Partida Rol por web

Dayereth veía como sus compañeros ejercían sobre todos los enemigos el poder de su voluntad. El eladrin se estaba encargando solamente de un enemigo y eso no parecía lo mas justo para el que debía llevar el mayor peso del combate otorgando cierta protección a los demás.

Lanzo un nuevo golpe contra el elemental de tierra y tras eso dio un paso atrás evitando que este tuviera la oportunidad de responder. 

Andet manipula al elemental de tierra para que golpee a su compañero mientras Dayereth usa sus artes para golpear y retroceder hacia el batalla mayor.

Uno de los elementales de fuego se apaga bajo las fuerzas combinadas de Eva y Sizzly.

El elemental que luchaba contra Dayereth golpea el suelo y manda una onda expansiva a su alrededor que impacta tanto al eladrin como al familiar de Sizzly. Ambos se ven empujados pero Dayereth se encuentre de repente bajo el fuego abrasador del árbol que empieza a quemar sus ropas.

Una de las chispas de fuego se continua cebando contra el leonido que tambien intenta atacar a la chispa pero falla. 

Mientras el otro elemental de tierra, atontado por los conjuros de Andet, decide cargar contra el clerigo en un intento desesperado de abatir a uno de los enemigos. Sin embargo su ataque no consigue impactar al hombre sagrado, que aún y aturdido es a tiempo de realizar una finta y esquivar el enorme puño de granito.

Iannes es a tiempo de recuperar su compostura para ver como el Archon se mueve para flanquearlo y golpear con su cimitarra de fuego. El golpe es lo suficientemente duro como para dejarlo maltrecho y con una fea herida.

Los elementales van cayendo uno detrás de otro y no puedo evitar sentir una macabra sensación de satisfacción al ver como actuamos en equipo. Quizás por eso, cuando la adrenalina que corre por mis venas empieza a mermar, que noto los efectos del poder sobre mi cuerpo. En la boca noto ese sabor tan familiar de la sangre, y los dedos de las manos se me entumecen por las quemaduras. Casi por un instante me olvido de que aun no hemos acabado.

Vuelvo a apretar el puño con fuerza, levantando la mano al aire antes de volver a soltar un puñetazo en el suelo. Las hebras negras emergen del suelo como oscuros tentáculos buscando sus presas. Alcanzan sin misericordia al elemental de rocas y el que seguro es su capataz.

Dayereth sentía el calor de las llamas cercando su posición. Decidido a no dar tregua al enemigo se movió para enfrentarse de nuevo contra aquella mole de tierra con vida.

El golpe supero las defensas de su enemigo y sintió como parte de esa energía recorría su cuerpo restableciendo las suyas, dándole un nuevo vigor para seguir la lucha.

La belleza de la danza de los elementales hacía brillar lo ojos de Andet, el enorme trozo de granito había desarmado la estructura que mantenía con forma aquella columna de fuego puro. El chisporroteo se esas ascuas moribundas formó una esplendorosa imagen al mezclarse con los tentáculos negros que brotaban desde las profundidades del suelo. Como lenguas pérfidas, absorvían las llamas, consumían el granito. -Esto es arte... belleza- El momento lo parecía todo, sintetizaba su pasión por las artes arcanas, los logros de muchos años de estudio y dedicación completa.

Inspirado, caminó en un trance, pasando junto a sizzly, extasiado -Sumaremos otro bailarín al concierto, querida- sus manos revolotearon con gracia, pasando el orbe de una palma a la otra como si fuese una liviana pompa jabonosa. Casi como un director de orquesta, el hechicero le indicó al elemental trabado con el eladrín el camino por el que debía danzar. Con una rapidez impropia de tal mole, siguió sus órdenes al pie de la letra -Ahora le daremos el gran finale, llamas, ¡fuego!-

Cuando Krew fue golpeado y arrancado de la existencia de este mundo la maga sintió morir una parte de ella, pero el diablillo nunca moriría del todo hasta que ella falleciera y siempre podría revivir al ente como quien aviva un fuego moribundo.

Quizás por los remordimientos de culpa su ultima explosión resultó menos eficaz y espectacular de lo que habría cabido esperar de una maestra del fuego. Esperaba al menos poder aliviar parte de la pesada carga de Iannes al tener que enfrentarse a tres enemigos tan cercanos.

El granito controlado por Andet propina un golpe muy contundente a su aliado que casi lo derriba. La explosión de Sizzly termina con la existencia de uno de los elementales pero el Archon consigue evitar el fuego justo a tiempo para salir indemne.

El torrian termina con la chispa elemental de un zarpazo y luego se mueve hacia el archon, por el camino parece lanzar una plegaria al aire para que Iannes recupere algo de vida. 

