Partida Rol por web

Aún enfrascado en el lío de la puerta y tras dejar pasar al del SAMUR, el alarido que oigo es desgarrador-¿Qué coño ha sido eso?- pregunté absurdamente, ya que sabía lo que era.

-¡Vamos dejadme pasar!- grité a los alumnos que aún podían quedar a mi alrededor para abrirme paso entre ellos y correr hacia el origen del grito.

Después de lograr abrir la puerta, la cual me sorprendió que pudiese abrirse por la fuerza bruta, todo se descontroló un poco. El tipejo aquel del Samur se fue hacia la enfermería, mientras el pobre Santana limpiaba la puerta... Aquel oriental me indica que de aviso para que llamen a los bomberos. ¿Para qué? Si ya está abierto? Este no sabe lo que clavan por falsas alarmas...

Ignoré su comentario mientras veía como iban todos a ayudar al chico del Samur con el herido. Me quedé junto a la puerta, por si acaso alguien trataba de entrar... cuando escuché aquel grito que me heló la sangre.

Miré a Marcos.. no supe que decirle. Tenía la sensación de que si le decía que no se moviese de allí, eso haría... aunque el edificio se le desplomase encima, no se movería. Vi a uno de los profesores abrirse paso hacia el lugar del origen del grito.

Marcos, es importante. Tengo que irme un momento. No me sigas.. ¿vale? dicho esto corrí en dirección de los gritos. Joder.. entra el herido en crisis y en lugar de ayudar salen todos corriendo?? Tiene cojones la cosa! Pensé mientras avanzaba hacia la masa de gente, dispuesta a embestir contra ellos para poder pasar si era necesario.

Vale le dijo a Sara arresta al malo.

Siguió limpiando la puerta como si no hubiera escuchado el grito. En realidad durante su instancias en el hospital en su juventud había escuchado gritos mucho peores sin motivo ninguno por lo que no le extrañó. Lo que no le gustaba nada era la gente corriendo hacia donde el estaba. Si se acercaban más se apartaría. 

¿Dónde está el carrito de la limpieza? Quiero mi escoba.

Enrique no da credito a lo que empieza a suceder dentro de la enfermería y observa perplejo lo que el alumno supuestamente muerto empieza a hacerle al medico del SAMUR y después a varios de sus compañeros. -Pero que cojo.... Enrique no termina la frase ya que una marabunta de chicos y chicas sale en estampida de la enfermería empujando a Luisa y a el hacia un lado.

Solamente consiguen salir unas diez personas ya que una de las chicas se tropezó al intentar salir y consiguió que todos los que estaban detrás poco a poco fueran cayendo. En ese momento Enrique se gira hacia el pasillo y ve como Miguel y Sara corren hacia ellos. -RAPIDO NECESITAMOS VUESTRA AYUDA, TENEMOS QUE AYUDARLES A SALIR DE AHI. Grita Enrique a los que vienen para después darle un toque en el brazo a Luisra para que le ayude a sacar chicos de la sala.

Con todas sus fuerzas Enrique consigue sacar a dos chicas estaban atascadas en el suelo justo en el marco de la puerta. Rápido chicas tenéis que salir de aquí, salir por el hueco de la puerta .

No es posible... ahora se intentará reproducir...

NO! No debéis entrar ahí!

El "pobre anciano" avanza corriendo como puede (como Chiquito*, más o menos) para intentar frenar a los que, irónicamente, van en su misma dirección.

La primera idea fue LO SABÍA.

La siguiente, cuando Segrellos se levantó, fue descubrir que no sabía nada, y todo el alivio que sintió cuando su delirio se confirmó desapareció cuando el estudiante se levantó como un poseso con la rabia. Luis trastabilló hacia atrás cuando fue arrollado con la marea desesperada de gente saliendo en tropel.

"...!!!!?????"

Pero ayuda a asacar gente.

-¿¡PERO QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO!?

Siguió ayudando gente a salir después del porrazo junto con Yamaguchi, que tenía más o menos las mismas cero respuestas que él.

