Partida Rol por web

Tras dejar el comedor, Kurt y Nyara llegan hasta la zona de habitaciones y una vez allí, abro la puerta de la mía de par en par y con un gesto de la mano la invito a que pase primero.

Al entrar, la habitación estaba completamente llena de polvo por el tiempo que había pasado, pues tan solo había entrado para dejar los dos trajes de los soldados, las latas y ver su bajo.

-Perdón, hay un poco de polvo, pero en estos 300 años no he tenido mucho tiempo de limpiar. 

Volví a dejar el bajo en algún lugar junto con la toalla que había cogido para limpiarlo y le señalé las cuatro latas y un par de cubiertos. 

-Y aquí el maravilloso plato estrella del cheff, me lo han recomendado así que no he podido negarme a pedirlo.

Ahogó un desgarrador grito cuando Victoria le apretó la herida con demasiada fuerza. Agarró las sábanas y tiró de ellas, retorciendo las manos. Se le saltaron las lágrimas, que se esforzó por disimular enterrando la cara en el colchón. Aguantó así unos largos minutos, berreando de dolor como un hijoputa, intentando amortiguar su voz enterrando la cara en el colchón. Estaba tenso como la cuerda de un arco.

Jadeaba y estaba bañado en sudor frío cuando recuperó el control tras la agonía que le había provocado de forma involuntaria Victoria. Temblaba bajo las manos de la chica, reventado por el esfuerzo y el dolor. Notaba como la sangre se le escurría por la espalda otra vez. 

- Mierda Victoria, ¿Qué si me duele mucho? - Apretó la mandíbula - Si estás intentando matarme lo estás haciendo de puta madre - Le espetó, lejos del sentimiento de culpabilidad y vergüenza que había sentido al despertar. - Joder, joder, joder, joder... - Cerró los ojos con fuerza, intentando sobreponerse a la situación y pensar como salir de aquella de alguna forma. Y la cosa estaba bien jodida.

- Se me ha ocurrido una cosa... - Volvió ligeramente la cabeza, buscando a la colombiana - Ve a dónde los soldados esos muertos... Y busca entre sus mierdas... - Le costaba hablar y lo hacía entre gemidos de dolor - Joder, estamos en el puto futuro, seguro que llevan... No se... - Dijo alzando la voz poco a poco - Seguro que llevan alguna movida por si son heridos en combate... Alguna mierda médica que haya inventado la puta gente del futuro para cuando un gilipollas va por ahí apuñalando a la peña. ¡Joder! - Golpeó la cama con el puño cerrado, casi sin fuerza - Dios... Esto duele, joder.

- Y ya que bajas... mírate el tobillo, lo tienes echo una puta pena. - Apartó la mirada, turbado - Te he visto cojear... No es plan que te caigas por las escaleras o lo que sea por no ir con cuidado... No antes de que me cures, claro... O me remates. Lo que mierda sea... - Bufó una carcajada amarga por la nariz y se quedó esperando, tratando de moverse lo menos posible para evitar seguir sangrando.

Nuestro beso se prolonga mientras nuestros cuerpos se funden, entre caricias. Pegados nuestros torsos, al separar nuestros labios Elizabeth me susurra al oído, desplegando todo su encanto con una explicación a su pregunta que me hace sonreír. Pero esa sonrisa se convierte en rubor cuando su lengua acaricia mi oreja, causándome un escalofrío que me hace arquear la espalda, dejando escapar una exhalación.

Con tan poco, ya ne tienes a tu merced, ¿eres consciente del poder que ejerces sobre mí?

Continúa por mi cuello, besándome y descendiendo hacia el hombro poco a poco, mientras con cada roce de sus labios voy derritiéndome más y más. Ya no siento frío, sino todo lo contrario.

Ardo de deseo...

