Partida Rol por web

Iona observó la sala con dedicación.

Antes de jugarnos el cuello pisando una baldosa equivocada, podríamos buscar una vía alternativa. También si se tratan de baldosas con trampas de presión, tendrían que tener tener rendijas o un mínimo espacio por los bordes para que se desplacen. Si lanzamos arena por encima de estas, quizás se cuele entre baldosas y nos pueda indicar cuáles poseen una trampa.

Como no me queda claro que sean trampas de presión, debido a la afición al fuego que tenian los antiguos moradores del lugar. Buscaré orificios en la pared por si el posible peligro en vez de abajo pueda venir de las paredes.

Aunque la opción que propone nuestro sabio no es descabellada, pisando las losas creando la palabra "culpa". Ya que se trata de una de las cuatro palabras clave de esta tumba, o eso parece. En el código anterior usamos "arrepentimiento" no???? 

Creo que podríamos ser más precavidos antes de ponernos a pisar losas.

Echame una mano Talitha con tu ojo de Halcón a ver que ves por las paredes.

La ladrona se fijó en las paredes por si veía algún orificio o irregularidad, mientras reunía un buen puñado de fina arena. Quizás en sus botas aún llevaba un buen montón producto del viaje por el desierto.

Aunque la nómada y la ladron intentan cortar al sabio este ya esta poniendo su bastón en la losa correspondiente. El toque de este con ella hace que la losa se hunda y de sus hendiduras surja un chorro de vapor muy potente que chamusca un poco el brazo de Rong. Sin embargo, al poner el pie en la primera losa con c que conforma la palabra hallada por el sabio esta baldosa no se hunde, y lo mismo pasa una tras otra hasta llegar al otro lado de la sala. 

Las muchachas se fijan en la sala pero poco más hay que ver en ella, salvo lo ya visto. Rong se encuentra ahora ante una puerta de granito muy parecida a la que daba a esta sala. ¿Qué habrá detrás de esta?

El sabio escuchó los consejos de sus compañeras, pero ya iba en paños menores y estaba bastante seguro de sus conclusiones. Iona confirmaba que seguramente sería una trampa, para eso era el bastón y su túnica en la cintura… Mientras ellas discuten, ROng Wei apoya disimuladamente el bastón en la primera losa.

-¡Ah! – Suelta con un quiejido cuando sale el vapor a presión entre las rendijas del suelo – Maldita sea… -

Pero parece que no ocurre nada más, quizás fuera un residuo por estar tanto tiempo inactiva. Al posar todo su peso sobre la “c” y ver que no pasa nada, el sabio asiente satisfecho.

… Bien …

Cuando llega al otro lado de la sala se gira y recoge su túnica para volver a ponérsela.

-Iona… creo que esta puerta tampoco será un problema para ti – Dice mirándolas con divertida condescendencia.

El sabio arrancó a andar después de la deflagración, arriesgándose mucho más de lo que esperaba en un hombre de sus características...La pedrada le habrá puesto las pilas...aunque es verdad que sin él no habríamos llegado tan lejos...este Rong está lleno de sorpresas...

Talitha le miró sorprendida al llegar al otro lado mientras se divierte...

- Vamos... - Avanzó según lo había hecho su compañero por las losas inmóviles, esperando que Iona fuera ahora la que pudiera abrir la puerta.

Tras el ánimo de la nómada, Iona se lo pensó dos veces. No le hacía ni pizca de gracia pisar aquellas baldosas. Pero viendo la valentía que habían demostrado sus compañeros, esta se envalentonó.

De acuerdo, si nos vamos a asar por lo menos que no sea a solas.

La ladrona siguió los pasos de Talitha, siguiendo el mismo orden de recorrido. 

La ladrona intenta abrir la cerradura pero lo único que consigue es frustrarse cada vez más... Le parece imposible y, aunque no salta ninguna trampa, la factura de esta cerradura es tan buena que forzarla la parece una tarea titánica que solo el propio Bel podría lograr. Los héroes quedan envueltos por el silencio agobiante...Aunque... todos se dan cuenta de una cosa... sus pies chapotean ligeramente en ese rellano. Cuando miran hacia abajo ven que una fina capa de agua parece colarse por debajo de la puerta...

