Partida Rol por web

Valdia miraba el horizonte algo preocupada, era claro que no le gustaba la situación actual en la que se encontraban, incluso el propio Jaime había perdido su sonrisa característica y con suma seriedad jugueteaba con unas piedras sentado en una roca cerca del carromato.
-Los caballos del carromato no serán necesarios por el momento por lo que podrían ser usados para explorar, Sir Hugo y Nathan serian una buena opción dado que son quienes mejor cabalgan, aunque preferiría que fueran 3 y no solo 2. Quizá además debamos mover el carromato a un lugar mas seguro…, Grim, cuanto crees que te tome echar a andar esta cosa de nuevo?- Hablo Valdia sin mirar a nadie y aun con su expresión de preocupación.

El norsca había dejado su ahcha y ahora protaba un arco en sua manos. Tensó una flecha en la cuerda del arco, comprobando su calidad. Quedó satisfecho. Miró hacia arriba, bsucando algún lugar de fácil acceso que le permitiera ver llegar a aquellos que se aproximaran por el paso del fuego negro.

Negando con la cabeza mientras mira el carromato

- Aquí se necesitan manos, Nathan y yo nos sobramos para explorar los alrededores, ¿verdad compañero? ¡venga! - dijo tomando las riendas de su caballo - no nos demoremos más y echemos un vistazo. Creo que mejor vamos juntos por lo que pueda pasar, aunque cubramos menos terreno - y diciendo ésto montó a caballo y esperó a Nathan.

La elfa escuchó los comentarios de todos pero como no tenía la menor intención de permanecer en aquella zona bajo la amenaza de piedras inestables sobre su cabeza indicó que ella avanzaría un poco, al menos para situarse en una zona un poco más segura y que allí atendería a los heridos. Hizo notar también que desde esa posición podría avisar de cualquier repentino desprendimiento que amenazara con alcanzar a los que se quedaran trabajando en el carromanto, coincidiendo con Valdia en que si fuera posible avanzar este unos cuantos metros para alejarlo de aquella zona eso evitaría posibles disgustos.

Tras decir esto avanzó por el camino hasta situarse en un punto que consideró seguro y preparó su botiquín.

Kurt permaneció con la ballesta en sus manos, atento... parecía que no le requerían para la exploración, así que le tocaba vigilar.

-¿Entonces qué? ¿Nos quedamos aquí, o intentamos hacer algo?

Cuando el polvo finalmente se hubo asentado, y todo a su alrededor dejó de dar vueltas dentro de su cabeza, los ojos del enano no pudieron hacer otra cosa que enfocarse en la variopinta colección de rocas y pedruscos que casi habían terminado por sepultarlo vivo.

Al principio las miraba sin ver, con unos ojos distantes y perdidos, cubiertos de una fina película de alelado aturdimiento. Sin embargo, a medida que los instantes pasaban, las formas y colores se fueron tornando cada vez más claras… y familiares.

No era la primera vez que una montaña se desplomaba sobre la cabeza de aquel enano. Ya había sufrido situaciones similares durante sus primeros años en el Imperio, cuando se había tenido que ganar el sustento a base de escarbar la tierra y arrastrarse por túneles infectos y llenos de inmundicia. No había sido una tarea sencilla, ni siquiera para un enano. Pero al menos le había dejado algunas enseñanzas.

De modo que, quizás movido por la repentina curiosidad, y haciendo caso omiso a cualquier otra cosa que ocurriera en sus inmediaciones (como los comentarios y pedidos de sus camaradas, por ejemplo), Grunt estiró una de sus adoloridas manos para tomar un gran trozo de roca que yacía indolentemente a su lado.

Luego de quitarle con bastante esmero el polvo que la cubría, lanzó un sonoro escupitajo sobre su superficie. Aquello no le resultó nada fácil, sobre todo teniendo en cuenta lo reseca y pastosa que había quedado su boca con tanto polvo surcando los aires. Pero, tras varios intentos desafortunados, consiguió finalmente humedecer lo suficiente la roca como para apreciar mejor las diferentes vetas que se dibujaban sobre ella.

Algunos momentos después, un gesto de profunda y acuciante intriga se había dibujado en el rostro del enano, y sus ojos comenzaron a brillar con determinación. Aquello era ciertamente interesante, pero solo era la punta del ovillo.