-¡Está en medio de un ataque! ¡Tenemos que cogerle! -gritó- ¡Entre usted y yo!

El plan, en retrospectiva, resultaría catastróficamente malo. Pero todos los intentos de contacto en una situación así tienden a serlo.
 

Intentando luchar contra la marea humana que trataba escapar, serpenteaba y me deslizaba entre los cuerpos de los chavales-¡Vamos vamos dejadme pasar!- grité, sabía que Enrique estaba echando una mano a sacar a los estudiantes, yo tenía que saber qué coño pasaba en la enfermería. Al entrar no daba crédito a lo que veían mis ojos ¡Segrellos parecía estar vivo! ¿cómo es posible? Aunque con un estado de rabia incontrolable y estaba atacando al hombre del SAMUR-¡Joder!-grité sorprendido, mientras corrí hacia Segrellos, estaba muy pálido y con la mirada inerte. -"¿Realmente estaba vivo?"- pensé asustando. -¡Vamos Segrellos suéltalo!-le grité cogiéndole de los brazos para que soltase al sanitario, tenía los brazos helados-"esto no puede estar pasando"- pensé mientras forcejeaba con Segrellos.

Unos antes, otros después, al final acabaron llegando todos a aquel lugar que hedía muerte y esfinteres. Comenzaron con la labor de auxilio tanto Enrique como Luis Ramón, con premura tomaban a los estudiantes que se encontraban en las partes superiores y tiraban de ellos.

-¡Venga vamos, salid!- Les gritaban confiando en que ellos ayudasen en la tarea. 

No tardaron en unírseles todos, todos menos el decano. Algo dijo de la cadera. -Venga bajad que estáis aplastando a los de abajo-. Las voces eran firmes y no exentas de amabilidad, funcionaba aquel tono que utilizaban. Algunos de los que salían sufrían contusiones, otros tenían problemas respiratorios, los últimos tenían marcas de arañazos o mordeduras, de alguna forma todos estaban heridos.

Cuando la montaña humana finalmente descendió, el horror al que asistieron los primeros testigos se desveló al resto. La últimas dos personas estaban muertas, y Segrellos daba cuenta con avidez de su pierna. Con una pasión salvaje más propia de una rabia maníaca que de un impulso humano.

Aunque cuando los testigos se percataron en su rostro, vieron que quedaba poca humanidad en él...

Sara era la mejor, Marcos lo sabía y eso le hacía estar distraído, más pendiente de dejar todo hecho que de ayudar en aquella situación de emergencia. Cuando finalmente encontró el carrito -le llevó un rato acordarse de que se lo había dejado en los baños-. Salió al exterior y vio cómo entre Sara y aquellos tres amigos suyos -entre los que estaba aquel señor raro que tenía algo que no le gustaba- estaban auxiliando a muchos chavales. 

Por alguna razón el hombre mayor estaba a un lado vociferando. Algunos de los que salían sufrían dolores, otros tosían mucho, los últimos tenían sangre fruto de algún corte, todos estaban heridos.

Entonces todos se quedaron lívidos, como si estuviesen viendo algo terrorífico...

Para cuando quise llegar, el tapón humano ya había desaparecido. Los jóvenes estaban aterrados y magullados o heridos, pero mi atención se centró en el interior de la enfermería. Vi horrorizada como el joven con "una herida sin importancia" se había vuelto más pálido y más friki de lo que eran los estudiantes de biología... Además había asesinado a dos personas y... se estaba comiendo a una de ellas...

Por un instante quise vomitar, pero luego pensé que todo esto podría ser una broma de los estudiantes. Uno se "corta", va a la enfermería... se arma la de dios, van todos a ver al herido y le van maquillando y preparando todo.. e incluso simulan ese tapón en la entrada para darle más dramatismo a todo. Otra cosa no puede ser... La novatada para la segurata nueva... ¿estará el profesorado metido en ello? ¿Y el decano? Bueno.. les aplaudiré la gracia a todos y les mandaré a hacer puñetas luego....

