Partida Rol por web

Buscando entre las estancias el sabio encuentra en la cocina, en uno de los arcones de piedra, unos viejos y algo herrumbrosos materiales de cocina; una sartén, una cazuela y un cucharón de metal, por el color verdoso de la herrumbre podrían ser de bronce. Limpios pueden ser utilizables...Debajo de estos utensilios aparece una frasquita de barro, de unos 70 cl, llena de un producto oleoso de olor agradable.

Rong busca entre sus notas, el libro y en su mente para encontrar algo de luz que ilumine sus tinieblas. Por lo que pone en el libro y sus propios conocimientos sabe que ahora mismo se encuentran bastante por debajo del nivel del suelo y seguramente haya un sistema de elevadores en algún punto, que conecte este nivel con el templo superior, o quizá con la calle habiendo una ruta de escape alternativa... a Rong no le quedó del todo claro ese último punto, el texto era bastante farragoso e incoherente. Lo que si le queda algo más claro es que la habitación de la que venían debería ser la habitación central, seguramente la más grande, y tiene pinta que Iona está examinando una trampa que guarda la habitación o despacho de uno de los magnates de todo esto.

Talitha rebuscando por la sala que parece un gran dormitorio encuentra bajo uno de los polvorientos jergones encuentra dos monedas de metal que la cuesta mucho identificar con la poca luz que hay y a los pies de la cama milagrosamente intacta una lampara de aceite que aún parece tener cierta carga en su interior, aunque no más de una hora.

Mientras el resto del grupo examina la sala Iona se esfuerza en comprender la trampa que tiene ante sí. Iluminada solo por la tenue luz de su lucerna, y dejando prácticamente a oscuras al resto si no fueran por las velas de Zelata, levanta con extremo cuidado la losa revelando un sistema de presión... lo que ella suponía. El mecanismo parece que activa una trampa cuando se presiona la baldosa la cual a su vez presiona un resorte que hace funcionar el resto del mecanismo a través de contrapesos... Un mecanismo muy curioso que la ladrona nunca había visto antes.

Por desgracia para la buena de Iona no tarda mucho en saber que hace dicho mecanismo. Cuando de cuclillas esta manipulando uno de los cables que conforman el entramado del mecanismo pierde sin querer el equilibrio y cae hacia atrás, siendo su impulso agarrarse con fuerza a dicho cable. Esto provoca que una losa de piedra caiga violentamente dejando a la muchacha cerrada en esos escasos 4 metros cuadrados aislada de sus compañeros. Acto seguido, de unos 8 agujeros que hay en donde el techo se junta con el muro, a unos 2 metros al nivel del suelo, empieza a caer agua llenando el cubículo donde se halla la Zamoria. Una siniestra cuenta atrás se ha puesto en marcha, y si no se para tendrá funestas consecuencias para la joven. 

El sabio levanta la cabeza de los documentos al escuchar un fuerte ruido, Y al ver que la trampa se había activado y que Iona había quedado encerrada, cierra de golpe los libros y los guarda en su zurrón.

-¡Iona! ¡¿Me escuhas?!- El sabio se acerca corriendo al cubículo recién creado y golpea fuertemente una de las paredes tres veces, de forma sonora y codenciosa. La intención es determinar el grosor y la consistencia del muro, así como intentar establecer contacto con la ladrona de algún modo, si resulta que no escucha su voz. Por lo menos para saber si seguía viva – ¡Intenta abrir la puerta, nosotros intentaremos sacarte! –

Dicho esto, palpa las paredes, buscando algún punto débil, sobretodo en la zona de las esquinas, la unión con el suelo y con el techo. Rong Wei nunca ha estado más tranquilo, cuanto peor es la situación mejor se le da mantener la calma…Excepto si le tiran piedras a la cabeza.

¿Reconozco el contenido oleoso del frasco que he encontrado?

Los rápidos reflejos de Ulfner lo ponen en alterta cuando Iona da un paso en falso y de desetabiliza, en eso momento la trampa se activa y caen los muros. Ulfner corre presto a intentar evitarlo, pero se estampa con la pared cuando esta ya está completamente bajada.

-¡Mierda! – Golpea frustrado con el puño en la pared y ve como Rong empieza a actuar, calmado y eficaz. El norteño decide imitarle. Se gira hacia los camastros y comienza a voltearlos, buscando frenéticamente algo en la estancia lo suficientemente resistente o duro para hacer palanca o destruir la piedra. Sería posible utilizar la espada como cincel, pero es demasiado larga y quebradiza como para que puede romper una pared de ese tipo por sí misma.

