Partida Rol por web

El bretoniano se mezcla con los imperiales. Va pasando de hoguera en hoguera charlando con unos y con otros, confraternizando, contando historias de Bretonia, les habla de la Dama, de su poder y de su benevolencia; y al mismo tiempo, trata de enterarse qué se rumorea en el ejército, intentando encontrar alguna información que pueda ser utilidad para el grupo tal como "qué opinan de sus superiores", "cómo están las cosas por el Imperio", " qué creen de los orcos", etc.

Kurt puso 5 chelines sobre la mesa, sonriendo. Sentía que la suerte estaba de su parte aquella noche. Claro, que aquello le pasaba cada vez que jugaba a los dados, así que la parte más racional de su mente le dijo que no se dejara llevar, que aquello era mala idea. Por supuesto, eso también ocurría cada noche. Igual que el hecho de ignorarla y echar a rodar los dados. 

Creo que prefiero perder mi dinero con vosotros a que sirva de adorno a algún asqueroso piel verde  así que venga esos dados y que la suerte me acompañe .Digo dejando caer 5 monedas sobre el tapete  y agarrando una de las jarras de cerveza .

Ante toda la algarabía no podía evitar unirme a la fiesta, salì de mi casa de campaña y me preparaba para sacar a relucir mis habilidades nordicas para las fiestas. Inmediatamente me dirigì hacia el lugar donde se encontraban los participantes del concurso de bebida. -De todas ustedes señoritas, quien es el mejor bebedor de estos rumbos?- Pregunto de entre toda la multitud.- Tengo una buena oferta que hacerle, o mejor dicho un desafío.- Me quedo viendo a los participantes de forma desafiante en busca de un digno adversario.

Con una jarra de cerveza en una mano y un trozo de carne de cerdo de montaña sobre un plato en la otra, me dirijo entre la algarabía hacia la zona de competiciones. Una vez allí animo o jaleo a los participantes según como vea los ánimos del público. Pero no había salido de la tienda solo por la cerveza y la diversión, tenía que conseguir algo de información.

- Y bien camaradas, soldados. ¿Que consejos podéis darme una vez dejemos atrás esta fortaleza?. ¿En que lugares podría uno capear el temporal o que seres podría encontrarme?.

Esperaba que el buen espíritu y la cerveza consiguieran soltar las lenguas.

¡Cerrveza!

Fue todo cuanto Trojan exclamó en cuanto el ambiente de júbilo se apoderó del lugar. Acompañó a Grim hasta donde los soldados estaban bebiendo y bravuconeó alardeando de lo mucho que podía beber. Tras todas aquellas jornadas...el guerrero se merecía relajarse, eso era todo lo que tenía en mente.

¿Quién de vosotrros luchó con valorr en el Río de la Sangrre? -preguntó a los imperiales, tratando de hacerles hablar.

Esa es la actitud Nordica Trojan, demostremoles a estas señoritas las grandes habilidades que nos han otorgado los dioses de la bebida- Le digo a mi compañero mientras toma asiento junto a los demás competidores

Parece que mis encantos femeninos me dejan entrar en la fortaleza, allí en los rincones oscuros y detrás de los barracones, llevo cerveza para aquellos que quieren estar un rato de celebración. Sólo tomo un ya que después de tanto tiempo se me sube rápido y los guardias tampoco tienen permitido beber, entiendo que en exceso, no pasa nada por tomar una jarra.

Les pregunto acerca de los exploradores, quiero saber quien es el mejor, quien se adentra más en las misiones de exploración y sale con vida, me intereso en la vida aquí arriba y como es el camino a través del paso de la muerte.

Ya dispersos, los mercenarios y sus acompañantes se diversificaron en las actividades que se gestaban en el campamento exterior de los imperiales del capitán Hansel. Algunos se encontraban bebiendo, otros se enfocaban en jugar a los dados mientras otros intentan ir surcando su camino. Domochievski se había quedado custodiando su tienda de campaña junto con Valdia quien realmente cuidaba del viejo Igor quien había dormido mucho durante el viaje y ahora lo hacia de nuevo. El mediano por su parte, ahora había desaparecido y seguramente se estaba metiendo en problemas.

Grunt no estaba de humor para borracheras. Ni tampoco para juergas o competencias de camaradería con los soldados imperiales. Y no se trataba solo de una cuestión de ánimo.

Pues lo cierto era que se había pasado convaleciente los últimos días, intentando recuperarse de las heridas sufridas en la Batalla del Río de la Sangre, y todavía tenía el cuerpo entumecido de tanto estar echado. Sin embargo, le seguía doliendo cada palmo de su cuerpo y cualquier movimiento brusco le provocaba unos mareos que a punto estaban de derribarlo. Para peor, se había pasado durmiendo la mayor parte del día, por lo que su mente seguía aún algo atontada.

