Partida Rol por web

Tras un largo viaje, te encuentras por fin en Viena. Un taxi te lleva hasta el lujoso hotel "Sacher Wien", en el centro de Viena. Alli tienes una reserva preparada y un amable recepcionista que habla un inglés con un acento duro te da la llave de tu habitación, a la vez que hace señas a unos botones para que se ocupen de equipaje. También te da un sobre a tu nombre.

Una vez llegas a tu habitación, te encuentras con que ésta es una suite de lujo, tal y como correspondería a tu tapadera. Le ofreces una propina a los botones, que sonríen alegres y se retiran. Una vez que se han ido, puedes abrir el sobre y en él te indican el nombre del contacto que puedes usar en la embajada si necesitas algo.

Tras un largo pero agradable viaje por fin estáis en Viena. Un taxi que tomáis en la estación os conduce hasta el hotel "Stadhalle", un excelente establecimiento en el centro de Viena. Una vez allí, tomáis las habitaciones que habéis reservado.

Mientras estáis por la recepción, podéis distinguir a lo lejos, dentro del mismo hotel, a un conocido vuestro. Se trata del profesor Ibrahim, de la Universidad de Miskatonic.

Tras un largo pero agradable viaje por fin estás en Viena. Un taxi que tomás en la estación te conduce hasta el hotel "Stadhalle", un excelente establecimiento en el centro de Viena. Una vez allí, tomás la habitación que te ha reservado el siempre eficiente Norwood.

Mientras estás por la recepción, podéis distinguir a lo lejos, dentro del mismo hotel, a unos conocidos tuyos. Se trata del profesor Charles y el doctor Joseph, ambos de la Universidad de Miskatonic.

Tras un largo pero agradable viaje por fin estás en Viena. Un taxi que tomás en la estación te conduce hasta el hotel "Stadhalle", un excelente establecimiento en el centro de Viena. Una vez allí, tomás la habitación que te has reservado.

Al subir a tu habitación, te encuentras con que es cómoda y amplia, bastante lujosa para lo que esperabas.

  Paso la primera mañana y parte de la tarde, deshaciendo la maleta, tomando un baño y distribuyendo mis trajes y zapatos en el armario. Quiero estar cómodo los días que pase aqui. Almuerzo en el hotel. Ensayo un poco con la guitarra, pero a media tarde decido salir por la ciudad para captarle el ritmo. 

 Recorro los cafés hasta el Gran Teatro Imperial, observó el ballet. Cenó en alguna taberna típica, cerveza y salchichas. Por la noche soy más prudente, tampoco quiero forzarme el primer día, aunque doy una vuelta para captar cuales son las costumbres nocturnas de estas gentes. Y el nivel de represión de la policía imperial.

Ocupado en las oportunas gestiones en recepción: Cambio de divisa, traslado de mi baúl a la habitación, etc descubro, desde mi posición, la presencia en el hotel de los Profesores Diehl y Sinclair.

Dando por concluidas las diligencias y habiendo entregado una miserable propina al botones, me aproximo, con pretenciosa elegancia, al lugar en que se hallan mis dos colegas.

Buenos días, caballeros... Profesor Diehl - saludo con la cabeza - Doctor Sinclair... - nueva inclinación, respetuosa -. Sospecho que su presencia, asistencia, comparecencia... - acompaño mi introducción, plagada de eses y erres sonoras, esgrimiendo el índice enfáticamente - ...en este maravilloso lugar, está motivado por el mismo deseo que a mi me ocupa: La Subasta que va a tener lugar en la ciudad, me equivoco? - los observo inquisidoramente - De ser así, quizás podríamos compartir mesa en el restaurant del hotel y traslados hasta el acontecimiento, qué les parece colegas??? - abro los brazos, en ademán de franco ofrecimiento.

El viaje había sido largo, aunque para Joseph habría sido aún más largo sin la compañía de Charles. Era bueno tener cerca a una persona divertida con quien poder compartir los pensamientos que se generaban durante el trayecto.

El Hotel Stadhalle no era menos de lo que le habían contado. Aún estaba admirando la arquitectura del lugar cuando escuchó una voz que se dirigía a ellos en inglés, pero con un acento que Joseph reconocía.

_Profesor -respondió educadamente al saludo inclinando a su vez la cabeza, prefiriendo evitar pronunciar ese apellido complicado-. No se equivoca, estamos aquí por la subasta. Le agradezco la invitación, aunque creo que deberé declinarla. Es mi primera vez en Viena y tengo muchos deseos de recorrerla. Temo quedar con usted para alguna comida y no llegar a tiempo por haberme quedado conociendo la ciudad. Charles, tú siéntete libre de hacer como gustes, es solo que no quiero comprometerme con el profesor y terminar fallándole

Tras un largo y arduo viaje, pero a la vez agradable, debido a la compañía de mi amigo Joseph Sinclair, llegamos a nuestro destino: el hotel "Stadthalle", en el centro de Viena.
Después de confirmar nuestra reserva en recepción, oímos una voz....un tono... que nos resultaba conocido.
Mi último pensamiento antes de partir se hizo realidad: nuestro colega Ibrahim acudiría a la subasta.
Es una gran alegría, ver una cara conocida  en una ciudad desconocida para nosotros. Mi sorprendente colega.
Me gustaria cenar pero no sin antes preguntarle al recepcionista por alguna biblioteca y tienda de antigüedades para poder averiguar algo más sobre los objetos de la subasta.
No pude hacerlo en Arkham. Si quieres acompañarme?Aunque seguro que dado tus conocimientos. Seguro que ya sabes mas que yo.
Y si, mañana deberíamos presentarnos en el lugar de la subasta y confirmar nuestra asistencia. Es la primera vez que acudo a un evento se estas caracteristicas y no quisiera desentonar.
Pasados unos segundos, sin esperar respuesta me dirijo al recepcionista.

