Partida Rol por web

Mientras examinas la mochila, Kat permanece mas o menos cerca de ti, dándose palmaditas en el muslo aparentemente esperando que tu decidas algo.

Te distraes con el contenido de la bolsa y...

A Dashiell le llamó la atención especialmente la navaja, que cogió y examinó cuidadosamente, luego juegueteó con ella entre sus manos. Miró a la muchacha y dirigió su mirada hacía su mano, que tocaba el muslo de Dashiell. Levantó la vista hasta encontarse con sus ojos y esbozó una sonrisa.

Mirar a Kat te salva la vida.

Levantas los ojos y ves como su mano libre baja de forma rápida hacia tu cabeza, esgrimiendo una piedra que momentos antes jurarías que no tenia.

Te dejas caer al suelo y ruedas un par de metros, poniéndote en pie de un salto.

Puedes ver que Kat a tropezado con tu mochila, desparramando su contenido y caído al suelo.

¡¡Pero que co....!! Instintivamente Dashiell salva la vida esquivando aquel repentino ataque de la muchacha. Afortunadamente no soltó la navaja y se lanzó con ella sobre la muchacha que había caido al suelo. La sujetó poniendo sus rodillas sobre sus brazos, limitando así sus movimientos y le puso la navaja en el cuello.

Puta... Dijo indignado, había confiado en ella al fin y al cabo, había pensado en violarla pero le había dado pena. Con que la prueba de resistencia eh... Serás zorra... yo también hice esa prueba ¿sabes?. Dijo con una sonrisa sádica. Y ahora me vas a ayudar en mi prueba.

Le soltó un puñetazo en la cara con la suficiente fuerza para dejarla incosciente.

Golpeas su rostro...pero la realidad no es como la pintan en las películas y tu golpe en su pómulo es casi mas doloroso para ti que para ella.

Kat grita y se retuerce bajo tu cuerpo. Aunque esta en forma, su escaso metro sesenta y cinco y sesenta kilos apenas te agitan con su furia.

Quita, quita, cabrón...tu también lo habrías hecho, bastardo...

¡Callate la boca! Gritó Dashiell agitando su cuchillo. Maldita zorra... No te muevas. Le pusó el cuchillo en el cuello y apretó con fuerza en su piel. ¿Te vas a estar quieta? Preguntó casi jadeando. El ataque de Kat y el sofoco que llevaba encima le hacían respirar con mayor fuerza.

Cogió la mochila sin soltar los brazos y sin despegar el cuchillo del cuello de Kat, la vacio a un lado y miró a la mujer fijamente.

Voy a soltarte el brazo derecho, como te muevas te rajo el cuello de oreja a oreja. ¿Me entiendes? Después te atare con las asas de la mochila.

Joder casi me dejo la mano... Apenas pensó en lo que podía dolerle, pero sabía que cuando se calmara iba a arrepentirse del puñetazo...

Kat te mira un instante y siente el cuchillo que apoyas en su cuello y aunque detectas una chispa de rebeldía en sus ojos, asiente con lentitud y te mira sin parpadear y con los labios apretados.

Sin separar el filo de aquella navaja del cuello de la mujer, aflojó la pierna derecha para soltar el brazo contrario que le había dicho a ella. Sin dejar escapar del todo el brazo de debajo de su rodilla, lo sujetó con la otra mano con la que también sostenía la mochila y una vez que el brazo de la mujer paso por el asa volvió a llevarlo bajo su rodilla.

Incorporate lentamente. Dijo amenazante.

Notas como los labios de Kat tiemblan y se esfuerza por parecer tranquila. Oye...creo que hemos comenzado por mal pie... por que no nos comportamos como personas civilizadas me dejas poner en pie y lo hablamos tranquilamente?...sus ojos parecen implorarte. Creo que puedo ayudarte a pasar tu prueba...sin que me tengas que hacer daño... Eh?.

