Partida Rol por web

Orgon apartó al guardia con un simple manotazo, dejando frente a él la puerta de los aposentos del rey. El enano lanzó una mirada decidida a sus dos compañeros y les dijo con voz grave:

-Un rey que solo sabe lamentarse y llorar, no debería ser digno de llevar corona.

Y con un nuevo empujón, abrió la puerta de la habitación donde estaba en monarca de aquel reino y entró buscando aquel hombre sin honor a quién habían robado la reliquia. 

El enano estaba completamente convencido que un líder debía ser capaz de lidiar con los peores momentos, siendo el ejemplo de temple y determinación para que sus vasallos le siguieran. Saber que el rey de aquellas tierras se refugiaba tras las puertas para sollozar como un cobarde, ya decía mucho de él. Y para Orgon, no era nada bueno. 

En este momento, la voz que antes estaba llorando pone ahora tono indignado y te dice:

- Eh!! No sabes que colarse en los aposentos del rey sin permiso previo está legalmente prohibido? Ahora verás!!

¡¡Y, Orgon, intenta echarte la puerta en los morros!! ¡¡Las puertas se te echan encima!!

Tu única esperanza de esquivar la puerta y que no te dé un golpe es echarte para atrás (es imposible colarte para adelante; sin duda se te enredarían las puertas en mitad del cuerpo y podrías hasta morir). Por lo tanto, Orgon (te dirijo automáticamente), debes echarte hacia atrás para que las puertas al menos no te den en la cara.

Orgon, tira una tirada destreza+1 (es fácil esquivar las puertas, aunque no seguro del todo). Hazlo así: tira 1d20, resta 1 a la tirada y compara el total con tu puntuación de destreza; si sacas igual o inferior a tu puntuación de destreza, esquivas la puerta por poco pero la esquivas con tus puntuaciones intactas; si sacas mayor que tu puntuación de destreza, la puerta te golpea con algo de brutalidad y sales disparado hacia atrás (por el golpe, pierdes 1PG).

En cualquier caso, las puertas van y se cierran, ¿con el candado puesto? ¿Qué váis a hacer ahora?

El tiempo sigue su curso...

Tal vez justificara toda aquella tensión el que acabaran de asesinar a otros compañeros suyos, y la situación en que se encontrara aquel reino, pero aquella suerte de sucesivos problemas en cada lugar que atravesaban transmitía la agresividad de los pobladores de aquel lugar. Y todo consistía en barreras. Puertas.

Primero el conflicto con la guardia en la entrada del castillo y ahora un enajenado golpeando con una puerta al arisco enano.

.-¡Cuidado Orgon!-.

Dice al ver como va a llevarse un humillante portazo en las narices, y es que todo aquello ya excedía los limites de lo razonable. Y una irritación creciente iba acumulándose en el guerrero por cada minuto que trataban con las personas de aquel reino de energúmenos.

Orgon esquiva de un muy ágil salto a la puerta. Bravo!! Ha ganado 10 PE (Puntos de experiencia) por su gran agilidad. Recuerdo o hago saber que, segun una norma ya escrita (no bromeo) los puntos de experiencia nunca pueden disminuir (aunque los incrementos de experiencia pueden disminuir sin terminar siendo al final una resta). Bueno... Así pues, estos 10 PE se suman a los 4.000 en cierto modo regalados porque eres de nivel 3 (si fueras de nivel 1 tendrías 0 PE al inicio). Ahora tienes 4.010 puntos.

Al cabo de pocos segundos, no obstante, se abre la puerta y la misma voz (la del rey, como ya sabéis), dice:

- Lo siento, pero también pudisteis llamar antes de entrar, ¿no creéis? Bueno, da igual. Es que estoy muy alterado, en esto no bromeo. Snif!!! Bueno, si queréis entrad, pero no servirá de nada... Ay, por todos los dioses...

