Partida Rol por web

Bhain observo estupefacto como esas criaturas se lanzaban contra ellos para inmolarse y asi causar mayores destrozos. Bhain al ver lo que iban a hacer esas criaturas se puso en una posición defensiva protegiendose con su escudo de la explosión, pero a pesar de ello no pudo evitar notar como ese frio sobrenatural se le metía en el cuerpo llevándose parte de su vida con el. Cuando las explosiones hubieron pasado miro a sus compañeros para ver como estaban

¿ Estáis todos bien ? NO espero a la respuesta cuando replico No os confiéis puede que hayan mas, esta claro que estas cosas tienen inteligencia y han esperado el mejor momento para atacarnos

Silvania no se inmutó cuando los dos zombies estallaron en una explosión de frío e hielo. Sin embargo, no pudo reprimir un agudo chillido cuando vio lo que les venía encima por el otro lado.

Odiaba a los muertos vivientes con toda su alma. Odiaba a aquellos seres sin sangre ni corazón.

Pero de entre ellos, los que más odiaba eran los fantasmas, que no sólo no tenían sangre sino que ni siquiera tenían carne.

Cuando vio aquella sombra, su pulso se aceleró, disparó una flecha, y se apresuró a apartarse de su camino rompiendo la formación. Ni siquiera se planteó si debía resistirla, su instinto la impelió a alejarse de ella.

- ¡Cuidado, a nuestra espalda, otra sombra! -chilló casi histérica mientras retrocedía.

La flecha rasgó la sombra que se cernía sobre ellos y era evidente que había causado daño a la criatura, que se retorció reflejando el daño... Sin embargo Silvania parecía haber perdido toda compostura militar pese a su excelente tiro.

El antebrazo de la maga permaneció cubriendo su cara de modo protector aún unos instantes después, pero uno de sus ojos quedó descubierto a proposito para ver el ataque bomba de los muertos vivientes helados -¡Fascinante! -Pensó una vez comprobó que estaba entera y sin haber recibido ningún daño por la explosión, sino tan sólo unas motas de escarcha que salpicaron en su capa y que sacudió con la misma actitud que si un niño le hubiera lanzado una bola de nieve.
El grito de alerta de la mediana le hizo alarmarse y se giró bruscamente con la ballesta apuntando a lo que les intentaba sorprender por la espalda. Casi sin asimilar lo que tenía delante, apretó el gatillo para dejar salir el virote; fue en ese mismo instante cuando, al ver como el proyectil traspasaba la sombra, se percató del verdadero peligro que tenía ante sus ojos. Dió un pequeño brinco para luego girar sobre sus propios talones y salir corriendo en busca de la "V" de "me Voy de aquí".

Mientras Mama retrocedía y los demás se intentaban recomponer de la terrible explosión sin tener claro si había alguna baja en el grupo todos se dieron cuenta de que en las sombras se oían ruidos... ¡Había más criaturas acechando!

Robin iba a saltar hacia un lado para apartarse de la explosión, pero en el último segundo se lo pensó mejor y se quedó allí quieto, aguantando la explosión con el Amor de Random como única coraza.

Una lluvia de cristales de hielo cayó sobre el clérigo, que la aguantó lo mejor que pudo.

- Esperad, malditos seres, ya llegará el momento de mi venganzaaaaTCHÚS!

Robin descubrió por las malas que una armadura hecha de placas metálicas no era la mejor protección contra el frío.

- Malditos bichos congelados - exclamó el mediano, preocupado al ver la táctica suicida de los muertos vivientes. Tanto el pequeño druida como su montura intentaron evitar la gélida explosión, pero la la sorpresa no ayudaba... el pudo evitar parte del daño al acomodarse tras el cuerpo de Remo, pero este sintió el frío en su totalidad.

Romulo pensó en salir del lugar, pero era consciente que necesitaban la luz por lo que apretó los dientes y le respondió al enano - Inteligentes... no, alguien les dio instruciones... solo debemos saber donde está ese alguien -

Arthedain, preocupado en vigilar el flanco, se dio cuenta tarde del ataque de los zombis congelados y ni siquiera tuvo tiempo de alzar el escudo. En su crédito hay que apuntar que ni pestañeó al sufrir el gélido impacto, y aún tuvo tiempo de decir, con sorna, "Se está estropeando el tiempo, parece que fuera a nevar" antes de que una nueva amenaza en forma de sombra apareciera en escena.

El que peor parte se había llevado de las explosiones era Gaius, que atrapado entre dos descargas heladas pudo resistir el embite de una pero no de la otra. Todos vieron como el asesino se desplomaba en el suelo con su ropa cubierta de hielo. Parecía un carámbano helado... Los demás, en mayor o menor medida, habían resistido el embite sin haberse sufrido tanto. Desde que estaban en el interior de la Vieja Escuela a Gaius le había tocado la peor parte: primero la electricidad y ahora el hielo punzante... Aquello distaba de ser un paseo para él y las consecuencias eran, al parecer, fatales.

Sin embargo el grupo tenía otras cosas a las que atender... Por un lado estaba la Sombra recién aparecida. Por otro el ruido que se escuchaba en la oscuridad auguraba que aún quedaban más de esas malditas criaturas heladas acechando allí...

Al ver la nueva amenaza Arthedain ladró: "¡Sombra! ¡Sólo armás mágicas o conjuros! ¡Clérigos, probad de expulsarla!"