Partida Rol por web

La tormenta de arena

IV. El Templo y la Reina

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13/09/2016, 12:52
Guardián

La flissa de Abeillut se hundió en el encorvado lomo de la mujer deformada que se debatía con Farrè. El oficial, tras la mordedura de la criatura en el brazo con el que afianzaba la pistola, perdió algo la iniciativa en pos de la insectoide aberración, pero por suerte, el beduino actuó con rapidez atacando furtivamente por la espalda a la criatura. 

La hoja se hundió hasta las guardas, provocando la muerte instantánea de aquel ser entre viscosos y repugnantes efluvios. Sadar, se mantenía firme y así lograría escapar de aquella locura...

Sólo quedaba una mujer-araña antes de que llegaran muchas más. Tras la patada de Lacroix, se puso a cuatro patas moviéndose de forma inhumana sobre el suelo y lanzándose sobre Descoteaux que proseguía apelando a la clemencia de su dios cristiano. La criatura saltó pero la fe del sacerdote lo mantuvo una vez más a salvo.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Vais todos otra vez. Resolverlo pronto o os tiro a la marabunta encima.

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13/09/2016, 15:37
Jean-Pierre Barraud

Barraud lanzó un gruñido de triunfo cuando la criatura quedó inerte en el suelo.
Pero no había nada que celebrar, pues pudo ver cómo el sacerdote forcejeaba con otra de las terribles monstruosidades. Soltó su arma, si perdía el tiempo recargando para un nuevo tiro, quizá sería tarde para el temeroso hombre de Dios.
Así pues, sujetó con fuerza el cuchillo y se lanzó al ataque. Con saña, envainó el acero en el cuello del horrible ser, tratando de salvar la vida del religioso.

- Tiradas (2)

Notas de juego

A ver, he tirado daño crítico, pero no sé si es correcto.
En principio, es al 20% de la habilidad, ¿no? En este caso, sería 10 (he sacado por debajo). Puede que me esté haciendo un lío, si es así, dímelo y tiro daño normal.

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13/09/2016, 16:26
Abeillut Sadar

El bereber sintió cómo su acero hendía la carne de aquella repugnante criatura, arrancando de ella una vida impía que jamás debería habérsele insuflado. Sintió que recobraba fuerzas al lograr destrozar con su acero a la bestia, aprovechando el cogerla desprevenida.

- ¡Allah! - gritó al lograr su destrucción.

Entonces se volvió, pues aún les cortaba el paso uno de esos engrendros viscosos. No tardarían mucho en ser alcanzados por la marabunta, que sin duda habría de causarles la muerte. El tiempo apremiaba: más valdría salir de allí como fuese. Armando su flissa, Abeillut arremetió de nuevo...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues nada, ataco otra vez, guardándome la posible acción defensiva. Por no repetirme he preferido ir por delante esta vez, aunque con esa tirada, lo mismo me daba haber intentado pegarme un tiro en un pie xD.

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13/09/2016, 18:02
Guardián

Abeillut arremetió con fuerza hacia adelante con su afilado y curvo acero, pero la monstruosa anfitriona evitó sin dificultad el ataque del bereber, que veía recobradas sus fuerzas tras el éxito parcial del combate. No fue tal lo que sucedió acto seguido, pues Barraud, haciendo gala de sus experiencia de línea, extrajo su afilado cuchillo y se abalanzó contra la criatura desprevenida, segando su vida sin compasión.

La punta del cuchillo entró de abajo-arriba por un lateral, en un gesto seco que alojó la totalidad de su acero en el abdomen de dicho ser. La criatura gimió con su deforme cara insectoide, mientras los humores internos de la misma se desparramaban sobre el valiente fusilero de la Légion Plomb. Tras esto, la horrenda criatura cayó muerta al suelo.

La calle estaba libre. Podían seguir avanzando hacia el Templo.

No tenían claro si aquella noche sería la última. Todo apuntaba a que estaban condenados a morir allí, en aquella remota ciudad de monstruosidades hambrientas, pero algo les decía que en el interior de ese recinto sagrado, hallarían el corazón de aquella maléfica progenie, y que mejor forma de abandonarse a morir que golpeando donde más podía doler...