La voz volvió con el mismo dolor agudo como si un trepano le atravesara el cerebro

-Si, hija mía, estás ya muy cerca. Tras la puerta... Tras la puerta... busca la llave

Una vez más, tal como vino se fue dejando a la guerrera confusa y un poco cansada.

Ron Wei espera impaciente mientras se acomoda sus ropajes, Iona parece esforzarse más que la última vez y un pesado silencio envuelve el ambiente, roto únicamente por los claqueteos de los utensilios de la ladrona dentro de la inquebrantable cerradura. De pronto, el sabio nota frío en sus pies calzados con sandalias, y al bajar la mirada ve como agua empieza a filtrarse por debajo de la puerta…Mala señal.

-¡Eh! Iona, ¡Para!, Creo que puede que más allá de esa puerta esté todo inundado. Volvamos hacia atrás, quizás haya otro acceso por alguno de los pasillos laterales –

Rong intenta disimular su miedo mientras vuelve tras sus pasos, sin prisa, pero sin pausa y esperando a que sus compañeros le sigan a una distancia prudencial.

Al llegar a la encrucijada, Rong espera a sus compañeros mientras echa un vistazo por ambas esquinas antes de tomar una decisión.

-Iona, atenta a las trampas, parece que quisieron proteger bien este lugar… Zelata, eres la más protegida entre nosotros, y me siento débil, la verdad, me sentiría más seguro si fueras delante –

El sabio sentía que sus compañeros habían tomado una actitud pasiva, quizás por lo inquietante del lugar. Pero el sabio estaba determinado a encontrar los arcanos secretos de este lugar, y si era necesario azuzar al grupo, lo haría.

Después de un rato de inactividad y de comprobar que podía haberse una trampa de agua, Talitha siguió a Rong hasta la encrucijada...

El plan del sabio le pareció bien, así que ella fue junto a Rong en la segunda fila, mientras la última la cerraba Ulfner por si alguien les tendía una trampa por la retaguardia.

La nómada siguió haciendo sus marcas por donde estaban, y tratando de ver si algo había cambiado con respecto a la última vez.

Tras un buen rato intentando abrir la cerradura la ladrona desistió y siguíó el consejo de Wrong olvidándose de la puerta muy a su pesar. 

Diablos está cerradura se me resiste, no hay manera de abrirla. Hay que buscar una segunda vía de acceso o encontrar la  maldita llave que encaje.  

El orgullo profesional de Iona estaba herido, pero al ver que la sala empezaba a "humedecerse", está siguió los pasos de sus compañeros hacia la encrucijada. Más valía salir de allí antes de que se inundara todo, tragándose su orgullo incluido, ya que si fuese por ella seguiría peleada con el mecanismo bajo el agua.

La Zamoria buscó trampas en su camino de vuelta siempre atenta a cualquier detalle fuera de lo común.

El grupo avanza en silencio por los pasillos silenciosos de la antigua construcción. Tras un recodo llegan a una sala con una pesada mesa de piedra, la cual podría albergar a unos 20 comensales, en el centro. En el lado derecho de la habitación se abre un vano que lleva a lo que parece una antigua cocina, equipada con arcones de piedra muy pesados. Contigua a esta, justo a la derecha se halla una despensa con varías tinajas del tamaño de un hombre.

El comedor a su izquierda da paso a otra sala. 20 herrumbrosos catres dan la idea de que se trataba de un antiguo cuarto. Jirones de sabanas los medio cubren dando aún más sensación de abandono. También se encuentran tres armaritos pequeños, donde los habitantes del lugar podrían haber guardado sus pertenencias en el pasado. Esta estancia a su derecha se abre a un pequeño recibidor en el que hay una pesada puerta de piedra enfrente con aspecto de estar bien cerrada... Iona está a punto de pisar una extraña baldosa en este recibidor. Se da cuenta de que sobresale por encima de las demás y con un rápido vistazo se da cuenta de sin duda es una trampa para los incautos... Que se guardará tras esa puerta...