Mi mano pasa de su cintura a su espalda, ascendiendo por el interior de su camiseta hasta tocar la parte trasera de su sujetador. La otra mano se sumerje en su cobrizo cabello, acariciando su nuca. Siento la mano delicada de mi novia tratando de adentrarse en mi pantalón, y la excitación sigue aumentando. Nuestros cuerpos se unen de nuevo, siento su calor unido al mío. Sólo quiero besarla, besarla y hacerla mía, sin ropa, sin preocupaciones, sin que exista nada más en este mundo salvo ella y yo.

Con un suave mordisco, Elizabeth da por finalizados los besos en mi cuello, apartándose para mirarme a la cara, con el rostro acalorado. Avergonzada, pero también algo más. Como yo, que me siento arder ahora mismo.

Yo t-tampoco quiero dormir... -Le digo en un susurro- S-sólo quiero estar aquí, así, contigo...

Deslizo las manos por su espalda, buscando el pantalón y acariciando por el interior de éste, antes de besar suavemente los labios de Elizabeth, seguidamente su barbilla, y continuar poco a poco por su cuello y su hombro, mientras mi mano desiste de entrar en sus pantalones y se deliza por su cintura y su vientre, buscando el cierre del pantalón para desabrocharlo...

-Quizá sobreviva, estoy segura de que en mi cuarto hay ratas zombies, si todo lo que tiene tu cuarto además de ti es polvo me veo fuerte para soportarlo- bromeó entrando en el cuarto aunque no pudo evitar preguntarse cómo se vería aquello dos días antes... o lo que era lo mismo, con trescientos años menos de polvo.

-¿Dos trajes?- le miró casi asombrada-¿No te valía con uno solo?- sonrió mientras se sentaba al borde de la cama sosteniendo las dos latas de contenido incierto pero de aporte nutricional indudable (y menos en la situación en la que se encontraban). Hubo un momento de silencio mientras se las apañaba para abrir la lata sin dejarse los dedos en el proceso.

-Y...- se le escapó una risa breve- hay que joderse, qué tonta me siento... - negó con la cabeza- va, Manzanito ¿cómo te has curado tan rápido? De haberlo sabido te habría traído a que pasases la mejor noche de tu vida pasando frío como un gato pelao en el patio con Kyara, Chris y Lia- miró su lata y le dio varias vueltas entre las manos- aunque la cueva para los que sentís el frío era la mejor opción- añadió bajando la voz para empezar a comer el contenido de la lata.

-¡Hm! Qué... restaurante tan bueno, hay que felicitar al chef.

 Intenté mantener la presión durante unos momentos, por que ya había dado por hecho que le dolería, pero los nervios debidos a los quejidos de T.J. acabaron por vencerme y consiguieron que cesara la presión y apartara el saco. Entonces comprobé que no era de extrañar que el chico se quejara, ya que a pesar de que trataba de ayudarlo, no había hecho más que empeorarlo.

 -Mierda, l-lo siento... - Me llevé el puño al pecho, agarrándome la camiseta, y subí la mano para rascarme el cuello con sentimiento de culpabilidad agobiada. Dejé caer la bolsa con la nieve y quedé atenta a su gran, gran idea. - Sí, voy a ver... Si no, buscaré a Rina. Ya me miraré el pie cuando estés mejor, puedo esperar... Joder, lo siento... Ahora vengo.- 

 Me despedí del chico y volví a salir con prisas, cabizbaja y rascándome la nuca.

-Gracias por diferenciarme del polvo, de verdad. Bueno, lo de los dos trajes...-suspiré-Supongo que tengo que contarte bastantes cosas que han pasado...¿Por dónde empezar? Bueno deja que me acomode antes.

Cuando quise darme cuenta, Nyara ya estaba abriendo su lata y me reí al verla sufrir pero ya lo tenía casi así que no dije nada, la verdad, había pensado en usar mi poder para abrirla con el cuchillo, pero tenía miedo de pasarme o algo y montar un espectáculo de comida, así que con simple fuerza bruta y un cuchillo clavado la abrí. Me senté también en la cama, apoyando la espalda en la pared y cruzando las piernas.

