Partida Rol por web

Los pieles verdes habían llegado, casi podía percibir su hediondez desde donde estaban, seria cuestión de instantes antes de que atravesaran, por lo que ya tenia que estgar preparado para devolverlos al río. -Vengan malditos apestosos y os devolveré con gusto al río para que se den un buen baño que falta les hace.- Grito a los goblins que se acercan en espera de que no me hayan escuchado, sin embargo me mantengo en mi posición, esperando que los compañeros con armas de alcance puedan abatir a unos cuantos mas.

Los compañero estaña diezmando a los orcos antes de que pueden llegar hasta nosotros así que poco puedo hacer si no es seguro  seguir atento y esperar que llegue mi oportunidad .

Detrás de mi saeta, vuela otra flecha de la elfa, que termina por matar al orco que asomaba por la orilla opuesta del río. La tensión me está empezando a afectar también cuando veo que los pieles verdes se acercan peligrosamente, y yo tengo que recargar la maldita ballesta. Tira para detrás la cuerda con el molinillo a toda velocidad, mientras el pesado virote lo tengo a mi lado.

Un goblin con una aserrada lanza, me lanza miradas furiosas, lo tengo realmente cerca, y hay gente esperando no se a que. Así que le grito al que tengo más cerca.

-Alfred joder, cúbreme- le grito mientras coloco el virote y el goblin se me acerca a toda velocidad- ponte aquí conmigo ¿o estás esperando una cerveza ahí detrás?

La elfa observaba cómo los pieles verdes se iban acercando poco a poco a la orilla. Todavían no habían conseguido generar bajas suficientes como para que se pensasen dos veces el cruzar a nado aquél río.

Escuchó la voz de alarma de la humana Melissa, sin embargo, al ver que otro goblin provisto de arco se encaramaba a la roca, disparó sobre él. Quizá fuera la mometánea incertidumbre lo que le hizo fallar el primer disparo o quizá la propia velocidad con la que iba despachando sus flechas, pero tomó una nueva y disparó sobre el goblin con arco.

Los goblins habían recorrido tres cuartas partes del terreno que les separaban de nosotros y aunque las flechas les habían causado bajas, no eran suficientes como para amedrentarlos. Unos cuantos momentos mas y el combate cuerpo a cuerpo empezaría, no habría tiempo para pensar en nada mas.

- Por lo que parece, solo un par de goblins se atreven con nosotros Grim. 

Solo eran unos cuantos por ahora, pero dentro de poco podríamos ser desbordados por uno de los flancos y entonces eso si que sería un problema para mantener nuestras líneas. Agarro un poco mas fuerte el arma y me preparo ante la llegada de los pieles verdes.

Los Goblinoides habían llegado a la orilla del río, o al menos lo habían hecho ya un pequeño pero peligroso grupo de ellos en el que el orco apoyado por dos goblins en el oeste, representaban la mayor amenaza. Loranta había de nuevo logrado dar cuenta de uno de los Goblins arqueros impidiendo que este diera soporte al grupo en la orilla, así mismo el arquero imperial en el este dio cuenta de otro reduciendo el poder del ataque enemigo en la orilla.

No obstante mas goblins se aproximaban ya, y amenazaban con reforzar al grupo que empezaba a formar una pequeña cabeza de playa. Había también un par de Goblins que escalaban rocas listos para usar sus arcos. Y a lo lejos, aun sin representar una real amenaza, se aproximaba otro contingente de pieles verdes, parecían ser mas de una docena.

Al otro lado del río, la batalla de las fuerzas imperiales y los enanos contra las fuerzas de goblinoides continuaba. El impacto que la llegada de los enanos habían tenido era clara; habían logrado evitar el avance de los pieles verdes y ahora con su furiosa carga, empezaban a desmoronar el flanco izquierdo generando que los pieles verdes temieran verse rodeados. Por ello, la retaguardia ya se había desbandado casi por completo, y los pieles verdes que la conformaban intentaban cruzar el río por cualquier zona donde fuera posible.

El grueso de aquella retaguardia, tal como se esperaba, estaba cruzando justo en la zona donde Jaime y sus hombres se habían posicionado. Lamentablemente, también tal como se había esperado, eran muchos los que se lanzaban contra ellos. La única ventaja que tenia ahora Jaime y los demás, es que la retaguardia estaba conformada en su mayoría por Goblins; si dejaban que estos siguieran con vida para cuando el grueso del ejercito goblinoide retrocediera, tendrían que enfrentar a su vez a muchos orcos.

Los primeros cobardes que habían escapado de la carga imperial y que habían eludido su intento de cortina de flechas mientras vadeaban el río, ya habían llegado a la orilla. Ahora los compañeros que habían estado aguardando ese momento tenían que dar rápida cuenta de ellos ahora que estaban en superioridad, para demostrar a los que trataba de cruzar que aquella opción les conducía a una muerte segura.

La elfa seguía preocupada porque los arqueros goblins pudieran disparar sobre ellos, así que volvió a dejar volar sus flechas con dispar suerte sobre uno de ellos.

El goblin pudo  vadear el rio, pero estaba cansado y apenas pudo cargar contra mi. Sin embargo se había acercado lo suficiente como para evitar mi carga.

Me alegraba de haberme adelantado a mis compañeros. Este goblin hubiese podido atacar a Kurt o al menos ponerlo nervioso para que no disparase a otro objetivo.

