Partida Rol por web

Finales de primavera, llegando ya casi el verano. Los campos agrestes están preparados para la cosecha de cereal. La aldea bulle de gente que va y viene; mujeres con canastos de ropa que van al río a lavarla, hombres que han terminado su faena y se dirigen a la taberna para tomar una buena jarra de hidromiel, niños que corretean por las calles de tierra entre las cabañas.

La temperatura no hace nada mas que mejorar, y según el shaman, este año va a ser de los mejores para el futuro del pueblo. Hace poco los artesanos han terminado la nueva flota de pesca, que consta de tres barcos de unos 6 metros de largo por unos dos de ancho, y un mastil grueso y firme, que recoge la fuerza del viento y la aprovecha para impulsar la nave.

Y hoy es el día en que Elric cumple doce años, y mientras el y su padre bajan por la colina, hablando alegremente sobre el venado que han cazado.

Tu madre sale a recibirle a la puerta de la cabaña. Es una mujer alta para la talla media, con un pelo rubio muy largo, ondulado. Su belleza se conoce en toda la contornada, y es la mejor esposa y madre que ha vivido.

- Hola hijo mio -  le sonrie cariñosamente - ¿que habeis cazado tu y tu padre?¿algo grande?

Levanta la mirada y ve que Elgham se acerca con un ciervo, y abre la boca, mirandole ahora.

- Ya no eres un niño, te has hecho todo un hombre.

Da unos cuantos pasos al encuentro.

- Bienvenido seas esposo - mientras acaba besándolo.

Tu padre estrecha el cuerpo con el de tu madre, y después termina el abrazo amoroso al tiempo que pregunta.

-¿Donde está mi hija?¿Que no sale a saludar a su hermano, que se ha echo porfin mayor?

Toma una bocanada de aire.

-¡Ayrhee!

Levanta muy alto la voz, pero en un tono de padre preocupado.

Sales al encuentro, y, después de los besos, pasais a cenar.

La cena transcurre apaciblemente. Elgham saca dos cuernos vacios, y le da uno a Elric, lleno de hidromiel. Brynja solo tiene ojos para su hijo esta noche. Por fin se ha convertido en un hombre, y como tal, se merecía una cena digna. El ciervo está cocinado con todo tipo de legumbres y especias que traen desde el sur en barcos cada varios meses.

Cuando la cena termina, el padre de Elric manda a las mujeres a dormir, y se queda con su hijo delante de la chimenea.

-Vamos Ayrhe, dejemos a tu padre y tu hermano.

Juntas pasais a la habitación contigua.

-Quitate la ropa y ponte la bata.

Cuando la niña hace lo que le ha dicho su madre, se mete rápida en el jergón, y se tapa con las mantas de pieles.

Un rato después, cuando las dos estais ya dormidas, se escucha la campana de alerta del pueblo. La puerta de la alcoba se abre.

Elric acude raudo a avisar a su madre y a su hermana. Las despierta rapidamente sin miramientos

- Madre, hermana, alguien esta atacando el pueblo. Aprisa, pongamonos a salvo.

Cuando las mujeres se despiertan y cogen sus cosas, unos golpes hacen que la puerta ceda unos centímetros hacia dentro.

-¡Abrid y no os haremos nada!

Pero antes de volver a recibir golpes, un sonido de pelea cesa la orden imperiante. Una punta de espada atraviesa la gruesa madera, y la voz de Elgham, casi quebrada, pide que le dejen entrar.

Al abrir el hombre cae hacia dentro con varias heridas importantes en el estómago, y a su espalda tres cuerpos riegan la tierra con su calor.

Ayrhe observó impotente como su padre perdia la vida. Se agarró todo lo fuerte que pudo a las faldas de su madre.

Con paso firme Elric,decidido, avanzó sin temor ninguno hacia los enemigos que habian matado a su padre. Su hermana lloraba y su madre la abrazaba mientras gritaba a Elric que no lo hiciera, que era una locura. Pero Elric no la escuchaba, solo tenia en mente una cosa.