-Bueno, lo de mi brazo, cosas de kitsunes, ya sabes... la verdad Rina está de un insoportable increíble, antes le dió por acusarnos a todos de temerla rechazarla y salió corriendo después de montar una escena, cuando la única que hace eso es ella consigo misma. Y gracias pero dormir al lado de la hoguera creo que era la mejor opción.

Seguí comiendo de aquello. 

- Oh si, es delicioso, se merece el cielo. ¿Pues sabes que? Mañana para comer tendrás un plato mejor.-Le dije guiñando un ojo.-Prometido.

-Bueno, volviendo al tema de los trajes... cuando estábamos en el comedor escuchando el discurso de Himiko sobre lo que podemos y no podemos hacer, cual es la situación en la que estamos y esas cosas, el otro alemán apuñaló a T.J, otro de los nuevos y bueno,-Pinché un poco más de comida- lo llevamos a los calabozos del castillo y allí hace un frío que pela, por eso lo dejé con Makoto y el chino y subí a por los trajes, uno para Erik y otro para quien se quedase vigilando la celda, más que nada para pasar la noche, pero de momento no creo que les haga falta, así que recapacite, no aun por que lo ha hecho y algunos han sugerido hacer un juicio o algo así ya que Himiko quería tener solucionado ese problema para mañana...

Esperé a ver si tenía algo que decir ya que esto de seguro no se lo esperaba, ahora teníamos apuñalamientos entre nosotros.

-Así están las cosas...

-¿montando dramas la polluela doramas? Quién lo hubiese imaginado ¿cuántas veces lo ha dejado con Makoto y han vuelto? Antes de ayer lo hicieron como cuatro veces... aunque claro, Rina estaba fuera hablando con algo chiquitito mientras la rubia paliducha de los nuevos la observaba... y Makoto no estabs por ninguna parte, eso les bajará la media-le dio un escalofrío-qué repeluzno de situación...-masticó parte de la comida y al tragar especificó-estaba mirando por la ventana de Kya y las ví antes de que la última nos gritase mentalmente que no vamos a engañarla-se echó hacia atrás dando pequeños saltitos en la cama hasta alcanzar la pared pero mirando hacia Kurt.

-¿Otra no-cita mañana?No sé si podré dormir por la emoción -le devolvió el guiño antes de seguir cenando y dejar al chico hablar.

Apuñalamientos.

Tendría que habérsele ocurrido a ella antes eso para alejarles de forma contundente aunque claro, estar a merced de una vampiresa adolescente (de apariencia) que se había hecho dueña y señora del castillo no era una situación que le emocionase.

-¿El chico ese... TJ, sigue vivo? ¿Está bien?-no habìa muchos chicos nuevos en el grupo, pero de los que había no mecesitaba ser muy lista para saber que Mike no era uno de los implicados así que solo quedaban El Pelos y El Macho.-¿cómo habéis llegado a ese punto?... luego habrá quien se pregunte por qué paso de ir con todos, mi noche a la intemperie es mil veces preferible aunque a ti no te guste la idea. No te culpo, en las cuevas había más chicas y mas calor, hmm-removió lo que le quedaba de cena sin añadir nada hasta que el silencio se le volvió a antojar incómodo e insoportable-¿y si te hubiese atacado a ti? ¿Esperarías a un "juicio"?-buscó la mirada de él con evidente preocupación. Si Luet salía mortalmente herido jamás podría recordarle el plantón matutino de hacía unos días ni pincharle para comer juntos.

Sonreí con lo de la no-cita.

-TJ...se lo llevaron a una habitación, también fue Rina quien lo curó, pero seguía bastante mal e inconsciente, hubiese muerto si no fuera por la "polluela doramas".-Me había hecho gracia el nombre-A hy aquella cosa que viste debía ser el gato, ocurrió cuando te he dicho que salió disparada, luego nos lo contó la polaca o no se lo que es.

Terminé la lata y la dejé a un lado.

