Partida Rol por web

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"Que no está muerto lo que puede yacer eternamente, y en extraños eones, hasta la muerte puede morir". Arthedain se sorprendió a sí mismo recordando este extraño dístico, que una vez hallara escrito con sangre en la pared de una fortaleza conquistada. Pero esa era otra historia, y merecía ser contada en otra ocasión.

"Yo estoy bajo de conjuros, pero mi espada aún puede dar cuenta de unos cuantos de estos."

Lo que el mediano descubrió al llegar al fondo de la sala fue una reja enorme en el suelo. Un amplio pasillo se perdía aún más en la oscuridad a otro nivel pod debajo: lo suficientemente amplio como para que tres personas pudieran avanzar por él una al lado de la otra. Y fue el golpe de la reja lo que sobresaltó al pequeño druída... ¡Por allí se había escapado una de las figuras! Pero ¿a donde se dirigían? Los aventureros miraron a la penumbra de su alrededor... Había nichos por todas las paredes... Y todos los nichos tenían escarcha decorándolos... En algunos se alcanzaban a ver los restos de cadáveres. Todos contemplaban con cierta inquietud el espectáculo, como esperando que en cualquier momento se moviesen. Pero permanecían inertes.

Algo llamó la atención del mediano. Junto a uno de los nichos de la pared norte había un pequeño colgante tirado en el suelo con una piedra negra engarzada...

Bhain en cierta medida se sentía mejor al ver que esas cosas se habían ido, pero al ver que uno de ellos se había marchado sabía que solo tenian dos alternativas, retirarse o continuar, si se retiraban ahora posiblemente no podrían volver a entrar- Creo que debemos seguirle, peor es una decisión que debemos tomar todos

Rómulo miró al enano y confirmó con la cabeza. Estuvo a punto de asentir a sus palabras, pero recordó la afirmación del clérigo apenas unos segundos antes y prefirió quedarse callado. "A veces un líder da las órdenes después de escuchar las alternativas" se quiso convencer a si mismo, para no reconocer que el mismo no estaba seguro de que era lo mejor.

Por Random que si volvemos a detenernos voy a sacudir a alguien...

Las reservas de paciencia de Robin, en general de tamaño considerable, estaban a puntito de agotarse.

- Rómulo, no voy a poder espantar esas sombras gélidas para siempre. Deberíamos cazarlas y exterminarlas cuando aún están débiles y son asustadizas. Cuanto antes vayamos a por ellas, mejor.

Mosest siguió a Rómulo para curiosear el fondo de la sala. Al llegar a los nichos con escarcha, se quedó mirando un rato para después decir:

-¿No deberíamos... no se, prenderle fuego a esto?. ¿O enterrar a los cadáveres en suelo sagrado?.

Si de algo se podía acusar a un enano era de saber de construcciones, y aunque Bhain se había dedicado toda la vida a luchar y combatir , eso lo llevaba en la sangre. Le pareció reconocer que tan solo estaban entrando en el complejo, asi que se aventuro a exponer una idea – Se que estamos algo tocados por el combate con esas criaturas, y que si seguimos va ser duro, pero ante nosotros se abre la posibilidad de conseguir nuestro objetivo, si seguimos por ese tunel – dijo señalando por el tunel que se había ido la criatura -vamos a adentrarnos mas en el complejo y es mas que probable que nos lleve hasta la Hechicera amiga de Mama, Pero tu eres el líder, tu eres el que debe tener en cuenta el estado del grupo y como estamos y si crees que podemos seguir o no, por mi parte te dire que si que puedo, pero esto es un equipo y estamos juntos en esto asi que hay que tener en cuenta todos los factores. El marrón es tuyo – Dijo riéndose de su propia broma, aunque quizás nadie mas que el la hubiera entendido su intención solo había sido romper un poco la tensión que se reflejaba en los rostros de sus compañeros.

