Partida Rol por web

Rong Wei se halla sumergido en una profunda oscuridad mental, buceando en la insondable psique de aquel ser cósmico. Solo siente frío y dolor, pero lucha con todas sus fuerzas para mantener el alma del monstruo bajo su presa… y lo consigue. A captado la atención de aquella bestia, tanto físicamente hace unos segundos como desde lo más profundo de su mente en este momento. Ya no siente miedo, ya no siente nada. Solo una vertiginosa sensación de poder que empieza a embargarle poco a poco y finalmente rellena todos los recovecos de su mente como el agua ocupa el espacio vacío que confiere a un lago su existencia.

Pero cuando el kithano se creía ganador, aquel aborrecible ser contraataca mentalmente de forma arrolladora, proyectando todo su inabarcable poder sobre el sabio. Rong, al no poder abarcar el inagotable poder de aquel engendro astral, no puede hacer otra cosa que salir huyendo de aquella íntima conexión, antes de que la bestia causara algún daño.

Cuando vuelve en sí, Zelata parece estar diciéndole algo, pero no consigue entender, desorientado.

Intentando sobreponerse, el sabio decide rodar sobre sí mismo y huir del cuerpo a cuerpo mientras enarbola una pequeña esfera llena de polvos-llama, antes de que aquella criatura pudiera acometer su venganza.

- ¡Cuidado! ¡Va a atacar! -

En el momento que la cosa se desliga de la presa mental de Rong todo ocurre con una rapidez pasmosa. Iona activa la palanca tensando sus músculos y luchando contra siglos de óxido. La palanca activa una serie de engranajes que empiezan a hacer subir la plataforma sobre la que se encuentra la estatua. La criatura intenta agarrarse con sus tentáculos instintivamente al borde, intentando a la vez atacar a los héroes que se encuentran en dicha plataforma. La plataforma es impulsada por una gran pilón de metal que con fuerza la está elevando al tiempo que en el techo se abre una claraboya con la forma de la plataforma. El guerrero del norte intenta golpear al ser, pero entre el movimiento ascendente y que la criatura recupera la noción de sí y la capacidad de defenderse, éste falla. Mas la guerrera de acero vuelve a herir al ser que no puede hacer nada para evitarlo al quedar colgando de la plataforma que la eleva inexorablemente hacia las alturas. Talitha observa toda la escena impotente, congelada como estaba por el hechizo que aún la atenazaba. 

Todos ven la terrible escena. Cuando la plataforma alcanza su destino arriba del todo la criatura queda atenazada entre la plataforma y el resto de la estructura que solo se abre para acomodarla. Los gritos de agonía hielan la sangre de los hiborios. Agitando sus tentáculos, chillando y babeando desesperadamente, el ser empieza a desgarrarse por la mitad de su cuerpo debido a la tenaza que le está causando la estructura. Tras unos horrorosos segundos de agonía finalmente el cuerpo del monstruo se parte por la mitad, liberando una explosión de energía de puro negro que hiere a los saqueadores de tumbas y cayendo la parte inferior hacia la sala donde se encuentran el guerrero del norte, la ladrona y la nómada. En la parte superior queda el tronco y cabeza del ser quedan inexpresivamente mirando a Rong y a Zelata. El Horror de Khorsul ha muerto.

En el exterior, Zelata y Rong ven que se encuentran en el tejado de la estructura, antaño muy por encima del suelo, a día de hoy casi comunicado con él por las cantidades y cantidades de arena que rodean y semi entierran al edificio en ella. Por tanto, ven como hay una ligera pendiente de no más de 3 metros hasta el suelo por la que se podrían deslizar. También ven que está empezando a amanecer y que la llegüa de Talitha está paciendo tranquilamente cerca de donde se encuentran.

Cuando se vuelve a activar la palanca la plataforma vuelve a bajar quedando el grupo reunido en la parte de abajo. Todos notan que hay una especie de retardo entre que se activa la palanca y la plataforma sube... Tal vez para dar tiempo a aquel que la activa para subir.

La secuencia ocurrió más rápido de lo que la débil mente de Iona pudo digerir. Al mover aquella palanquita de ná, una plataforma surgió llevándose a "La Cosa" esa, aplastándola como un escarabajo bajo la bota de la ladrona. Seguido de una explosión de pura maldad cósmica por reventar el caparazón de aquel ser. Con un gran dolor el impacto de aquella onda devolvió la zamoriana a la realidad. Y con la boca bien abierta Iona alucinó con su ya famosa Suerte. No se lo creía, pero los Dioses la habían sonreído una vez más, salvando su pellejo de una muerte casi segura.