O es un rey pusilánime, o lo que le ha pasado le ha afectado mucho. La puerta está abierta, pero su interior es bastante oscuro... pero no hay ninguna duda que hay al menos una persona dentro, el rey mismo...

Os invita a entrar. Teóricamente no es ninguna trampa, pero... ¿Vais a entrar, o váis a hacer otra cosa?

El tiempo pasa...

Tras aquel recibimiento tan abrupto, al enano se le quitaron todas las ganas de volver a entrar en la sala donde supuestamente estaba el rey. Aquel hombre le había caído a las suelas de sus botas por lo poco honroso que se mostraba como líder y dirigente de un país. Y escucharlo sollozar solo ponía de más mal humor a Orgon.

Haciendo un gesto de invitación, se dirigió a sus compañeros:

-Veo que mi entrada no le ha gustado al rey. Adelante, iré tras vosotros. Predilecto, tu que hablas tan bien, podrías encargarte del parloteo, no crees?

Steligad asiente al comentario del enano. Al fin y al cabo Predilecto es noble, y eso piensa que pesa para el rey en el trato. Los sentimientos eran comunes con los de Orgon. Una hostilidad disimulada por el trato recibido y un desprecio por la debilidad del rey. Ya había oído hablar de aristócratas, que por su vida sencilla y falta de dificultades se afeminaban. Esto era más propio de reyes y nobles por derecho de nacimiento, que no se habían forjado por si mismos su posición.

En estos momentos resuena una voz de dentro de la habitación semi-oscura dice:

.-Venga, chicos, entrad, que hablaremos, aunque no sé porque, porque dentro de una quincena nuestro planeta habrá desaparecido. Buaaa!! Entra tu también, guardia. Y perdonad por el golpe de puerta de antes.-.

Sus palabras son sinceras. Os lo prometo como director.

Y pasa el tiempo...

Orgon, viendo que Predilecto se quedaba mudo y sin saber qué decir, decidió actuar sin dudarlo un segundo.

Le habían enseñado que, si querías conseguir algo, debías avanzar a conseguirlo y no dudar ni un segundo. Y no es que el enano deseara tomar parte en aquella misión, pero sí que el ímpetu de utilizar su arma de nuevo y sentir la sangre hervir a causa del combate le hacía tomar la iniciativa frente a propuestas algo más diplomáticas.

-Rey, habla y explica qué ha sucedido.

Como siempre, tan agradable para establecer una buena conversación.

Los tres héroes de la misión (dirijo automáticamente) entran en la sala donde está el rey triste. Observan que en la sala no parece haber nadie más (a menos que esté escondido).

Le enseñan al rey el salvoconducto y les explican que estan encargados de buscar la trompeta del terror. El rey se enjuaga las lágrimas y dice:

- Bien, señores, sepan lo siguiente. Yo soy siempre quien usa la trompeta del valor contra los orcos, y siempre la llevo en los combates, donde demuestra ser muy eficiente. Cuando termino de usarla, siempre voy con cuidado de guardarla en la mazmorra del sótano, cerrada a cal y canto con un candado.

"Pero antes de ayer descubrí que alguien robó la trompeta sin forzar en absoluto la puerta, cosa imposible para nadie salvo si tiene una llave.

"Yo tengo una llave y también la tienen mi hijo y mis tres ministros, pero nadie más.

"Resulta que recientemente descubrí, y son ustedes los primeros a quienes se lo cuento, que la trompeta del valor, segun creen los orcos, también les servirá a ellos para dominar a otras criaturas; pero, segun también descubrí, si un orco intenta utilizar la trompeta del valor esta puede estallar por una fuerza gigantesca. Debemos impedir que el jefe orco intente utilizar la trompeta o puede ser el fin del mundo tal y como lo conocemos.

El rey puede que no diga toda la verdad, pero en todo caso no miente.

Termináis de escucharle, y ahora ¿qué hacéis? Quizá deberíais ir a hablar con el príncipe o con los ministros...