De inmediato, abandonó con grandes esfuerzos su cómoda posición entre las rocas y se puso de pie. El dolor lo asaltó desde diversos puntos de su castigada anatomía, pero Grunt apenas si reparó en él. El enano había caído presa de una de sus más terribles debilidades, la curiosidad, y ya nada más podría interponerse en su camino.

Sin siquiera detenerse un instante para limpiarse el polvo que cubría sus ropas, Grunt comenzó a deambular por el angosto sendero, deteniéndose aquí y allá para recoger alguna piedra o para quitarle el polvo a un peñasco. Incluso se las ingenió para trepar algunas porciones de la montaña, escrutando cada palmo con abstraído embelesamiento.
 

-Pues...si me tomara bastante sin ayuda, lo mejor sera que trate de reparar las ruedas en lo que van a explorar y así creo que podremos moverlo y llevarlo a un lugar mas seguro.- Les informo mientras continuo infructuosamente tratando de reparar el carromato.

Al ver que el caballero me espera, desvío mi triste mirada hacia donde Ulrich descansa.

-No... no quiero separarme de Ulrich. Pero... pero iré. Solo... solo cuidenlo mucho, por favor.

Con una pena profunda, desengancho a Stratego, y tras palmerle el costado un rato y murmurarle que no se preocuep, lo ensillo y acompaño al caballero.

Trojan apenas trepó algunos metros entre las rocas desprendidas, debía buscar con seguridad un lugar al que aferrarse, desde donde vigilar. Parece que encontró uno. A unos diez metros del carro, y cuatro por encima: podía ver tranquilamente la calva brillante de Kurt. Se equipó con el arco y miró a su alrededor.

¿Qué ocurre Grunt? ¿Has encontrrado orro en esas piedrras? - el enano estaba revisando las rocas, buscando sabían los dioses qué

Acompañando a Lorantha Valdia había optado por seguir su ejemplo y avanzar un tanto mas en el camino. Las 2 yacían ahora sentadas en unas rocas a la espera. Valdia por su parte había regresado al carromato donde trabajaba Grim para buscar algo que cocinar y se encontraba ahora trabajando en ello. Jaime sentado junto a ellas se dedicaba a solo olisquear lo que Valdia preparaba.
Junto al carromato Kurt y Walter observaban entre curiosos y aburridos a Grim trabajar, mientras en las cercanias Grunt y Trojan conversaban sobre rocas.
Había pasado ya una hora desde que Nathan y el caballero Bretoniano Sir Hugo hubieran desaparecido hacia el sur del paso y Domochievski hacia el norte. A la par habían pasado ya 3 horas desde que Grim iniciara su trabajo y por lo pronto solo tenia una llanta reparada.
El día avanzaba a cada momento y el calor del medio día aumentaba con él. Por otro lado, curiosamente no había habido mas explosiones en el paso y la situación se tornaba completamente tranquila.

Sir Hugo y Nathan llevaban ya una hora avanzando a paso ligero por el camino al sur. Hasta ahora no habían encontrado realmente nada, no parecía haber ningún viajero en las cercanías, lo cual si bien no era raro si era de llamar la atención.
A lo largo del camino habían escuchado en los últimos minutos una seria de muy pequeñas explosiones a lo lejos que se habían detenido súbitamente para no volverse a escuchar mas.
Ahora el par de aventureros se encontraba en el dilema de si seguir avanzando o no, puesto que podrían alejarse demasiado del carromato. Por un lado alejarse demasiado podría ser un riesgo dado que algo podría sucederles tanto a ellos como a los demás, pero por otro lado aun era de día y tenían suficiente tiempo antes de que oscureciese por lo que quizá andar una hora mas no fuera mala idea.

Camarradas, voy a irr porr un senderro, confío en poderr llegar a aquellas rrocas de allí en unos minutos -dijo el norsca mientras señalaba una elevación del terreno sobre la carretera- Me pondrré a la vista de todos parra que me puedan verr. Llevarré un arco.

Había reparado una rueda, por lo cual me sentía muy orgulloso, sin embargo era apenas la primera y me había tomado 3 horas, tenia que darme prisa o nos iría muy mal en aquel lugar, ademas urgían también las demás reparaciones del carromato para poder moverlo y largarnos. Muy,muy mala tirada xD usare mi punto de suerte restante para repetirla Al fin, _-_ después de 7 horas mas de trabajo reparo la segunda rueda.