Partida Rol por web

-Se hace lo que se puede, Ben...+comento, al pasar, yendo detras de Leticia+... mi niña es bastante impulsiva, no esperes que se modere ni aun en una fiesta...

Miro a la joven que ya esta arriba y nos interroga... es atractiva. Sus ojos son bellos, podria contemplarlos largo rato... Con o sin el complemento del resto. Es raro que no los use en nosotros...

-... y le encantan los libros +añado, hacia ella, aunque continuo caminando tras la ravnos.+ Disculpala, en un momento me la llevo si te molesta...

Cuando llego junto a mi "novia", paso un brazo por su cintura, deteniendola.

-... Por favor, que estas buscando, querida?... Quien quiere leer en medio de una fiesta? ..+al decir esto, es como si recordara que la otra joven tambien estaba leyendo en vez de estar abajo. La miro intensamente, sonrriendo, a la par que aprieto las costillas de Leticia, indicandole que pare... por ahora+ Es decir, salvo que la fiesta le aburra. Es tu caso? Por cierto, mi nombre es Max...

Mientras se presenta, los ojos del Tzmise relucen... mientras con su auspex la estudia mas alla del bello fisico.

Adam se llevó la mano a la cintura antes de penetrar el muro de piedra que le separaba de la mansión de Falere. Sentir el peso de su arma le tranquilizaba, le permitía sentirse preparado para lo que pudiera venir. No le dedicó más que una mirada fría al nosferatu antes de pasar el muro. Él no estaba nervioso, ni asustado, más bien emocionado. Sus expectativas con respecto a aquel trabajo eran altas, y cada vez estaba más seguro de que las cumpliría: allí habría un baño de sangre, tarde o temprano.

Mientras las sombras hacían las figuras de los asesinos difusas al ojo mundano, se deslizaban por el patio, lejos de los ojos detrás de las cámaras. El sonido de sus pies rozando el césped era silenciado por sus disciplinas vampíricas, el poder inherente a su renacer como vástago de Cain. Pronto se separó de Rosco, contento de poder proceder a su manera. Le miró a los ojos por escasos segundos, y comprendió que tomarían distintos caminos.

Oculto por las sombras que parecían agolparse sobre su figura, ahuyentando las miradas curiosas, Adam avanzó con tranquilidad, aunque con la misma dosis de cuidado, por el patio. Viró a la derecha y un aroma a comida, que en esa etapa de su vida lograba asquearle incluso, le llegó a sus sentidos. Ignorando el olor, se acercó a la pared este de la casona, y buscó a cualquier indicio de vigilancia en aquel área. Una vez despejado el camino, prosiguió, y enfrentó la pared.

Un mal día para ser Falere...

El assamita se permitió sonreír de pura satisfacción. Podía sentir a su objetivo, oír el latido nervioso de su corazón, y ya vaticinaba la sangre manchando sus manos, el lento correr de la vitae por su garganta. Pero dejó a un lado sus fantasías y comenzó con su tarea. Buscó un punto de apoyo, y comenzó a trepar la pared hacia el techo.

Me acerco con cuidado a Ambrus y Angelo, mirando a su alrededor tratando de discernir si despertaron alguna sospecha y si hay novedades de alguno de los otros. Lo mejor será no dirigirles la palabra hasta estar seguro de que no llamaron indebidamente la atención.

Veo como una hermosa joven se acerca a mi. Parece interesada en nosotros, o al menos eso quiere aparentar frente al gangrel y yo. Con toda naturalidad cuelgo el teléfono y presto atención a sus insinuaciones.

Nada comparado con una joven tan hermosa como vos. digo para desenvarazarme de una conversación comprometida.  

El arte no es más que lo que la gente considera arte. acercándome a ella...

Con la mirada le señalo a uno de los camareros que llevan bandejas con bebidas.

¿Me permite traerle una copa? 

 Sonrio mientras mi compañero habla, esperando la respuesta de la dama.

Leticia, no ve nada de lo que busca, no a primera vista.

La mujer se levanta  y sonrie a Max, pero no a Leticia. Esta no es una biblioteca publica, así que a menos que tengan un permiso por escrito del señor Falere, deben irse ahora.

Ellos parecen estar tranquilos hablando con una mujer, no parece nada anormal.

Oh claro, me encantaria, sonrie. ¿tiene obras de arte donde vive?... sin embargo siento ser grosera. Y da la mano con armoniosa elegancia. Soy Roxete Meredith, mucho gusto..

Subes con total destreza al techo, el golpe es seco, pero casi inaudible cuando al fin estas ahí. Justo en ese momento, cuando caminas en el techo das con un golpe de suerte, sobre el techo hay una pequeña teja traslucida que deja ver que debajo de todo, hay un sujeto que esta al frente de 5 Tvs.

El silencio de tus disciplinas invade, pero algo de la expresión del hombre no te gusta, es como si hubiera visto algo. Esta tomando un telefono para comunicarse, pero se muestra angustiado al ver que ni siquiera escucha su propia voz.

Un destello de satisfacción cruza el rostro de Ben al escuchar la voz amenazadora de la guardiana de la biblioteca.

- Max, controla a tu novia...nos va a hacer quedar en ridículo frente a todos los presentes, mejor vamos por la autorización del señor Falere. Es la convención social y debe respetarla. -

Miro a la que parece ser la bibliotecaria y le hago un gesto de cortesía con una ligera inclinación de cabeza.

Leticia miró amable a la desconocida - ¡Oh!, disculpa, ¿no te ha dicho Falere nada? Supongo que estaría demasiado entretenido para ello - dijo con cara de inocencia - le comenté que soy historiadora y me dijo que su última adquisición era tan magnífica como... - miró de reojo a Max, y luego lanzó una mirada de complicidad a la mujer y bajó la voz a modo de confidencia - ...mi belleza - compartió con su oyente.

- Me dijo que podía echarle un vistazo cuando quisiera, pero como puede que no vuelva por aquí en mucho tiempo, me decidí a verlo ahora - concluyó.