Partida Rol por web

Haciendo guardia desde la entrada de la sala, Morkhur se dirige al religioso hombre de fe - "Palomeque, buen mazazo le arriaste a aquel bicharraco ¡¡¡COMO LE PARTISTE TODA LA CRISMA...WUUAAAA!!!" - Expresa emocionado el enano, quien le pregunta al padre - "Por cierto, ¿no crees que sea conveniente quemar los cuerpos de estos bichos después de revisarlos? A no ser que el aroma a carne quemada atraiga otra clase de indeseables visitantes ¡JAJAJA!"

Al ver como los demás comienzan a revisar los cadáveres, hace lo propio con el suyo, intentando no entrar en contacto con la parte en la que antes había una cabeza de kobold. Poco después se percata de que el enano se dirige a él, pero no consigue entenderle.

- Perdona, maese Morkhur, pero todavía no puedo escucharte - le dice señalándose la oreja con un dedo - lo que me lleva a pensar que tal vez no sea tan mala esta sordera - da una palmadita al enano con una enorme sonrisa en la boca y vuelve con los demás para compartir el botín encontrado en el cuerpo de su víctima

La emoción de Morkhur hizo que se olvidara de la sordera de algunos miembros del grupo. El enano se encoje de hombros, se queda en su puesto fisgoneando que es lo que sus compañeros rescatan de los restos de los Kobolds y se dirige al paladín y al bardo, ya que ellos no fueron afectados por aquella trampa - "Xoan, Ryld ¿cuánto tiempo creen que les dure la sordera a los demás? No creo que sea un efecto permanente. ¿Ustedes también creen necesario quemar los restos de estos bichos? Aunque, de llevar la plaga ellos, lo más seguro es que nosotros tambíen estemos apestados, por lo menos los que hemos combatido a corta distancia" - a decir verdad, muy poco es lo que saben sobre esta extraña enfermedad y, por el momento, ninguno de los que componen la partida parece estar afectado por la misma - "Quizás revisar a estos lagartotes no era una buena idea" - puede que ya estén contagiados y que los síntomas aparezcan a largo plazo y puede también que algunos sean asintomáticos a la enfermedad. Todas estas dudas asaltan la mente ahora más calma y coherente de Morkhur. No quiere morir, y menos por una peste, antes de encontrar las respuestas que muy posiblemente encuentre una vez que esta aventura concluya... 

"No se de lo que hablan, no se lo que quieren hacer con esos kobolds muertos, solo me importa que Nigrum se recupere!"  La lucha contra aquellos humanoide reptilezcos parece haber terminado por el momento.

 Un callado y preocupado Phelcyan pone su mirada sobre Nigrum e intenta sanarlo de alguna manera, sacandole lo que tenga clavado o poniendo un poco de agua de su odre en la herida.

Se siente bastante idiota no poder escuchar, lo cual lo hace sentir aun un tanto mas aturdido que la sordera misma. Aun asi, dice unas palabras sin saber si alguien las escucha o no "El clerigo, el clerigo... ayuda para Nigrum! y hace unas señas para al Padro Palomeque impresionado con su maza ensangrentada y el enano que parece hablar, incluso parece sentir las vibraciones de su parloteo.

 Los demas parecen estar hablando y planeando estrategias como siempre pero en estos instantes no pareciera mucha importancia para el elfo hechicero

 A todo esto, su gato vinculado le transmite desesperación, con algunos momentos de tranquilidad. El elfo solamente piensa y siente por su compañero animal.

El grupo actúa de forma algo desordenada, quizás porque la mayoría están sordos. Phelcyan, preocupado sólo por su gato, que cada vez está peor, intenta por todos los medios sanarlo, pero sin éxito.

Luego de darle los primeros auxilios a sus heridas, Palomeque, Ryld, Lázaro y Armando revisan los cadáveres de los Kobolds, mientras Morkhur hace guardia en la puerta por la que entraron.

Al mismo tiempo Xoan, recorre los 6 metros de pasillo que llevan a la otra salida de la habitación, hasta una gruesa puerta de madera. Intenta abrirla, con lo que descubre que está cerrada con llave, luego coloca suavemente una oreja sobre la madera intentando escuchar cualquier sonido que provenga del otro lado de la puerta, pero sólo el silencio llega a sus oídos.

