Partida Rol por web

Reduce el paso lo suficiente como para ponerse a la altura de Katarzyna, y de forma discreta le susurra, tratándo de no llamar la atención de los otors.

-¿A que se supone que ha venido todo eso? No me quiero meter en medio porque básicamente no se entre que me estaría metiendo, pero lo que te ha dicho ha estado complétamente fuera de lugar....

N-No sé  -  dijo cabizbaja, apretando el labio inferior y encogiéndose de hombros durante un par de segundos.
Supongo que a veces puedo ser muy mandona.  -  se justificó, aún mirando al suelo.

Miró de nuevo hacia la cueva.  Evidentemente había algo que aún le ocupaba la mente sobre el interior, aunque no dijo qué.  Tan pronto como Eli y Ben empezaran a comer podría volver y terminar los preparativos.

Se le hacía realmente complicado decirle que no a Makoto. Siempre de buen humor, con palabras de ánimo, tan positivo... El puto MrNiceGuy, vaya. Así que cuando le pidió con esa sonrisa suya que le ayudara, lo hizo. Con ningunas ganas, pero lo hizo. Con todas las movidas que le habían pasado, el rollo de Japón, la mierda del otro castillo y todo lo que estaban pasando juntos en ese puto bosque... Y aún parecía contento. Por no hablar de lo que tenía que soportar con la perturbada de su novia. Vaya tela de chaval, era un puto superheroe.

Salir al bosque cargado con el ciervo no había mejorado para nada su humor, pero el ejercicio físico lo tendría distraído el tiempo suficiente. O eso quería pensar. Miró con preocupación las nubes que se les echaban encima y bufó. No sabía muy bien como funcionaban las tormentas allí en la montaña, ni mucho menos lo que era una nevada, pero aquello no pintaba nada bien. Si les pillaba por el camino, pasara lo que pasara, estarían bien jodidos. 

- No te preocupes colega, de momento nos apañamos - Le dijo a Mike cuando se ofreció a ayudar - Tu estate fresco, porque cuando nos cansemos ya sabes a quién le va a tocar cargar con el muerto - Sonrió - Literalmente. 

Finalmente no llegué a ponerme en pie. Ben me sorprendió con sus palabras y tirando de mi mano hasta que consiguió hacerme caer sobre él. Reí por la ocurrencia, pero en seguida volví a sonrojarme al sentir su cuerpo bajo el mío. Me mantenía quieta, con los brazos encogidos, hasta que mi novio me abrazó, haciendo que nuestro cuerpos estuvieran aún más juntos, y apoyé mi cabeza en él durante unos segundos.

Al volver a mirarnos Ben comenzó a besarme, beso con el que continué, y ambos seguimos disfrutando durante algún tiempo más. Un beso largo, tierno, pausado. Al separarse me preguntó qué tal había quedado su marca, ante lo cual me puse completamente colorada, pero antes de que acertara a decir nada volvió a besarme y a pronunciar aquellas dos palabras que conseguían dejarme sin respiración.

-Yo también te quiero… - le susurré, antes de volver a darnos otro corto beso y comenzar a levantarnos.

Nos sacudimos la nieve y la hierba, y Ben volvió a abrazarme mientras miraba al cielo. Parecía estar de acuerdo en volver, y es que el tiempo se estaba poniendo cada vez peor. Al mirarme me comentó lo que estaría bien que hiciéramos, terminando por afirmar que seríamos los dos quienes decidiéramos nuestro siguiente paso. Sonreí, y al acercarse aún más y rozar su nariz contra la mía cerré los ojos durante un instante, volviendo a abrirlos al escuchar sus palabras, aquellas palabras que me llenaban de fuerza.

-Tú y yo, siempre juntos. – repetí con convicción, mostrándole una sonrisa llena de felicidad.

Recogí el abrigo y tomé a Ben de la mano, dirigiéndonos nuevamente a la entrada de la cueva. Para nuestra sorpresa, los chicos se encontraban saliendo de allí; Makoto, T.J. y Rina iban en cabeza, trasladando el ciervo.

-¿O-os vais? – pregunté, mirándoles, sorprendida. ¿Es que pensaban irse sin nosotros?

