Partida Rol por web

-Buén señor, no conozco las intensiones de aquellos hombres.- Dice aniosa agitando la mano.
-Ellos aparecieron enmedio de la reyerta y desaparecieron antes de que se terminara, justo antes de aparecer la milicia, momento en que los alborotadores aprovecharon para encender el coche. No creo que estuviesen al empezarla... aunque todo podría ser. La mente de los franceses és retorcida en estos días... y sinó mire como han calcinado a esas dos personas...- Comenta con expresión triste.
-El buén soldado ha prometido una moneda si contaba lo que sabía...- Te dice de nuevo extendiéndo la mano hacia ti.

- Pero... si, según tú, los alborotadores prendieron fuego al coche al llegar la milicia... ¿por qué seguían esas dos personas dentro si les habían quitado a la niña?. Y por cierto, ¿pudiste ver bien a esos burgueses?, ¿sabes adónde fueron?, continúa Fauchet y abre la mano para que la mujer vea lo cerca que está de conseguir la moneda.

-El buén soldado ha prometido una moneda si contaba lo que sabía.- Dice la mujer. -Y yo he dicho lo que sabía, ¿quiza es que el mesié de buenas ropas disfruta con los ruegos?.-

- Toma la moneda, dice Fauchet lanzándosela para no correr el riesgo de tocar a la mujer - pero responde lo que te acabo de preguntar

François avanza hasta la altura de su compañero y decide apoyar a su compañero, el cual le ha sorprendido gratamente otra vez.

- Venga señora, díganos quienes eran los burgueses y si les había visto alguna vez por aquí. Además, a los que seguro que conoce es a los alborotadores que incendiaron el coche.

-Les prometo que no sé nada más. Nunca antes había visto a esos dos.- Dice la muchacha guardandose la moneda en el bolsillo. -Solo sé que ese tipo de gentes ricas suelen frecuentar en la taberna de Dominique...- La mujer realiza una pausa y luego se acerca de nuevo a Pierre. -Si me da otra moneda le diré donde está esa taberna.-Dice sonriente, y de nuevo observas el estropicio de su dentadura.

- No, sé perfectamente dónde está ese lugar. Pero mi amigo sí que te dará otra de sus monedas si eres capaz de recordar algún rasgo que nos permita reconocer a las personas que se llevaron a la niña. Haz memoria, seguro que hay algo...

La mujer mira algo incredula a François.
-En la noche es difícil de ver. La oscuridad nubló mi vista. Pero si el buén señor desea darme una moneda...- Esta vez casi la tienes encima, puedes oler su edor corporal.

- Toma una moneda y dale un buen uso. Espero que con esto recobres la vista.

Mientras lanza la moneda, François no puede evitar apiadarse de la mujer. "Que dura se ha vuelto la vida en París estos últimos años".

La mujer recoge la moneda y se la guarda en el mismo sitio donde momentos antes había guardado la otra.
-Gracias, buén señor...- Dice mientras se despide y toma camino hacia el callejón.

Cuando os disponeis a partir escuchais un grito ahogado procedente de algún lugar entre las sombras que creaban los rayos del atardecer.

Pierre observa con desprecio como su acompañante regala una moneda a la mendiga a cambio de nada, pero no es capaz de reprocharle nada, pues un grito atrae totalmente su atención.

Sin perder un segundo se lanza a toda prisa hacia el lugar del grito. - Vamos a ver qué ha sido eso

François corre detrás del soldado mientras agudiza sus sentidos atento a cualquier movimiento extraño.

Os lanzais a la carrera hacia el callejón. La penumbra predomina en el lugar. El hedor a pudredumbre os hace pararos en seco. Una profunda náusea recorre vuestro cuerpo.

Unos metros al frente podeis ver a la mujer de antes hechada contra la pared y, por la otra esquina, desaparece una figura que se movía torpemente tropezando con los desperdícios.
La chica yacía degollada contra la roca y un reguero de sangre tíbia enmarcaba su figura.

- Mierda... , exclama Fauchet al ver a la pobre mujer degollada en el suelo y con el mismo ímpetu se pone a correr en pos de la figura que escapa tras la esquina. - Vamos a por ese hijoputa, dice dirigiéndose a de Reims, pero sin mirarle.

¿la habrán matado por las dos monedas recién conseguidas o por haber hablado de más?...

François acelera el paso para intentar alcanzar al asesino.

Con tansolo un vistazo rápido hacia el cuerpo de aquella mujer, seguís corriendo por el callejón, entorpecidos por escombros y la penumbra que predominaba en el lugar.