Partida Rol por web

- Bueno... carraspeo un poco antes de comenzar a hablar... Phillip Baxter y yo nos conocemos de antiguo; conoció a mi madre en Nueva Orleans, me ayudó mucho en la universidad, enderezó mi carrera y me introdujo en el mundo académico. No tengo más que buenas palabras para él, enemigos no puede tener ninguno, ya sabe, un profesor universitario no hace vida en los bajos fondos como para ganarse enemistades peligrosas.

Me incorporo levemente en el sillón.

- Con respecto a la causa de la muerte lo que sé es lo que me dijo su ama de llaves, ya sabe, Angela; un ataque al corazón fulminante en medio de la noche. Debió ser horrible para ella. De todos modos, ¿no ha tenido usted acceso al cadáver en su calidad de investigador?

Niega con la cabeza visiblemente decepcionado

- Lo cierto es que me enteré de la muerte de Philip por el periódico, estuve después con usted en el funeral, no tuve tiempo de ver el cuerpo y todo lo que ... - empieza a toser- no quiero ser maleducado pero... ¿no tendrá usted un vaso de agua o... quizás un café, me iría bien, fue un ataque al corazón como bien le dijo el ama de llaves. Pero el quid es que si Philip no sufría del corazón... es sospechoso. ¿Sabía usted que existen determinados medicamentos y plantas que pueden provocar un infarto fulminante con sólo tomarlos?

10:00 AM

- Vaya no tenía ni idea, la ciencia del crimen adelanta que es una barbaridad... me incorporo con alivio.... espere un momento que le traigo un vaso de agua.

Me acerco a la cocina a por el vaso de agua con un creciente opresión en el pecho.

- No puede ser, no puede ser.

Cuando Harper vuelve con el vaso de agua de la cocina y lo deja sobre la mesita, Michael bebe despacio entrecerrando los ojos, después saca un pañuelo del bolsillo interior de su americana y tras desdoblarlo con cuidado se limpia los labios antes de continuar hablando

- Mire señor Welles, parece usted un buen tipo, créame, soy muy bueno con la gente. Y se ve que usted apreciaba realmente a Philip, seré franco con usted, creo que hay algo muy extraño en este asunto y creo que pudo haber sido asesinado. He estado en la Universidad investigando por mi cuenta, en la biblioteca, he hablado con varias personas de su entorno y he llegado a esa conclusión. Si realmente fue asesinado, no tengo ni el móvil ni ningún sospechoso, por lo que me gustaría contar con su colaboración si es posible. Si quiere que se sepa la verdad, debería ayudarme en lo que pudiera. ¿Conoce a alguien más con quién pueda hablar? ¿ sabe algo más que no me haya contado?

Dejo pasar unos segundos en silencio observando la cara de ese extraño que se sentaba en mi casa, luchando conmigo mismo para expresar lo que realmente pasaba por mi cabeza y al final me libero.

- Lo que le voy a decir no debe salir de esta habitación y llegado el caso negaré habérselo dicho.

Me paso la lengua por los labios resecos, me está entrando hambre a pesar de la situación.

- Yo también creo que hay algo raro en su muerte, nadie de la familia me ha hablado claro al respecto. Pero, sobre todo, la noche en que murió el profesor tuve un sueño, un sueño muy lúcido, demasiado diría yo. En el, se me apareció el profesor intentando advertirme de algo y, súbitamente era atacado por algo fuera de mi campo de visión, ese ataque la arrancaba prácticamente la cabeza de cuajo... luego desperté. Al día siguiente llamé a la casa del profesor, estaba preocupado por mi sueño y me comunicaron que había muerto durante la noche... a la misma hora de mi sueño.
 

Aguarda unos minutos reflexionando

- bueno... por lo que dice fue una especie de premonición... no creo mucho en estas cosas pero he leído algo sobre fantasmas y ese tipo de cosas...- mira de reojo a Harper estudiándole, evaluando si el hombre está un poco loco -nunca me ha pasado algo parecido y conozco de nadie... normal que le haya pasado, ese tipo de cosas se escapan de mi radio de acción, pero puede que su sueño tenga algún tipo de explicación.

11: 00 AM

En ese momento empieza a sonar el teléfono RING RING RING, al descolgar el teléfono, la operadora informa a Harper de que tiene una llamada del señor Konrad Summers.

Me alegra oír el sonido del teléfono que logra sacarme de una situación un tanto violenta. Con esa excusa me incorporo rápidamente hacia el aparato y lo descuelgo alviado.

- Harper Welles al habla, páseme la llamada.

- Hola Harper, soy yo, Konrad. Tengo el nombre del médico. Y alguien nos lleva ventaja.

- Sí, le escucho bien. Ya sé de que me hablas, quizá deberías pasarte por casa. Tengo un invitado que creo que te gustaría conocer.

- No me lo digas. ¿Un tal señor Hall?

- Así es.

- De acuerdo. Que no se mueva de allí. Voy enseguida.

Konrad colgó el teléfono y salió enseguida hacia la casa de Harper

Cuelgo el teléfono despreocupadamente y vuelvo a la conversación con Michael Hall.

- Como ve señor Hall he invitado a un amigo a que se pase por aquí a conocerle. Creo que tenemos intereses comunes, sin duda le recordará, me acompañaba durante el funeral del profesor Baxter. ¿Un poco más de agua?

-No se moleste, de momento estoy servido. - Mis manos mostraron sus palmas en un gesto de pausa, no era necesario que se preocupase tanto por mí, me encontraba más que agusto.

-Claro que le recuerdo. ¿Es detective verdad? ¿También esta investigando? – No tenía ningún problema en colaborar con quien fuera, entendía que la rivalidad entre agencias era una soberana estupidez de los altos cargos y me resultaba tan irritante y molesta como los perjuicios de los ciudadanos que se negaban a colaborar.

-Perfecto, si podemos despejar dudas entre todos... mucho mejor. – Estaba claro que en mi caso se trataba de una obligación, o al menos era mi deber como persona al cargo de aquella asignación. Sin embargo, más allá de eso, había algo que me empujaba y me animaba a llegar al fondo de todo, demostrar que mis intuiciones son acertadas lo convertía en algo personal.

- Sí, es un detective privado y antes de eso un amigo. Un buen tipo. No creo que tarde en llegar.

La historia se estaba poniendo interesante por momentos, ya notaba las tripas rugir con la expectación de la aventura que se estaba fraguando, así que me acomodé en el sillón y mire a mi invitado con renovado interés.

Pasan unos minutos en los que poco o nada avanza la conversación hasta que suena el timbre, disculpándose como buen afitrión, el señor Welles deja a Michael solo en el salón para abrir la puerta. Konrad Summers se halla al otro lado y tras mostrar una sonrisa a su amigo, deja el abrigo y el sombrero en un perchero para entrar en el interior de la salita y hacer las presentaciones pertinentes.