Si debían morir, lo harían peleando hasta el final, al menos Farrè, Lacroix, Barraud y Abeillut así lo harían. Descoteaux resultaba desconcertante. Lo mismo era capaz de agarrar una bayoneta y saltarse el sexto mandamiento, como inhibirse en un combate cerrado a vida o muerte.

¿Era tal vez el eslabón débil de aquel grupo de aguerridos supervivientes?...

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: El crítico en Cthulhu es al 20% del porcentaje. En caso de crítico, las armas que empalan (aquellas que se consideran perforantes: balas, flechas, espadas, puñales, pistolas de clavos, tenedor, palillo mondaddientes...) duplican daño.

XD

NO MARQUÉIS A VIVANT. NO ESTÁ CON VOSOTROS.

 

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13/09/2016, 18:44
Jean-Baptiste Lacroix

El teniente trastabilló después de soltar la patada. Cuando se puso otra vez en pie con el sable en mano dispuesto a destripar a otra de esas rameras,la rapidez de sus hombres le habían dejado sin más sangre que probar. Entre Abeillut y Barraud habían dado muerte a sendas criaturas, además con estocadas impecables.

Pero no había tiempo que perder, el resto venia detrás, y tenían que llegar a la iglesia.

-Vamos chicos, démonos prisa!

Le desconcertaba Descoteaux, no sabía si era una ayuda o un lastre, pero el teniente tenía la misión de proteger a los civiles, incluso con los farsantes servidores de la iglesia.

-Padre, movamonos rápido- Y el teniente se movió lo más rápido que pudo hacía su destino.

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14/09/2016, 11:21
Abeillut Sadar

Muerta la última de las criaturas, ya sólo quedaba continuar antes de que el resto les diesen alcance. Corrió Abeillut, siguiendo al teniente Lacroix, que trataba de tirar del sacerdote e impedir que se abandonase a la muerte.

- Siaserdote... ¡Vamos! - dijo, y tiró él también del Padre Descoteaux.

Tras de sí, la marabunta de horrores continuaba con su carrera. Debían llegar al templo lo antes posible, y rezar porque aquel lugar, a priori vedado por las mujeres de la ciudad, contuviese la respuesta a sus temores, y no fuese la cárcel donde se consumase su final.

Notas de juego

Pues lo dicho, seguimos corriendo hacia el templo, tratando de obligar al sacerdote a que continúe.

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14/09/2016, 12:03
Jean-Pierre Barraud

Cuando la última aberración hubo caído, Jean-Pierre recogió el mosquete del suelo y salió corriendo detrás del Teniente. Debían darse prisa en alcanzar su objetivo, pues ya casi se podían oír tras ellos los horripilantes gritos de aquellas criaturas que pretendían darles caza.

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14/09/2016, 13:44
Guardián

Tocaba correr más. 

Creían llevar horas de fuga, pero la realidad es que todo se había desencadenado demasiado pronto. Mientras corrían por aquellas calles que parecían desmoronarse a cada uno de sus pasos, los gorgoteos de aquellos seres parecían acercarse más y más.

Torcieron hacia la izquierda y luego hacia la derecha. Saltaron un muro ayudando al desconcertado sacerdote. Subieron más escaleras y buscaron con la mirada dónde se encontraba el templo. Llenaron sus pulmones en busca de aire que les propulsara en su agónica retirada. De repente algo chocó violentamente tras ellos. Giraron sus cabezas mientras sus pies seguían la rutina de una carrera que parecía no tener fin, y entonces lo vieron... Montones de aquellas deformadas mujeres, chocaron como una lengua de mal contra los tabiques de las casas de adobe que constituían aquella ciudad después de doblar una esquina de un callejón. Farrè se detuvo y disparó nuevamente su pistola, alcanzando a una de ellas que tras ser impulsada hacia atrás, fue fagocitada por el enjambre de terribles seres. A pesar de eso, continuaron con su vertiginoso avance.

