Partida Rol por web

          Cuando pudo despertar del silencio, la oscuridad y reconocer que se encontraba aun en la terraza junto al demonio que debía ser el tal Leopold Valdemar, quien debía de haber generado algún tipo de encantamiento sobre de ella, porque no solo no corría ni gritaba aterrada de él, sino que deseaba seguir le de vuelta a la mesa agarrada de su brazo, pero con una expresión aterrada cuando tomo asiento de vuelta junto a él notó que los demás viajeros con los que había llegado habían sido alterados por cada uno de los anfitriones de alguna manera antes de regresar a la mesa, entonces cuando pudo articular palabra después de que las lágrimas contenidas fluyeron por sus mejillas susurró mientras que sus manos se aferraron fervientemente al rosario que colgaba de su cuello antes de decir:

           " Al parecer todos debemos haber tenido deudas pendientes con dios y nuestros hermanos, porque la oscuridad nos rodea y esta apunto de ceñirse sobre nuestras almas ... por favor Fray Giuliano rece por nosotros y nuestros seres queridos, que yo lo haré por ustedes "   

            Entonces con todos los modales que pudo mostrar la duquesa Maria Borgia, viuda de Sforza bebió un sorbo del vino y devoró un poco la comida frente a ella antes de voltearse hacia señor Giovanni con toda la valentía y auto-control de los que pudo ser acopio, aunque al final miró de reojo al caballero sentado a su lado dubitativa:

            " Muchas gracias por todas sus bellas atenciones, pero disculpe me nuestro querido anfitrión, así como ya le había dicho antes debo retirarme a las habitaciones que me designe para descansar porque ... mi luto ... me exige que me restrinja una fiesta como esta .. y no quiero limitarlos a ustedes ... por favor ... sino únanse a mi rezo antes de comer ... Padre nuestro que estas e el cielo ..."   

El hombre que esta al lado de la Duquesa se levanta. Oh madame,  claro que espero se quede- dice mirandote a los ojos de manera clara- disfrute de la velada y  deje de lado el papel de viuda dolida.

En ese momento  le dice en tono de orden. Sientese y disfrute de la cena.

En ese momento la duquesa por más que desea irse, siente que no puede hacerlo. Por más que quiera la orden del extraño hombre a hace sentar como de manera pesada mientras muestra una  cara de susto, y en esas se escucha la voz de otra mujer.

Se da un silencio incomodo luego de eso, los "anfitriones" parecen divertirse.

A medida que los platos van pasando y comienzan a comer,  la mujer de elegante vestir grita de manera alegre: !Un brindis!, !Un brindis a este anfitrión por tan honorable cena!!

Se levanta- Un brindis  por el lider que ha sabido darle sabor a nuestra cena

Un brindis por quien es lo bastante inteligente para atacar su propia sangre a nuestro beneficio. !Por Claudios Guiovanni y por la destrucción Japhet hijo de Cappadocius!!!

Los demás anfitriones aplauden y  gritan !Que hable!, !Que hable!!

Claudius se levanta y pide silencio. La alegre concurrencia tarda un poco en callar, y de repente comienza hablar de ciertos asuntos que para todos ustedes son desconocidos.

"Bienvenidos, Bienvenidos amigos mios" - sonrie- "Otro año ha pasado y la conspiración de Isaac esta a punto de alcanzar la victoria. !Vuestra inquebrantable devoción a la causa nos ha llevado a la oportunidad de hacernos con el poder y la riqueza de los Capadocios! Estoy impresionado y esta noche trataré de recompensar tanta fidelidad... lo que nos lleva a nuestros invitados"

Los mira a todos ustedes con una sonrisa.

"Bienvenidos  vosotros que son nuevos en nuestras filas. Hablemos del sustento. Hablemos de la extracción de la vida que nos alimenta"

Señala los suculentos platos en la mesa.