La mirada de Dashiell ya no enfocaba a ningún punto, estaba completamente abstraido. Poseido por esa malicia que comenzaba a brotar en su interior. Sin fe, sin esperanza, jugando a un juego sádico que había repudiado y que ahora comenzaba a degustar.

¡Cállate puta! Gritó esgrimiendo el filo de la navaja cerca del cuello de Kat. Ahora quieres hablar eh... Seguro que te gustaría hablar con aquella piedra. Dijo señalandola con un gesto de la cabeza. Incorporate o te rajo y supero la prueba contigo muerta..

A tirones pones a Kat de pie, a quien el terror a quitado fuerzas. Sus labios se mueven sin que ningún sonido brote de ellos y te mira como si fueras un monstruo al que acaba de descubrir.

Mientras la fuerzas a levantarse y darse la vuelta, puedes comprobar que sus músculos son bien formados y están tensos y temblorosos por el terror.

No me hagas daño... no me hagas daño...hare lo que quieras, pero por favor... daño no...

Pues si no quieres que te haga daño estate quietecita y haz lo que te diga. Sujetó sus dos brazos, cruzando uno por encima del otro por su espalda sin quitarse de encima de ella y sin dejarle demasiada libertad de movimiento. Mientras lo hacía una sonrisa sádica y cruel se dibujo en su rostro.

Se tumbó sobre ella y comenzó a romper aquella extraña sustancia con la que estaban recubiertos, dejando al aire sus senos y todo su torso.

Atas sus brazos con fuerza y bastante brutalidad, gozando de los gemidos de dolor y miedo que brotan de sus labios.

Un destello de un recuerdo cruza tu mente, y te ves delante de una televisión, viendo a esta misma mujer haciendo unos ejercicios de fitness y te notas excitado...el recuerdo dura solo un segundo, pero te confirma que tu original sabia quien era esta mujer... y que la deseo al menos una vez.

Fuerzas su codos hasta que están unidos cuando los atas entre si, y te ves recompensado con un grito de dolor, que dado tu actual estado, es como la mas sublime de las músicas.

La sustancia es quebradiza, y se quita con facilidad insistiendo un poco en ello. En escasos minutos su torso y pechos están expuestos ante tus ávidos manos. Sus pechos no son grandes ni voluptuosos, pero están perfectamente formados y se mantienen erguidos pese a estar de espaldas.

Ves que de sus ojos caen las primeras lagrimas, mientras sus labios se mueven sin sonido aunque no tienes mayor problema para entenderla.

Por favor...por favor, no..no...

Dashiell hizo caso omiso de las palabras de la mujer y comenzó a acariciar sus pechos. Notaba su corazón golpeando fuertemente contra su caja torácica. Sentía una mezcla de excitación y morbo por ser consciente de que aquello estaba mal. En su cabeza había algo que le decía que parara, que no cruzará aquella línea entre hacer el mal por supervivencia o por diversión.

Pero antes de que pudiera meditarlo ya estaba arrancando parte de la sustancia que cubría su cuerpo y lanzandose sobre la mujer dispuesto a consumar aquello que deseaba en sus más oscuros pensamientos.

No tuvo piedad ninguna y fue todo lo bruto que pudo, apretaba con su mano izquierda fuertemente uno de los pechos de la mujer mientras con la otra seguía sosteniendo  el cuchillo sobre su cuello, inclusó llegó a brotar algo de sangre de una pequeña herida provocada por la afilada hoja.

Continuó moviendo sus caderas contra las de ella en un vayven frenetico hasta llegar al éxtasis.

No le importó que ella llorase o suplicase, Dashiell ni si quiera se había percatado de ello. En el momento cumbre, sin saber por que, recordó el accidente... y recordó a Sarra O´Connor y su cara de terror cuando todo aquello ocurrió. Miró a Kat y no pudo evitar sentirse culpable.

Tienes ciertas dificultades para lograr la penetración. Kat no esta muy húmeda que digamos y su cuerpo parece...estrecho. Como si nunca hubiese mantenido relaciones con nadie.

