Partida Rol por web

Al finalizar la visión abrí los ojos impresionada por lo que acababa de ver. Lo presenciado me había horrorizado, y no pude evitar inclinarme hacia delante al venirme una arcada, para acto seguido ponerme en pie y dirigirme a una esquina, terminando por vomitar. Estaba aturdida por haber visto a aquel animal ser asesinado de aquella manera, y toda aquella sangre saliendo de este, siendo mis propios compañeros y amigos quienes lo provocaban.

Y Ben… Esa furia…

Toda la escena me había impresionado sobremanera. No es que yo fuera una ferviente defensora de los animales, y era consciente de que necesitábamos alimentarnos de alguna manera, pero ver eso había sido muy crudo para mí.

Me limpié como pude, haciendo uso de algo de nieve, y me volví al resto al encontrarme algo más recompuesta.

-Están bien, parece que tendremos qué comer cuando lleguen. – dije tímidamente y me senté junto a la hoguera, tratando de quitarme los gritos del animal de la cabeza.

Katarzyna quedó tumbada sobre las incómodas rocas, aunque ello apenas le importó, pues estaba cerca del fuego.  Más que el cansancio de la caminata y el trabajo realizado, lo que le agotó este día fue la inesperada situación en la que se hallaban.  Mirando al fuego, es fuego que tanta lucidez le había proporcionado, sus ojos se fueron cerrando mientras que su consciencia se evaporaba.

- No te vayas, amigo  -  le susurró al fuego
- Aún no hemos acabado  -  apenas terminó de decir en un casi inaudible siseo.

Una vez conseguí pasar un poco aquel mal trago, me decidí a comprobar si el otro grupo también se encontraba bien. ¿Habrían llegado ya al castillo? ¿Qué habría pasado con este?

No sabía si Christopher y Giulia habrían dado ya alcance a las hermanas, así que decidí pensar en estas, para ver si habían dado ya con un lugar seguro.

Esta vez pensé en el castillo que conocía como escenario al cerrar los ojos, concretamente la sala recreativa, y visualicé a las hermanas con todo detalle. Me concentré en su imagen, tratando de conectar así con ellas, y ver lo que estaban viviendo en estos momentos.

Lis tiene una imagen y es del castillo, del patio interior de este, puede ver como las dos hermanas, la italiana y Chris caminan por el patio con precaución, aparentemente no hay nada raro, esta como lo recordaba salvo que ya no está el helicóptero allí y está cubierto de nieve, además tiene una sensación extraña como de frio. No es que haga frio en el castillo, es como si el mismo castillo transmitiese una inquietante sensación de ser un lugar frio e inquietante y además sin vida

Cuando Liz termina se siente un poco cansada, no al punto de Rina, pero si nota como se siente cansada

me preocupe al ver a Liz vomitar tan de repente, recordando la pestilencia de mi humo pense que podria ser una secuela de mi poder, me senti ademas de preocupada culpable. -liz, estas bien?-

Aquella tercera visión parecía transmitir normalidad por lo que sucedía, pero me produjo una inquietante sensación. Los chicos habían llegado, todo estaba bien, pero temía que esto no durase mucho.

Abrí los ojos, algo inquieta por esto, aún sin deshacerme de aquella sensación y sintiéndome algo cansada. Al menos los últimos acontecimientos dejaban claro que lo sucedido durante la visión de “la última” no era cosa de que mis habilidades no funcionaran.

Quizás previniendo que la pudieran seguir, hizo algo para impedir que la localizaran. O puede que sea inmune, aunque sea en parte, a este tipo de habilidades.

Roxana se acercó a mí, preguntándome si estaba bien.

-S-sí, estoy bien… - dije mirando a la chica, avergonzada por haberla podido preocupar. – Aunque un poco cansada... – comencé a levantarme con cuidado, flaqueándome las piernas al tratar de ponerme en pie, pero consiguiéndolo. – Estoy bien, estoy bien. – me apresuré a decir antes de que tratara de ayudarme.

Me acerqué al lugar donde había dejado el abrigo y lo recogí, volviendo junto a la hoguera, y colocando la prenda sobre la roca, de tal manera que pudiera recostarme lo más cómodamente posible contra esta.

-Mañana podremos ir al castillo. – dije dirigiéndome a Roxana, aunque todos podían oírlo.

asenti como soldado ante el informe de su general.

luego me inquiete.

-si no es mucha molestia liz...- comense a decir y luego me sonroje -perdon si paresco una niña ansiosa, pero me gustaria poder defenderme sola mañana si es necesario, o poder defender a otros, poder se independiente y ayudar. que no se preocupen por mi mas que lo que se preocupan entre los veteranos. me gustaria ser util mañana... en otras palabras, me gustaria seguir con mi entrenamiento- digo y luego avergonzada recordando lo que le paso a Rina agrego -si es que eso no te pone en riesgo-

Roxana volvió a dirigirse a mí, visiblemente apurada. Sonreí ante sus palabras, realmente si que parecía algo ansiosa, pero eso también era motivo de alegría para mí. Era agradable ver como había aceptado su naturaleza tan fácilmente, y cómo quería superarse y valerse por sí misma. Además se veía que confiaba en mí.

-Entiendo… - respondí escuetamente, comprendiendo completamente sus sentimientos. – Pero en realidad tampoco me necesitas para ello. Lo que sea, está dentro de ti. – sonreí a la chica. – De todas formas no tengo problema en ayudarte, p-pero necesito descansar un poco, c-creo que he forzado demasiado. - me disculpé con timidez.