Que asqueroso, vaya manera de palmar. Me ha dejado pérdida con su reventadas tripas. Eggggsss.... Definitivamente es la última vez que me voy de aventuras con mis mejores prendas. Creo que me puliré toda mi recompensa en bebida para olvidar mi trauma al agua en espacios reducidos, y en lavar mi ropa.

Su pensamientos en voz alta cesaron al comprender la situación.

Os aseguro que al tirar de la palanca, yo buscaba una salida para huir pitando. Pero bueno, que narices. Os acabo de salvar el pellejo, je,je.

Toda orgullosa ella y sacándose más de una asquerosidad de sus ropajes. 

No se que hariáis sin.... 

                                   IONA, "LA EXTERMINADORA DEL HORROR DE KHORSUL" , ju,ju.

Una vez más calmada y su explosiva emoción de nerviosa adrenalina ya desaparecida.

Bueno compañeros, ahora sólo nos queda cruzar toooodo el desierto con la astatuilla a rastras. Lo bueno es que con este tórrido Sol no nos perseguirán los  "lanzapiedras" de antes, o eso espero. Por lo menos durante unas horas. Quizás la primera parada podría ser el oásis ese, para habituallarnos de agua y alimento para la que me temo una larga travesía.

- oooohhh - protestó Zelata incorporándose. Que la plataforma comenzara a elevarse le pilló desprevenida, pero aún más sorprendente fue la explosión provocada por la criatura con su muerte, que había arrojado a la guerrera por los aires de forma bastante dolorosa. 

- Seguro que está muerto ¿verdad? - Así lo parecía, pero con una criatura tan extraña no podía estar segura. En cualquier caso la de Poitian dudaba ser capaz de continuar con el combate en su estado actual. - ¿Alguien puede revisar el muro del que ha salido la criatura? Yo necesito un minuto, esa cosa me ha hecho más daño de lo que pensaba. -

Cuando el cuerpo de aquel horror disforme se divide traumáticamente, el corazón de Rong Wei da un vuelco, profundamente disgustado y apaciguado por igual. Intenta evitar desesperadamente aquel negruzco líquido, pero aun así lo alcanza, haciendo que se encogiera como un gato mojado. Sin poder salir de aquel elevador, el sabio empieza a hiperventilar, nervioso, pero cuando el primer rayo del amanecer le golpea en la cara cuando emergen finalmente a la superficie, una firme paz renovadora lo embarga, haciendo que se yerga de nuevo con la espalda recta, esperanzado.

-Juraría que no saldríamos de allí con vida – Dice a la acorazada muchacha.

De nuevo el elevador se mueve, ahora de vuelta a las profundidades. Abajo, ve como sus compañeros parecen bañados, incluso más que él, en aquél tóxico fluido. Se acerca a ellos sonriendo por el sarcástico comentario de la Zamoria y por haber salido de aquella locura con vida.

-Ven… a ver esas heridas…- Dice el kithano a Zelata sacando el medallón de dentro de su ancha manga.

Ulfner se sacude aquél líquido con cara de asco mientras baja de nuevo el elevador, todo ha ocurrido muy deprisa y no sabe exactamente qué ha pasado, pero la criatura está muerta y él ha hundido su hoja profundamente en su carne.

…Por lo menos mi filo ha ayudado a acabar con La Cosa…

Cuando finalmente Zelata y Rong se unen al grupo, el vanir envaina su espada y se acerca al Horror de Korsul, usando un pie para mover ligeramente una de sus mitades.

-Pues si…Parece bien muerto- Dice contestando a Zelata – Por las muelas de Ymir ¿Qué cojones es esta cosa? Se ha metido en mi cabeza y me ha dejado completamente fuera de combate... Pensaba que era un niño de nuevo.

La pregunta, más retórica que otra cosa, queda flotando en el aire mientras el norteño empieza a explorar la zona de donde había salido la criatura en busca de algún orificio o cosa similar.

Cuando Rong separa las manos de los hombros de Zelata, esta se siente renovada.

-Ven aquí, muchacha. Más tarde tendremos tiempo para lamernos las heridas…- Dice a Iona mientras se acerca a ella para transmitir una parte de su poder al espíritu de la ladrona. Una vez hecho, el sabio cierra los ojos y agarra fuertemente el amuleto para volcar el resto de su poder en su propia persona.

-Bueno, hemos acabado con la pesadilla que encerraba este lugar, pero para ser una biblioteca no hemos encontrado mucha sabiduría escrita, la verdad. Por mi parte me gustaría poder terminar de explorar este antiguo templo del saber, pero si no os sentís con fuerzas lo entenderé. La plataforma da directamente al exterior, y he podido ver a tu yegua pastando en la lejanía – dice mirando a Talitha.

El sabio calla y espera a ver la reacción del grupo.