"El aroma de la buena comida excita y realza el paladar, y hace que consumirla sea más gratificante. ¿Podeis olerla?, ¿no hace la creciente anticipación que la comida sea más y más apetecible?. He aquí la diferencia entre el patan campesino que debora el pan como una bestia, y el refinado paladar que requiere una comida tan exquisita: La anticipación. Las circunstancias de la comida son tan importantes como la comida misma. La consunción de un acto sagrado y cada gota debería ser memorable"

"Solo debe elegirse la mejor comida, debe ser atendida, preparada, el consumidor ha de tener una relación con su comida, entonces cuando muerdes un pedazo de carne vale toda la sangre que derramas"

"¿No estan de acuerdo nuestros invitados?"

Dice mirandolos a cada uno de ustedes como esperando una respuesta pero a pesar de eso solo hubo un gran silencio. Entonces  Claudius Giovanni mira a Lothar y a la cocina, en ese momento la puerta del lugar se abre y dos criados entran a la sala tirando de una gran y ruidosa oveja atada con un lazo de seda. La oveja tira tozudamente en dirección contraria.

"Tiene espiritu" dice el hombre hacia ustedes "que distinta de su raza.... Bien, invitados, aquí esta vuestra cena"

Los mira a todos, mientras recibe una hacha de un criado. ¿quien de vosotros tendra el honor de la matanza?

Dice preguntando si alguno de ustedes se ofrece a sacrificarla.

Todos estaban un poco asustados,  incómodos o cansados... o eso me parecía. 

La viuda quería irse a descansar, pero su acompañante la convenció de quedarse. Los demás,  extrañamente callaban y comian. ¿Acaso era yo el único que disfrutaba de la cena?

Reconozco que el señor Casmir era un poco excéntrico,  pero... que maestro no lo es? Aun así le mire intrigado, intentando  comprender el porque de los demás. 

Tras el brindis, las cosas me cuadraban algo más.  Aquello parecía una asociación secreta, por las palabras del señor Giovanni. ¿seríamos Nosotros acaso los nuevos reclutas? Ahora me cuadraban más las "pruebas" de mi compaleo Lord Casmir.

Cuando habló el homenajeado todo se volvió más lugubre. No entendí demasiado de sus asuntos. Extravaganzas de ricos, pensé. Pero cuando nos invitó a degollar Al cordero no pude evitar negarme. No me gustaba  matar animales, pero menos me gustaba  pasar desapercibido, y viendo la ...desmotivacion? De mis otros compañeros... quien mejor que yo?

-Yo mismo, mi señor. Es lo que menos puedo hacer tras tan grata comida y compañia-

Dije levantando mi copa de vino nuevamente tras el brindis del anfitrion, pensando que seria algo así como un ritual de iniciacion para  entrar en la secta.

      Tras recibir la orden de Lepold Valdemar la duquesa recula, pero trata de hacer parecer que no debido a la presión del caballero sino a su propia decisión, tras limpiarse una lágrima con el pañuelo se acomoda con la mayor seguridad y aplomo que pueda mostrar ante los demás, para tratar de mantener ante ellos la autoridad que le da su posición nobiliaria:      

      " No será necesario que vuelva insistir caballero, porque es para mi un placer disfrutar de esta velada y de su interesante compañía, mas que dejar de lado mi papel de viuda dolida, haré a un lado mi dolor ante la posibilidad de integrarme esta noche con el señor Giovanni, usted y sus amigos viendo hacia el futuro " 

      Entonces toma asiento, escucha las palabras de Lady Jadviga y del señor Giovanni, haciendole pensar que ellos estaban allí para festejar un plan tramado desde hace tiempo para destruir a un tal Japhet, miembro de alguna sociedad secreta ... que parecía ser alguien acaudalado y poderoso por lo que junto a la mayoría la mujer noble levantó su copa y bebió de ella con mayor sotura, entonces trajeron un cordero vivo para matarlo allí mismo con la intención de comerlo, lo cuál le pareció a la duquesa Borgia un poco sangrento y fuera de lugar, pero para su sorpresa Miguel se ofreció para hacer la matanza del animal allí mismo, fue entonces que la mujer se volvió a poner de pie para decir:

        " Damas y caballeros aquí presentes, por favor recemos por la anticipación de nuestro anfitrión.  Porque esta comida sea un acto sagrado y cada gota sea memorable"

         Entonces medita las últimas palabras dichas por el mismo señor Giovanni, se pone de pie lentamente, comienza a temer en verdad por su vida y la de los demás invitados a quienes mira realmente aterrada antes de decir y tratar de esconderse debajo de la mesa:

        "Solo ha elegido la mejor comida, la ha atendido y preparado; los consumidores ... han tenido una relación con su comida, entonces acaso somos el pedazo de carne que vale toda la sangre que derramen? ¿Nosotros somos el cordero que se sacrificará esta noche? "  

Todos los asistentes anfitriones  se  rien con fuerza cuando habla la duquesa quien no tiene pelos en la lengua pero su actitud es grocera a la vista  de los presentes, pues ha interrumpido el discurso del señor Giovanni, sin embargo muchos de ustedes que no pueden hablar  valoran su valentia.

Miguel esta un poco nervioso porque le pasan el hacha y el procede de un golpe  rápido  en matar al animal.

El  dueño de casa procede a tomar dos copas y  llenar con sangre  ambas. Y le ofrece una  a Miguel y le dice: Saborea la matanza- ofreciendole la misma.

Al ver esa escena, no puedo más que empezar a rezarle a Alá. Era peor de lo que había imaginado: estas personas no solo tenían planes extraños para con nosotros, sino que además eran brujos o cosas peores. ¡Por Dios, estaban a punto de sacrificar una oveja! ¿Cómo es que nadie decía ni hacía nada? ¿Cómo es que todos asentían sin preocupación? Uno de nosotros incluso se ofrece a ser el verdugo. ¿Es que no se daba cuenta de que todo era una ironía?

Intenté de manera desesperada moverme para alcanzar el pomo de mi cimitarra, pero la brujería me seguía atando a la mesa. Este sería mi fin, lo sabía, siempre lo supe y no hice nada. ¿Qué estaba pensando?

Al despertar no podìa creer aquello,seguìa vivo pero no me podìa mover,algo,un especìe de encantamiento me tenìa atado a la silla pero no habìa cuerdas,era un maldito hechizo y de seguro que ese tal Gabril tenìa algo que ver,veo que los demàs siguen en la mesa pero mis ojos revelaban el fuego de venganza que ardìa en mi interior,era un fuego que solo la muerte podrìa apagar si es que lo podrìa hacer.

Mientras la Duquesa y el otro sujeto extraño hablaba,mi mirada iba y venìa del banquete,mi olfato apreciaba el buen olor de la comida que se estaba sirviendo delante de mis ojos,si bien comìa ahora si como me habìan enseñado en el convento el padre ese que hace años olvide su nombre,de cuando en cuando mi mirada volvìa a Gabril para no perderle ni por un segundo el rastro.

Luego de acabado el discurso del dueño del castillo y de terminar de cenar,dije:

-Todo muy lindo Señor Giovanni,pero que me diga que me unire a sus filas no me convence,¿cree realmente usted que haré lo que me mande asì porque si?,veo entonces que no me conoce en lo mas minìmo y que lo que escribiò en su carta es una gran mentira,no conoce nada de mì y piensa que por su lindo discurso moveré mi culo!!! pero no pienso hacerlo vejete!!! que te den!!! si supieras un minìmo de mi historia sabrìas que todo este teatrito que montaste no sirve para convencerme,lo ùnico que me convence es dos buenas bolsas de vil metal dorado real o por lo menos 7 de ellas.

Ademàs yo no soy un aristócrata o un soldado como tienes entre los invitados,no yo soy un ladrón y un espìa,mi trabajo es completamente otro,y creo que no me necesitaras para nada.

Dicho esto bebo un poco de vino tinto y despuès de tragar agrego:

-Si me disculpan,y no hay nada mas que conversar,porque veo que seguirán hablando de conspiraciones que nada tienen que ver conmigo si no hay monedas de oro que hablan,me retiro,buen provecho!!!

Y a continuaciòn me levanto para retirarme del lugar.

Sientese y disfrute de la cena

Me horrorizo y estremezco: A pesar de la diplomacia y exquisitez que arrullan el ruego como si de un pañuelo de seda se tratara, no puedo evitar detectar el imperativo tono subyacente a la "petición". Qué clase de personas, por Dios Todopoderoso, son estas que se permiten dar ordenes a una aristócrata como la que viaja con nosotros... y es más, si tal es el Poder que ejercen sobre ella, qué no serán capaces de hacer con un Vasallo como yo!!!