Bhain se dirigió al fondo de la sala junto con sus compañeros

"Sí, creo que hay que ir tras el fugado. Con un poco de suerte irá en busca de quien le creó, y mi espada tiene un recado para él." Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn*

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"Ahora no, mi joven amigo; lo primero es lo primero: evitar que alguien los anime de nuevo."

Silvania volvió a acercarse a Romulo en un rápido trote, su antorcha siempreardiente seguía iluminando junto a la espada del druida mientras buscaba sombras que saliesen de entre las sombras.

Cuando le discutieron el liderazgo, no hizo caso, a ella le daba igual quien quisiese mandar mientras no le pidiesen que mandase a ella.

Por su mente cruzó un fugaz pensamiento "es mejor líder el que no desea liderar, los motivos para creerse con derecho a mandar sobre los demás no suelen ser muy adecuados..."

Mientras aquellos con poderes divinos observaban el extraño medallón, Romulo, aún montado, acercó su cimitarra luminosa a la reja por la que habían escapado los no-muertos intentando detectar la presencia de quien pudiera estar en el lugar

- Entonces... seguimos? - preguntó mientras sus ojos, y oidos, se concentraban en el espacio tras la reja - Creo que es lo mejor. Salvo que alguno necesite descansar para recuperar sus poderes - Mientras hablaba Héctor, su vibora se asomó de su hueco entre las pertenencias del druida, en las alforjas de Remo y mientras Rómulo le acariciaba su escamosa cabeza observó, junto con su amo, el hueco que se abría a sus pies.

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Una lágrima de irreprimible impotencia resbaló por la tersa faz de Robin, mejilla abajo...

Sin duda, Random sentía cierta atracción por colocar a sus más fieles seguidores en las situaciones más peliagudas (aunque la verdad, en muchos casos sus seguidores se metían en el berenjenal ellos solitos y sin ayuda de nadie). El mismo Robin se había enfrentado a peligrosas misiones y su temple y su fe habían sido puestos a prueba en multitud de ocasiones. ¿Tumbar a un troll de las montañas bebiendo barriles de cerveza, y después acostarse con su hija? Hecho. ¿Desplumar en una partida de cartas a un elfo oscuro... haciendo trampas? Sin problemas. Pero, ¿Que Random usara su Muy Azaroso Poder para que la Moneda de la Suerte designara al más dubitativo de los medianos que jamás han pisado esta tierra como líder de un grupo de individualistas metidos en una incursión para combatir todo un regimiento de no-muertos? Eso ya era pasarse.

La próxima vez, quizás sería el mismo Robin quien tomara sus propias decisiones. Ya se vería entonces quien era el más listo, si Random o Robin...

Arrinconando aquellos sacrílegos pensamientos, Robin se enjuagó aquella solitaria lágrima, se acercó a Rómulo, se arrodilló a su lado y, con toda la calma y la prestancia que pudo reunir, le dijo:

- Sí.

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Sin decir palabra, Arthedain se acercó al confuso clérigo y le dio una amistosa palmada en el hombro sin que de su semblante nadie pudiera deducir ni aprobación ni enojo.

Gaius respiro con una fuerza considerable, como aquel que emerge del agua presintiendo la asfixia y aspira, sacando de su discusión a sus compañeros. Mientras se levantaba un continuo goteo de hielo derretido le acompañaba. Se sentía calido y a la vez frió, como una persona que hubiera viajado demasiado rápido por distintas estaciones.

-¿Qué ha pasado? – preguntó algo desorientado a sus compañeros – Imagino que no fui lo suficiente rápido para estos seres – apunta mientras observa los restos de uno de los helados cadáveres. Era extraño, parecía que su orgullo y vanidad no hacían presa de él, quizás fuera por la alegría de seguir con vida. - Mis más sinceros agradecimientos, os debo la vida – comentó expresando su gratitud al grupo en general – no dudare en devolveros el mismo trato -.

