Partida Rol por web

Y de repente como una visión recuerdas perfectamente a este hombre. Lo habias visto antes, estas completamente seguro de ello y es más, podrias decir exactamente cuando lo viste. Era una época lluviosa hace unos pocos meses y viniendo en carabana con tu amo viste que se acercaba una comitiva de caballos por el paso,  de la carroza  recuerdas  que este hombre se asomaba y te miraba. Pero la mirada no era especial, era como quien ve a cualquier persona. Recuerdas que tu amo les ofrecio escoltarlos hasta cierto punto (aprovechando que iban justo por esas tierras) y una vez llegaron a ese lugar cada quien tomó su camino.  Es más dos dias despues recuerdas verle en las calles del poblado cercano a los dominios de tu amo... sí a este señor ya lo habías visto antes.

Me quedo mas tranquilo al saber que realmente no era una broma aquella invitación hacia mi persona y regreso a tomar asiento nuevamente. No digo mas nada y vuelvo al juego de cartas,esperaría que me diesen el mazo para poder continuar con la explicación del juego .

Estas seguro que esa cara la recuerdas, ese hombre Lothar había pasado por el lugar donde vives, es más si bien no estaba vestido de manera especial por alguna razón le recuerdas pasar junto con otros hombres por el mercado cerca del rio, un día que cruzabas el  lugar para ir a tu recidencia. No recuerdas más cosas, pero sí estas seguro que lo habías visto antes.
 

A este hombre lo recuerdas bien, ese tal Lothar ya lo habías visto antes y fue realmente fortuito. Recién herido en combate y luego de semanas de sentirte mal unos monjes te ofrecieron ayuda para curarte, era una especie de "hospital"  muy básico donde permaneciste un par de semanas. Recuerdas que en el lugar donde había muchos más enfermos solían entrar distintas personas nobles, muchas de estas entraban como donantes y solían cubrirse el rostro pues decían que se iban a enfermar, una de esas personas que acompañaba a un noble era este señor. No parecía especialmente indispuesto por el ambiente. Pero realmente lo viste poco, justo después dormiste.

Levemente reconoces el rostro de este hombre. Si bien no estas totalmente seguro te parece recordar su rostro en un oficio religioso que se dio en la iglesia de un pueblo en el que estabas haciendo trabajo pastoral. La misa no la ofrecías tú, sino un sacerdote local que reunía a los pobladores. Como estabas de paso no conocías mucho a sus gentes, pero si le recuerdas con la claridad del día sentado escuchando el sermón... la verdad no estás muy seguro, esperas que tu memoria no te falle.

Reconoces a este hombre, luego de hacer memoria estas seguro  que lo viste en alguna oportunidad hace unos meses. Luego de una batalla,  se dispusieron ir a la posada para beber y  disfrutar del placer de las mujeres y recuerdas verle pasar con su caballo muy cerca de ustedes. Posiblemente lo recuerdas porque el caballo que tenía era realmente hermoso. Luego de que saliste de la posada ya entrada la noche, lo viste cerca conversando con otros hombres.  Eso fue cosa de dos meses, o un poco más, no estás seguro.

El hombre que estaba en la posada procede a responder el asunto asociado a la dama que esta hablando

" Por favor señor Lothar le agradeceré exprese mis saludos al señor Guiovanni y me ayude a resolver discreta y simplemente el tema relacionado con mi recién difunto marido "

El señor Guiovanni conoce la situación en particular Duquesa, y  estoy seguro que  personalmente podrá indagar sobre esa cuestión que tanto le preocupa.

Responde de manera cortez dejandole la responsabilidad a su amo sobre la diligencia.

-Sir Lothar permitame unas preguntas: exactamente...¿cuando nos llevara el cochero a la casa del señor Giovanni?

¿Cual es el rango de su amo? Me gustaria retirarme a mis aposentos y estar mañana adecuadamente aseado, ademas de saber como debo dirigirme exactamente al señor Giovanni

Señor Mcornagac, el señor Guiovanni es quien Gobierna estas tierras, ha recibido el título de Conde y Caballero. Un hombre con fortuna y poder, estoy seguro que sabrá como presentarse ante él. Dice de manera elegante. El coche pasará por todos a las 5 de la tarde, antes de que caiga la noche para llevarles a la cena.

Dice mirando al hombre que esta a su lado.

Roderigo  deberás estar puntual, ¿lo entiendes?

Si señor, dice el hombre de manera muy cordial, será un placer recogerlos el día de mañana una vez hayan descansado y se hayan preparado para el evento.

Dice a todos.

Mi coche estará puntualmente frente a la posada.

La última mujer en llegar  tras esa introducción contesta en voz baja a quienes le habla.

Gracias por su saludo señora- dice la joven  de manera simple haciendo una venia, mientras responde bajo pues al parecer no quiere opacar al mayordomo- Soy Marianna sobrina del Marquez de Sweon para servirle, agradezco sus palabras y cuando sea conveniente conversaremos más a fondo, estoy algo cansada por el largo viaje, así que esperaré un poco antes de ir a mis apocentos.

Y  hace un saludo al noble Baroti, gracias señor, es un gusto conocerle y agradezco su ofrecimiento.

Inevitablemente, el siervo de quien deba ser nuestro anfitrión, me produce una sensación extraña acompañada por un velo de sospecha. Durante toda mi vida, desde el momento mismo de nacer, todo aquel con quien me cruzara insistía en la terrible desconsideración que suponía andar... cómo decirlo??? Olisqueando al prójimo.