Mientras tanto, el fuego que el paladín provocó con la pinta de aceite sobre la mesa, para suerte de lo presentes, léntamente se va apagando, hasta ser una llamita titilante sobre uno de los bordes de la mesa.

EL grupo está cansado, herido, hambriento y con más de la mitad de sus integrantes sordos, por lo que saben que están en desventaja ante cualquier  nuevo peligro que pueda surgir.
 

- ¡Fiu! - Lázaro silba y levanta la piedra que acaba de encontrar - Era COQUETO este BICHO ¿véis? - muestra una tosca amatista que rápidamente se mete en un bolsillo - También teNÍA ESTA LLAVE - dice algo más alto. Sigue sin poder controlar su tono de voz. 

Se siente algo mareado, más quizás que antes de entrar en la habitación. El pitido en sus oídos continúa.

- Compañeros.... ¿y si descansamos UN POCO antes de conTINUAR? - dice mientras se apoya sobre una de las mesas que quedan en pie. De repente, saca un puñado de tiras de carne seca y las ofrece al grupo. 

Tras revisar las ropas de la criatura un pequeño botín es encontrado, nada ostentoso pero útil al fin y al cabo, lo que le hace pensar en algunos cabos sin atar.

“MMmm por experiencia se que esto puede traer problemas.”

Se incorpora de nuevo y no ta un pequeño dolor de nuevo en su hombro lo que lo hace retroceder un paso. Apoya la mano contra la pared, estira su espalda sobre la pared cercana y se va dejando caer hasta sentarse en el suelo.

- Creo que ya lo he dicho pero como aun estoy sordo ni siquiera se si me sale la voz. – Dice observando a su alrededor para ver si llama la atención de alguien.

- Este es un buen lugar para descansar, podemos cerrar las puertas e incluso parapetar las puertas con los muertos para dificultar su apertura lo que nos daría tiempo para prepararnos para el combate así que, con su permiso, me tomare un descanso y agradecería si alguien me ayudase con la herida. Después quizá sea recomendable discutir algunos temas. –Suelta con un pequeño bufido dejando claro su evidente cansancio.

"Estoy de acuerdo con el muchacho y Armando" - dice Morkhur sentándose en el lugar desde donde está haciendo guardia y aceptando el ofrecimiento de Lázaro. Toma una tira de carne, la lleva a su boca y la saborea como si fuera un manjar. Bebe agua de su odre de a sorbos pequeños, racionando sus provisiones. Se incorpora nuevamente y se dirige hacia Armando - "Dejame ayudarte a tratar esa herida" - dice el enano, vertiendo un poco de agua sobre un trozo de tela, limpiando la herida y realizando un improvisado vendaje con una de las mangas de su atuendo - "Estarás perfectamente Armando" - añade mientras vuelve a su puesto, disponiéndose a proseguir con su descanso. Aprieta su torniquete un tanto más fuerte y, con una mueca de molestia y algo de dolor, continúa con su comida. Sus ojos se le cierran. Aunque intente evitarlo, las señales de cansancio se hacen evidentes en el enano.

El grupo decide no continuar explorando y descansar unas horas en el comedor, luego de poner barricadas en ambas puertas, usando las mesas del comedor y las sillas, comen algo de los víveres que han traído con ustedes, dándose cuenta de que éstos comienzan a acabarse, a todos excepto a Lázaro que parece tener una fuente inagotable de tiras de carne seca, sin tocar nada de la comida que se encontraba en a sala, luego se turnan para hacer guardia y descansan.