Incluso jurarias sentir el momento en que notas una dificultad para pasar, y notas partirse el obstáculo. A partir de entonces la sangre lo hace todo mas sencillo, aunque no menos sucio.

Desde el momento en que comienzas a penetrarla, Kat comienza a lanzar gritos de dolor. Algunos inarticulados y otras intentando razonar contigo, aunque ignoras todos sus intentos de razonar contigo.

Te la follas de forma egoísta y sin importarte si sufre o no...aunque por la excitación que sientes al ver su rostro congestionado por el dolor y el miedo, sientes un placer inenarrable, que te lleva con mas rapidez que la deseada al orgasmo, derramándote abundantemente en su interior.

Cuando terminas, te fijas en los ojos cerrados de Kat, y el río de lagrimas que brota de ellos. Pese a las lagrimas y la saliva que moja su cara, sigue siendo hermosa y deseable... y es toda tuya.

Esta ultima frase, casi brota por si misma en tu cerebro. Si...es toda tuya. Y también Sarra si la encuentras.

Jadeante y con el corazón todavía palpitando a un ritmo frenético, tragó saliva con dificultad. Llevó una mano a la cara llena de lágrimas de Kat y la acarició con ternura.

La miró serio durante un instante, luego la ternura se borró de los ojos al recordar que ella había intentado matarle.

Puta de mierda... Exclamó con la ira de nuevo en sus ojos apretando la cara de la muchacha con fuerza y volvió a abrir sus piernas y penentrarla sin piedad. Disfrutó una vez más viendo su cara de sufrimiento y sus lágrimas recorriendo su mejilla. Dashiell apretaba los dientes y se mordía el labio en un impulso irrefrenable.

Desconocía si era venganza, gozo o una simple violación perversa. Lo único que le importaba en ese momento es que se estaba tirando a una mujer con un cuerpo atlético y perfecto y se sentía poderoso, el amo del universo.

Cuando terminó por segunda vez se levantó  y se apartó de la mujer. Cogió la mochila de esta y la examinó para comprobar que contenía las mismas cosas. La miró con desprecio una última vez tras recoger el contenido que había esparcido por el suelo anteriormente y guardarlo en la mochila de la mujer. Se la hizo al hombro y continuó el camino, dejandola allí atada, indefensa y llena de lágrimas.

Tomas la mochila de Kat y te alejas de ella, dejándola desnuda y atada a su suerte. El simple conocimiento de esto, ya te excita, pese a los dos coitos consecutivos que acabas de realizar...te preguntas si sera normal...

Cuando te alejas unos pasos, la flecha de tu brazalete se enciende, y lo sigues hasta un monolito, del que surge Cortana.

Aplaude cuando te ve, mientras mira tu cuerpo manchado de sangre y fluidos.

Chico...menudo espectáculo que has dado....has logrado excitarme hasta a mi...por cierto...te pasa algo con Sarra O´Connor?

¿Qué? ¿Has leido mis pensamientos?  Exclamó sorprendido. Su rostro conenzó a turbarse y miró cabreado a Cortana. Que más te da... No sé por que he pensado en ella... Me lo ha recordado esa zorra. Escupia las palabras como si le quemaran en la boca. Dame mi puto sobre y dejame en paz ¿quieres?. Realmente no se sentía así, sospechaba que Cortana podía indicarle donde encontrar a Sarra pero le daba miedo mirar a los ojos de Sarra y al verse reflejado en ellos observar con horror todo lo que había hecho, los crimenes que había cometido con aquellas dos mujeres.

Yo leerte la mente?... no no... lo pregunto porque ese era el nombre que gritabas cuando violabas a la pobre Kat...sabes que en los foros virtuales, se esta pidiendo que organicemos un encuentro entre vosotros?. Te mira como interesada por tu reacción.

Dashiell la miró indiferente.

Me la sudan los foros virtuales... Gruñó enfadado. Solo quiero el sobre.

No puedo dejar que me vea... no así...