Partida Rol por web

Dorg regreso de una pieza indicandonos que podiamos seguir pues no parecia haber nada a tener en cuenta en las inmediaciones. Lo mire seriamente durante unos eternos segundos y, finalmente, lo amoneste por su conducta irresponsable.
La proxima vez que te entren ganas de explorar te las guardas, o como minimo esperas a que te asigne una escolta. Te guste o no tienes una responsabilidad, tanto hacia nosotros, como hacia el Gran Rey. Sin ti o sin el rhunki no podemos completar la mision, y no me llamaran umbaraki por culpa de los absurdos deseos de gloria o de curiosidad de nadie ¿entendido? La muerte acecha, minero, deberias saberlo, y si te peedemos ¿como se supone que encontraremos nuestro objetivo?- le dije serio y ceñudo pero sin elevar la voz. No era necesario que el resto fueran participes de aquello, al menos no los de arriba Maldita sea mi suerte que me ha llevado a tener que hacer de niñera d... empece a refunfuñar mientras me alejaba unos pasos, fruto de la notable frustracion que sentia ¡Kurgan! Haz que bajen y formen, proseguimos la marcha indique a mi viejo camarada, pues temia que si lo hacia yo aquellos dawis iban a ver mi peorcaracter reflejado en unas ordenes que mas parecerian ladridos
...
Seguimos la marcha entre chapoteos y un maldito baño obligado en aquellas aguas filtradas, retozando junto a peces ciegos y enormes hongos de colores estramboticos, lo que me hizo torcer el gesto...humedad, hongos, oscuridad...aquello era un paraiso para que lo habitaran ciertos seres que preferia no encontrar, pese a todo transmiti la orden que me rondaba la cabeza a Garrim y a Kurgan
No me gusta como pinta esto... A mi señal que formen un cuadro defensivo. Trsnsmitid la orden, sin hacer demasiado ruido, para que esten listos. Dudo seguir tan tranquilos mas de un par de horas... les comente a mis subordinados mientras me asegurabq de tener el arma ancestral, regalada por nuestro thain, en el cinto.
...
El camino seguia y seguia.descendiendo haciendo que incluso mi capacidad innata de determinar a.que profundidad nos encontrabamos, como cualquier enano de las montañas, se convirtiera en meras suposiciones. El aire incluso era diferente y el gesto hosco de mi faz estaba mas acentuado de lo normal, si ello era posible. Todo aquella aparente calma me daba muy mala espina
Nos detuvimos ante una nueva bifurcacion y, como se habia convertido en costumbre, mi mirada se clavo en Dorg esperando su decision...
Pasados unos segundos de indecision por su parte no aguante mas la situacion
¿Y bien, minero? ¿Por donde?

Joder... Ya está Dorg a su rollo.

Si bien era cierto que el era el hermano mas sinvergüenza de los dos, el hecho de que hubiera sido formado en el arte de la guerra le había hecho aprender a acatar órdenes y a respetar el trabajo en equipo. Eso de quedarse solo no iba con el.

Cuando escuchó la reprimenda del campeón un escalofrío le recorrió la parte trasera de su cabeza.

Como se las gasta... Pero tiene razón, no deberíamos separarnos...

No paraba de mirar a su alrededor. Seguro que si había algo ahí fuera ya les habían escuchado. Pronto lo sabrían...

Al parecer Kurdrim no estaba dispuesto a arriesgar a más integrantes. Era una buena idea, pero si aquel minero moría nuestras posibilidades de volver a encontrar el camino se verían bastante reducidas. Decidí comentárselo:

- De acuerdo!!! Brrrrrr!!! Pero la próxima vez que ese mequetrefe de minero decida irse de excursión debería de ir acompañado. O no irse sin más!!! Es el único que conoce con seguridad el camino a seguir e incluso el camino de vuelta. – le dije seriamente mientras veía su rostro arrugado y enojado. Sabía que él ya lo había pensado pero no creía de más el recordárselo.

Tras aquello me dediqué a doblar con cariño y casi veneración el estandarte. Bajando por aquel agujero había tenido serios problemas para pasar y no estaba dispuesto a arañar los elaborados grabados o el propio astil.

Tras unos minutos se escuchó el tintineo de una armadura para ver aparecer al minero. Kurdrim no tardó en amonestarlo de forma dura y contundente haciéndome sonreír para mis adentros. Aquel enano se cagaría en las calzas como hiciese de nuevo algo parecido. De hecho casi parecía que ya se lo estuviese haciendo!! Tras aquello acaté la orden dada, subiendo nuevamente la escalinata para avisar al resto del reducido grupo que bajase.

