Partida Rol por web

- Oí que se habían marchado al Oeste. ¿Cómo les ha ido? ¿mereció la pena el viaje? -en seguida pasa a lo importante -verán, el otro día llegó un paquete a nombre de Philip. En lugar de dárselo a Emmott, decidí abrirlo y ... bueno, era una botella con un líquido asqueroso y una nota - saca la nota y os la da para que la leáis

Apreciado Filipo,

Tal y como te prometí, me he puesto en contacto con mis tías de Providence y ellas me han enviado por correo la extraña botella con el líquido del que te hablé. Parece estar bien sellada y durante el tiempo que lleva en mi poder parece no haberse evaporado su contenido. Legrasse me asegura que la vieja de quien la obtuvo tiene reputación de curandera y de utilizar tratamientos arcanos. Aunque yo no lo he probado supongo que no es peligroso utilizarlo, y si todo lo que me ha dicho Legrasse, puede ayudarte sobremanera en tu búsqueda onírica. Se supone que la poción sólo es efectiva si quien la toma duerme en un cementerio de menos de 100 años de antigüedad. ¿Qué te parece? te deseo mucha suerte.

- No sé cómo tomarte esto... jamás había oído algo igual. He pensando ir a la policía o contárselo al Juez. Se la he mostrado porque ustedes se han preocupado de investigar la muerte de Philip. ¡Ay dios que tomaba drogas!

- No, señora Vicenzo, no ha merecido la pena... Pero mejor no hablar de eso.

Konrad tomó la botella y la examinó después de leer la nota

- ¿Dormir en un cementerio? Y yo que pensaba que ya no podría sorprenderme más... ¿Que clase de... droga o mejunje es este?

Sonrío intentando tranquilizar a Angela mientras extiendo la mano hacia la botella que sostiene Konrad.

- No creo que haya de que preocuparse, seguramente será algún tipo de broma o experimento. Para que te quedes más tranquila lo voy a llevar al laboratorio de la universidad para que lo echen un vistazo. Pero ya te digo que tiene pinta de ser una broma entre catedráticos. ¡Imagínate dormir en un cementerio!

Echo la cabeza hacia atrás riéndome lo más sinceramente que puedo, todo sea por quitarle hierro al asunto.

- Cambiando de tema, ¿cómo se encuentra Angela? Espero que ya haya pasado lo peor y se olvide de tristezas, hay que mirar al futuro.

La mujer no parecía muy convencida. Sabía que había algo raro en la muerte de Philip, pero se mantuvo discretamente hablando de su salud, su descanso, de que si la casa era muy grande, de que si estaba sola, bla bla bla durante un rato. Os dio la nota y la botella de extraño contenido y tras un par de cafés, se despidió de vosotros afusivamente y os deseó suerte en vuestras pesquisas. Pidiéndoos encarecidamente que si descubríais algo, os pusiéseis en contacto con ella.

Jueves 1 de Mayo,

37 Main Street

La tienda de Antigüedades de M. Bangs. Una de las dos tiendas de ese tipo que existen en Providence, la que tiene el dependiente más joven. La otra es de Randy O´Leary, quien roza ya los noventa y ya ni siquiera con la trompetilla oye a los pocos clientes que tiene.

George M Bangs, el mejor anticuario de Providence, tienda de referencia en el mundo de las antigüedades. Gran conocedor de las grandes colecciones y de los objetos más cotizados. Especializado en antigüedades egipcias, griegas y romanas, más que medievales o renacentistas.

El tal George parece que conocía a Silas Patterson, así que a primera hora de la mañana allí que se presentaron dos hombres tras la pista de Silas.

No hacía ni cinco minutos que George acababa de abrir su pequeña tienda de antigüedades cuando llegaron dos clientes interrumpiendo su rutina matutina.

Cada mañana, justo después de levantar la persiana y girar el cartel de la puerta para indicar que estaba abierto, el anticuario se dedicaba a pasar el plumero a todas las "joyas" que tenía en su tienda, la mejor de todo Providence. Después, se dedicaba a esperar pacientemente a que llegara la hora de comer.

En los últimos tiempos el negocio de las antigüedades estaba de capa caída y cada vez acudían menos clientes a verle y muchos menos a hacer negocios, por eso, al ver entrar a dos de ellos y en una hora tan temprana le alegró enormemente. La gente no madruga únicamente para preguntar el precio.

¿En qué puedo ayudarles caballeros?- Dijo tras dejar el plumero dentro de un cajón del mostrador.

- Muy buenos días... salude amistosamente una vez dentro de la tienda... Mi nombre es Harper Welles, antropólogo y él es mi compañero Konrad Summers, investigador. Venimos por una referencia que nos ha dado el juez Braddock. Estamos investigando una serie de hechos y pensamos que quizá nos pueda servir de ayuda.

No puedo evitar que  mis ojos repasen la tienda maravillado ante tanta antigüedad.