-Ya te he dicho que no se por que, temo que sea por algo relacionado con su poder, al igual que pasó con los japoneses, si no no me explico a que vino aquello, no escuché nada, pero TJ es bastante suelto de lengua, pudo haber dicho algo sin que me enterase...-Su pregunta me impactó un poco, no la esperaba para nada y tras pensarlo dos segundos sonreí.-Si te refieres a que si Erik me hubiese apuñalado a mi, veo difícil que lo hiciese, lo tengo acojonado desde que lo amenacé con que mi poder puede estrujarle el corazón con simplemente apretar la mano.-Comencé a descojonarme, no podía evitarlo, me imaginaba la escena, me quedó demasiado pro y todo. Cuando paaré volví a quedarme con una mirada pensativa.-Si hubiese sido cualquier otro y me hubiese apuñalado para casi morir, rompería el castillo hasta que se derrumbase si hiciese falta.-La miré fijamente con los ojos encendidos y un rostro serio para después cerrar los ojos y sonreír-Aunque pensándolo mejor, creo que la Himiko-gótica no me dejaría, y me da un poco de yuyu, mejor que nadie me apuñale, por el bien de todos.

Sus caricias siguieron a las mías, y al terminar en su hombro y volver a mirarle, pude comprobar como su rostro también se encontraba acalorado. Al susurrarme aquellas palabras ni tan siquiera pude retirar mi mirada, quedándose mis ojos clavados en los suyos, mientras una amplia sonrisa se dibujaba en mi rostro.

Te quiero tanto…

-Y-y yo… - le respondí, a la vez que sus manos comenzaban a deslizarse desde mi espalda hasta el interior de mi pantalón, besando mis labios para bajar poco a poco con los suyos por mi cuello y hombro, regalándome una placentera inquietud. – D-déjame a mí… - le susurré, al notar que las manos que segundos antes me acariciaban buscaban el cierre de mi pantalón.

Retiré sus manos con delicadeza, abriendo los botones, bajando la prenda y encogiendo mis piernas, hasta quitarme los pantalones bajo las sábanas. Le di la espalda un momento a Ben para dejar la prenda sobre la mesilla de noche, pero en seguida me volví hacia él, sosteniendo su cara entre mis manos y volviendo a besarle, siendo yo la que marcaba el ritmo y la duración de cada bocado de pasión.

-No hay tiempo que perder…- comenté al separarme finalmente de él, con una risa nerviosa, tratando de justificar mi arrebato.

Katarzyna entró en la habitación.  Estaba nerviosa, pensando en qué se encontraría.  Apenas no había entrado cuando tan solo acertó a decir.

- ¿Chicos? ... os traigo algo de comida  - dijo con la voz baja, casi susurrando.

-No sé si me parece curiosa la idea de que derrumbes el castillo con las manos desnudas pero mira mira-alargó el brazo-se me ha erizado la piel por tu culpa. Vergüenza debería darte.-se inclinó hacia delante hasta casi quedar tumbada para dejar la lata de comida en el suelo y volver a incorporarse sobre la cama, apoyando su hombro contra el de Kurt.

-Dramas, apuñalamientos, gatos... no te da tiempo a aburrirte ¿eh?-sonrió mirando a Kurt y le dio un empujoncito-ingenua de mí que pensaba que estarías convaleciente y haciéndote el héroe de guerra herido porque un chucho salvaje te masticó el brazo-suspiró-¿Qué va a pasar ahora? Con esa vampiresa adolescente que seguro que tiene posters de Crepúsculo en su cuarto... ahora impone cierto respeto, más o menos. No sé si la prefiero así o pegada al culo de Lia-pensó en Himiko y cómo estaba cuando llegó al castillo apenas tres o cuatro días antes, empezaba a hacerse un lío con el tiempo que había pasado.

-Para tener más de trescientos te conservas que da gloria, puedes contármelo, va, ¿te despertabas cada veinticinco para sacarle el corazón a algún seguidor de una secta milenaria como en la peli de Indiana Jones?,no me chivaré a nadie.-inclinó la cabeza hacia delante para mirarle desde un punto de vista más bajo esperando que confesara el secreto de dormir tantos años y no tener las marcas de sábanas en la cara siquiera... o algo parecido.