El pueblo estaba muy mal, estaban recibiendo una dura represión por parte de los enemigos. Asi que Elric se armó de valor y salio a la calle a pesar de que su madre le insistia en que se quedara en su casa. Algunos hombres se habian fijado en el joven pero el sin acobardarse con su espada les dio muerte a todos ellos y finalmente el pueblo pudo repeler el ataque. Elric estaba fatigado tras la batalla, pero no recibio ninguna herida de gravedad, ahora solo faltaria darle una sepultura digna a su padre.

A la mañana siguiente del ataque, todos los muertos fueron enterrados o incinerados, según su religión. Elgham fue tratado con todos los respetos que se le podian otorgar. Nada mas terminar las ceremonias, empezó a nevar poco.

Elric se hallaba delante de la tumba de su padre, aparentemente ausente del mundo que le rodeaba.

Tu madre se acerca y le abraza por detras, dejando caer sus lagrimas sobre el. De su mano anda cogida Ayrhe, que tiene los ojos enrojecidos y le cae el moco.

-Nosotras nos vamos ahora a casa; te dejamos un rato aquí.

Le besa el cabello y se aleja contigo.

-No tardes mucho.

Juntas bajais la cuesta hasta el pueblo.

No puedo mirar a mi madre ni a nadie a los ojos. Yo me quede llorando, aterrada, mientras mi padre moria y mi hermano arriesgaba la vida. Yo me quede mirando como moria el padre que tanto me amaba... La verguenza y el dolor se mezclaban con el sentimiento de culpa ahogando mi alma.

No habia pronunciado una palabra desde aquella noche, apenas habia provado la comida. Mis sueños eran pesadillas que atormentaban mi infinita cobardia. No era digna de ser la hija de mi padre ni la hermana de Elric...

Solte la mano de mi madre y me adelante unos pasos, sintiendo que tampoco merecia su afecto, ahogandome en pensamientos tan oscuros que habian dejado mi rostro congelado en una mascara inexpresiva.

Unos minutos después, llegabais a la puerta de vuestra casa, donde aún se podía ver restos de lo que acaeció la noche anterior. El hambre apretaba el estomago de Ayrhe, por lo que esta pasó dentro. Se acercó a la marmita que reposaba sobre las candentes brasas. Cogió un cuenco y una cuchara, y lo llenó. Se sentó y empezó a deglutir la comida sin ánimos, pues aún se acordaba, y siempre lo haría, de la cara de su padre.

Cuando no habia probado aún la mitad del cuenco, su amdre entró corriendo y le ordenó de manera imperiosa que se escondiese debajo de las tablas, pues había un hueco pequeño que en invierno lo utilizaban para conservar la carne y el pescado fresco. Ayrhe saltó a su interior, y la maderá tapó practicamente cualquier luz. No pasados unos segundos, golpes y gritos vinieron de fuera, y luego un hacha calló sobre la puerta de madera hasta astillarla. Brynja se encontraba semioculta, pero los hombre que entraron dieron con ella. La redujeron a golpes y patadas, le arrancaron el vestido y la violaron hasta que su voz se quedó ronca. Después de eso, solo se escuchaban las risas de los hombres cuando era su turno.

Cada tono de la mujer fué clavándose en el espíritu de la desgraciada niña. Finalmente, terminaron y se escucho una espada ejecutar su trabajo. Luego, una antorcha pegarle fuego a las pieles. Salieron los bárbaros, dejando a Ayrhe en el agujero, donde cada vez hacía mas calor. La casa terminó por incendiarse entera, y caer sobre ella misma. Las lágrimas corrian por las ardientes mejillas, y su boca estaba pastosa. Las cenizas fueron apagándoseconforme empezó a caer una ligera nevada.

Sin tener noción de tiempo, hasta que escuchó un grito proviniente desde fuera.

- ¡¡No... No... NOOOOOOOO!! ¡MALDITO SEAS SURTUR, TÚ Y TODA TU PROGENIE!!