Es por ese motivo que a lo largo de mi existencia traté de corregir y disimular ese comportamiento en mi innato... Y ahora aparece este, Lothar, y hace lo mismo que siempre he intentado evitar: Nos huele, a todos y cada uno de nosotros quien sabe si buscando algún aroma o fragancia reconocibles, acaso algo que delate nuestras intenciones? No sé porqué nos escudriña de esa manera pero como cualquiera de los presentes me siento evidentemente turbado, invadido en lo más profundo de mi ser, violado, manoseado como si de una puta barata me tratara.

La suspicacia que Lothar evoca me hace retroceder a un lugar pretérito en el que lo reconozco: Si, me resulta familiar, ya nos hemos visto antes...

Sea como fuere, y consecuencia de las cuestiones planteadas por uno de los cojos que hay en la Posada, se desvelan ciertos asuntos de carácter más práctico de la invitación: Mañana por la tarde nos pasarán a recoger.

Con esa sombra de sospecha, y manteniendo el ramo bajo mi brazo, me dirijo hacia mis aposentos, a descansar y pasar la noche lo más tranquilamente que pueda.

Sus ojos miraron con extrañeza al tal Lothar que acababa de llegar, sus conocimientos sobre él eran elevados y eso como buen profesional en lo suyo le escamó. No pasan los años en un negocio como el suyo sin hacerse enemigos, por eso tenía cuidado cuando alguien sabía más de él, de lo que él sabía del otro.

Tras eso, se mantiene atento y comienza a recapitular mirando a los presentes y valorando la información dada por aquel hombre. Teniendo en cuenta la situación y viendo lo que puede saber de él, quizás sea una información interesante lo que ha dicho del resto de personas, que al parecer le acompañan en aquella estancia.

- ¿Hasta mañana debemos permanecer aquí? ¿Es así no? - Aquella fue la única pregunta que hizo mientras continuaba mirando fijamente al tal Lothar.

Giuliano comía pausadamente cuando la viuda Sforza se acercó a su mesa. Con una sonrisa beatífica, el fraile contestó a la mujer:

— Siéntese, por favor, hija. Y que el Señor la guarde en su seno.

Mientras la dama charlaba con el mercenario, el franciscano se dedicó a terminar el humilde plato que le servía de cena, mirando de reojo al otro monje. Fray Clemente parecía retraído, huraño, con el ceño fruncido asomando bajo la sombra de su capucha.

Nuevos comensales arribaron a la posada y, entre ellos, un enviado del señor de Stavlaquia: su mayordomo, sir Lothar. El hombre emanaba autoridad y la confianza de un noble andando por sus propias tierras. Uno a uno, el mayordomo fue presentándose y saludando a los presentes, haciendo evidente quiénes entre los clientes del mesón habían sido invitados por Claudius Guiovanni. Cuando llegó el turno de fray Giuliano, sir Lothar tomó la mano del fraile entre las suyas, con un apretón suave pero quizás excesivamente longevo.

— Bienvenido seas, oh hermano Giuliano Piccolomini —le saludó con una voz cálida y aduladora—. Es un honor para esta casa recibirle. Mi amo se siente honrado por tu presencia, y espero que la gracia de tu sabiduría pueda iluminar la casa y los dominios de mi señor.

— Pax in domo tua, hijo —respondió el sienés.

El rostro del franciscano se mantuvo cándido y afable, pero al darse la vuelta sir Lothar a saludar a otro de los invitados, los ojos del monje se entrecerraron levemente, como si se esforzara en recordar dónde había visto la cara del mayordomo con anterioridad.

Mientras el resto de los presentes seguían con sus conversaciones, fray Giuliano se acercó al monje benedictino, susurrándole algo.

— Si no le molesta, hermano Clemente, me agradaría que aceptara compartir conmigo los rezos de Completas —le susurró el franciscano—. Quizás podamos luego charlar sobre estas tierras y el estado de la Fe en el feudo de don Claudius Guiovanni.

Sin nada mas que decir, tras jugar un rato y volver a preguntar el nombre de los presentes para asegurarme de acordarme, me retiro a mis aposentos a dormir, no sin antes fijarme en que no soy el unico que mira a Lothar con cierta suspicacia.

Por la mañana pedire agua caliente para asearme, y luego bajare a desayunar

Notas que el hermano Clemente te mira y murmura diciendo: Espere un momento hermano, este no es un buen momento, debo hacer algo antes, debo hacerlo. Sin embargo cuando parecia que iba hacer algo  un evento llama a todos la atención, y hace que él deje de hablar.

Señor Lothar, por favor- dice el hombre parandose  al frente de él  diciendo en voz medianamente alta- Mi nombre es Paul,  sé que el señor Guiovanni necesita hombres para su ejercito, y he venido a presentarme de voluntario. Dice con propiedad. Señor a pesar de estar herido, soy un buen trabajador y estoy seguro que podré servirle bien.

Este hecho es evidente para todos, pues el hombre habla en tono de suplica.

¿Tú?, ¿soldado?....- dice el hombre mirandole la pierna- ¿qué te hace pensar que el señor Guiovanni emplea a tullidos?, ¿acaso que recomendación tienes para asegurar que podrás  ser un buen soldado si ni siquiera te mueves bien?

Dice el hombre mirandolo de manera desagradable.

¿acaso que señor te recomienda?... no creo que haya espacio para un hombre estropeado como tú.

Señor, le suplico, deme una oportunidad, dice hablandole mientras miraba a todos los presentes como pidiendo ayuda, mi familia depende de mi, seré un buen empleado..

Se muestra asustado, parece pedir con la mirada que le apoyen.

El hombre se te acerca  mientras Lothar esta hablando con el soldado tullido y te murmura. Estoy seguro que el señor iba a responderle, pero al parecer le han interrumpido- dice el de manera muy amable- la respuesta a su pregunta es sí,  deberá quedarse en la posada  durante la mañana y tarde, estoy seguro que el señor Segismundo lo atenderá bien..