Luego seguimos avanzando aunque esta vez el agua me calaba hasta los huesos. Brrrr!!! Odiaba el agua. Si por allí hubiesen enanos ya habrían canalizado aquellas frías corrientes hacia lugares donde fuesen realmente necesarias. Además el camino se había hecho mucho más abrupto y ahora no avanzábamos con la misma premura que anters. Para colmo unos molestos peces se paseabana a nuestro alrededor cosa que me ponía especialmente nervioso. Eso de no saber que pisabas era una sensación que siempre habñia odiado.

Unas enormes setas fueron apareciendo, cada vez en mayor número. Estaba claro que no eran comestibles pero un extraño cosquilleo me hacía erizar los pelos de la nuca al pensar en aquellos seres infames que seguro que si que se las comían. La parición de una caverna enorme con unas largas vías que se perdían en la oscuridad me hizo salir de mi letargo.

- Brrrr!!!! Odio mojerme!!! Luego te pasas con ese maldito olor a humedad durante semanas. – dije instantes antes de que Kurdrim me dijese lo de estar ojo avizor. – Oido amigo!!! Formación defensiva en cuadro a la orden de Kurdrim. Estad alertas y prestos… y avisad a todos!!! Esto huele a goblins como que me llamo Kurgan!!!

Tras aquello, nos preparamos para seguir avanzando en la dirección que indicase el minero.

Nos llamaron desde abajo, y fuimos al encuentro, una vez todos reunidos pasamos por varios lugares donde nos mojamos las ropas y el frió empezó a entrar en mis huesos, si no me gustaba el agua, menos aun el estar mojado, pero no había otro camino conocido hasta la runa que necesitábamos.
Así fuimos avanzando, callados con paso firme hasta que llegamos a un lugar con una gran seta, y donde podrían haber descansado 6 enanos, seguramente mineros, pues los caminos eran de minería, nada que ver con las calzadas que antaño unían las ciudades, estábamos en los túneles inferiores y el peligro empezaba a acecharnos por lo que pude entender de los rompehierros.
Se nos indico que formáramos en cuadro a una señal de Kurdrim y llegamos a una gran sala donde debíamos tomar una decisión.
Kurdrim estaba impaciente y le insto al minero a que se diera prisa.

Una vez regresó el minero y recibió la reprimenda de Kudrim, indicó el camino por el que seguir. -Grrrrr- El camino que indicaba atravesaba una pequeña acumulación de agua. Todo ingeniero sabía que de todas las forma que podía tener el agua la que merecía la pena era cuando estaba en forma de vapor y servía para mover motores, el resto podían desaparecer de la faz de la tierra que ningún enano las echaría a faltar.

Por si fuese poco el agua era la peor noticia que podía dar a mis pistolas y a mi reserva de pólvora. Así que mientras el resto de mis compañeros de aventura hacían lo posible por no mojarse ellos, yo tuve que meter todo mi equipo en la mochila y hacer lo posible por que no se mojase, a costa de empaparme más que el resto.

Caminaron por la via que señalaba como inequivoca el minero, aunque algo cambiada y con agua que corria aquí y allí, el grupo chapoteaba feliz mientras esquivaba setas del tamaño de un humano. Las setas desprendian unas esporas que se pegaban a la armadura, ropa y pelo a la vista. De esta manera el pringue iba en aumento, hasta que el mismo olor se hizo soportable. El camino fue largo, y huvo retazos que tuvieron que doblarse para no chocar contra el techo de la cueva.

Finalmente, la gruta se ensanchaba hasta llegar a una cavidad de mas de 1000 barbas de altura, casi no se podía ver el otro lado de la gruta y en el medio un pozo que si se miraba en el desaparecía a la vista. La cantidad de orificios en las paredes daba a entender que era una roca muy porosa, la realidad es que cada una de aquellas salidas habían sido escabadas por manos expertas buscando alguna veta de mineral que ya se había extingido, y así lo confirmaba los soportes con motivos mineros que decoraban las entradas, algunos eran soportes para el aceite y dar algo de luz otros indicaban el numero de vetas abiertas o recordaba un encontronaso con gobos.

Las vías llegaban a un punto concreto en una plataforma que colgaba en el vacío ayudada por soportes de metal y cables; desde esta plataforma se lanzaba el excedente de material de la agotada mina. Al rededor había mucha mas flora y fauna de la que cabía esperar a aquella profundidad, insectos y pequeños murciélagos daban movimiento a la escena, mientras un grupo de setas bulbosas y carnosas crecían en grupo de piedras bajas. Detrás de estas piedras y setas podía verse un garrapato del tamaño del doble de alto que los allí presentes, este gruñia placidamente mientras se alimentaba sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor.