En la habitación habían atado a Erik a la cama por un brazo, Mike está sentado cerca observando la situación, parece pensativo. La habitación es como todas las demás habitaciones del castillo, ya que este tenía muchas habitaciones, tal vez demasiadas pero prácticamente todas eran iguales

Al ver entrar a Katarzyna, Mike sonríe y inclina la cabeza a modo de agradecimiento por el gesto.

-Muchas gracias, Katarzyna. Seguro que a Erik le hará bien comer algo... desde lo sucedido aún no ha reaccionado ni dicho nada.

Alarga el brazo para coger la comida.

-¿Que tal todo por fuera? ¿Que me estoy perdiendo?

Katarzyna dejó el abrigo de Erik (que ella traía) sobre la cama.  También dejó un par de platos, vasos y tenedores sobre la mesita, junto a un jarra de agua y varias latas de comida.  Miró a Erik, entristeciéndole el estado en el que se encontraba: parecía no reaccionar, quizás por algún efecto mágico o algo.

- Os lo dejo aquí  -  dijo antes de contestar a Chen.
- Pues acaba de llegar una chica nueva, una tal Katherine  -  continuó, desapasionadamente.
- Y Chris te estaba buscando, por si le podías traducir algo escrito en chino.  -  miró a Mike
- Le he dicho que te podía encontrar aquí.  -  concluyó, desviando la mirada.

Quitó las ataduras de Erik, ignorando las posibles objeciones de Mike.  Le masajeó las manos para activarle la circulación, sin siquiera mirarle a la cara (apenas soportaba mirarle estado en ese estado).

Entré a paso rápido en la habitación, apoyándome un poco más en la pierna sana.

-Ya estoy aquí.- Avisé, echándole un vistazo antes de dirigirme al baño para lavarme rápidamente las manos, frotándolas con fuerza. -Tenías razón. He encontrado un spray cicatrizante. Esperaba algo más, pero creo que irá bien.- Comenté antes de volver hasta él.

Entonces volví a ver su herida directamente, y recordé el espectáculo de antes. Esta vez pensaba hacer mucha menos presión que la anterior, mejor que fuera insuficiente a abrirle más la herida o hacerle más daño. -Oye, yo... No tengo ni idea de cómo hacer esto, pero espero que el spray ayude... Lo siento - Me disculpé por mi falta de conocimientos sanitarios, y hasta ahora mis inútiles intentos de ayuda. Después limpie con cuidado la sangre de la superficie de la herida con el paño, y luego saqué el bote de spray del bolsillo de la chaqueta, lo rocié sobre su herida y dejé el bote sobre el colchón. -Si no va a mejor llamaré a los chicos para que ayuden o busquen a Rina, no debería andar muy lejos... - Suspiré, nerviosa - Allá voy - Le avisé antes de comenzar a aplicar presión sobre su herida de nuevo, intentando aplicar bastante menos fuerza que la vez anterior con la esperanza de ayudar al chico, o al menos de no repetir el desastroso primer resultado.

Me acomodé un poco cuando Nya apoyó su hombro contra el mío pero sin separarme.

-¿Aburrirme? Créeme, llevo un día con un humor de perros... en el fondo ojalá me hubiera ido con vosotras y dejado al resto atrás...-Solté un suspiro pensando en el día de hoy y los malos rollos que no quería ni nombrar-Bueno, yo la prefiero pegada a Lia, al menos así no la veía capaz de colgarnos de alguna torre del castillo.

-Bueno, bueno-Me eché el pelo hacia atrás con una mano-eso lo llevo en los genes, no pienses que el tiempo puede conmigo.-Incliné la cabeza de igual forma imitándola levantando una ceja-Bueno, ahora que ya sabes mi secreto, dime tu el tuyo para conservarte tan bien sin una arruga.-Y termine con una sonrisa.