Partida Rol por web

Mire al músico, herido en mil puntos y comence el lento proceso de procurar que sus heridas no se volvieran aun mas criticas. Volar varios metros hacía arriba, para luego descender hasta el suelo no era nada saludable y eso lo sabía cualquiera. Cuando termine busque al veterano que enfurruñado no paraba de moverse, tenso e irascible, evitando que mis artes hicieran verdadero bien en él.

Gracias.- Pude decirle al barbahierro con mi orgullo por las nubes cuando elogió mi invento, justo antes de que él y el herrero iniciarán una animada conversación que terminó en una nueva orden de marcha.

Me abría gustado descansar un poco, pero estaba claro que Kudrim tenía otros planes. Me levanté y empaqué mis cosas sabedor que esa falta de descanso sería para mi una pesada carga en las próximas horas.

Me estire lo que pude y restañe los rasguños y golpes que se convertirían en cardenales en menos de una hora, para posteriormente descansar hasta que Kurdrim ordeno movilizarse otra vez, me levante me prepare y colocándome donde me correspondía empece a andar, pero a los cuatro pasos, el equipo que llevaba me empezó a pesar como una losa, parecía que no había descansado lo suficiente, o que alguien hubiera echado 30 kilos de piedras, mas lo intento, saben los dioses que lo intento, pero cada vez se me hacia mas pesada la carga, algún golpe mal dado había afectado a lo que podía soportar, pero debíamos seguir avanzando, debíamos seguir...

Descansando se estaba tan bien... 

Estaba reventado, y los gritos a su alrededor no le molestaban lo mas mínimo. Se encontraba tirado en una esquina con uno de los enanos tratándo sus heridas mientras el resto jugaban a ver quien tenía la barba mas larga.

Joder... Como me duele...

Y es que la tunda que había recibido por parte del gigante había sido elegante cuanto menos. Uno de los enanos mas duchos le hizo un vendaje, y le aplicó un hunguento para calmar el dolor.

Al poco tiempo el veterano, lejos de querer descansar se vino arriba e instó a toda la unidad a seguir marchando. 

Haciendo un esfuerzo sobrenatural, el joven músico se puso de pie, y tras ponerse la armadura ahí estaba. El primero de la fila, y sin rechistar. 

Un ligero pero firme movimiento te desperto, sentiste como te tironeaba toda la espalda por una mala posición y un sinfin de golpes se quejaron con un dolor que te recorrio casi todo el cuerpo, en especial la cabeza que te zumbaba.

Ulrik te desperto y te miro con ojos expresivos -no le despertaria si no crellera que fuera necesario- dijo con apuro, por a ver dejado su puesto y por algo que había descubierto -no creo que nos ataquen, pero he encontrado un rastro skaven- dijo muy serio ...

Fin de la escena.