Partida Rol por web

 Maldita sea, sabía que había una trampa

Leticia se ubicó a salvaguarda en uno de los recobecos del lugar, intentando pasar lo máximo que podía desapercibida.

Con la mirada, trató de localizar alguna forma de vida que le pudiera transmitir donde se encontraba con más exactitud.

 Espero  que valga la pena salvarte el trasero. Sólo lo hago porque nos puede ser útil. Digo sacando un latigo de sombra y  tratando de usar mi  latigo de sombra de dos metros para sacarlo del hueco.

Menea la cabeza, dejando que el resto lidien con el problema de la trampa. Lentamente, asoma la cabeza, mientras examina la habitacion que continua por su lado. Si no ve nada inmediatamente amenazador, avanza con cautela...

Sus sentidos estan bien aguzados ademas, de modo de reducir la sorpresa al minimo. Por otra parte, asi si los demas deciden saltar el foso, tendran mas espacio. Claro, no seria agradable saltar sobre una trampa para caer en otra...

Pese a seguir el mismo camino que Max, tengo la mala fortuna de caer en una de las trampas que Falere tenía preparadas en caso de "tener visitas". El suelo se hunde bajo mis pies sin darme opción alguna a reaccionar y cayendo sin remedio al foso. Pese a lo aparatoso del accidente mis lesiones no eran de mucha gravedad. Había caído sobre una lamina de pinchos estratégicamente colocados para matar al primer intruso incauto que la pisara.

Al caer y clavarme suelto un seco y sordo gemido de dolor...

Mi cuerpo en ese momento se ve ensartado por varias estacas. Las más profundas eran tres: una en el muslo izquierdo, otra por debajo de las costillas del lado derecho y por ultimo uno cerca de la clavícula izquierda. Por suerte no me había roto ningún hueso importante. 

Intento incorporarme para alcanzar la oscura y flagelante extremidad que me ofrece Ben para salir de allí...

Al voltear, observó la escena. No la hubiera notado sino se hubiera tomado la molestia de hacer ese gesto, pues no lo habría oído. Adam observó como Ángelo caía en la fosa, pero no movió un músculo. Más aún, volteó y oyó, prestando atención a sus alrededores aún más que antes. Por suerte, su sangre había servido para mantener el silencio. Aguardó a que alguien le siguiera a modo de refuerzo, y continuó.

Rosco se queda impresionado al ver el desprendimiento, el lugar evidentemente estaba plagado de trampas por el estilo y seguramente alguna probaría ser más efectiva.

Falere sin lugar a dudas podía ver las ubicaciones de las trampas utilizando su Auspex, ventaja que el grupo no disponía.

Habrá que ir con cuidado

Después de observar la situación señala al Giovanni lastimado, a Max y luego a sí mismo, después el pasillo de la derecha. Después engloba al resto con un gesto y les señala el de la izquierda. Sabe que no hace falta recordarles que vayan con cuidado, después de todo era evidente, además sería su grupo el que más riesgo corriese.

Con prudencia escuchas avanzas, escuchas el sonido de un quejido a lo lejos, y algo que  esta cerca. No hay animales a la vista, por lo tanto no estas segura de que existan o no animales cerca, aunque si quieres intentarlo. Los sonidos parecian humanos.

Cuando estas tratando de concentrarte una figura  conocida se presenta hacia ti. Es  Adam, el Assamita.

Caminas en silencio, tratando de ver que hay en el otro salón, que es lo que se mueve, y te sorprende que, en una esquina  con una especie de saco lleno de cosas (como un buen ratero) esta Leticia,  quien al parecer baja por una escalera oscura con precausión.

La parte que te ha correspondido en suerte es curiosa, delante tuyo, si miras a la  derecha, hay otro largo corredor. Notas que hay ciertas marcas en el suelo, producidas por el polvo, todo esta en silencio.

Adam miró hacia la retaguardia, pudiendo ver las señas que hacía el nosferatu. Asintió, más para sí mismo, y continuó camino, confiando de que el resto asumía posiciones en la retaguardia. Le tomó poco más que unos pasos notar la presencia de Leticia, avanzando lenta y silenciosamente. El corazón le habría respondido en otros tiempos.

Se acercó, buscando que su área de silencio alcanzara a la ravnos también. -Pst- chistó. -Estoy detrás tuyo, y nos siguen unos cuantos compañeros. No pueden oírnos, y ten cuidado, Ángelo cayó en una trampa hace pocos segundos. ¿Qué has visto?- dijo, al estilo telegrama.

Adam y Max se dividen por los caminos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Ben, de manera seria y casi de manera automatica logra sacar a Angelo de hueco. Sus ropas estan totalmente estropeadas, y su vitae desperdiciada. Cualquier medico se asombraria de sus heridas.

El silencio producido por el assamita llena todo, pero todos van por prudencia, luego de lo que le pasó al compañero.

La falta de sonido les pone a cada uno nerviosos.

El hueco cada vez  se abre más, dejandoles poco espacio para pasar al otro lado.

 Cuando logro sacar al sujeto y veo lo feo que ha quedado me río burlón, que bueno que los vampiros podemos curarnos , este sujeto parece tener el dinero suficiente para una cirugia plastica, ba igual, no la necesita. 

Max, voy por tu lado.

 Cuando logro sacar al sujeto y veo lo feo que ha quedado me río burlón, que bueno que los vampiros podemos curarnos , este sujeto parece tener el dinero suficiente para una cirugia plastica, ba igual, no la necesita. 

Max, voy por tu lado.

Ante la voz familiar, Leticia no pudo por más que detenerse ante el recien llegado. Soltando las cosas al suelo, se abrazó al cuello de manera afectiva, nunca se habría imaginado lo que se alegraría de ver a sus nuevos compañeros.

Con la voz en un susurro, respondió - ¿Estáis todos bien? ¡Qué alegría de veros! ... bueno, de sentiros más bien. ¿Cómo habéis llegado hasta aquí? - preguntó manteniendo el tono bajo.

No parece que este sea el sendero seguido por Falere, no se ven pisadas que deberian haber quedado en el polvo, asi como tampoco se percibe nada inusual...

Hago una seña a Ben de que espere un momento a la par que guarde silencio, mientras retrocedo y voy junto a Adam lentamente. Una vez alli, hecho un vistazo al camino que ha estado examinando, para luego llevarme dos dedos a los ojos y señalar hacia este, preguntadole con estas señas si ha visto algo...

-Por la puerta...- comentó, sin un atisbo de jocosidad, y señalando a sus espaldas con el pulgar izquierdo. Adam se había quedado congelado -aún más que sólo por su muerte- ante el repentino abrazo de Leticia. Más allá de su coraza, había un hombre solitario, y aquel saludo efusivo no hizo más que sorprenderle.

Max hizo repentino acto de presencia, y el assamita aún se separaba de la ravnos. Volteó para prestar atención a sus señas, y contestó negando con la cabeza. No obstante, se le acercó para susurrarle, por más de que estuviera seguro de que les esperaban por allí en algún lado.

-Leticia había tomado este camino. Creo que ella vio algo- comentó, en tono confidente, dirigiéndose a los dos. -¿No es así? ¿Cómo llegaste tú aquí?-