El ultimo elemental de tierra retrocede un paso y provoca un terremoto a su alrededor que alcanza al leonido y a Iannes, sin embargo no parece pillar a nadie desprevenido y ambos evitan el ataque con tranquilidad.

El clerigo habia vuelto en si a la vez que la criatura curaba las heridas que habia sufrido. El pago por atacar a criaturas malheridas tenia un precio para su conclave, pero estaba dispuesto a asumirlo si con ello podria salvar otras vidas. Se hecho para atras para alejarse de la criatura de fuego y desde alli lanzo una plegaria para curar a la extraña criatura, o quizas fueran ellos los extraños.
Que fuego purificador de Amaunator cure tus heridas y asi te agradezco tu ayuda. La criatura empezo a arder en llamas doradas y sus heridas empezaron a cerrarse.
Respiro hondo y miro al ser de fuego, esperaba que su mente se sobrepusiera a la accion que venia a continuacion. Enarbolo de nuevo su simbolo y desde alli surgio una bocada de fuego dorado, apagando las llamas de la criatura de fuego y quedandose de nuevo en estupor Iannes.

El Archon se desvanece dejando solo los restos de su armadura en el suelo. Lo único que queda es un elemental de tierra que no parece tener la mas mínima intención de retirarse hasta morir.

El campo de batalla estaba desolado. Dificilmente volvería a crecer algo en aquella tierra estéril y calcinada, pero habían eliminado a todos los elementales, a excepción de uno, que a juzgar por su aspecto estaba a punto de quebrarse y desmoronarse. Sizzly apuntó con su varita al elemental de roca y puso a prueba su resistencia con el mas débil pero fiable de sus hechizos, el ordinario proyectil mágico, el primero que aprendió siendo niña.

El proyectil de entropía voló directo al elemental y chocó como cabía esperar, convirtiendo en granito al ultimo enemigo. No era el final mas espectacular y esplendido que habría deseado pero prefería no dejar nada al azar. 

En el mismo instante que las rocas que conformaban el elemental de tierra se desmorona en una pila, me quito la máscara infernal que me cubre la cara y la tiro al suelo como si me estuviese asfixiando. Apoyo ambas manos sobre las rodillas y me tomo unos segundos respirando profundamente con la cabeza gacha y los ojos cerrados. Toso un par de veces antes de escupir la sangre que empieza a llenarme la boca de un sabor metálico empalagosamente dulce.

En cuando recupero la compostura me reincorporo procurando mantener el rostro bajo la capucha. Intentando sin mucho éxito, ocultar las nuevas marcas que han aparecido en mi cada. Una especie de quemadura se extiende como las oscuras raíces de un árbol. Empezando en el cuello, subiendo por la mejilla se extiende hasta la boca y el ojo derecho enrojecido.

...

Miro al torriano con cierta desconfianza y los ojos aun resplandecientes. Pues si bien parece amistoso, desconozco sus intenciones. - ¿ Quien eres y porque te querían muerte ? - Pregunto en un tono imperativo y sin rodeos.

En el mismo instante que el ultimo elemental se desmorona, los arboles en llamas se apagan y los fuegos se esfuman como si nunca hubiera pasado nada. El claro recupera un silencio y tranquilidad que había quedado oculto entre el rugir de las llamas y sus destellos anaranjados.

El enorme hombre león que os supera a todos en altura se arrodilla cansado mientras recupera el aliento. Por su expresión se puede notar que ahora que le baja la adrenalina se percata de lo justo que le ha ido de morir a manos de esas criaturas y de fallar en su misión.

Sin embargo os mira con un semblante de orgullo y satisfacción.

-Mi nombre es Rrowthar, senescal de la ciudad argéntea.- Dice con una voz grave e inhumana parecida a un leve rugido mientras se yergue de nuevo. -Buscaban mi muerte para impedir que llegara a encontraros y os entregara este pergamino.-

El Torrian alarga su zarpa y os entrega el rollo.

-Os pertenece.-

Las convulsiones de Eva le preocupaban. Estuvo a punto de abrazarla para apoyarla y consolarla en su momento de dolor, pero la mujer no era de aquellas que mostraban abiertamente su afecto. En su lugar la miró impotente por no poder hacer nada por ella.

Cuando el leónido habló casi pareció sorprenderse, mas que por el echo de poder hablar "común" el conocer al grupo. No sospechaba de la gente ni era dada a los prejuicios pero parecía contrariada.

-Le estamos profundamente agradecidos Rrowthar, pero mas importante que eso ¿Quién os dio nuestra descripción? Algunos de nosotros no nos conocíamos hasta hace un par de días.