Sumido en tan profundas preocupaciones, pierdo de vista el detalle de los parlamentos y brindis que se proponen hasta el punto que solo acierto a entender que nuestros anfitriones forman parte de algo que denominan "la conspiración de Isaac" que parece estar a punto de derrotar a unos enemigos a los que denominan "Capadocios" y que, en cierto momento y dirigiéndose hacia nosotros, los recién llegados, Giovanni nos describe como... recién incorporados a sus filas??? Porqué? En qué momento nadie podría precisar los servicios de un humilde perfumista para servir en una Guerra??? No soy yo hombre de armas y sin duda todo esto debe tratarse de un lamentable error del que deberé tratar de escapar cuanto antes!!!

Los acontecimientos se suceden, traen a una oveja viva y Giovanni requiere a un voluntario que la mate con una hacha. Afortunadamente uno de los tipos que nos acompañaban se presenta para esa función, y digo "afortunadamente" porque del mismo modo que no soy un soldado tampoco soy un matarife así que no sería ducho en la tarea propuesta...

Prosiguen los parlamentos, que sigo en absoluto silencio y más centrado en meditar como diablos voy a salir de esta que otra cosa pero, aún siendo así, los discursos se realizan de manera que se me antoja más bien desafortunada:

Por extraño motivo, me parece entender que la aristócrata a la que ordenaron permanecer en la Sala nos equipara, a los recién llegados, con la oveja a la que acaban de sacrificar... provocando las risas y jolgorio de los veteranos de la supuesta "conspiración de Isaac".

Por otro lado, otro de los tipos con los que viajé desde la Posada hasta la fortificación en la que nos hallamos parece vanagloriarse de ser "un espía y un ladrón". A pesar de no tener secretos que guardar ni excesivas posesiones que proteger, en la vida me han enseñado a desconfiar y guarecerme de "los amigos de lo ajeno" así que tomo nota de lo que el tipo ha mencionado para evitar mezclarme con él y vaya a ocurrirme cualquier desgracia...
Del mismo modo, me extraña que el tipo se jacte de esa su manera de ganarse la vida ya que en París esas afirmaciones le valdrían desde la guillotina a, como mínimo, la pérdida de la lengua o una mano... pero es bien sabido que no estamos en la ciudad y que las costumbres en estos recónditos parajes han de ser necesariamente distintas hasta el punto que uno pueda enorgullecerse de enriquecerse a base de quitarle al resto lo que tanto trabajo y sudor les cuesta...

En fin y en resumidas cuentas: Sigo con interés y creciente preocupación lo que acontece.

El fraile miraba con ojos desorbitados todo cuanto ocurría a su alrededor, incapaz de hablar ni de dejar de comer. Su brazo se movió como un resorte cuando sus anfitriones clamaron por un brindis, aunque buena parte del excelente vino se derramó sobre el pardo hábito del franciscano al encontrarse la copa con los deformados labios.

Giuliano escuchaba con una ansiedad creciente las palabras del señor del castillo y sus adláteres. Japhet... ¿No era ese el nombre que portaba uno de los hijos de Noé? ¿Y acaso no fue Isaac, tal y como cuenta el Génesis, el hijo que Abraham estuvo a punto de sacrificar en el Monte Moriá por orden de Nuestro Señor? Al ver aparecer una oveja en el salón, lista para ser degollada como parte de tan enloquecedora cena, el fraile no pudo evitar relacionarlo, aunque un carnero tomó el lugar del hijo de Abraham en aquella ocasión. La mente del fraile amenazaba con hacerse añicos. ¿Eran acaso demonios aquellos junto a los que se sentaba? ¿Era esta cena una parodia malévola que esos hijos de Satanás celebraban para reírse de la Fe?

¿Por qué cedí ante la tentación?, clamó la silente voz del sienés desde lo más profundo de su alma. ¿Me has dejado caer, mi Señor? ¿He perdido el calor de tu abrazo?

No sentí satisfacción al matar a la oveja.