La ruta trazada por Dorg cada vez se me antojaba menos segura y, si ello era posible, menos fiable dado que el minero no parecía del todo convencido aunque, pese a mis impresiones, callé y dejé al dawi hacer aquello para lo que había venido dado que en el fondo nadie más sabía hacia dónde dirigir nuestro avance

Como si la mismísima Valaya hubiera leído mi mente llegamos a un gruta, largo tiempo abandonada, donde los restos de una vía y un elevador en pésimas condiciones eran el marco en el cual crecían infinidad de hongos de tamaño más que considerable de los cuales ya llevábamos restos más que suficientes adheridos al cuerpo, y a la barba, como para preparar un estofado

El lugar era deprimente pues en él se veía con claridad el declive de nuestra raza en favor de lugares donde los malditos grobis podrían reproducirse y cobijarse a su antojo. Aquí y allá los agujeros en la pared daban más que suficiente espacio para que una cuadrilla de aquellas deplorables y odiosas criaturas se ocultaran listas para saltar sobre nuestra posición... junto con sus grotescas bestias.

Un sonido característico llamó nuestra atención entonces, descubriendo entre los hongos a un enorme garrapato cavernícola devorando hongos sin reparar, de momento, en nuestra presencia. Alcé el puño cerrado inmediatamente, deteniendo a la unidad, mientras miraba por encima del hombro a Dorg y sin apartar del todo la mirada del garrapato

Silencio ahora, aun no nos ha detectado ... ¿Por dónde hay que seguir?- susurré a modo que solo los más cercanos, y éstos aun a duras penas, me pudieran escuchar - No hagáis más ruido del estrictamente necesario... y sobre todo nada de detonaciones- añadí mirando a Bemlir deseando no haberme deshecho de mi ballesta al adquirir el puesto de barbahierro - ... podríamos atraer a más como él, no sabemos cuántos puede haber en las cercanías

La idea era evitar a la brutal y feroz bestia si así lo permitía nuestra ruta de avance, dejando el pozo entre nosotros y el garrapato en todo momento, evitando así un enfrentamiento innecesario... pero pese a ello Dumgrob ya relucía en mi mano enguantada por si era necesario hacerse cargo de aquel ser. 

Cuando Barbahierro me miró le devolví la mirada sin pestañear. ¿Por quién me tomaba? ¿Por uno de esos advenedizos tan maravillados por la pólvora que no podía dejar pasar la oportunidad de hacer explotar algo? Bueno, tal vez un poco sí que lo fuera, pero no cuando un disparo podía poner sobre aviso a cientos de gobos y garrapatos sobre nuestra presencia allí.

Dalo por hecho maese Kudrim.

La situación en lugar de mejorar iba empeorando a cada recodo. Si hasta ahora habíamos tenido que lidiar con rocas y setas enormes, a eso había que añadir la humedad de la gruta, los pies mojados y ahora una especie de esporas que no paraban de salir de aquellas sets y que se adherían a la armadura como si les fuese la vida en ello. Y para colmo, también se quedaban pegadas en la barba y se metían or la nariz, lo que me hacía escocer hasta el punto de estornudar cada dos por tres…

- Brrrrr!!! ¿Seguro que no hay otro camino Dorg? Estoy hasta la coronilla de masticar de stas esporas y de notarlas como se meten casi hasta mi culo….!!! – comenté malhumorado. – Casi como aquella vez que tuvimos que luchar en aquellas cavernas repletas de fango… ¿Te acuerdas Kurdrim? Cada paso había que medirlo al milímetro si no querías resbalar. Tsk!!!

Para colmo el techo de la gruta comenzó a ser cada vez más bajo, llegando en algunos tramos a obligarnos a agacharnos. Como nos atacasen en aquellos puntos las íbamos a pasar mal, aunque por el contrario serían puntos de fácil defensa. Pero tras un par de horas, llegamos a una enorme cueva en la que se abría un abismo insonsable. Tentado estuve de tirar una piedra, pero sabía que aquello podía llamr la atención, así que me contuve. Había infinidad de orificios que demostraban que allí los mineros se habían dedicado a fondo a extraer de las entrañas de la montaña todos los metales que hubiese. Una plataforma daba paso a la sima por donde se tiraban los excedentes de las excavaciones…

Allí la vida, tanto animal como vegetal parecá proliferar con mayor abundancia, indicador de que en algún lugar había alguna entrada. Murciélagos se hacinaban en pequeños grupos pegando pequeños gritos mientras que los mosquitos zumbaban a nuestro alrededor intentando encontrar alg´n punto en el que atacar. Pero lo peor era aquel garrapato. Debía de ser grande pues ya desde la lejanía parecía grande. Mientras aplastaba a un mosquito en mi cara, escuché el murmullo de Kurdrim…

- Y que sea rápido. Cuanto más rato estemos aquí más posibilidades hay de que ese bicho nos huela… aunque con la mierda que llevamos encim lo dudo. Antes nos tomará por setas que por Enanos…. 

