Partida Rol por web

Tyaeda consigue que Bernat se recupere un poco con una de las pociones que llevaba pero aun así, el arquero queda un poco aturdido y dolorido por todo lo que le había pasado.

Estoy en estado de shock.

Habíamos dormido tan profundamente que no oímos los chillidos de terror de los camellos.

Y después en lugar de devorar su presa decidieron atacarme.

Cuando comienzo a recuperarme me encuentro en brazos de Tyaeda, la reina de Linfa.

– Muchas gracias majestad, no se bien que me ha pasado.

Orgullosa ante la entrega de todos los compañeros sonrie. Parece que estamos ganando en destreza.

Cuando ve a Bernat en tal mal hace una mueca. Al ver que la Reina Elfa curaba al joven arquero, se alivió un poco, pero esperó que el joven pudiera realizar el viaje, que además ahora con un camello menos sería más incómodo.

Podría haber sido peor, se habían vuelto a dormir. Giró la mirada y buscó la de Agrael.

- Tenemos que llevar más cuidado con las guardias, parece que no soy la única que se deja vencer por el sueño. dijo al caballero guiñándole un ojo.

 Fui a ver el estado de Bernat, mientras Tyadea le daba una posion sanadora. Parecia estar todavia algo aturdido       c v.. Me alegro que todavia estes con nosotros Bernat... dije esbozando una sonrisa.

Teneis razon Aurea... digo con la mirada agachada y rascandome el cogote... debemos tomarnos mas en serio el tema de las guardias... Estaba claro que el tono de Aurea habia sido relajado y asi lo hizo saber al guiñarme el ojo, pero el comentario me lo tome muy a pecho, ya que los descuidos no suelen traer buenas consecuencias para el grupo.

-Sí, es importante que no nos vuelva a ganar el cansancio. Hemos perdido un camello por ello pero peor aún, podríamos haber perdido a Bernat... Intentaré estar mejor predispuesta la siguiente noche.- La reina se incorporó luego de ver que Bernat respondía bien a la pócima. No podría dejarlo como nuevo pero al menos las heridas más graves habían sido curadas.

-Deberíamos partir cuanto antes. Quien sabe si no hay más de esos perros en los alrededores. Supongo que tendremos que compartir un camello. Ya que Áurea y yo somos las más pequeñas podríamos ir juntas. Carguemos el agua y veamos de salir de aquí.

Me incorporo poco a poco.

– Gracias a todos. Sino fuera por vosotros estaría muerto.

Como un sonámbulo vuelvo a la cabaña a recoger mi equipo.

Una vez Bernat se ha levantado del suelo y habéis recogido todas vuestras cosas, entre ellas el agua que Agrael se encontró, retomáis el camino hacia Narit. Aurea y Tyaeda comparten camello lo cual retrasará un poco la llegada a ese pueblo debido al peso extra que tiene que soportar el animal.

Hacemos camino hasta Narit, Aurea y Tyaeda comparten camello y lo unico que nos rodea sigue siendo arena y mas arena. La verdad es que un Hombre de tales dimensiones como las mias encima de un camello le daba un toque...comico, por así decirlo. Cada vez que el camello daba un paso adelante, yo hacía un pequeño salto en la chepa de ese animal.

-Maldito animal! Como es posible que me haya rebajado tanto a subirme a esta alimaña! lo que se suponia que teniamos que montar era dragones! un dragon por persona!! que escupiera fuego por la boca y tirase rayos por el trasero! Y NO! ME ENCUENTRO EN MEDIO DE EL DESIERTO A LOMOS DE UN CA...ca...camello se llamaba? beh da igual!- Suspiro profundamente

-Por cierto Bernat, me alegra de que te encuentres mejor y que te hayamos podido salvar de esos perros-

 ¿Prefieres continuar el camino andando Garren?... desde que te montaste en ese pobre animal no has parado de quejarte... ahora tienes tu oportunidad de bajarte de el, cederselo de buen grado a Tyaeda o Aurea y seguir el camino a pie... esboce una sonrisa mientras me giraba hacia las dos damas y les guiñaba el ojo.

-Ja...Ja...Ja....muy gracioso hombre de hojalata.- Mientras esbozo una sonrisa- Lord Agrael Farshin! Os reto a un duelo! las reglas son una carrera a lomos de este...ser con chepa! Almenos así nos entretendremos un poco y pasaremos el viaje mas rapido JA!JA!JA!- Propicio una sonora carcajada de complicidad con Agrael y con Tyaeda y Aurea-Quien pierda debera bajarse del camello, arrodillarse y hacer una declaración de amor a Bernat! aceptas el reto?-

 Jajajajaja... ¿por quien me tomas?... ¡¡¡ por supuesto que lo acepto !!!... Bernat, no es nada personal, si pierdo, mmm.... ya sabes... Jajajajajaja.

Permanecía montado en uno de los camellos medio adormecido hasta que la disputa en entre Garren y Agrael me despeja la mente lo que es de agradecer.

EL camino se hacía pesado para todos, ahora las damas compartían la montura, pero una de ellas cubierta de metal no era la mejor opción encima cargarla con otra persona extra. Pero quien era el campesino para estar criticando.

Escucha acerca de la apuesta entre el bárbaro y el caballero y da gracias de no ser el receptor de la apuesta de ambos.

Aurea sonríe ante las bromas de Garren, lo cierto es que ameniza aquel odioso viaje por arena y sol, la monotonía del paisaje estaba a punto de volverla loca.

- Vaya dos, susurró en voz baja, olvidando que Tyaeda, podía escucharla.

Después miró a Bernat, quien había sido la víctima de esta trampa divertida, y sintió algo de lástima por el joven, aún magullado y cansado.

Tyaeda sonrió ante el singular reto. Era innegable que si no hacían algo así, la monotonía los iba a hastiar.

Mientras Agrael y Garren resolvían su disputa la reina contempló a Bernat. El arquero se estaba recuperando bien. Ella sabía que su poción había tenido mucho que ver y aún agradecía a los dioses que hubieran guiado su mano en aquella operación. Sus poderes, recibidos recientemente aún eran un misterio para ella y no quería arriesgarse demasiado todavía. Sin embargo aprendía rápido y cada vez le resultaba más cómoda su utilización. Llegará el día que no necesite más llevar esta espada al cinto.

-Sí que saben divertirse- contestó en el mismo tono cómplice y divertido al comentario de Áurea. Sabía que había escuchado algo que la princesa no hubiera expresado jamás en voz alta, pero no pudo resistir la tentación de comentar a su vez.

Aurea se rió ante el comentario de la Reina, a quien no esperaba escuchar, y después le dijo: Nosotras también sabemos divertirnos, ¿verdad Majestad? dijo en tono irónico la última palabra.

Dicho esto espoleó a su montura y echó a correr gritando seria pero conteniendo la risa: ¡¡¡¡¡NO PODRÉIS CONMIGO!!!! ¡¡¡CON NOSOTRAS!!!! rectificó luego.