Iona cayó en aquella trampa, quedándose atrapada en un cubículo de cuatro metros cuadrados. Y con la compañia del agua rellenando la estancia. No era la primera vez que la ladrona caía en una trampa, eran gajes del oficio, manteniendo la calma en todo momento ya que sabía que si perdía los nervios sería una muerte segura.

Que detalle por parte de los ingenieros de trampas de lugar, por lo menos no pasaré sed.

SOCORRO, LOS DE ARRIBA BUSCAD UN MECANISMO QUE ABRA LA TRAMPA O QUE PARE EL FLUJO DEL AGUA.

Mientras la Zamoria gritaba a sus compañeros, esta no perdió un segundo e intentó buscar un mecanismo empezando en la superficie de sus pies y siguiendo por las paredes.

Si no encuentra nada, dedicaría el resto del tiempo en taponar los agujeros por donde caía el agua.

Desde que entrasen en aquél edificio el estado anímico de Zelata no había hecho más que empeorar. Todos aquellos enigmas y acertijos la venían demasiado grandes, y la guerrera no había podido más que contemplar en silencio como los resolvían los demás. A pesar de haber crecido recibiendo una buena educación no encontraba ningún sentido a ese galimatías de símbolos que Rong había desentrañado con tanta facilidad a pesar de que hacía apenas un rato que casi le habían abierto la cabeza de una pedrada. Los demás habían contribuido a su manera, Talitha con su buen ojo, Iona con su habilidad para abrir puertas cerradas... incluso Ulfner se esforzaba por mantener el tipo y mostrarse animado, mientras que Zelata solo podía mirar al suelo avergonzada por su inutilidad en aquél laberinto, confiando en que la oscuridad reinante ocultase su rostro a los demás.

Estaba aún perdida en sus pensamientos hasta que de súbito Iona quedó atrapada por la misma trampa que intentaba desactivar. - ¡Iona! - gritó desesperada hasta que escucharon al otro lado de la roca la voz ahogada de la ladrona, acompañada por el ruido del fluir del agua. Sin pensárselo dos veces enarboló con ambas manos el martillo que tenía entre sus armas y lo preparó por la cara más picuda.

- ¡Apartáos! - rugió mientras cogía impulso, dando a los demás apenas unos segundos antes de descargar el martillo contra la roca a la altura de su cintura. Si lograba abrir un agujero en la piedra Iona no moriría ahogada, o al menos ganaría un poco de tiempo. - Mirad en la mesa de piedra, tal vez desde ahí se abra esta trampa. - 

Talitha rápidamente encendió la lámpara que acababa de encontrar debajo del camastro para que sus compañeros pudieran ver mucho mejor lo que hacían, no dependiendo ya de la poca luz que arrojaban las velas de Zelata, que tan bien les habían venido, pero se quedaban cortas ahora.

Una vez hecho esto, se dedicó a rebuscar por la sala, primero algo que usar como palanca para ayudar a abrir la pared de piedra, o algún mecanismo que se les hubiera pasado desapercibido para poder desactivar el agua que caía o para evitar que ellos cayeran en otra nueva...

La ladrona se puso a buscar freneticamente mientras con su mano izquierda sujetaba su lucerna teniendo extremo cuidado en que no se apagara. En frente de ella, en las 4 paredes a la altura de sus ojos, encuentra unos bajorrelieve muy gastados y tenues dificilmente visibles con la escasa luz que arrojaba la lucerna. Hay cuatro de esos bajorrelieves:

El que está en la pesada losa que ha caído cerrando a la Iona representa a un hombrecillo quejumbroso, encogido sobre si mismo

El que se encuentra a la izquierda del anterior, en una de las paredes del recibidor, representa a otro hombre, éste tiene la cabeza bien alta y está ricamente vestido con muchas joyas y de su boca salen símbolos como los que se ven por todas partes.

El que se encuentra a la derecha del de la losa hay un hombre que está rodeado por las llamas mirando al cielo, pero que parece feliz y está dando las gracias.

El último, que se encuentra frente a la losa, tiene a un hombre vestido solo con una humilde túnica, con los brazos extendidos y una amplia sonrisa en su rostro.

El agua seguía subiendo y ya llegaba por las rodillas...