Miré a Ben, y este parecía tan desconcertado como yo. Apreté su mano y miré en dirección a la entrada, viendo como Mike también salía de allí, y pronto escuché a Katarzyna llamándonos; esta no tardó en acercarse a nosotros, dándonos algo para comer e informándonos de la situación.

-Gracias. ¿E-estas bien? – pregunté insegura, y es que no sabía si me estaba metiendo donde no me llamaban, sin embargo Mike se acercó a hablar con ella, y mi pregunta quedó sin respuesta.

Vi como Victoria también llegaba hasta nosotros, y volví a mirar a quienes llevaban el ciervo. ¿No habría sido más sencillo cortar las partes útiles y no tener que cargar con el peso de lo que terminarían siendo desperdicios? No tenía ni idea de esas cosas, pero a primera vista me parecía lo más lógico. Me encogí de hombros y volví a mirar a Ben, el cual tenía una cara que no me gustaba nada, muy diferente a la de hace unos pocos minutos.

-En realidad… Ha-a quedado bien. – le dije en un susurro, sonrojada, respondiendo a aquella pregunta que había quedado en el aire tratando de sacarle una sonrisa, y me volví nuevamente al resto. - ¿E-estáis seguros de que es buena idea? – pregunté visiblemente nerviosa, y es que cuestionar a los demás no era algo habitual en mí.

Precisamente volvíamos con la idea de volver a resguardarnos en la cueva, dado el mal tiempo que se avecinaba. El abrigo estaba húmedo, y parte de mis pantalones mojados, así que esperaba poder secarlos junto al fuego, pero la decisión de los demás lo cambiaba todo.

Cogí la carne y le ofrecí una parte a Ben, comenzando ambos a comer mientras esperábamos respuesta.

El grupo iba caminando por el bosque, entre la nieve, aunque la temperatura iba descendiendo por fortuna aun no era demasiado baja y la tormenta aún estaba un poco lejos, al menos lo suficiente como para que no les afecte demasió. Algunos iban cargados con agua, otro con comida. Si la situación fuera diferente sin duda podría admirar el bosque que era una vista bastante bonita.

Tras un rato caminando algunos ven algunas cosas que les llama la atención en la nieve, Makoto se acerca, pero rápidamente Liz le detiene, aquello era una trampa, un cepo concretamente, mientras caminaban TJ y la misma Liz van dándose cuenta de que hay numerosas trampas, lo curioso de las trampas es que no parecen muy antiguas, pero todas son bastante simples, salvo un par que ven que parecen más complejas.

El grupo camina por el bosque atravesando la nieve, es entonces cuando llegan a una zona con bastantes pisadas de botas, realmente les resulta extraño ver aquello, todos miran hacia el cielo y se dan cuenta de algo, están desorientados, Liz tiene una ligera idea de la dirección que deberían tomar aunque lo cierto es que no está segura ya que aunque recuerda más o menos donde estaba el castillo el lugar está un poco cambiado

Katarzyna se cercionó, con cierto alivio, que ambos empezaban a comer por fin.  Le agradó que Eli se preocupara, aunque durante una fracción de segundo no supo que contestar.  Por fortuna, la "intromisión" de Chen y la llegada de Victoria le ofrecieron una salida.

- Je, Pues parece que ya no hay vuelta atrás  -  forzó una sonrisa que le salió más triste que otra cosa.
- Bueno, También os dejo el impermeable con el agua, ahora después vendré por él⁽¹⁾ - dijo sin esperar respuesta.
- Bueno, voy a ver a los rezagados y a coger el fuego  -  se giró sin más.

Se dirigió hacia la cueva, aunque antes de entrar se paró y cogió algo de nieve.  Intentó las manos y los brazos llenos de sangre de ciervo, fruto de haber estado cortando durante horas su carne, pero el frío le hizo desistir.  Lo intentó entonces con el jersey, igualmente embadurnado, consiguiendo solo empaparlo.

Se sentía sucia, pero poco podía hacer.  Entró en la cueva.

- Pues ala, aquí está el fuego -  dijo sin resuello tras tanta actividad, soltando las ramas al suelo.
- Quien pueda que coja una rama, la prenda con alguna de las que tengo aquí y la lleve.  - dijo en general.
- Y si se apaga, pues que la prenda de nuevo con ayuda de otra  -  explicó.
- Con suerte alguna llegará encendida al castillo.  -  concluyó.