Negando con la cabeza, Ulfner suelta un bufido.

-Nada, ese bicho apareció de la nada… O siempre había estado aquí. No hay más salidas que la entrada por la que llegamos y la plataforma de la estatua…-

Cuando escucha las palabras de Rong, el norteño niega con la cabeza.

-A mí me trae sin cuidado explorar este lugar, hemos venido a por la estatua y aquí la tenemos. Pero llevarla de vuelta no creo que sea posible ¿Atravesar el desierto con esa cosa a cuestas? ¿Estamos locos? Si no visteis el carromato, seguramente lo destruyeron aquellas horribles criaturas que nos atacaron. Quizás la única opción sería improvisar algún tipo de vehículo y usar a la yegua como bestia de tiro…

La nómada se queda atónita ante la escena final. Los últimos segundos los ha pasado inmóvil, queriendo, con todas sus fuerzas, mover sus músculos, huir, luchar...y al final, ni todas las flechas, ni todos los cortes, ni todo el esfuerzo, hacían falta más que activar la palanca que la muchacha había tenido intención de accionar desde el principio...

Talitha cayó de rodillas y gritó, sobre todo por la incapacidad de hacer nada los últimos segundos de combate, por la sensación de presión y encadenamiento de la criatura, y por el asco que esta le había transmitido, primero al meterse en su mente antes de empezar siquiera el combate, con ese leve "pum pum", luego por la lucha en sí, y al final, por todo el líquido y el impacto que, raramente podría explicar, de esa energía oscura.

Estaba frustrada y a la vez aliviada, parecía que todo había pasado...

Rong habló a la muchacha, le habló de Bourak, que había corrido buena suerte. Esa yegua siempre se las arreglaba para salir bien...esbozó media sonrisa todavía de rodillas. Ya había empezado a calmarse, y su mente empezaba a funcionar de nuevo...

- Gracias Maestro Rong. Creo que la estatua es menos pesada de lo que parece Ulfner, con ayuda de Bourak n9o será muy difícil de transportar...aunque ir a pie por el desierto hasta el oasis no será fácil...y deberíamos ir preparados por si la tribu del lobo ha vuelto por allí...

Consideró las palabras de Rong...

- Puede que todavía quede algo útil por aquí que nos sirva, pero yo no tardaría mucho...no estoy a gusto en este lugar, no después de ver ESO - Dice girando la cabeza hacia una de las mitades destrozadas de la bestia...- Además, deberíamos aprovechar la luz para viajar por el desierto.

Todos respiran aliviados y empiezan a preocuparse del siguiente paso. Rong vuelve a usar el medallón consumiendo la energía que le había robado a la extraña criatura en su duelo de almas. Curiosamente, se sintió aliviado según sentía salir esa energía de dentro de él. Tanto Zelata, Iona y Rong sintieron el poder curativo del mágico objeto. Ulfner descubrió una cosa más, además de que no había posible entrada para el ser. Las paredes estaban forradas con una piedra negra que comenzaba a brillar con la luz del sol. Una piedra fría y oscura. El sol seguía su camino y el día empezaba dando una nueva luz a los héroes. 

Los poderes curativos de Rong se sintieron como una ráfaga cálida que se extendió por su cuerpo, cerrando sus heridas y devolviéndole las fuerzas perdidas. Con sus fuerzas recuperadas Zelata también recuperó el ánimo para continuar sin descanso, y se unió a la discusión entre Ulfner y Zelata.

- Tal vez no sea fácil volver hasta el oasis, pero la alternativa es quedarnos a que las criaturas que viven en estas ruinas nos aplasten con sus rocas. Yo digo que intentemos volver hasta el oasis mientras aún tenemos energías. Si tenemos suerte, tal vez nos encontremos con la tribu del halcón y nos presten su ayuda de nuevo. -

Bién veo que estamos de acuerdo. Así que podemos partir para el oásis.  Talitha, no recuerdo cuanto tardamos en llegar hasta aquí. Pero podríamos agarrar algo de agua de la sala contigua, creo recordar que había un montón. Y así el viaje será más llevadero hasta nuestro futuro punto de agua.

Ante la esperanza de mis compañeras de encontramos a la tribu del Halcón..

Todo lo contrario chicas, con un poco de suerte nos toparemos con la tribu de Lobo y les birlamos los bonitos caballos con los que los vi alejarse a todo galope.

De hecho, yo ya le he puesto nombre a uno de ellos que le había echado el ojo. Le llamaré "Khorsulito"

La nómada asintió ante la idea de la ladrona de llevar algo de agua de la sala contínua, por poca que fuera les haría falta.

Además podrían llevarse alguna de las maderas de las estanterías de la sala para hacer fuego si les pillara la noche en mitad del desierto.