- ¡¡VAYÁMONOS DE AQUÍÍÍÍÍ!!- gritó el alférez aterrorizado ante el enemigo. 

Corrieron hasta dejar atrás su mismísimo alma. Subieron interminables escaleras con la meta de tener un poco más próximo el templo, hasta que finalmente afrontaron el último tramo que los alzaría hasta la cumbre de la loma. Ya quedaba poco.

Súbitamente el ruido de una descarga de mosquetes, alertó de que allí se libraba una lucha...

Decidieron arriesgarse en el último embate y lo que vieron estaba fuera de todo crédito.

Coronando aquella cumbre, se alzaba un templo de grandes y majestuosas piedras, en cuya parte central se diferenciaba una enorme cúpula de cristal oscuro pulido. Aquello no tenía explicación posible... ¡¿Qué cristalero podría haber obrado tan fastuosa cúpula?! No había estilo arquitectónico capaz de explicar aquel edificio.

En la plaza que antecedía a la entrada del templo -la cual ya estaba abierta- estaba ocupada por decenas de aquellas criaturas, las cuales tenían sitiados a un par de soldados armados con mosquetes. El futuro de ambos fusileros era crítico, pues estaban completamente rodeados por las aviesas monstruosidades. Tras observarlos bien, reconocisteis a los soldados como guardaespaldas de Guerin...

¡¿Estaría Guerin en el interior del Templo?

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Todos una tirada de CON x5. Quien falle sufre 1pv por agotamiento de la carrerita...

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15/09/2016, 14:31
Jean-Baptiste Lacroix

Los cinco amigos, corriendo por su vida, casi desfallecidos, consiguieron llegar finalmente delante del majestuoso templo.

Mientras luchaba por llenar sus pulmones de aire, la visión le dejo asombrado. ¿Qué era toda aquella cristalera? ¿Cómo era posible? Aunque despues de todo lo vivido, decidio dejar esas preguntas en el saco de las cosas imposibles de explicar.

Entonces su mirada se posó en los dos soldados rodeados. Hombres de Guerin.

-Chicos...hemos de entrar en el templo...-dijo mientras respiraba agitadamente- No me gusta dejar a nadie detrás...pero esos hombres han sellado su destino. Han decidido seguir al loco de Guerin, ser traidores a la patria...ellos han decidido. Aprovechemos que las rameras están entretenidos con ellos para pasar...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Quitado PV.

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15/09/2016, 21:39
Jean-Pierre Barraud

Continuaron la extenuante carrera hacia el templo. Las terribles proporciones de la enorme cúpula dejaron a los compañeros con la boca abierta, a un tiempo horrorizados y asombrados.
A las puertas del edificio combatía un grupo de hombres pertenecientes al grupo de Guerin. Trataban de soportar las embestidas de las monstruosas mujeres.
El Teniente, entre jadeos, les instó para que siguieran corriendo hasta llegar al interior del templo, pues nada podían hacer ya por aquellos que habían decidido permanecer fieles a Guerin.
Haciendo un último esfuerzo y con la protesta de todos y cada uno de sus músculos, Barraud redobló sus esfuerzos para alcanzar de una vez por todas su objetivo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Estoy hecho un toro ;P

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15/09/2016, 23:11
Eugène Descoteaux

Descoteux corrió junto al resto de los supervivientes sudoroso, asustado y convencido que se dirigía camino a las mismisimas puertas del infierno. Cuando llegaron a aquella gran estructura de cúpula oscura el sacerdote abrió los ojos con horror.

- ¡¡¡¡ Hijos de Francia !!!!! He aquí las puertas del infierno. Utilizad vuestra fe como escudo y no temáis a hacer frente a los enemigos de nuestro señor. - exclamó envalentonando al resto de los supervivientes. A juzgar por el aspecto areciera que el temeroso sacerdote de Saint-Etienne hubiera perdido algo de cordura en aquella misión suicida a la que había sido arrastrado.

