Partida Rol por web

Dayereth vio la imponente situación y claramente estaban en desventaja numérica, Sizzly lamentablemente estaba en otro lugar, lo cual les había dado una oportunidad a los atacantes. 

El eladrin evaluó la situación y estaba mas que dispuesto al enfrentamiento y aquel gigante con aquel artefacto seria un buen objetivo. Pero antes se lanzo de la muralla hacia abajo desapareciendo a mitad de camino y apareciendo a cierta distancia con un estrepitoso golpe en medio del camino de los gigantes, ogros y la muralla. Al levantarse cual gato arrojo su arma contra el enemigo mas cercano sajando a este por la mitad y el arma retorno a sus manos con la sangre goteando mientras miraba a los demás esperando su llegada.

- Este sera el primero, pero no el ultimo, OS LO PROMETO. - Fueron sus palabras.

Cuando el primero de los ogros cae muerto podeis ver como el resto de ogros empiezan a temblar con anticipación y a soltar aullidos de alegría. Mientras, entre ellos corre el gigante que empieza a descolgarse el artilugio de su espalda .... y en cuando está a unos 3 metros lanza la bola metálica cual gigante lanzando una de sus clásicas piedras.

El sonido de la explosión resuena en el campo de batalla con fuerza y podeis notar como el suelo de la muralla tiembla levemente. Aún así las puertas de piedra siguen en su sitio con solo unas cuantas muescas en su superficie.

Se tuvo que agarrar la muro cuando sintió el temblor de la explosión. Aun asi, parecía que la puerta aguantaría, pero no le gustaba nada el frenesís de las otras criaturas que habían contraído a ver la explosión, sabia por propia experiencia que una fe ciega podía mover montañas.

Compañeros preparaos, lo que se avecina no da buena pinta!! Esos enloquecidos... esos berseker creo que se van a suicidar contra el muro.

Intentando ser profeta de su visión propia de un futuro incierto se acerco a la parte del muro que estaba mas cerca de la puerta para estar mas cerca de Dayereth y de los demás compañeros por si necesitara su bendiciones para curarse, pues de nuevo se encontraba en desventaja.

El Behir avanza entre los ogros con pequeños rayos de energia zurcando su piel, cuando llega a una distancia cercana a Dayereth abre la boca y termina escupiendo una bola de pura electricidad hacia el eladrin. Sin embargo el mago de la espada es capaz de desviarlo con su magia y hace que la electricidad termine estallando en el aire.

Los ogros tambien avanzan por el campo de batalla, solo uno llega a la puerta por el oeste, los demás se desvían acercándose por el este, mientras hasta tres ogros se agolpan alrededor de Dayereth para empezar a golpearlo con su garrotes ... pero la astucia y magia del espadachín hacen que solo uno de ellos llegue a impactar.

Karún observa el campo de batalla de la manera más táctica posible. Tiempo atrás fue un guardián que mataba a todo el que se acercara a su pueblo, hoy tocaba repetir esa insensible tarea ante los ojos de sus compañeros y ganarse las bragas de Eva, aunque el elfo no supiera exactamente qué significara ese gesto. 

¡Cuidado con el behir Andet! son criaturas más inteligentes de lo que aparentan. Mientras decía tales comentarios el elfo cargó su arco y disparó dos veces tan rápido que su mano se movía casi a la misma velocidad que las flechas que salían del arco.

Las flechas de Karún son certeras e impactan tanto en el ogro como el gigante. El primero cae abatido con la flecha entre las cejas ... el resto de ogros reaccionan con euforia desmesurada ante la muerte de su homónimo. El gigante recibe una herida muy profunda y su expresión se torna en preocupación rápidamente.

-Como algo tan pequeño puede ni siquiera pensar.- Se pregunta en voz alta.

Mas orgos avanzan hacia Dayereth que se encuentra rápidamente rodeado y bloqueando a diestro y siniestro los ataques de los enloquecidos ogros. Consigue evadir todos los golpes con maestría, pero no se percata que el Behir aún no había desistido y había escupido una bola de electricidad de nuevo que lo impacta con fiereza.

¿ Mûhl ? ... Estoy segura de haberlo oído con anterioridad. Cuando era otra persona. Mûhl, Mûhl, Mûhl ... Por mas que repito ese nombre en mi cabeza, no consigo recordarlo con claridad. Sacudo ligeramente la cabeza para quitarme pensamientos que ahora no me aportan nada.

Me acerco al borde de la muralla para ver como las hordas de ogros se acercan, rodean al Dayereth y ponen a prueba su resistencia. Entre todas ellas hay un gigante, parece un líder. El capataz de los ogros.
Extiendo la mano hacia el cielo, dejando fluir la energía a través de mi cuerpo, mi brazo hasta llegar a la palma. Cuando las hebras oscuras y el fuego empiezan a quemar mis dedos, bajo la mano con un golpe seco. En ese instante una columna de fuego desciende desde el cielo para golpear al gigante en la cabeza. Un estallido de llamas rojas y negras se expanden por el campo de batalla, calcinando a su paso todo cuando encuentran.

Los gritos de dolor dibujan una sonrisa en mi magullado rostro y por un instante mis ojos ciegos brillan mas de lo habitual.

El impacto contra el eldrin fue brutal y dio gracias a Pelor de que estuviera al alcance de sus curaciones.

Pelor, renueva a mi compañero como el Sol cada amanecer.

Un rayo dorado baña a Dayereth y cierra parte de sus heridas a la vez que protege al Monseñor y al ilusionista.

Karún viendo que su amigo estaba siendo atacado por el behir apuntó a la abominable criatura y lanzó una de sus flechas, quizá eso le molestaría lo suficiente como para no alcanzarle.

Luego en cuanto Eva ataca al gigante de la colina Karún ya tiene una nueva flecha preparada en su arco que sale disparada hacia la mole.