Seguían avanzando poco a poco, a un ritmo seguro sin dejar de ojear alrededor. El paisaje distaba mucho de lo que se esperaba de una ruta enana.

Había hongos enormes alrededor y zonas encharcadas. Ruidos extraños que hubieran hecho a un viajero nervioso perder la cordura. El seguía pensando que algo les observaba, pero de repente se dió cuenta que era al contrario.

Que cojones...

Un garrapato.

Esas bestias eran capaces de arrancar miembros de un solo bocado. En un instante levantó el escudo y miró alrededor, hacia la parte que quedara fuera. Si había un garrapato era probable que hubiera algo mas. Y así se lo hizo saber a los que tenía alrededor, aunque probablemente ya lo sabrían.

Avanzamos por la zona que nos indicaba Dorg, avanzando, mojándonos, agachados y de pies, cada paso me acercaba mas a la runa que deseaba obtener.
llegamos a una caverna enorme que no se veía el fondo y con un gran pozo, esa caverna en su día habría sido magnifica, llena de enanos trabajando y el incesante repiqueteo del pico contra el mineral, las carretillas yendo y viniendo sin parar, pero ahora estaba llena de hongos, bichos y murciélagos.

Hasta que de repente el mundo a mi alrededor se paro, y como si de un movimiento a paso lento, a punto estuvo de detenerse el corazón. Allí entre los hongos había un garrapato grande que sobresalía por encima de los hongos. AL verlo al igual que los demás nos paramos a una orden de Kurdrim y espere mas instrucciones, agarrando con fuerza el martillo que me dio mi abuelo.

Con medio morro por delante olia el aire y en un susurro.

-Movamonos!- dijo con cierta urgencia, pero no dio ni un paso en espera de la orden, lo que si era verdad es que estaba posicionado algo lateralmente dando la espalda a medias al ingeniero que tenia a un lado.
 

El garrapato seguia allí alimentandose en la oscuridad, sin molestar a nadie, mientras algun murciélado lo sobrevolaba en busca de una ración que robar. Kurdrim dio algunas ordenes y el minero indico uno de los tuneles, habia que cruzar cerca del garrapato así que se veia a simple vista que era mala idea ir por allí si no querian llamar la atención.

Tanto Kurgan Pelogris como Bemlir Mordrimsson se percataron como la humedad se convertia lentamente en agua, filtrandose por las paredes y convertirse en agua que surcaba el suelo perdiendose tranquilamente en el pozo que habia en el medio de la sala. Había alguna bolsa de agua que se estaba perdiendo lentamente, y aunque fuera era aun invierno lo normal es que el des-hielo se produjera en al menos 2 meses.

Mientras miraban a un lado y al otro esperaban una nueva orden de Kurdrim atentos al mas minimo movimiento del garrapato.

Digo en voz baja:-Kurdrim! y apuntando con mi martillo en la dirección adecuada terminó diciendo:-En esa cueva de allí hay otro garrapato más pequeño, parece dormido, pero no me apostaría la barba a que sea cierto.

Borinson señaló el camino que pasaba más cerca del garrapato. Aquellas no eran buenas noticias para un grupo que quería ir de incognito pues los garrapatos no eran animales tranquilos y pacíficos. Si Kudrim ordenaba pasar por allí el combate tendría que ser rápido o todos los malditos grobis de kilómetros a la redonda se percatarían de nuestra presencia.

Pero como mi misión allí no era decidir me dediqué a esperar las órdenes para moverme en formación mientras observaba con más atención el lugar donde nos encontrábamos. Había algo raro. Algo que me hizo pensar, ya que no le encontraba una explicación racional. Las gotas se resbalaban por las paredes de la cueva, cuando en teoría, el deshielo tendría que producirse dos meses más tarde de la fecha en la que nos encontrábamos.

El enorme garrapato se interponía en nuestro camino de manera obvia según las indicaciones de Dorg. Aquello no era bueno, en absoluto, pues un enfrentamiento con uno de aquello seres siempre implicaba peligro, más si teníamos en cuenta el tamaño de aquello y de que el sonido podría atraer no solo a más de sus congéneres sino a toda una horda goblin, de estar los malditos pielesverdes en las proximidades.