- Tiradas (1)
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17/09/2016, 11:30
Abeillut Sadar

Resistió el bereber la carrera sin sufrir las consecuencias: la adrenalina y la moral de su reciente victoria parecían haberle insuflado aliento. Al llegar a la entrada del templo, pudieron contemplar a los hombres de Guerín siendo rodeados, prestos a morir a manos de las mismas alimañas con las que se habían aliado. Nada dijo el bereber al respecto, pues las palabras del teniente habían dejado claro cuál había de ser su destino. Sin embargo, sí que sintió el apremio de llegar lo antes posible al interior de aquel lugar.

- Tienemos qui intrar ahí. - dijo, recobrando el resuello, Abeillut - El siaserdote Guerín seguro ahí dentro. ¡Viamos!

Observó la plaza repleta de criaturas, buscando con la mirada un camino que les permitiese rodear, y quizá hallar una entrada lateral que condujese al interior, evitando a los engendros del averno. Las palabras de Descoteaux sembraban el temor aún más, y Abeillut sintió el deseo de hacerle callar, incluso hizo el amago de taparle la boca, pero se contuvo: en tanto sus gritos no atrajesen la atención de las criaturas, no sería necesario silenciarle. Observó temeroso, buscando una alternativa...

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo hecha una tirada de Descubrir, para ver si logro avistar algún acceso lateral al que podamos llegar rodeando a la turba de mujeres-serpiente. También mantengo vigilado a Eugene, por si empieza a gritar como un descosido, taparle la boca e impedirle que nos delate (aunque se me ha ocurrido una maliciosa idea respecto a él xD).

También he dejado la tirada de Conx5, que supero (yeah!).
 

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17/09/2016, 15:01
Guardián

Aquellos seres parecían gatos con ganas de juguetear con un ratón. Podrían haberse abalanzado como una turba sobre aquellos superados soldados, pero prefirieron saborear la presa poco a poco, relamiéndose a medida que el temor se acrecentaba en aquellos pobres desgraciados. Ese hecho, actuó como distractor, permitiendo al grupo rodear una zona con un muro a medio derruir, cerca de cual crecía una hilera de olivos. Abeillut señaló en esa dirección dando a entender que era la mejor opción para cruzar aquel mar de seres arácnidos.

Lacroix se insufló de valor y surgió junto a Farrè abriendo la marcha. Ambos soldados, acostumbrados a tales menesteres se encaminaron sigilosamente entre las sobras proyectadas por los árboles. Tras ellos era el turno de Descoteaux y el guía bereber. Eugène se santiguó besando la cruz y se lanzó escoltado por Abeillut. El sacerdote jamás se había visto en una situación de dicho calado, pero los consejos del hijo del desierto, lograron conducirlo hasta justo el umbral de la puerta.

Finalmente, los cuatro hombres se giraron mirando a Barraud. El tirador de la Lègion Plomb era el encargado de cerrar la marcha. El franco-belga era experto en adentrarse en las trincheras enemigas y comenzó el tránsito con su habitual competencia. De repente, a medio camino, no se fijó en que uno de los olivos, poseía una retorcida raíz que emergía dobre la tierra. Barraud tropezó y cayó de bruces, quebrando el mosquete con su pecho. El ruido fue suficiente para alertas a un trío de aquellas criaturas, erguidas sobre la parte alta de aquel muro destartalado. El soldado intentó reincorporarse rápidamente, pero el golpe le había dejado casi sin aire. Cuando quiso darse cuenta, tenía una de esas criaturas sobre él forcejeando, mientras que las otras lo mordisqueaban sin piedad...

- Tiradas (9)

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Abeillut ha descubierto ruta. Se requerían tiradas de discreción. Las he lanzado yo para adelantar. La segunda tirada de Lacroix no vale (error). Sólamente falla Barraud por poco. Sucede lo que pone en la narración. He repetido la tirada de daño porque estaba mal hecha (La segunda es la válida)

PERSONAJE

P.VIDA

CORDURA

ESPECIAL

Jean-Baptiste Lacroix

2/11

70

 

Abeillut Sadar

10/10

29

 

Eugène Descoteaux

10/10

68

 

Jean-Pierre Barraud

11/15

75

 

Gerard Farrè

9/12

42

 

 

Situación crítica para Barraud:

Para poder escapar de las "novias que le han salido" tiene que hacer una tirada de Resistencia contra la criatura que lo tiene sometido. La bicha tiene fuerza 10 y él también, con lo que hay un 50% de probabilidades que se consiga zafar. Acto seguido, debes realizar una tirada de Suerte para conseguir dejar atrás a las criaturas sin que te ataquen.