Los héroes se mueven rapidamente por las habitaciones buscando una forma de liberar a su compañera. La luz que encendió Talitha mejoró la visión de todos los miembros del grupo. La nómada busca nuevos mecanismos infructuosamente, no parece que haya nada en esa pared que desbloquee la situación. La guerrera de acero coge su martillo con las dos manos y apartando a la nómada descarga un gran golpe contra la pesada losa de piedra. El martillazo consigue agrietar la piedra ligeramente. Ulfner revisa la sala y, aunque con la luz de la linterna de Talitha consigue ver algo mejor, lo único que encuentra que se ajuste a sus exigencias es el catre de las camas de los sacerdotes que parece ser de hierro. Rong intenta recordar algún mecanismo similar, pero parece ser que estos hombres fueron verdaderamente originales en su proceder. En cuanto a encontrar puntos débiles, al ver mejor gracias a la nueva luz y el martillazo de Zelata determina que  el material de la pesada losa es roca caliza, la cual puede llegar a ser destruida tras mucho castigo, pero a juzgar por el efecto del tremendo martillazo, el grosor más que considerable de la puerta puede convertir la tarea en algo arduo... aunque no imposible...

Tras el hallazgo le la ladrona identificando cuatro bajorelieves en las paredes del cubículo, esta recordó el "mantra" de aquellas ruinas.

Arrepentimiento

Culpa

Fuego

Purificación

Curiosamente son cuatro bajorelieves al igual que las palabras que usó Wrong para descifrar el código, tendrán alguna relación para superar esta mortífera trampa.

Iona no se lo pensó dos veces. Y presionó los bajorelieves en el siguiente orden. (1)Pesada losa, (2)a la izquierda de la anterior, (3)a la derecha de la losa y (4)la que se encuentra enfrente de la losa. 

Compañeros, en frente de mi, en las 4 paredes a la altura de mis ojos, he encontrado unos bajorrelieve muy gastados y tenues dificilmente visibles con la escasa luz que arroja mi lucerna. Hay cuatro de esos bajorrelieves:

El que está en la pesada losa que ha caído encerrandome representa a un hombrecillo quejumbroso, encogido sobre si mismo

El que se encuentra a la izquierda del anterior, en una de las paredes del recibidor, representa a otro hombre, éste tiene la cabeza bien alta y está ricamente vestido con muchas joyas y de su boca salen símbolos como los que se ven por todas partes.

El que se encuentra a la derecha del de la losa hay un hombre que está rodeado por las llamas mirando al cielo, pero que parece feliz y está dando las gracias.

El último, que se encuentra frente a la losa, tiene a un hombre vestido solo con una humilde túnica, con los brazos extendidos y una amplia sonrisa en su rostro.

Intentaré presionar desde dentro lo bajorelieves por el mismo orden que os he descrito. Mirad si hay algún mecanismo en las paredes de afuera y si se os ocurre algún otro orden de presión decídmelo, queda poco tiempo para que nade entre pececitos!!

-¡Talitha, échame una mano!- Dice Ulfner quitando todo lo prescindible del férreo catre y levantándolo de un costado.

Rong Wei escucha en silencio las palabras de Iona, atenuadas por el muro que los separa. Su mente funciona a toda velocidad y le encantaría estar con ella para poder ver los símbolos de los bajorrelieves, sin duda ahora sería capaz de leerlos sin problema. Pero no es el caso.

Sin problemas, su cabeza ordena la secuencia más lógica de símbolos en base a lo que sabe ahora.

-¡Iona! ¡Hombre rico, hombre pobre, hombre en llamas y hombre con túnica!-

Espera que sea la secuencia correcta, pero sigue pensando por si falla.

Zelata solo hizo caso a medias de las palabras de Iona. Estaba demasiado ocupada golpeando el muro con su martillo como para pensar en más acertijos.

- El hombre rico, Iona. ¿Qué es lo que dice, cuáles son las palabras? -

Iona pulsa con avidez los glifos, no obstante en vano. Cuando los presiona se hunden, por tanto hay un mecanismo, mas la secuencia que ha usado debe ser la incorrecta pues el agua no deja de subir. Oyes los golpes de tus compañeros y los gritos intentado sacarte de ahí. La ladrona empieza a encontrarse en problemas pues el agua ya llega hasta su pecho y no tardara mucho en cubrirla entera... 

Los saqueadores siguen afanándose en sacar de ahí a Iona. Ante la tensión del momento Talitha se queda bloqueada y no hace caso omiso de las palabras del hombre del norte. Rong se esfuerza en usar su cerebro para desentrañar los misterios que guardan los glifos que le ha descrito su compañera. Zelata vuelve a cargar su martillo con furia, y aunque vuele a hendir la roca, aún aguanta la maldita. El tiempo corre en contra...

Buscando en los archivos de su cerebro Rong se da cuenta de una cosa... Todas las figuras le cuadran con lo que han estado viendo hasta ahora. Las palabras repetidas una y otra vez por las paredes coincidían... pero... Pero el hombre ricamente vestido no le cuadraba. Hay algo que se le escapa en él... es una nueva idea, un concepto que no ha visto hasta ahora y que estaba relacionado con los demás... sin duda... Sin embargo, ¿de que forma?