Miré a la bestia durante unos segundos mientras sopesaba las opciones... la cámara parecía estar conteniendo a duras penas una gran cantidad de agua justo al otro lado, a juzgar por la cantidad de líquido que fluía por las grietas y la época en la que nos encontrábamos, pero no podía arriesgar a toda la unidad a una inundación masiva solo por un garrapato, por grande que fuera.

Observé entonces la plataforma y calculé las opciones, asintiendo en silencio mientras el plan cobraba forma en mi mente. Ya iba a dar las órdenes al respecto cuando, para mi congoja, Girthal me previno de un segundo garrapato agazapado en otro rincón de la sala, aunque dormitando en este caso

Mierda- dije sin poder evitar la rabia reflejada en mi rostro... aquello complicaba aun más las cosas pero no nos podíamos demorar más con aquel asunto; quien sabe que otros peligros acechaban en las proximidades - Sin hacer ruido replegaos en el túnel y formad un muro de escudos, en completo silencio. Que Girthal, Dorg y Bemlir se queden en el centro. Afianzad la posición y preparaos para repeler cualquier ataque... incluso desde retaguardia - ordené mirando hacia donde habíamos venido.

Si algo caracterizaba a los malditos grobis era el surgir de cualquier agujero para atacar por retaguardia cuando menos te lo esperabas. No tenía intención de propiciar algo así.

Es posible que haga un poco de ruido... si solo aparece ese otro garrapato después del estruendo...- hice una mueca, pues lo que iba a decir no me convencía en lo más mínimo... ... que Bemlir haga prácticas de tiro con él y lo intente abatir. Si logramos evitar el cuerpo a cuerpo contra esas bolas de dientes mejor que mejor, así que si no se despierta olvidaos de él y seguid avanzando hacia donde ha indicado Dorg

Dejando claras las instrucciones a seguir me colgué el escudo a la espalda y afiancé el hacha al cinto, asegurándome que por mucho que me moviera, o por bruscos que fueran los movimientos, no se moviera de su lugar. Desenfundé el cuchillo y, con mucho cuidado de no hacer ruido, casi manteniendo la respiración, me empecé a acercar a la plataforma por el lado más alejado al garrapato, manteniéndome siempre que fuera posible agazapado entre los enormes hongos.

Una vez llegara a la plataforma cortaría levemente las cuerdas de mi lado* de modo que la sujeción de la plataforma cediera bajo un gran peso. Una vez me asegurara que la plataforma iba a ceder recogería una piedrecita del suelo y se la lanzaría al garrapato para llamar la atención sin hacer excesivo ruido... la intención no era otra que hacer que el garrapato, ansioso por devorarme, atravesara la plataforma y por su simple peso esta se derrumbara  hacia las profundidades sin tener que lidiar con la feroz bestia en cuerpo a cuerpo.

Si alguna bestia de las profundidades se topaba con lo sucedido lo primero que se pensaría sería que el gordo garrapato había pasado por donde no debía, con lo que nuestra presencia seguiría siendo del todo anónima.

En cuanto al otro garrapato... no quedaba otra que intentar matarlo a la vieja usanza si se despertaba

De acuerdo digo en respuesta a las órdenes de Kurdrim, aunque me parecía mentira que en la primera ocasión de combate un barbahierro la intentará evitar. Pero quizás las historias que contaban de ellos fueran medias verdades, y primará más la seguridad que la heroicidad. Más en esta misión que debía ser realizada a la perfección.
Luego espero a que el que dejará al mando diera las órdenes oportunas.

Parecía que estaban rodeados por esos seres. Si la misión se trataba de hacerlo de manera silenciosa, los disparos del ingeniero iban a cambiar los planes por completo.

Tampoco es que hayamos venido a pasear, habrá que hacer honor a nuestro nombre vertiendo un poco de sangre de enemigos del Reino.

Se cerró en la formación tal y como su líder había ordenado. Se escondió detrás de su escudo por lo que pudiera pasar. Aquello era formidable: eran un inpenetrable muro de escudos que podía parar cualquier cosa en seco. Estaba seguro de que los enanos de su alrededor no se amedentrarían ante nada.

Y menos ante un sucio garrapato.

En cierto modo tenía miedo de que su líder cayera y la aventura se acabase para el. Llevaba equipo de mucho valor que podría perderse para siempre en la oscuridad de ese agujero. Debía estar muy seguro de sí mismo para hacer eso, porque sino no se lo explicaba.

Suerte, Kurdrim...