En caso de fallar la tirada de Resistencia, tendrás una última oportunidad con una tirada de Suerte/2.

La ayuda externa como podrían ser disparos, retroceder para ayudar, atraerá a muchas más de tales criaturas.

NOTA GUARDIÁN (Lacroix): He repasado el daño en todas las escenas y creo que tras la carrera estás a 2, lo que supone que caes inconsciente hasta que alguien te ponga a 3 ó más pv o descanses unas horas. Revísalo si quieres, pero creo que estoy en lo cierto.

;)

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17/09/2016, 16:13
Jean-Pierre Barraud

Ya tenían la entrada al templo a la vista. Abeillut les hizo indicaciones para que diesen un rodeo a fin de evitar la reyerta que estaba teniendo lugar unos metros más adelante.
Barraud avanzaba cerrando la marcha, lanzando furtivas miradas a su espalda por si alguna criatura les seguía. Fue por este motivo que no se percató de una raíz que sobresalía del suelo y tropezó con ella, clavándose el mosquete en el pecho y rompiéndolo en el proceso.
Casi sin aire en los pulmones, trató de ponerse en pie. Mas, cuando casi lo había conseguido, un trío de aquellas repugnantes féminas le saltaron encima, atacando con saña.

Con los brazos extendidos, mantuvo a distancia las afiladas garras y los temibles colmillos hasta que, en un desesperado intento, reuniendo las últimas fuerzas que le quedaban, acertó con un rodillazo en el abdomen de la zorra que tenía encima. Sin tiempo para rematar, se puso en pie y emprendió la huída.
No obstante, los hados le fueron adversos. Sintió un dolor lacerante en un tobillo: una acerada garra le sujetaba, impidiéndole la retirada.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Paso la tirada de resistencia, pero no la de suerte (manda huevos). Por lo que has dicho, he interpretado que me la quito de encima, pero de algún modo no puedo seguir avanzando, ¿no?

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17/09/2016, 21:59
Guardián

Sin más, e impulsado por un instinto de supervivencia superlativo, el soldado propinó una patada a la mano que lo sostenía y emprendió la carrera. En la maniobra no tuvo consciencia de que había dos criaturas más a su alrededor, con lo que ambas se abalanzaron sobre el bueno de Barraud y comenzaron a darse un festín.

Las pistolas tronaron y las aberraciones que le robaban la vida cayeron inertes a los lados del valón que prosiguió la carrera sin mirar atrás. Sentía un profundo dolor que le arrancaba la vida, pero no podía desfallecer. Lacroix y Farrè habían disparado en pos del valiente soldado, pero eso había llamado la atención del enjambre...

- ¡¡Vamos soldado!!- gritó el alférez para alentar a Jean-Pierre, que corría mientras sus heridas no dejaban de sangrar como si fuera un becerro degollado. El muchacho de Namur, no perdió el paso y en esta ocasión, la suerte pareció estar de su lado y consiguió arrancar poniendo tierra de por medio, mientras decenas de aquellas féminas demoníacas comenzaban a correr en dirección a la entrada con la intención de interceptar al tirador.

- ¡¡Todos dentro!!- gritó Farrè y no dudaron en hacerle caso, pero... ¡¿Qué detendría a tal horda de monstruos?!. 