Realmente me gustaban los animales. En mis largas noches de juerga mas de una vez acabé en algún establo acompañado de las bestias y de su calor. Pero al final los animales son comida. El problema es que tenemos demasiados prejuicios para comernos uno u otro. Puede que la gente de allí no lo supiera, pero yo he comido perros y ratas en las calles con tan solo poder llenar el estómago. Yo solo cazaba para comer y no me gustaban las cacerías de los nobles. Así que hice lo que se debía.

- Bebo de su sangre, pues derramar una sola gota es un sacrilegio para el hambriento.- Dije cogiendo la copa de sangre del animal y llevándola a mi labios para beber.

Su sabor no era agradable, pero calentaría mis entrañas durante la noche. Puede que hubiera comido hasta reventar, pero nunca se sabe donde vas a terminar la noche.

Fué mientras bebía de la copa que supe que algo no andaba bien. ¿Acaso estaba tan ciego? ¿Por que yo era el único que disfrutaba de aquello? Los demás estaban tensos. Algunos lloraban por dentro. No lo veía pero algo me decía que su interior estaba lleno de lagrimas de impotencia. Tan solo cuando Kavi hablo me di cuenta de en la posición en la que estábamos. Y tenia razón. Nadie invitaba a nadie si no quería algo de el. Y tratándose de mi, no creo que nadie, salvo alguna dama, quisiera algo... moralmente correcto. Tan solo me preocupaba por mi mismo... y eso me lo recordó mi amigo el zíngaro.

¿Que se esperaba realmente de nosotros?

Y allí en medio, con la boca llena de sangre de cordero fue cuando me sentí como el bufón real. No es que me importara. Siempre lo había sido. Pero sentí que esta vez, solo por esta vez, no era por decisión propia.

Busque con la mirada al Arabe, al nervioso Lian, al zingaro... gente que pudiera ver o sentir peligro y con los que poder luchar espalda con espalda. Pero solo ví en sus ojos lo que yo sentía: Un miedo irracional a lo que no se sabe que vendrá  a continuación.

Te levantas dispuesto a irte, pero ciertamente  a pesar de querer huir  sientes la mirada de Gabril el hombre con el que tuviste esa gran discusión, y en el momento de irte sientes como  tus pasos no te llevan a ninguna parte es como si el suelo fuera fango y te hundieras en él.

Cuando Lothar luego te ordena que te sientes  puedes ver unas manos que salen de las patas de la silla que se aferran a tus piernas. Realmente no puedes escapar.

Todos ven una escena algo extraña en relación a Kavi que si bien todos observan que se levanta dispuesto a marcharse es como si caminara en el mismo sitio,   algunos que verán su rostro se podran dar cuenta que  mira el suelo como  tratando de explicar que esta pasando, sea como sea Lothar   se acerca a él  y le dice:

Sientese por favor.

Un par de guardias se ponen a su lado y el  es sentado casi a la fuerza, aunque  realmente parece ser que Kavi no comprende el porque no puede escapar.

Y mira a Claudios Giovanni y dice:

Disculpe la interrupción amo... continue.

Mirando como Miguel toma de la copa.

El hombre le sonrie a Miguel con  cierta satisfacción mientras  ve de reojo como los que piensan escapar son puestos  en sus sillas y dominados, haciendole una señal a Lothar quien sonrie en todo momento.

Dirigiendose al hombre que  acaba de beber  le dice: Felicitaciones, ahora eres uno con vuestra presa, !esta conexión lo es todo!, !la conección entre el cazador y la presa crea el sabor!, !el lazo entre la vida y la muerte crea el sabor!

Y ahora estoy tan hambriento... - dice mirando a Miguel peligrosamente mientras los demás anfitriones se rien

!A llegado el momento en que le revelemos a nuestros invitados el secreto, !Vosotros sois nuestros corderos!, Estais aquí para ser servidos, sí, pero para sernos servidos a nosotros

Claudius Giovanni  rie con ganas  y los demás invitados  reaccionan con educadas risitas

¿No lo habreis comprendido ahora?, Vosotros sois nuestra cena. Hace un silencio dramático. Os hemos servido antes la cena y ahora estais listos para ser comidos.

Será vuestra última  cena!

La risa del hombre  se hace más fuerte mientras todos cada ves se ponen más nerviosos. Si intentan escapar  no pordran hacerlo, no hay forma de que escapen de esto.