Adelante compañeros -grito a Walter y, muy a mi pesar, a Grim al ver que el kislevita también había adelantado la linea para proteger a la guapa pelirroja que se nos había unido. No había tenido ocasión de hablar con ella todavía. Quizás... si salían de esta los dos.

Lo bueno de que esté cansado y mojado es que tengo tiempo para pensar mi ataque. Cuando decido a lanzar mi espada contra el piel verde siento el acero golpear contra él.

Los goblins habían llegado hasta nuestra orilla, uno solo por ahora pero podían llegar mas. Habría que acabar con ellos antes de que sus amigos se hicieran fuertes al otro lado de las ruinas. Dejando mi posición defensiva, me muevo hacia donde Nathan ya ha empezado el combate.

- Te apoyo Nathan. Muere bicho verde.

Con la punta de lanza de mi alabarda, intento ensartar el cuerpo del asqueroso goblin que llegado hasta nosotros. Por lo que parecía, el golpe podría ser lo suficientemente certero como para acabar con su vida.

Echo un vistazo rápido a mi alrededor ; en nuestra zona todo va por lo mejor y solo un goblin se ha aproximado así que no hay peligro para los arqueros pero a la izquierda hay demasiados pieles vedes para tampoco defensor .Corro hacia aquella zona mientras grito a mis compañeros .voy a echarles una mano antes de que les rebasen , aquí podeis apañároslas .

Pues no paraban de llegar. Aquello parecía una de aquellas pruebas de tiro que había en algunas ferias... Aparecían más y más blancos, aunque a este paso iban a aparecer demasiados. El mercenario, ya con el virote posicionado en su lugar, volvió a apuntar a uno de los goblins que estaban cruzando antes de apretar el gatillo del arma y dejar que la cuerda impulsara el virote. Otro acierto... Aunque esta vez el virote no penetró tan profundamente, éso lo podía ver Kurt perfectamente... 

"Menuda basura..."

Gracias a todo el goblin que venía corriendo hacia mí, ha sido provocado por compañeros a mi izquierda, porque el tonto de Alfred me ha ignorado, y además se ha ido ya que ha considerado que por aquí estamos bien. Que alegría me da tener camaradas de armas tan inestables. Tonto del culo. Escupo al suelo antes de levantar la ballesta y apuntar a otro de los goblins que se han subido a las rocas. Unos cojones les vamos a dejar. La elfa y yo estamos limpiando cualquier intento de los pieles verdes por hacerse con apoyo a distancia.

Mi saeta vuela con una buena parábola cogiendo velocidad, la distancia no es problema para los poderosos engranajes de la pesada ballesta.

Los goblins habían llegado a la orilla, Nathan marcó el grito de guerra para comenzar la batalla, empuñaba mi hacha listo para ayudarlo a rematar al goblin contra el que se había topado de frente, sin embargo solo pude ver a Walter como salia a toda prisa para ensartar con su alabarda a aquella repugnante criatura. Todo parecía indicar que ya no necesitarían mi ayuda. Bien hecho camarada Walter, esas sabandijas verdes deberían pensársela dos veces antes de seguir avanzando.- Dije mientras deseaba con todo mi ser que mis palabras se cumplieran y los pieles verdes dejaran de avanzar pronto, mientras debía centrarme en los enemigos que se acercaban a mi, en este caso se trataba de un orco que ya venia muy cerca por lo que sin perder tiempo alerté a mis compañeros. -Walter,, Nathan, se aproxima un orco gigantesco, en mi dirección, espero tengan las manos libres para ayudarme a despacharlo.- Claro que para un enano como yo todos los orcos se ven gigantescos.

Una última flecha, eso para Trojan era suficiente de aquel tiro con arco. Tras aquel disparo cogería su arco y se lanzaría a la auténtica batalla. Tensó, apunto y disparó a uno de aquellos pequeños goblins.

El combate ya bañaba las cálidas aguas del rio de la sangre de aquella sustancia rojiza a la que hacia referencia su nombre, la sangre. Los pieles verdes habían llegado ya pero rápidamente eran repelidos por los mercenarios que con gran letalidad daban cuenta de ellos. Al menos tres goblins habían caído en las orillas del rio a manos de Domochievski, Nathan, Walter y el soldado Taler; a la par de ello la mercenaria Melissa y Lorantha habían dado cuenta de los dos arqueros que les atacaban a la distancia.

Con lo anterior, las reales amenazas en la batalla consistían en el par de orcos que habían llegado ya a la orilla, uno a cada lado de las ruinas. Al este el orco avanzaba sin oposición aunque ya se encontraba allí cerca Grim y un par de imperiales. Al oeste la situación era distinta pues ya varios mercenarios rodeaban al orco. Y mientras todo aquello ocurría, al norte, a través del rio, mas goblinoides se aproximaban, y esta vez eran muy numerosos.

La elfa, aunque preocupada por los arqueros que cruzaban el río, viendo que el trabajo se les acumulaban a Valdia y a su melancólico amigo Grunt dedicó un par de flechazos a uno de los goblins que todavía estaban en el agua y que se acercaba a su posición. 

La precipitación le hizo errar el primer disparo, liberando la flecha un poco antes de tener encarado al enemigo, la segunda impactó en el goblin.