El oficial comenzó a cargar su pistola en un acto heroico cuanto menos. Llevaban varios en el funesto día que estaban viviendo. A su lado, el teniente de los Dragones Lacroix hacía lo mismo, mostrándole una sonrisa a su amigo. Si debía morir, lo haría rodeado de valientes. Abeillut aferraba con fuerza su flissa ante la ingente cantidad de aberraciones que se acercaba hasta ellos, orando a Allah para que no olvidara a su hijo. Por último, Descoteaux se arrodilló mientras con lágrimas en los ojos volvía a recitar versículo tras versículo de las Santas Escrituras. El final estaba próximo...

Barraud corría, pero las criaturas le recortaban la ventaja de la que disponía. Cuando parecía que iba a ser englobado por aquella miríada de alimañas, consiguió cruzar el umbral del Templo y todas aquellas criaturas se detuvieron en seco chocando nuevamente contra las paredes. Alguna de ellas entró en el recinto debido a la inercia, pero rápidamente se alzó y reculó hacia el exterior.

No querían entrar.

Suspiraron aliviados. Barraud se estiró en el suelo para recuperar fuelle. Lo habían conseguido nuevamente, pero esta vez habían estado cerca...

La vista de Lacroix se nubló. Las herida del teniente eran profundas y se habían reabierto volviendo a sangrar. Se tambaleó unos metros antes de perder el conocimiento. 

Aunque vivos, las cosas no parecían mejorar.

- Tiradas (2)

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN:

Acto seguido, debes realizar una tirada de Suerte para conseguir dejar atrás a las criaturas sin que te ataquen.

Has fallado te atacan las 3. Te hacen 8 puntos de daño. Casi te vas al suelo y hubiera sido tu final.

PERSONAJE

P.VIDA

CORDURA

ESPECIAL

Jean-Baptiste Lacroix

2/11

70

 Inconsciente hasta recibir atención.

Abeillut Sadar

10/10

29

 

Eugène Descoteaux

10/10

68

 

Jean-Pierre Barraud

3/15

75

 

Gerard Farrè

9/12

42

 

  

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19/09/2016, 14:25
Jean-Pierre Barraud

Reuniendo fuerzas de dónde no las tenía, Barraud emprendió la carrera en dirección al templo. De no ser por sus compañeros, que respondieron con eficiencia, habría caído allí mismo. Pero al final, fatigado, atravesó las puertas dónde, de momento, podían respirar a salvo, pues las criaturas eran reacias a acceder al recinto.
Con más heridas de las que era capaz de contar, Jean-Pierre se tumbó en el suelo para reposar un poco.
- Gracias, señores. Muchas gracias. - el sargento agradeció de todo corazón a los demás por haber acudido en su ayuda.
Instantes después, pudo ver por el rabillo del ojo cómo Lacroix caía, perdido totalmente el sentido. Con dificultad, el joven se incorporó y se acercó hacia su posición.
Le tomó el pulso y comprobó que era altamente irregular: necesitaba atención urgente.
Cada vez que realizaba el menor gesto, Barraud sentía un dolor lacerante que le recorría todo el cuerpo fruto del último encontronazo con las arpías.
Con desesperación pudo ver que él solo no iba a ser capaz de hacer que el compañero volviese en sí.
- ¡Ayúdenme, vamos! ¡Hay que taponar esas heridas! - gritó al resto para que sumasen sus esfuerzos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo siento...

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19/09/2016, 16:28
Gerrard Farrè

Barraud, experimentado en ese tipo de heridas intentaba infructuosamente detener la hemorragia del teniente Lacroix. Junto a él, Farrè observaba como el tirador intentaba obrar la imposible empresa de que la fea que poseía el dragón en su cuello y que fuera propinada por una de esas criaturas, cesara de sangrar. 

Pero aquel magma anatómico resultaba desconcertante y caótico para el tirador, con lo que el alférez nuevamente decidió tomar nuevamente el control:

- ¡¡Apártese!!- dijo dirigiéndose a fusilero. El tiempo de las florituras había acabado. Por mucho que comprimieran aquella herida, jamás cedería y la vida de Jean-Baptiste se escurría gota a gota. - ¡¡Vamos amigo, aguanta!!- Sin pensarlo cogió varios bolines de pólvora y los acercó hasta la herida. Luego provocó una chispa con el mecanismo de su pistola y todo aquello ardió escarificando la región dañada. Si conseguía sobrevivir, esa cicatriz le recordaría por siempre el terror que vivió en aquel remoto lugar. 