En ese momento se acerca a Miguel Briand como un rayo, con la uña le abre el cuello y lo muerde.

Cuando el hombre te lastima y te muerde lejos de sentir dolor sientes un leve placer, lo que hace que te quedes quieto y no hagas nada por separarte, es como si todo se tornara de repente blanco.

Intento moverme pero no puedo algo nuevamente me lo impedìa pero no sabìa lo que era,y pensè ¨rayos,mi intuiciòn al peligro no estaba equivocada,demonios,si tan solo pudiera escaparme podrìa ayudar a los demàs,pero estando como estoy ,soy impotente,maldito seas Gabril,vos y todos los presentes les juro que me las van a pagar y acabare con ustedes uno por uno¨

Mis ojos se dirigen a mis compañeros de viaje pero en especial a aquellos que estaban ¨comiendo¨ e hice una lista mental:

1-Gabril
2-Lothar
3-Lady Jadviga Almanov
4-Leopold Valdemar
5-Claudius Giovanni

Ya sea en la vida o en la muerte recordarìa esos nombres para acabar con ellos en ese orden,pero si lo hacìa luego de muerto,tendrìa que jugar mis cartas de manera completamente diferente,dado que estas personas por lo que logro apreciar no eran humanos,mas bien eran como ¨bestìas¨,de repente me volvía el recuerdo de ser comido por animales salvajes y de una manera que no pude evitar comencé a gritar:

-Ahhhhhhhhh!!!! Ahhhhhhhhh!!!! Sueltenme no quiero morir!!!

Y seguìa de esta manera aunque intuìa que nada ni nadie podrìa ayudarme ahora.

No entiendo... no acierto a discernir qué es lo que ocurre más allá de concluir que lo que había dicho la aristócrata, que en su momento habíame parecido descabellado y provocado las carcajadas de los anfitriones, es absolutamente cierto y vamos a servir de alimento a una caterva de caníbales que nos han convocado a tales efectos.

A no ser que se trate de una broma retorcida, y no tiene esa pinta, la situación resulta absolutamente desesperada. Mucho más si se tiene en cuenta que a pesar que tanto la razón como el instinto me guían a poner pies en polvorosa, huir de ese lugar precipitadamente o, en el peor de los casos, agarrar algo con lo que vender cara mi vida... a pesar de todo eso, decía, los músculos no obedecen los impulsos que desesperadamente me empeño en mandarles... ni siquiera me obedecen cuando trato de desplomarme contra el suelo para implorar clemencia o suplicar por mi vida... no, nada de eso, solo soy capaz de permanecer absorto, estúpidamente estupefacto en mi silla, luchando conmigo mismo por lograr hacer algo razonable más que permanecer pasmado cual tonta criatura hechizada ante el depredador listo para cobrarla...

Solo una cosa puedo hacer y es girar mi rostro hacia el de Lord Mieczyslav, la única persona que intuyo podría interceder por mi, y reclamarle de manera estúpida y humillante en agónico balbuceo que sale de lo más hondo de mis entrañas: - Porqué???

"¿Un ajuste de cuentas?" Eso fue lo primero que acertó a pensar Pietro en el momento que se enteró de que iban a cenarlos. No, no podía ser un ajuste de cuentas. Él era un don nadie, un mercenario nada más. no tenía sentido que hubieran montado todo aquello para acabar con él. Había otras muchas opciones mucho más sencillas.

El mercenario intentó forcejear, ordenó a su cabeza que moviera a su cuerpo para salir de allí. Pero su cuerpo no respondió, le ignoraba desde hacía tiempo. Sus músculos se hinchaban pero no respondían como él quería, algo le retenía. Apretó los dientes con fuerza molesto. Si pudiera tomar sus armas, si pudiera hacerse con ella todo sería diferente. Pero no podía y odiaba estar preso sin grilletes. Había destinado algo de tiempo en pensar que era aquella brujería, pero decidió ignorarlo por el momento para concentrar todos sus esfuerzos en tratar de escapar. Sin embargo no consiguió nada. Pero para su sorpresa de su boca si que salieron unas palabras sorteando sus dientes.

- ¡Hijos de puta!