Katarzyna oyó hablar a las chicas en la lejanía del sueño.  Parecía que hablaban otra vez de poderes y cosas místicas: un motivo más para seguir durmiendo.  Se le ocurrieron varios motivos para no involucrarse en el tema, pero el mayor de ellos era lo cansada que estaba.  Acostumbrada a madrugar (era de las primeras que había despertado esta mañana), no era mala idea empezar a echar un sueñecito.

Estaba bastante distraído, en parte intentaba no pensar en nada, o en cualquier cosa random, descansar, evitar pensar en el hambre. Me sobresalté un poco con Liz, pero al ver que estaba bien, me incorporé un poco intentando despejarme.

-Bueno, me alegro de que hayan conseguido algo para comer. ¿Qué es? ¿Lobo?

Luego llegó la noticia del otro grpo, por sus palabras, parecía que habían llegado snos y salvos al castillo.

-Perfecto. ¿Has podido ver el castillo? ¿Estaba bien de condiciones o estaba destruido o algo?

Kurt se acercó a Roxana y a mí, parecía bastante recuperado a pesar de la herida.

-Un ciervo, habrá de sobra para todos. – entonces miré a Erik. – Q-quizás… Podríamos ir viendo cómo se puede cocinar, ¿N-no? – le sugerí algo cortada, ya que por lo que había oído él era el experto en cocina.

Kurt me preguntó entonces por el castillo, lamentablemente no tenía mucho que decir sobre ello.

-Ví el patio interior solamente. Iban con cuidado, pero todos parecían bien. Aunque… - eché una mirada al resto, dándome cuenta de que igual no era muy prudente dar toda la información y asustarles. – Todo estaba cubierto de nieve y no había helicóptero, claro. – concluí volviendo a mirar a Kurt.

Me fijé nuevamente en la entrada, percatándome de que ya era de noche. No sabía cuán lejos estaban, pero ya había pasado un rato, y Ben y los demás no aparecían. El lugar ya era peligroso de por si, pero de noche esto podía multiplicarse. ¿Estarían bien?

Algunos hablaban, otros descansaban al pie del fuego y otros dormían. Erik era aquellos de los desvelados, acostumbrado al ritmo de vida nocturno donde el trabajo empezaba unas horas antes que los comensales llegaran al negoció y terminaba cuando el último de los clientes dejaba el recinto.

Camino unos pasos acercandosé al fuego y tomo asiento en el suelo junto al cuerpo de Kat que parecía intentar dormir. Desde allí usaba uno de las leñas para ir acomodando el fuego y evitar que muera.

- Pues asada, es la única que podemos - contesto con una sonrisa a Eli luego de la pregunta. Le preocupaba poder ver el interior del animal, a la espera que no hallan tocado nada; quitar los órganos era algo delicado.

- Podríamos buscar una laja para romperla y usar su filo. Algo así como las antiguas armas prehistóricas; podría ayudar para cortar la carne - comento a los presentes mientras comenzaba a buscar donde antes había conseguido sus piedras; quizás con las de mayor dureza podría conseguir sacar un poco de filo a otra.

A Mike se le podía considerar un tipo sigiloso y poco hablador, pero lo cierto es que parecía haber pasado sobradamente desapercibido.

Había estado observando todo aquello que ocurría a su alrededor en aparente silencio, fijándose en los detalles más extraños, escuchando con interés las conversaciones- sin participar en ellas- y ayudando más bien poco hasta el momento; puesto que había considerado que sus habilidades de poco hubiesen servido hasta el momento.

Lo mejor que podía hacer era descasar. "Mañana será otro día". Para su sorpresa no le costó demasiado conciliar el sueño 

Erik me respondió con una sonrisa, lo cual era de agradecer en tal situación, pues me ayudaba a aliviar la tensión; además como hasta ahora se mostró con gran disposición a ayudar. En seguida comenzó a buscar algo con lo que supuse pretendía cortar, pero la verdad es que no tenía ni idea de lo que hablaba.

Si hubiera acabado sola aquí no habría sobrevivido.

Mientras descansaba mi cara se volvía una y otra vez hacia la oscuridad que se percibía a través de la entrada. Con la noche ya ahí, sabiendo que había lobos, y quién sabe qué cosa que había visto el otro grupo, cada vez me encontraba más intranquila.

Estaba algo cansada, pero aun así decidí que debía hacer algo. Sin embargo, reparé en que mi habilidad de visión remota se basaba en gran parte en la visión, y con esta oscuridad no estaba segura de si podría ver o no correctamente lo que sucedería. Recordé entonces la sugerencia de Ben, transmitirle lo que sentía, pero ¿Qué conseguiría mostrándole mi preocupación? Si es que conseguía hacerlo, sólo lograría alarmarle, y es que si no habían vuelto ya, estaba segura de que era porque aún no habían podido. Entonces pensé en algo.

Pero… ¿Y si soy yo la que trata de percibir lo que él siente? Eso me daría algo más de información sobre la situación… A fin de cuentas, si algo me dejó claro esta cueva, es que mi poder está en los sentimientos.

Además, había sido capaz de percibir otro tipo de cosas, como en la última visión, cuando sentí aquella sensación inquietante que transmitía el castillo. Lo intentaría, no tenía nada que perder, salvo quizás aumentar algo más mi cansancio.

Volví a cerrar los ojos, y con las manos sobre mi regazo me concentré en visualizar la figura de Ben. No me costó demasiado, ya que lo tenía grabado a fuego en mi mente, y pronto lo tuve ante mí. Me concentré en él, tratando de utilizar mi visión remota, pero ya no sólo eso, sino intentando también percibir qué era lo que mi novio sentía en estos momentos.