Iona siguió al grupo explorando diferentes estancias, que parecían estar diseñadas para dar cobijo a un gran número de personas. 

Espero que los antiguos moradores descansen bien en Paz, ya que si no tendremos un problemita más que numeroso. Está todo lleno de polvo y me da esperanzas de haya poca "vida" por aquí, o son de lo mas dejados.

Al llegar la ladrona a un pequeño recibidor sus ojos se salieron de órbita. Una pesada puerta de piedra se imponía delante de ella. Mmmm.. esta es mi oportunidad para recuperar mi malherido orgullo, seguro que este trozo de piedra no se resistiŕa a mis seductores dedillos.

Tranquilos chicos, esto es trabajo para una profesional. 

Iona se acercó a la puerta dispuesta a desarmar el posible cerrojo, lamiéndose los labios. Cuando de golpe, esta sufrió un eléctrico calambre erizándose el pelo de su nuca. Un sudor frío brotó por las sienes y la ladrona reconoció aquellas inequívocas señales. Algo andaba mal y sus ojos se abrieron como platos.

CUIDADO, TODOS QUIETOS.  Con la pierna arqueada a punto de hacer el siguiente paso, Iona descubrió una irregularidad en el suelo.  Rapidamente encogió la extremidad. 

Justo en frente mío hay una baldosa que no me cuadra con el resto del suelo. Zelata ilumíname bien, que intentaré desarmar el mecanismo que creo que alberga. 

Tras el consentimiento del grupo la ladrona se puso manos a la obra. Primero estudió que si fallara su manipulación no le aplastara aquella puerta de piedra, cayendo a peso y acabar como papilla. Tomando esas precauciones sus dedos empezaron a bailar.

Estad tranquilos, en un periquete la inutilizaré.

Rong Wei camina atento en segunda línea cuando llegan a una especie de comedor que da paso a varias estancias habilitadas para proveer de alimento y descanso a las gentes que antaño habitaron este lugar. Entra en la cocina, en silencio, mientras sus compañeros inspeccionan el lugar, y echa un vistazo a los arcones y las tinajas de la despensa, por curiosidad de saber cómo vivían los antiguos habitantes de Korsul. En el dormitorio estudia como estaban hechas las camas, y rebuscó entre los pequeños armarios personales. De pronto, Iona llamó su atención, y el sabio se quedó quieto como una estatua. Parecía que había encontrado una trampa delante de otra pesada puerta. Rong se relajó y bajo sus crispados hombros, esperando a que la Zamoriana hiciera lo que mejor se le daba.

La nómada decidió no moverse demasiado después de la advertencia de la ladrona, que se puso manos a la obra a hacer lo que mejor sabía.

Por su parte, se concentró en que no hubiera nadie más por allí, así que buscó señales de vida o cualquier cosa que le llamara la atención, sin moverse demasiado...

Mientras una pregunta le rondaba por la cabeza:

- He estado pensando...si encontramos la estatua y nos hacemos con ella...¿Cómo la vamos a sacar de aquí? Fuera está lleno de criaturas, y ya no tenemos el carro. Es más, ¿Cómo saldremos nosotros mismos y cruzaremos el desierto? No se si lo aguantaremos todos...sobre todo sin provisiones... - Pensaba en voz alta

Rong levanto una ceja al escuchar a la nómada del desierto. Había superado hace tiempo ese tipo de dudas.

