Partida Rol por web

Por fin consiguieron apartar el árbol caído del camino aunque con mucho esfuerzo.

Después prosiguieron su camino hasta que vieron a los demás campesinos dentro de un bosquecillo que se extendía a los dos lados del final de la senda.

Dalion dijó hacia el campesino más próximo a él.- Buenas, hemos tenido éxito en nuestro cometido. -

-¿Los aventureros ya están dentro del edificio principal de la fortaleza?- preguntó después.

A lo que el campesino le contestó- Creo que sí, por la hora que es ya deben de estar dentro.-

Al oír la contestación, Dalion preguntó retóricamente hacia todos sus conciudadanos.-Entonces, ¿a qué estais esperando  a coger las armas?-

Mientras los campesinos acudían a los carros a equiparse con las armas, Arzarin y Reran vieron a uno que portaba la cota de malla de Elladen.

Le doy un codazo a Reran señalando al campesino con la cota.

-Oye, ¿¡eso es de Elladen!?

Sin darle tiempo a responder, me dirijo corriengo hacia el campesino en cuestion y agarrandolo por el hombro me pongo enfrente de él.

-¿Se puede saber porque vistes la armadura de uno de nuestros compañeros?

Al sentir el codazo de Arzarin Reran se fija en el campesino.

¿Qué esta pasando aquí, donde están nuestros compañeros?

El rosto del dunedain se torna serio.

El campesino se asustó al principio por la brusquedad mostrado por el enano, pero luego le respondió tranquilamente.- Sí, tú amigo me la presto. Si mal no recuerdo creo que dijó que sin ella se podría mover más rápido y ser más sigiloso.- el hombre se callo esperando que Arzarin no pensara que le estaba mintiendo, aunque él le había dicho la verdad.

Otro campesino al ver que su compañero estaba saturado con las preguntas del enano, le apoyó contestando a Reran.- La última vez que los vimos estaban bien y se dirigían hacia la fortaleza.- Algunos campesinos constataron que esto último también era cierto con un leve movimiento de cabeza.

El grupo armado salió en dirección a la fortaleza. Unos 5 minutos después cruzaron las murallas exteriores, en esta parte  la niebla ya era lo suficientemente densa como para que los bárbaros apostados en las murallas no les vieran siempre que anduvieran medio agachados.

Iban a proseguir todo el camino así hasta acercarse a la mínima distancia de las murallas colindantes al edificio, cuando vieron que la puerta de la fortaleza se empezaba a abrir.

Dalion profirió un gritó mientras se erguía sin miedo a que los bárbaros le vieran y levantaba el brazo cuya mano empuñaba una espada.- !Es la hora de vengarnos, cargad!- después el viejo campesino salió corriendo hacia la puerta.