Lacroix abrió los ojos...

- Tiradas (2)

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Lacroix abre los ojos y cura 3 pv. También podéis intentar curar a Barraud.

PERSONAJE

P.VIDA

CORDURA

ESPECIAL

Jean-Baptiste Lacroix

5/11

70

 

Abeillut Sadar

10/10

29

 

Eugène Descoteaux

10/10

68

 

Jean-Pierre Barraud

3/15

75

 

Gerard Farrè

9/12

42

 

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20/09/2016, 14:49
Jean-Baptiste Lacroix

Corrían por sus vidas, la iglesia estaba cerca. Pero un par de esas rameras interceptaron a Barraud. El teniente y su amigo Farré se miraron el uno al otro, sin palabras, se giraron para ayudarle. No iban a dejarlo atrás.

Liberado Barraud, el grupo llegó a la iglesia, donde las mujeres no podían entrar. El teniente esbozó una sonrisa, luego llevó la mano hacia la herida que no paraba de esputar sangre y todo se volvió negro...

-----------------------

...el teniente despertó. Estaba tendido en medio del desierto.

-¿Estás bien Jean-Baptiste?- la persona que se interesaba por él y le alargaba la mano era su estandarte, su querido amigo Gerrard.

El teniente le dio la mano y se ayudó para levantarse. Estaba delante de todo el ejercito francés, su compañía estaba justo detrás de él, observándole con preocupación.

-Sí amigo sí... Creo que ha sido el calor. He tenido... -se tocó la cabeza con la mano, intentando recordar – He tenido un sueño de lo más raro, ahora apenas lo recuerdo...

Farré sonrió, mientras se volvía a poner en posición aguantando el estandarte.

-Pues amigo, céntrate que tenemos al mismísimo Corso de Francia! Y viene a felicitarnos por la campaña!

Con asombro, Lacroix solo pudo susurrar...

-Napoleón Bonaparte?!?!

Era cierto, la campaña en África había sido todo un éxito, el ejercito francés era imparable. De allí salían con más fuerza que nunca, ¡el mundo seria suyo!

El teniente se arregló el traje y se irguió mientras delante suyo Napoleón rodeado por el resto de mandos, empezó a felicitar al glorioso ejercito. Aunque algo parecía no cuadrar ....algo no va bien... a lo lejos, el cielo se oscurecía, una tormenta parecía coger forma.

-Cuidado tieniente, tormenta peligriosa sí. Yio avisar, sí.

Al lado de Lacroix, había aparecido el bueno de su guía bereber, pero ¿qué hacia ahí? No era el sitio que le correspondía.

-Tranquilo Abeillut, hemos ganado. Nada nos podrá vencer.

Mientras el teniente miraba con una sonrisa a Abeillut, el cielo se tornó oscuro. Vio como el resto de soldados empezaba a volverse polvo y éste salía volando hacia el cielo dejando ropas y armas caídas en el suelo. Pero no tenía tiempo para preocuparse, el corso acababa de gritar su nombre, era el momento de recibir su medalla. Mientras empezaba a andar, se giró hacia sus hombres. Todos se habían vuelto polvo que la tormenta arremolinaba como si jugase con ellos. Detrás solo quedaban Gerrard y Sadar, junto a Barraud y Descoteaux. Todos tenían las caras llenas de cicatrices, parecían más viejos.

...hay que taponar esas her... un susurro se escuchó proveniente del cielo, pero la tormenta arremetía tan fuerte que apenas se entendía nada. El teniente llegó delante de Bonaparte. Alrededor de él, el resto de altos cargos salía volando hacia la tormenta, caballos incluidos. Era como si unos tentáculos gigantes se los llevasen. ...¿Otra vez?... En un momento, la tormenta los rodeó. En medio de ella, en el ojo del huracán, solo quedaban Napoleón y Lacroix.