Y así fue. Comencé a aplaudir hacia la multitud de estudiantes y luego al alumno con aquella pierna en sus manos. Joder! Has conseguido que por un momento me creyese que eras un canibal o algo así... le dije a Segrellos acercándome a él y mirando la enfermería. La verdad es que el pobre Santana iba a tener trabajo allí. La habían puesto perdida de sangre de esa falsa.... Y la pierna! Parece real! Luego miré a los muertos.. Venga anda! Levantaros! Que la broma esta muy lograda y descubierta!

Me incliné sobre los cuerpos y zarandee uno de ellos.. Me oyes??? Vamos. Que como broma ya está bien... A ver si ahora voy a tener que levantaros a golpe de defensa. Miré a Segrellos nuevamente. Y tu igual. Anda! Deja la canilla esa y diles que se levanten...

Poco a poco todos consiguieron salir menos dos que parecían estar muertos en el suelo junto a Segrellos. La imagen del chico comiendo una de las piernas fue algo que revolvió las tripas del botánico. 

Tras ayudar a una estudiante a apoyarse en la pared del pasillo lo primero que se le ocurrió fue cerrar la puerta de la enfermería, pero la seguridad nueva se le adelanto y se metió dentro comentando algo sobre una broma. - ¿Pero que haces?

Enrique se pone bajo el marco de la puerta y mira a la chica. - ESTO NO ES UNA BROMA JODER!!!! Grita nervioso a la chica mientras coge el pomo de la puerta. - No sabemos que le pasa al chico, pero no voy a dejar que salga y siga atacando a nadie mas.

​Enrique estaba dispuesto a cerrar la puerta dejando a la chica all dentro si no salía.

Luisrra, no.

-¡ESTO NO ES UNA BROMA!

Su tono transmitía la mezcla de emergencia, miedo y seriedad adecuada como para que no pareciese una broma. La diferencia con Yamaguchi es que A) él estaba muy acostumbrado al trato directo en variedad de situaciones y B) él no se había quedado en la puerta dispuesto a encerrarla ahí sino que había entrado. Sí, después de los chicos a los que habían sacado, había entrado por si había que sujetar a Segrellos o ayudar a Sara: el chico estaba teniendo alguna clase de ataque, y no estaba muerto... aunque con todo lo que había pasado ahora resultaba que eso era un flaco consuelo.

-Venga, salgamos de aquí. O... -miró a Segrellos, aún devorando jirones de carne, mucho menos roja y en tirones de lo que se veía en las películas, más entera. Se le revolvió el estómago y tuvo que aguantar las lágrimas- o sujetémoslo, de alguna forma, tiene que haber alguna cosa en la enfermería para eso, algo que...
 

Correteando sujetándose la cadera, el doctor se acerca al marco de la puerta y al ver la escenita, no le da tiempo ni a santiguarse. Esta vez echa a correr como si no le doliera la cadera, sin decir ni adiós. 

Vamos, coño, no se queden ahí!!

Esa fue toda la consideración que tuvo con los demás supervivientes.

Salió del baño con su escoba con la intención de barrer aquel lugar pero lo que vio no le gustó nada. Todo el mundo gritaba e incluso algunas personas estaban sangrando. ¡Sara!  Tenía que ayudar a Sara pero ella le había dicho que no la siguiera. ¿Qué hago?  Sara es mi amiga, a los amigos se les ayuda. Dio dos pasos hacia la enfermería e inmediatamente retrocedió. Empezó a tirarse de la parte de atrás del pelo intentando decidir hasta que al final tomó la decisión. 

Con la escoba en la mano se fue acercando a la enfermería despacio intentando que nadie le tocara mientras recitaba una y otra vez Mi amiga Sara necesita ayuda como si fuera un mantra protector. A pesar de rozarse con alguno de los que huían continuó avanzando hasta la puerta.

Lo que vió carecía de sentido para él. Alguien estaba mordiendo a otra persona, no era para tanto. ¿Por qué tanto ruido? preguntó Sara está bien.