- Talitha, hemos llegado hasta aquí y aquí nos encontramos. Mi espíritu murió ya una vez, hace tiempo, y aprendí que los actos de uno mismo deben revelar su verdadera naturaleza. Al decidir aceptar esta encomienda, evalué las posibles pérdidas y logros, y ahora que estoy aquí estoy más reafirmado en mi decisión. El Venido de las Estrellas nos lo enseñó, y yo te lo digo a ti: El conocimiento es poder, y el poder es responsabilidad – Tras estas palabras el sabio hace una pausa, recapacitando sobre lo enigmático de sus palabras e intentando mostrarse más cercano – No importa como cumplamos la misión o si lo aguantaremos todos, lo único importante es saber cuál es el oscuro secreto que se esconde entre estos muros, y quizás de esa manera podamos responder a tus preguntas. No antes, ni tampoco después…-

Talitha dejó de murmurar y miró sombría hacia un lado, recapacitando sibre las palabras del sabio...le parecía que no había terminado de decir nada más que: "aún no tengo ni idea".

La muchacha no quería morir en esa tumba de piedra gigantesca, ni tampoco perseguida por un centenar de criaturas que querían devolver lo que era suyo a un templo ya olvidado...de repente se encontró agobiada, quería volver a casa, con su tribu...de pronto el sentimiento de culpa la llenó...¿Había sido una tonta queriendo marcharse para hacerse valer por sí misma?

Pensó en su padre y su hermano, les echaba de menos...pero no podía volver con el rabo entre las piernas como un perro del desierto apaleado...si volvía sería triunfante o no volvería. Talitha cerró fuertemente los puños después de que un par de lágrimas cayeran de sus ojos. Sorbió la nariz.

Si alguien podía sobrevivir a eso era ella, y a lo que llegara después...y tampoco podía dejar a sus compañeros allí...le habían salvado la vida en varias ocasiones ya, y las deudas de sangre no podían dejarse atrás...Se dedicó a pensar en Bourak, esperaba que hubiera huído de las masas de monstruos...era un buen caballo, el mejor...sabía sobrevivir por sí mismo, ya lo había hecho más veces...aunque una sombría sensación no dejaba de intentar entrar en su mente.

Ulfner, había estado alerta y taciturno desde que entraron en la biblioteca. El peligroso episodio que había sufrido el grupo antes de la escalinata lo había dejado mentalmente exhausto, pero había seguido a sus compañeras y al sabio en todo momento con la intención de protegerles, pues más no podía hacer. EL sabio parecía hallarse ahora en su elemento, al igual que Iona, pero él y Talitha no se encontraban cómodos encerrados entre gruesos muros, y las últimas impresiones compartidas por la nómada se lo confirmaron.

Rong intentó animarla de la forma más extraña que el Nordheimer había escuchado nunca, ella quedó pensativa y tensa, y cuando vió lágrimas correr por sus mejillas, el guerrero no lo pudo soportar más y rompió su silencio. Debía ser fuerte por sus compañeros, mental o físicamente, daba igual.

Se acercó a Talitha y le puso una mano en el hombro.

-No le hagas caso…- Dijo en voz baja pero audible, le importaba un bledo lo que el sabio pensara de él, de hecho, no le importaba lo que nadie pensara, dada la situación – Si alguien puede aguantar esto somos nosotros, y tú también, no lo dudes. Rong, haz algo y aprovecha el rato para ver si en esos libros tuyo dice cómo podemos salir de aquí – Dice dirigiéndose al kithano.

Al ver a Talitha tan apesadumbrada, Rong Wei no sabe qué hacer, entiende sus dudas y desesperación, pero hace tiempo que alcanzó la ataraxia gracias a el entendimiento del mundo y la misión otorgada por los preceptos de su religión, y no recuerda cómo se superaba una situación que te supera cuando lo único que tienes para protegerte de la pereza y el pesar son las tradiciones de tu pueblo y un pesimista instinto de supervivencia.

Ulfner lo saca de sus cavilaciones, de forma un tanto brusca pero no carentes de razón. No había examinado el libro desde que divisaron Korsul en el horizonte, más que para resolver los acertijos planteados por la biblioteca, y quizás con los nuevos conocimientos del alfabeto Korsulita sería capaz de encontrar algo más.

Sin más dilación saca el Libro Rojo y su propio libro y los apoya sobre uno de los catres mientras Iona examina detenidamente la trampa.