-Teniente Jean-Baptiste Lacroix! Por sus méritos en batalla, por su perseverancia en proteger a los civiles a su cargo, yo le condecoro con la insignia más poderosa del universo entero... -dijo Napoleón mientras se transformaba.

Creció hasta un tamaño desproporcionado, sus facciones eran la antítesis de las facciones humanas. Era un horror indescriptible. Lacroix no sabia qué era eso, pero tenía claro que era una especie de ser más antiguo que la vida en la tierra, un ser que se esconde entre las estrellas de más allá del tiempo y del espacio... un ser primigenio...

-Una vida de sufrimiento eterno bajo mi mandato!!

El ruido de la tormenta era insoportable, el aire y la arena le golpeaban en la cara rasgándole la mejilla y levantándole la piel, el viento huracanado empezó a mecerlo sin piedad. Entonces, escuchó una voz en medio de tanta locura:

-...Vamos amigo, aguanta!!!

Lacroix salió volando, perdido en el tiempo y el espacio....

-----------------------------

El teniente despertó. Todo había sido un sueño, la verdadera pesadilla era aquella, tirado en el frío suelo de la iglesia.

-Gra... Gracias amigos- musitó.

Pasaron unos minutos hasta que pudo incorporarse. Como si no hubiese pasado nada, se acercó a Barraud.

-Déjeme que mire esa herida amigo.

El teniente intentó devolverle algo de lo que había hecho por él. Le remendó como pudo la herida, parecía que había mejorado un poco.

-Ya está amigo- le dijo con una sonrisa. Luego se levantó y se acercó hacia Farrè. Con su mano, le apretó el brazo con fuerza.

-Gracias Gerrard, juntos hasta el final, eh?

Luego le soltó y se dirigió al mermado grupo.

-Bien amigos, olvidémonos de los rangos. En el aquí y el ahora todos somos iguales. El día de hoy decidirá el futuro de la humanidad, y por Francia y la tierra, que estas monstruosidades no se saldrán con la suya. Estáis preparados?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Lo siento...

y yo te lo pago, curandote...:(

xD

Sorry por el tochaco! estaba inspirado! ;P

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20/09/2016, 18:50
Abeillut Sadar

El final había estado cerca, acariciándoles con delicadas garras. La muerte había hecho acto de presencia una vez más, primero tratando de coger por la espalda a Barraud, a quién un despiste había estado a punto de costar la vida, y luego llevando al teniente Lacroix al borde de la muerte. El bereber había observado con temor el desplome de su superior, uno de los pocos amigos que habían sobrevivido a aquella enloquecida aventura. Cuando le vio volver en sí, no pudo contener un grito de alegría.

- ¡Tiniente! ¡Esta vivo! - gritó - ¡Vamos tiniente, nios tinemos qui dar prisa! ¿Si?

Abeillut observó lo que les quedaba a la espalda: habían sobrevivido a aquellas criaturas malignas, sí, pero eso no significaba nada. La muerte podía acechar en cualquier lugar, y sólo siendo raudos podrían evitar que aquella desgracia llegase a su final... aunque ni Allah sabía el modo.

- Tiniemos que continuar... siaserdote Guirín puede ser aquí, ¿sí?

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20/09/2016, 19:23
Jean-Pierre Barraud

Por suerte, sus compañeros mostraron una enorme habilidad y, eficientemente, lograron que Lacroix volviese en sí. - ¡Gracias al cielo!
Barraud se sentía agotado, con paso vacilante se aproximó al Teniente para interesarse por su estado; parecía que se recuperaba bien.
Irónicamente, Barraud, que no había sido capaz de detener la hemorragia del amigo Lacroix, vio como era precisamente éste quién atendía sus propias heridas. Mientras manipulaba los cortes que surcaban su piel, Jean-Pierre manifestó su sincero agradecimiento.

- Es probable que se encuentre aquí, sí. Desde luego, creo que allí fuera no estaba. - respondió el sargento a la pregunta de Abeillut.
Con gran esfuerzo, se puso en pie.
- No le falta razón, amigo. Acabemos con esta pesadilla de una maldita vez.