Lo último que necesitaba en aquellos momentos era el bullicio de una tropa en pleno festejo. Y solo sentir el aroma a alcohol que invadía el ambiente ya era suficiente para hacerle estallar la cabeza. De modo que hizo caso omiso a la invitación, aguardando en silencio y aparentando estar dormido, a que sus compañeros del Clan se alejaran con los imperiales.

Luego de ello, se puso en pie comenzó a recorrer el campamento. Necesitaba despejarse. Tanto la mente como el espíritu. Pues este viaje le había deparado sorpresas que aún no terminaba de asimilar, y había heridas que no cerraban. Aunque Lorantha hubiera hecho un trabajo ciertamente encomiable…

Casi como si la hubiera convocado con su pensamiento, de repente la imagen de la elfa se materializó entre las sombras, pasando raudamente entre dos de las tiendas más alejadas del lugar.

- Hey !!! – alertó en un susurro apenas audible para los sensibles oídos de su compañera - ¿Dónde crees que vas? ¿No irás a internarte por allí sola, verdad?

No se hable mas, camaradas empecemos con esta competencia. Coloco mi apuesta en la mesa y trato de volverme un poco mas amigable con los participantes, después de ver sus caras de pocos amigos después de escuchar mis palabras.
Tirada primera ronda 45 (Resistencia 43 y tengo la habilidad consumir alcohol, si no la paso uso un punto de suerte)

- Solo voy a echar un vistazo a la zona Grunt. Nada más - le respondió también en voz queda. - Puedes venirte si quieres. Mi idea es dar una vuelta a la fortaleza, no pretendo hacer ninguna locura. El terreno podría ser inestable y este tampoco es mi elemento, por lo que no quiero correr riesgos. - añadió.

Aunque no lo esperaba le agradó que Grunt se uniera a la expedición, sabía que aquél tipo de cosas eran las únicas que podían sacarle de la honda tristeza que llevaban largo tiempo carcomiéndole y aquél era el primer signo de recuperación que veía en mucho tiempo en el enano.

No seria correcto levantarme con vuestro dinero asi que volvamos a apostar .Digo mientra pongo mis ganancias sobre la mesa pero la suerte parece que esta vez no esta de mi parte y rapidamente me despluman .Lo que viene facil facil se va señores , un placer y ya haremos rodar los dados otro dia .

Compartiendo una segunda bebida los hombres de la fortaleza me cuentan un poco más sobre su comandante, lo que le gusta y lo que no, para poder tener una buena impresión ante él cuando llegue la ocasión. Sin embargo cuando bebemos la tercera copa parecen cansados de hablar y más dispuestos a groserías, así que abandono el lugar discretamente, con la cabeza dándome vueltas.

El mercenario gruñó por lo bajo, añadiendo alguna blasfemia y maldición en un tono lo suficientemente reducido para que nadie pudiera distinguir que decía exactamente. Sin embargo, éso no le impidió poner las monedas encima de la mesa y pasárselas al vencedor.

-Maldita suerte la mía, siempre igual...

Estando junto con las tropas imperiales recordaba mis tiempos de soldado cuando estaba encuadrado en una de sus unidades, había otro tipo de camaradería diferente y a la vez parecida a la que teníamos en el clan. 

- Bueno señores, entonces....¿Sabéis algún lugar bueno en que resguardarse si tuviera algún problema, una vez dejara atrás esta fortaleza?. Supongo que puede haber algún sitio donde guarecerse si nos sorprende una tormenta o una horda de goblins. Otra cosa mas, ¿Alguna banda de pieles verdes mas grande que otra que pueda causarnos problemas?.

Tenía que sacar la información antes de que la cerveza me llegara al cerebro y dejara de preocuparme por este tipo de cosas, aunque podría ser que mis nuevos "amigos" terminaran cansándose de mi chachara.

El bretoniano se tomó una jarra completa con el primer grupete de exploradores que tenía más cerca de su campamento. Se sentó y trató de ser amable con los exploradores, quería enterarse de algo útil e intentó hablarles de Bretonia,de sus bosques, de su gente... pero no sirvió al parecer. Los exploradores se mostraban inexplicablemente reservados. No parecían querer hablar con él así que se levantó disculpándose y anduvo un buen trecho hasta llegar a otro corrillo imperial para intentarlo de nuevo.

Cambió de táctica, ahora habló directamente con los hombres sobre las mujeres y el vino de Bretonia. Parece que la cosa fue bastante mejor en esta ocasión. Primero les preguntó a los hombres directamente por el Imperio, sobre cómo estaban las cosas por allí, qué opinaban del Emperador y de quién era su Señor, o su Conde Elector y qué opinaban de él. Los hombres se mostraron reservados así que les preguntó

- bueno camaradas, acabo de hablaros de aquel al que llaman el Bretón y sus hombres, de las fidelidades que despierta por ser un buen comandante, por comer lo mismo que sus hombres, beber la misma cerveza y yacer con las mismas damas. ¿Qué hay de vuestro Capitán? ¿Os trata bien?*