Parecía que durante su convalecencia había acabado por completo el combate y se disponían a seguir por un enrejado bajando más en aquel infierno. Al asesino, hasta ese momento contento por seguir con vida, se le torno su sonrisa en tristeza al pensar que hacía poco tiempo había estado a las puertas del averno. En cambio si se alegro de que el pañuelo que cubría su cara le protegiera de las miradas de sus compañeros.

Mama afiló el morro negando con la cabeza. La decisión estaba tomada antes de preguntar. Ella poco podría ayudar con su magia y si aparecían más sombras como la anterior, tampoco servirían de nada sus virotes. Por un momento vió a todos como un grupo de muertos vivientes arrastrando los pies por los sinuosos pasillos de aquel lugar...un grupo de muertos vivientes en formación de "V" dejando tras de sí un rastro de hielo. Imaginó al clérigo con los ojos en blanco moqueando hielo por la nariz. Al filo del ocaso con su cabeza entre sus brazos y al paladín con su ojo pinchado en la punta de su espada. La grotesca imagen le hizo mostrar una amplia sonrisa fruto de sus pensamientos.
Alguien mencionó a Aldara y se animó a decir: "No contéis con mi magia pues estoy demasiado agotada mentalmente como para lanzar mis artes; aún asi,es necesario que continuemos sin descanso. Debemos encontrar a mi mentora. Recordad que es prioritario. Por ella estamos aqui: para encontrarla...en cuanto a ese medallón...será mejor que YO lo guarde...era de ella". Concluyó solemne.

Mosest observó el medallón que Robin mantenía en su mano. Era un colgante, un mero adorno. No estaba emparentado con ninguna religión, de eso no tenía duda alguna el clérigo. El paladín se concentró mirando el objeto: tampoco perturbaba su paz espiritual. La maga, que fue la última en alcanzar el grupo, lo observó por encima del hombro del clérigo. En la piedra negra se atisbaba una inscripción justo en el centro: una runa que hizo que el corazón de la nigromante se acelerase: efectivamente aquella era la runa personal de Aldara. Eso quería decir que había estado allí.

Mientras tanto el mediano se afanaba en mirar a través de la reja. Maldijo por lo bajo el ruido de las tintineantes armaduras de sus dos compañeros que se entretenían revisando el amuleto. No era capaz de discernir ningún otro ruido en el túnel. Sin embargo la antorcha de la arquera le permitió vislumbrar un poco más adelante el túnel que se adentraba. Aparecían algunos restos de osamentas por el suelo... Al parecer estaban en lo que podrían ser unas catacumbas subterráneas. Las criaturas muertas vivientes ya habían sido engullidas por la oscuridad.

Mama observó el amuleto. ¡Era el colgante que Aldara usaba para comandar muertos vivientes! Era un objeto muy valioso para su tutora y de ningún modo lo habría dejado allí abandonado sino fuera... La maga intentó apartar esos funestos pensamientos de su mente.

- Parece que no hay nadie - aseveró el pequeño druida mientras sus compañeros se ocupaban del medallón - Alguno tiene ganas de levantar esta reja... para mi es un poco pe... eh... grande - completó sin perder el aplomo

- Si vamos a seguir hagámoslo ahora, antes que esos monstruos se parapeten an algún lado - Rómulo espero que alguno de los "grandes" se ocuparan de levantar la reja, mientras con un cariñoso toque en la escamosa cabeza de Héctor lo hacía volver a las alforjas donde solia descansar

- El tunel parece ancho, podemos volver a formar esa "v" cuando estemos abajo - agregó intentando no perder el liderazgo del grupo - esa es una buena forma de poder protegernos, aunque quizás Gaius se anime a ir por delante, verificando que no nos hayan dejado algun regalito en forma de trampa -

- No deberíamos pegarnos a las paredes, las sombras pueden atacarnos desde ellas sin que podamos devolver el golpe. Ya es difícil tener que andar sobre este suelo...

Silvania habló, de nuevo, sin mirar a nadie, como hablando al aire, en su rostro se apreciaba un gesto de asco.