Konrad no podía compartir la admiración de su colega; aquello no le parecían más que trastos viejos, y miró a su alrededor con indiferencia mientras Harper le presentaba. Al ver al anciano señor Bangs, no pudo evitar preguntarse si arrastrarían a aquel pobre hombre a otra muerte espeluznante y sin sentido.

¿El juez Braddock?- El anciano parece hacer memoria durante unos largos segundos.- El juez Braddock. Sí, le conozco. Un caballero de los pies a la cabeza sin duda alguna. Si él les ha dicho que puedo ayudarles sin duda será así.

El hombre salió de detrás del mostrador en cuanto vio que el tal Harper Wells miraba los objetos de su tienda.- ¿Y en qué están interesados? ¿Roma?, ¿Grecia?, ¿O tal vez algo más antiguo? Algo de la doceava dinastía ¿Tal vez?- Preguntaba mientras se acercaba a unos relieves grabados en piedra.

Konrad tomó la palabra en aquel momento

- En realidad no hemos venido aquí por artefactos antiguos, sino por información. Supongo que estará al corriente de la muerte de Philiph Baxter, y estamos investigando eso. El juez Braddock nos dijo que usted podría tener información relevante sobre su hijo Colin, y sobre un sujeto llamado Silas Patterson.

Oh, ya veo.- dijo el viejo George con evidente desilusion al escuhar que aquellos dos hombes acababan de dejar de ser potenciales clientes.- Sí, estoy al corriente.- George se dio unos golpecitos en el pecho a la altura del corazón.- Una triste noticia lo de Philip, por suerte murió en la cama y no debió sufrir mucho.

Con su lento caminar volvió detrás del mostrador.- Y bien ¿Qué es exactamente lo que desean saber de mi buen amigo Silas?

Por sus palabras, intuía que el señor Bangs no sabía lo de Patterson, pero no se lo dijo en ese momento.

- ¿Ha hablado recientemente con el señor Patterson? ¿Ha notado alguna actitud extraña en él?

¿Últimamente?- Un ataque de tos sobreviene al anticuario y le imposibilita habla, cuando se recupera continúa.- Pues la verdad es que no muchas. Desde que hace una semana encontré la nota de suicidio en su casa no he vuelto a tener noticias suyas.- Sus dedos tamborilean sobre el mostrador.

Silas siempre ha sido extravagante, pero lo cierto es que últimamente estaba mucho más raro y paranoico. - Luego se calla unos segundos- Pero todo eso y mucho más, ya lo sabe el juez Braddock.

Si fuesen un poco más específicos y se mostraran menos opacos sobre el interés que despiertan mis amigos en ustedes, tal vez mi pobre cabeza podría recordar más cosas. A mi edad uno ya no es lo que era.

Miro de reojo a Konrad, antes me sentía algo más seguro de ir contando nuestra investigación por ahí; a partir de los muertos y de los bichos voladores me daba repelús que fuéramos tratados como locos, aún así me arriesgué:

- Lo cierto es que nos hallamos investigando una serie de hechos que surgieron a raíz de la muerte de mi antiguo profesor y mentor Philip Baxter, esa cadena de sucesos nos ha llevado hasta el señor Patterson. Y lo cierto es que agradeceríamos cualquier información.

Así qué Philip era mentor suyo ¿No?- Preguntó el viejo al hombre de la pajarita.- ¿Y puede saberse qué hay de extraño en morir por la noche en la cama de un ataque cardiaco?

Cof..Cof..- un nuevo ataque de tos dejó sin habla nuevamente al señor Bangs- Si tan amigo suyo era Philip seguro que sabrán lo del club de los martes y lo del observatorio ¿Verdad? -Aquella pareja estaba empezando a impacientarle, no solo no pensaban comprar nada sino que además le estaban importunando a preguntas sin dar ninguna respuesta a cambio. El anticuario no podía perder su valioso tiempo hablando de tonterias y paparruchadas como la organización de los martes por la noche.

- Ehmmm, bueno, sí, sabemos del tema del observatorio y del club... respondí un tanto sorprendido de que él también supiera de su existencia... de hecho no pensábamos que fuera tan notorio. Y con respecto a su muerte, yo no me quedo tranquilo sabiendo que era un hombre sano y que andaba con gente rara como los del club o el tal Silas.

- De hecho hay muchas circunstancias extrañas que rodean su muerte. Un diario onírico, una especie de droga de sueño... Ahora su hijo se marcha a Florida, y el señor Patterson se suicida. Tenemos razones para sospechar de que hay algo más que un simple ataque al corazón detrás de todo esto.

No hay suicidio si no hay cadáver señor Summers.-Les recuerda el señor Bangs a sus extraños visitantes.- Silas no es el típico que se suicida, podría tener muchos defectos, pero ese no era uno de ellos.

Y ahora tienen dos opciones. Pueden contarme cuáles son sus razones para pensar lo que piensan o pueden coger la puerta y marcharse. - El anticuario mantiene una pose erguida, con las manos en el canto del mostrador, parece que esta amenaza es seria.- Ni siquiera sé si están buscando a mi amigo que es lo único que me interesa de todo este asunto. Así que no les diré ni una palabra más hasta entonces.