Pasadas unas 4 o 6 horas, cosa que no pueden asegurar ya que sin darse cuenta han comenzado a perder el sentido del tiempo dentro de la oscura y lúgubre mina, Morkhur quien estaba a cargo a la última guardia comienza a despertar al grupo ya que han dormido demasiado. A medida que se despiertan lentamente se dan cuenta de que han recuperado la audición, pueden escuchar lo que dicen los demás y todos los sonidos llegan claramente a sus cerebros, al parecer el efecto de la piedra trueno ha pasado, y eso los alivia en gran manera, pero también se dan cuenta de que su sentido del olfato está bien sano ya que los cadáver de los kobolds comienzan a descomponerse y el olor comienza a ser muy desagradable, aunque saben que no deberían oler tan mal tan pronto, evidentemente algo los tejidos de los kobolds ha corrompido sus cuerpo un poco más rápido de lo que lo hubiera hecho con un cadáver común y corriente.

Se levantan, todos revisan sus pertenencias, preparan sus armas, toman un breve y escaso desayuno dando cuenta de las últimas porciones de comida que les quedaba, y se disponen a continuar.

Mientras tanto ven como Palomeque en una esquina alejada del comedor arrodillado reza en silencio para obtener la gracia de su dios.

Las brazas están prácticamente consumidas, la única luz proviene de las antorchas que han vuelto a encender, les quedan dos caminos, volver por donde vinieron e ir por el túnel que llevaba a la derecha desde la cámara de extracción o investigar que hay detrás de la puerta cerrada con llave.
 

"¿Nadie escuchó los ronquidos del joven Lázaro? Si parecía un puerco más que un ser humano ¡JAJAJA!" - dice Morkhur durante el desayuno, cortando súbitamente el tenso silencio que albergaba la sala. Evidentemente el descanso le sentó muy bien. Aunque la herida de la pierna aún le molesta, parece haber recuperado sus energías y está dispuesto a seguir con la travesía - "Espero que su descanso haya sido tan reparador como el mio. El Padre hace unos minutos que está en aquel rincón. Me sorprende que aún no haya probado bocado" - añade entre bocados y sorbos de agua el enano, señalando la tenue figura de Palomeque que apenas se distingue entre la penumbra - "Bueno..." - agrega, poniéndose de pie y empuñando su hacha de guerra - "¿Qué quieren hacer?" - pregunta al grupo, con intenciones de continuar camino... 

OOOOOOOOOOOaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!

Maldicion, deberia ser mas cuidadoso..

Yo diria que probemos si la llave que me mostro el joven Lazaro antes de dormir, es la que esta puerta, y si es asi, que ocultaban estas criaturas... 

"Cuenta conmigo Xoan" - la idea de más acción y aventura vuelven a cargarlo de emoción. Aunque sabe que no debe tomar decisiones basadas en sus emociones, por lo que aplaca su fuego interior y se queda en su sitio - "¿Qué piensa el resto del grupo? ¿Seguimos?" - pregunta el enano al resto de sus compañeros. La experiencia anterior le demostró a Morkhur la importancia de trabajar en equipo, por lo que espera la respuesta de sus camaradas. Un pequeño hilo de sangre humedece de rojo el vendaje que hace unos instantes se acababa de aplicar - "Mmmm..." - Trata de ocultar su herida y el vendaje manchado y aprieta con más fuerza el torniquete, tratando de evitar mueca de dolor alguna.

Se levanta haciendo algunos gestos con la mano, todavía con los ojos cerrados, y regresa con sus compañeros con una amplia sonrisa. Sin decir nada, saca el mapa que le había entregado el padre Samuel y lo apoya en una de las mesas acercando una luz, mientras con la otra mano comienza a comer de sus provisiones. Su estómago llevaba tiempo rugiendo.

- Fien, fsegun efto - Habla con la boca llena, mientras un pedazo de queso se le resbala hasta caer sobre el plano. Afortunadamente sobre una de las zonas ya estropeadas - Por efa puerta tiene que habef otrfa hafitafión - Traga con algo de dificultad y tras recoger el pedazo caído continúa - Y por donde vinimos parece que llegaríamos a una zona abierta, posiblemente de extracción - levanta la vista mirando a los demás - Yo voto por ir a ver qué hay tras la puerta

Vuelve a llevarse algo de comida a la boca, con la poca delicadeza habitual. Algunas migajas caen sobre su ya manchada sotana.