 Enarqué una ceja, mirando con desgana a los chicos mientras llevaban al ciervo. ¿De verdad preferían llevarlo así, en lugar de como acababa de proponer, incluso pesando menos ahora? No me importaría si no fuera por el tema de los turnos. 

 Me adelanté para dejar atrás aquella vista del animal arrastrado arrugando la nariz, recordando que la última vez que pensé algo parecido acabé colgada de un pie. Quedé cerca de Ben y Liz, que por fortuna seguían por allí, y menos mal, lo que nos faltaba era más gente a su aire a la que esperar.

 -Yo no.- Protesto con desgana a la pregunta de Liz.- Pero tampoco estoy segura de querer quedarme ahí dentro. No sabemos cuanto tiempo puede durar la tormenta.- Argumento, aunque poco convencida, mientras me abrazo y agacho los hombros para paliar el frío que me vuelve a azotar al salir de la cueva. No me apetecía volver a salir a la nieve, pero por otra parte no creía que fuera buena idea quedarse en la cueva, así que me dejaría guiar por los demás. Me guste o no, no pensaba quedarme sola.

 Había comido, bebido y descansado, y sin embargo mi moral no hacía más que bajar. Detestaba los días oscuros, detestaba el frío, y estaba empezando a detestar a toda esa gente que iba a lo suyo. ¿Por qué me sorprendo siquiera? Ya sea por los poderes, la situación, o sus diferentes procedencias, me parecen una panda de raritos. Tal vez cuando llegáramos... Si llegábamos al castillo, podría disponer de una habitación para mí misma de la que hacer mi propia cueva, en la que pasar un tiempo a solas y ordenar ideas y sentimientos.

 -¿Y eso va a aguantar durante todo el viaje con el viento y la humedad?- Lanzo al aire como para mí misma levantando las cejas, incrédula, refiriéndome al fuego. Tampoco es que esperara mucha respuesta, ellos sabrán lo que hacen con eso, pero será mejor que no me lo dejen a mí si no quieren perderlo.

 -Hmm...- Suspiré. Será mejor que aparte todos esos pensamientos negativos si no quiero que el camino me resulte aún más largo de lo que ya parece. 

La idea de Katz parecía bastante buena, hizo una antorcha algo primitiva pero que parecía que funcionaria, el camino era complicado y estaba nevado, además el hecho de que colocase las ramas secas que tenían en el suelo del bosque había hecho que se humedecieran.

Cuando encontraron las huellas ya la antorcha estaba por morir y aunque habían usado algunas ramas secas que habían encontrado no fueron suficiente y en el momento en el que Viky indican que el camino que pensaba Liz era el correcto la antorcha finalmente se apago

Continuaba caminando detrás del grupo de forma silenciosa; meditaba toda aquella situación. - ¿Porque esto es real? - pensaba quejando en sus pensamientos. La nieve y la temperatura dificultaban el paso del grupo, para su suerte aun mantenía sus ropas abrigadas.
Observo al grupo y con ello a Kat, - Seguro tiene frió - pensó al contemplar que su permeable era el contenedor de agua y su jersey, empapado con sangre llevaba parte de la carne. Él había sido duro con la joven al gritarle, después de todo se preocupaba por él; otros lo hubieran dejado a la merced de su voluntad y de la naturaleza. Se sacó su sweater, que aun así podía aguantar el frío con su camisa y su remera manga larga. - Perdóname, soy un idiota - susurro a la joven al acercase a ella. No quería exponer y escudarse en la situación, ya que todos estaban pasando por lo mismo y era igual de duro en todos. - Ten, ponte esto - mientras hacia entrega de su abrigo, - Yo llevaré esto - mientras tomaba las ramas y la antorcha apagada para que la joven se abrigue.

Me mantuve bastante concentrado todo el camino, sin casi intercambiar palabra, la verdad, no estaba muy de humor, me encontraba algo malhumorado, pero por nada y por todo a la vez, por eso prefirió despejarse un poco en sus cosas llevando la antorcha, el fuego le calmaba, y así continuó andando paso a paso.