Era la voz de su hermano, que debía de haberse quedado en el cementerio durante el ataque. Intentó llamarlo, pero no pudo, pues ninguna voz salía de su reseca garganta, ni fuerza ninguna para intentar salir del escondite. Impotente, se revolvió y pataleó, pero no consiguió nada; después, durmió.

Un rayo de sol la despertó al darle en la cara. Durante la noche heló, y una madera se resquebrajó. Haciendo esfuerzos, consiguió partirla y salir. Los lábios estaban llenos de cortes, y su primera visión fué la pira de cuerpos calcinados en medio de la plaza.

La comida me sabia amarga y la cuchara me pesaba en la mano como una piedra. Comia desganada hasta que de nuevo el sobresalto de los gritos y el desconcierto.

Obedeci a mi madre escondiendome en el agujero pero despues fue mi cobardia de nuevo la que me mantuvo alli. Mis manos se pegaron a mis oidos para no oir los gritos de mi madre, si yo hubiera sido un chico podria haberla defendido pero a mi no se me habia enseñado a portar un arma, no era valiente, solo era una niña inutil.

Lloraba en silencio hecha un ovillo, aterrada y consumida por la impotencia pero tenia la esperanza que mi madre me sacaria pronto de aquel agujero y me abrazaria. Incluso pense que tantas cosas malas solo eran un sueño, que despertaria pronto y que todo volveria a ser normal.

No fue asi. La mataron y a una parte de mi con ella. Despues el fuego, la desesperacion de pensar que mi vida terminaria bajo las tablas de aquella casa. Senti el calor de la orina bajar por mis piernas temiendo morir abrasada.

Tal vez eso hubiera sido lo mejor... Cuando logre salir solo muerte me rodeaba. Gritar pidiendo ayuda fue una opcion que sopese pero mi garganta no me obedecia. Tenia frio y hambre, sueño, un cansancio infinito se asentaba en lo mas profundo de mi. Mis pasos errantes se deslizaban sin apenas levantar los pies, sin rumbo.

Mis ojos se clavaban con una expresion muerta en cada imagen y cuerpo, quedando grabadas en mi mente como fragmentos que completarian mis pesadillas de por vida.

En el aire se podía respirar el olor a ceniza, fuego, y carne quemada. El pueblo prácticamente estaba en ruinas, salvo unas casa de piedra que se utilizaban como almacén. Ayrhe se acercó a una, abrió la entreabierta puerta y entró. Dentro solo había restos de los sacos de cereal de la cosecha de verano, forraje para los animales, herramientas de cultivo, pieles secándose y una cesta de mimbre. La niña recogió los granos del suelo y los metió en la cesta. Tendría para unos días.

Tambien encontró un odre de licor y un caldero de hierro en buen estado. Cogió nieve, leña y pudo beber. Trituró los granos y con algunas hierbas, pudo hacerse una sopa no muy agradable, pero que le lleno una parte del estómago. Las ropas le apestaban a sudor y a orín, pero no le importaba.

Callendo ya el sol detrás del horizonte, intentó dormir, pero cuando cerraba los ojos veia y oia todo lo que ocurrio. Al final calló rendida de cansancio. Un nuevo día empezaba cuando, recogiendo y salvando todo lo que pudo, Ayrhe se marchó en dirección sur, bordeando siempre la costa.

Había pasado ya casi una semana desde que saliese por la linde del pueblo para nunca volver, y de momento no había tenido trato con ninguna persona el todo el camino. Cuando creyó oportuno, se desnudo y labo sus ropas en un río que discurria cerca de la costa. Estubo por horas sumergida en el agua, y solo salió cuando empezó a refrescar. Se puso la ropa, todavía un poco húmeda, y un estornudo sacudió la tranquilidad del bosque. La cena fué frugal, y el sueño, tras días, reparador.

Ruidos de un carro y animales inquietos la despertaron. Recogió las cosas y se asomó a un camino próximo, donde habia una mujer, un hombre llevando un carro y otra mujer de aspecto extraño.

-¡Quita de en medio bruja! No quiero ninguna de tus sortilegios.- el hombre parecía estar apunto de bajar del carro.