Talitha rebuscó por la zona y animó a sus compañeros a hacer lo mismo, para encontrar algo útil como provisiones que les sirviera en su viaje por el desierto.

- Busquemos provisiones rápidamente, los que no, id cargando con la estatua...no deberíamos pasar mucho más tiempo aquí.

-Mirad que extraño – Dice Ulfner señalando la pared con un ademán de cabeza y los brazos en jarra -¿Qué clase de material de construcción es este?

…No puede ser que no haya nada más…

Rong aprovecha las ganas de proveerse de Talitha para echar un ojo a la estancia y buscar cualquier cosa que apaciguara su frustración por no encontrar ningún documento que aportara nuevo conocimiento. Aquello era una biblioteca, y esta su sala centra. Las estanterías que hace unos minutos le sobrecogieron el corazón por su mal estado eran simples ilusiones del Horror de Korsul. En una biblioteca como esta debe haber libros, no únicamente unos pocos pergaminos.

Cuando el norteño pregunta sobre las paredes, el sabio se detiene en su búsqueda de repente.

-Es galena, lo usaban para adormecer el poder de esa cosa, o de la estatua, no estoy seguro. Es posible que nada ocurra al sacar la efigie de aquí, pero algo me dice que esta sala ayudaba a contener algo más que el Horror que acaba de perecer..-

El grupo sigue hablando entre ellos planeando como afrontar la vuelta mientras el sol sigue subiendo. Talitha intenta buscar alguna provisión que les pudiera ayudar en el viaje, mas parece ser que ya han sacado todo lo que pudiera tener valor alimenticio de allí. Sin embargo, entre las barricas medio destrozadas y las que hay conteniendo tan solo cenizas que antaño fue comida, si hay madera más que suficiente para encender muchos fuegos... incluso para crear algún tipo de carromato o trineo en el que transportar algo... 

Rong vuelve a buscar en los archivos de su mente, intentando encontrar algo que le pudiera ayudar a dilucidar todo ese gran enigma. Sin embargo, poco más sabe de lo que ya ha sabido, y eso le instiga a conocer más. El conocimiento sobre todo lo que está ocurriendo, sobre Khorsul y los khorsulitas, sobre aquel engendro, sobre la estatua... empezaba a carcomerle por dentro. Ahora estaba bloqueado, agotado por el combate y la curación de sus compañeros. Quizá... tras llegar a Zamboula y visitar un par de bibliotecas o hacer las preguntas a las personas indicadas pudiera profundizar más sobre todo esto...

Rong Wei baja la cabeza, abatido. Su rostro se muestra cansado y realmente está exhausto.

El esfuerzo mental del combate y la frustración por no encontrar más documentos han consumido al enjuto sabio.

Resignado, inspira profundamente e intenta vaciar su mente, años de meditación le han permitido aprender a expulsar los pensamientos tóxicos con facilidad, y así lo hace.

Mientras el resto del grupo se afana en encontrar cosas útiles, el kithano aprovecha para observar la situación desde un punto más alto, objetivo.

En pocos minutos lo tiene claro.

El conocimiento sin causa no tiene futuro, saber por saber no deja de ser una actitud enviciada como cualquier otra, y un seguidor de Yaguitta no se lo puede permitir. Su búsqueda del conocimiento se basa en el principio de que el saber arroja luz sobre la ignorancia y el miedo, en pos de la libertad de acción y la paz. Ahora mismo su prioridad debe ser el grupo y su supervivencia, el mundo está plagado de oscuros secretos, y morir en el intento de hallarlos es ineficaz.

Alza la cabeza de nuevo y recuerda que Ulfner habla con pasión de la madera, y sabe apreciar su manufactura y trabajarla.

-Está bien, no podemos perder tiempo. Ulfner, seguro que esto nos servirá para construir algún tipo de vehículo que nos ayude a transportar la estatua. Te ayudo…-

…Cuando tiene razón tiene razón…

Sin perder el tiempo, Ulfner empieza a dar instrucciones a Rong para usar las tapas de los abrriles como ruedas, y seleccionando las mejores piezas para crear una improvisada carretilla o carreta.

A Zelata le hubiera gustado poder partir de inmediato, pero debía admitir que la idea de transportar la estatua en algún carro improvisado que Ulfner pudiera construir era buena; sin embargo la de Poitan no tenía conocimientos para ayudarlo, y permanecer quieta la ponía nerviosa.

- Echaré un vistazo fuera por si veo a esos monos arroja-piedras, Talitha, ¿me acompañas? - Le agradaba poder contar con la Nómada para aquellas tareas, sin duda era quien mejor vista tenía de todos ellos.