Disculpe ..... Markus, ¿puedo tutearle verdad? Como bien sabe acabamos de llegar a esta hermosa ciudad sin saber mucho de ella. Y a mí particularmente me gustaría visitar alguna biblioteca y más aún alguna tienda de antigüedades, sí es de sobrenombre mejor, para poder conocer mejor su ciudad. ¿conoce alguna? Y de paso, ¿podría llamarme a un taxi para que me llevé allí?....Gracias,hablaré maravillas de este lugar.

Mientras espero su respuesta dirijo mi mirada a mis dos colegas de enseñanza ......

Sí alguno de los dos quiere acompañarme puede hacerlo, quizás averiguemos algo de interés y hablar sobre nuestra visita.

De cualquier forma insisto, mañana deberíamos ir los tres a presentarnos y confirmar nuestra presencia en la subasta.Cuanto antes lo hagamos mejor, así tendremos más tiempo para prepararnos.

Dicho esto sacó mi Block de notas y hago algunas anotaciones......

Será un placer, un gusto, un auténtico contento... - enfatizo esgrimiendo el índice - ...acompañarlo en sus pesquisas - accedo -. En lo que a mi respecta, únicamente debo hacer una gestión bancaria - explico -. Si usted, Profesor, dispone perder algo de su valioso tiempo para acompañarme en esa diligencia, luego yo gustosamente podría ir con usted donde deseé - esbozo una sonrisa, afable.

Claro. Se lo embarazoso que sería no poder pagar el taxi. Jaja.
Empiezo a contagiarme del gran humor astro hungaro.
Comenté con cierto sarcasmo.

Por suerte para vosotros, el recepcionista habla inglés y os da todas las indicaciones necesaria para encontrar la gran biblioteca de Viena y alguna tienda de antiguedades en un barrio lujoso de Viena. Inmediatamente después, ordena a un mozo del hotel,  en un bronco alemán y os asegura que un taxi os esperará en la puerta en unos 15 minutos.

Cuando llego a mi habitación me tengo que sentar un rato porque estoy muy nerviosa. Una cosa fue el pequeño trabajo de seducción que hice en Arkham que tan solo duró un par de horas, y otra cosa es la metódica tarea que tengo por delante estos días.

Además, el lujo que rezuma cada esquina de este hotel solo hace que recordarme la gran cantidad de dinero que están dedicándome mis jefes. Tengo que hacer perfectamente mi tarea. Me preparo una infusión bien azucarada mientras empiezo a vaciar mis maletas.

Bueno, una vez más tranquila me siento en la mesa al lado de la ventana y saco el mapa de Viena que traía. Ya lo tengo más que estudiado, pero ahora, bajo la luz del sol europeo me parece como si le faltara algo, como si solo mostrara una parte muy pequeña de lo que realmente hay en esta ciudad.

Finalmente me levanto decidida y me arreglo profusamente delante del espejo. Buenas joyas, un vestido de calle más caro que mí vestido de boda y un peinado que hubiera hecho caer de risa a mi marido. En fin, cojo mis credenciales y me dirijo a la monumental casa Ausperg.

Parecía que nunca llegaría este día, pero ahora solo está a pocos minutos de aquí.

Joseph miró con recelo a Charles. ¿Qué estaba haciendo? Más tarde deberían tener una charla.

_Yo... no he dormido bien en el tren. Era muy cómodo, debo reconocerlo, pero quizás la ansiedad, o la falta de costumbre... En fin, creo que me quedaré a descansar un poco y quizás más tarde salga a conocer el vecindario. Charles, cuando regreses quizás quieras que pasemos por la casa de subastas para acreditarnos. Ahora, con su permiso, creo que subiré a mi habitación.

De tu recorrido por la ciudad, la impresión que sacas es que sin duda ha vivido tiempos mejores. Puedes apreciar bastante miseria y sin duda los edificios principales necesitarían estar mejor cuidados, pero aún con todo eso, es una ciudad majestuosa.

Otra cosa que te llama poderosamente la atención es la radicalización política, pues puedes apreciar grupos - bandas más bien - de militantes de opciones políticas extremas paseando uniformados e intimidando sin que la policía se atreva a atajarlos.

No notas un especial recelo en el doctor Sinclair, cuya fama de hombre de dificil trato le precede.

Detecto un extraño cruce de miradas, acaso un reproche con el que el Doctor Sinclair parece recriminar la voluntariosa actitud del Profesor Diehl... En fin, intrigas que quizás me convenga tener en cuenta... o tal vez sean indiferentes??? En cualquier caso, teniendo en cuenta el carácter de Sinclair, su comportamiento no me resulta del todo extraño.

Acabo de ordenar las gestiones oportunas para llevar mi baúl a la habitación y, únicamente pertrechado con mi bloc de notas y las señas  del banco que Norwood me proporcionó, me dispongo a compartir mis primeras horas en la ciudad con el Profesor con quien, para empezar, compartimos taxi.

Con su permiso, Diehl... - requiero ya montados en el vehículo - ...completemos primero la gestión bancaria y luego me pongo a su entera disposición para lo que requiera... Monsieur... - en un chapucero francés me dirijo al taxista al que entrego las señas del banco confiando que sepa llegar a ese lugar.