- No soy una bruja, pero seguro que eso no lo entiendes, cabeza hueca.

- ¿Como me has llamado?- se baja del carro y se acerca a la mujer- Te vas a enterar.

Cuando levanta el puño apunto de golpear, la mujer que debia ser la esposa del carretero grita.

- Bjork, mira, hay una niña hay.- te señala- Ven, acércate.

Cuando sales de la espesura con mucha cautela, ven tus ropas y que no vas con nadie. La mujer que le dicen bruja te mira sin decir nada, pero un brillo relampaguea en sus ojos. El carretero se acerca a tu lado y cuando te va a coger de la mano, tu te apartas.

-¿Que te pasa niña?¿Donde están tus padres?

Aquellas personas me resultaban muy extrañas, aquel hombre habia estado a punto de pegar a la mujer. El recuerdo de los gritos de mi madre me hace apartarme de el como lo haria del fuego. Entiendo lo que me dice pero no le respondo. La voz se ha muerto en mi garganta, no tengo nada que decir y no quiero decir nada. Son extraños, seguramente son malvados.

Por un segundo mis ojos miran a la llamada bruja preguntandome si su poder podria devolverme a las personas que quiero pero recuerdo rapidamente que no son mis amigos, no son de mi poblado ni de mi clan... No debo fiarme de ellos.

Doy otro paso atras antes de salir corriendo hacia el rio, soy pequeña y rapida, se que puedo perderles... aunque una parte de mi desea estar con alguien de nuevo y abandonar la soledad de los dias pasados.

Siembargo corro con desesperacion, como si me persiguieran los mismo que quemaron mi hogar. Intento recordar que hay un hombre malo, que queria pegar a una mujer que no habia hecho nada malo.

Los gritos del hombre resuenan durante unos instantes, hasta que se da por vencido y se sube a la carreta. La mujer se aparta, y el carro avanza perezosamente por el camino. Mientras, Ayrhe se esconde detras de un matorral bastante espeso. Espera durante un rato, hasta que la calma y el cantar de los pájaros vuelve a reinar en el bosque. Respira aliviada y sale, solamente para encontrarse a la mujer que habia escuchado decir que era bruja.

Se adelanta y te coje del hombro con su mano, que aunque de aspecto devil, por un segundo dejas de notar el suelo bajo tus piés. Su pelo es un rubio tan claro que parece una nevada vírgen, y sus ojos de un profundo azul. Se arrodilla, y sin inmutar un músculo de su cara, te pregunta serenamente.

-¿Como te llamas?

Me sobresalto por un momento pero cuando se arrodilla, poniendose a mi altura dejo de verla como algo amenazante.

Aun asi es una extraña, no debo confiar en ella. Mi cuerpo se mantiene tenso como una cuerda de arpa.

Quiero responder pero hace demasiado tiempo que no uso mi voz. Siento las cuerdas vocales entumecidas. Abro la boca en un primer intento infructuoso y repito el gesto liberando un susurro.- ¿Como te llamas tu?.- Replica mi voz desconfiada, con un atismo orgulloso.

- Ellisif, la curandera y espíritu libre de estos bosques.

Su mirada oculta una centelleante vida.

-¿Y tu, pequeña?

La miro con estrañeza pensando si de verdad podra curar como dice. Ella a dado su nombre y es justo que le de el mio.

- Ayrhe.- Susurro.- Ayrhe, hija de Elgham.- Repito para presentarme correctamente, como mi madre me enseño.

-Ayrhe, hija de Elgham, ¿cual es tu historia?, pues tus ojos lo dicen todo.

Te coge de las manos, que inusualmente se vuelven frías, igual que las de ella.

Bajo la mirada- ¿que quiere que le cuente?¿Que soy una cobarde que vio morir a todos los que significaban algo sin hacer nada?

Mis puños se cierran con rabia- Padre y madre fueron a Valhalla.- susurro intentando ser fuerte.- Creo que mi hermano tambien...Odin debia necesitar muchos guerreros... se llevo con el a toda la gente que conocia...