- Ah, y antes de continuar dejad que Pelor trate vuestras heridas. Sobre todo las más profundas

Tras vestirme, y desayunar la poca comida que queda, rezo a mi dios, pidiendole fuerza y sabiduria para poder afrontar los multiples riesgos y retos que encontraremos en el dia de hoy.

Aggg, que asco de sitio, odio dormir al lado de estos cadaveres de Kobolds, que por cierto en mi entender no es normal que la descomposicion haya sido tan rapida...

Seria buena idea, revisar esa habitacion pero deberiamos hacerlo con cuidado, nada nos asegura que no nos esten esperando, seria buena idea que morkhur y Lazaro vayan delante, uno por su vision y otro por ser el mas experto del grupo en trampas, no seria aconsejable recibir otra piedra como la de la entrada. despues deberiamos preparar algo con lo que poder cegar a los kobolds, estos monstruos han vivido siempre a oscuras por lo que la luz directa debería de hacerles daño en los ojos, y tener alguna ventaja. ademas podemos suponer que igual que estos de aqui, hayan mas enemigos preparados.

Padre ya que haces primeros auxilios, deberias de revisar a todo el grupo a ver si vieras un posible indicio de que alguno estemos infectados... no me gusta el estado de estos bichos, parece como si algo se comiera desde dentro el cuerpo, podemos presuponer que esten infectados y mas de uno hemos estado en contacto muy directo con ellos, si alguno lo está seria bueno saberlo porque no sabemos cuando podria caer enfermo y en medio del combate seria muy desfavorable...

Seria aconsejable que si puedes pidas a tu dios que te ofrezca el don de quitar las enfermedades, por si alguno se contagiara, para intentar miminizar los riesgos...

un momento que medida puede tener esa puerta....piensa mietras mira de reojo una de las mesas.

estoy pensando que podriamos preparar unas barricadas moviles con las mesas, para poder tener cobertura en el caso de necesitarlo, al menos para los que os desenvolveis bien desde la distancia...

El descanso puede haber parecido breve, pero ha sido reparador. Lázaro estaba ya desperezado y preparándose cuando recibió la chanza de Morkhur. 

- ¿Ronquidos yo? En mi vida me han culpado de tal cosa - contesta Lázaro al enano - ¿No llevarás un ñu viviendo entre esa maraña que llamas barba sin darte cuenta? 

El joven estira el cuerpo y se cuida de calentar todas las articulaciones saltándose tabas por doquier. Por momentos parece que la espalda le crezca un par de centimetros con tanto estiramiento - ¡Mnnnnnnnaaaaaaaaaaaah!

- ¡Casi listo! - dice pegando un último salto mientras se desabrocha el pantalón - una meadita y preparado para continuar - se va a la esquina de la habitación más alejada a Palomeque y se desahoga.

Xoan:

Yo diria que probemos si la llave que me mostro el joven Lazaro antes de dormir, es la que esta puerta, y si es asi, que ocultaban estas criaturas...

- Toma - Lázaro le lanza la llave al bardo tras sacudirse y se acerca a la puerta para investigar - Callaros un momento...

Morkhur se dispone al lado de Lázaro e intenta también escuchar si hay algo al otro lado de la puerta o si hay una trampa aguardándolos - "¿Puedes oir algo muchacho?" - pregunta el enano, apoyando él también la oreja en la puerta - "Ven Xoan. Abramos la puerta de una vez ¡¡¡que la diversión nos espera!!!

Xoan se hacerca con la llave en mano, espera que Lazaro se corra. Pone la llave en la puerta y gira la llave. Abriendo lentamente hace espacio para dejar el paso libre y toma su ballesta para estar preparado...

Vamos!!!

Mientras el grupo discute su próximos paso a seguir, Lázaro, Morkhur y Xoan van por rl pasillo y colocando sus orejas contra la puerta intentan escuchar si algo o alguien se mueve del otro lado, pero no logran oir nada, al parecer, todo está tranquilo.

Acto seguido, Xoan toma la llave que le da Lázaro, la coloca en la cerradura de la puerta, la gira, y tras un sonoro "Click, clack!", la cerradura se abre. Xoan empuja lentamente la puerta hasta abrirla del todo y con su ballesta lista para disparar,se para en la entrada.