir y utilizar lo aprendido!

Uno a uno, los temibles piratas fueron volviendo a la cabaña con el rabo entre las piernas. Únicamente Yimbo había logrado ganar alguno de los duelos. Pircam, por su parte no había conseguido encontrar ningún pirata fantasma con el que luchar pues había avanzado en la dirección equivocada y a punto estuvo de perderse en la inmensidad de la isla. Bookan narraba cómo su astucia había advertido la ausencia de Pircam y había ido en su búsqueda pues según sus propias palabras "Ningún pirata debe ser abandonado por un compañero, a menos que sea en un paseo por la quilla".

Guybrush, por su parte se dedicaba a intentar sonsacar su propio futuro a la hechicera vudú, que cuando advirtió que los piratas requerían recargar sus espadas, lo hizo en un breve ritual para continuar discutiendo con el legendario pirata.

Greg tomó su espada y, tras una visita al lago a 'inspirarse' un poco volvió a buscar a los piratas. En breve volvía a estar de vuelta, algo menos derrotado que la vez anterior pero aún así no especialmente triunfal.
2-3 a favor de los piratas fantasma, muerte súbita en tiempo de prorroga...

Yimbo llegó corriendo a todo correr a la cabaña, completamente entusiasmado:

-¡Rápido, mamá! Hechízamela tú otra vé, que ya le voy cogiendo el tranquiyo a é'to del vudú.

Tenía' que habélo visto, -le explicó mientras esperaba- vencí al pirata fanta'ma por cuatro vece' y él sólo consiguió derrotáme una. Y porque me pilló desprevenío, que si no...

Wash se dio cuenta de que era su turno. Hizo gárgaras con un poco de grog, emitió un par de notas de barítono

-Tu madre es tan gorda que su trasero tiene su propio prefijo telefónico.- probó, calibrando su nivel de insultos. Y salió a por mas.

Minutos después regresó, había vencido en una ocasión pero todavía no dominaba el arte del duelo y la espada vudú ya estaba descargada.