Partida Rol por web

Que Asdis se lanzara hacia mi de ese modo me pilló por sorpresa. Aunque no por inesperado fue menos... agradable. 

Sencillamente me dejé llevar... ¿pero? ¿Pero qué? - pensé, cuando noté como la pelirroja introducía algo en mi boca empujándolo con la lengua. Un cosquilleo me recorrió toda la espina dorsal, provocando cantidad de sentimientos. Fue como, como una explosión. Algo así como encontrarte a Papa Noel en Disneylandia puesto hasta el culo de prozac... oyendo a los Maiden... algo difícil de explicar.

Cerré los ojos y deseé que durara un buen rato. Por desgracia, Asdis no pensaba lo mismo, y se retiró de momento. Comenzando a hablar con Dakota... se iba... mi musa colorada se iba.

Un segundo, Asdis - dije, levantándome definitivamente de la cama, vestido solamente con un calzón corto. Me aproximé a la chica que estaba junto a la puerta y me miraba con gesto interrogante.

La agarré con la cintura y le planté otro beso, largo y prolongado, suave pero firme. Luego subí las manos y la agarré de la cabeza, peinándola un poco y acariciandole levemente el cuello, lo cual le provocó un escalofrío...

Sabe bien... la gragea que me has pasado, ¿sabes? Solo quería comprobar si había más ahí dentro - y le puse el dedo índice sobre los labios, y volví a besarla en la frente.

Ahora os busco... tengo que vestirme - finalicé, guiñándole un ojo. Me volví hacia la cama, momento en que el último pedacito de gragea se deshizo en mi boca... - ¡¿pero... qué... qué he hecho?! - pensé, azorado. Afortunadamente estaba de espaldas, pues el sentimiento de culpa afloró con brutalidad... ¿por qué? ¿Acaso era efecto del caramelo? ¿Porqué tenía claros sentimientos que hace solo un maldito segundo no existían? 

La imagen es muy clara la que viene a tu cabeza, Una chica de ojos fríos y orejas sonrojas, curando la herida de tu mano, sientes el frío de su piel que eriza los vellos de tu nuca, y su sonrisa, es delicada, sincera. Luego te enfocas en sus labios carnosos y muy rojos. Te dice algo, no logras captar lo que te dice, pero vez si cabello color Plata, cuando pasa cerca de ti para sacar algo. Luego, una nueva sonrisa. Pensar en eso te hace sentir mucha culpa. 

Quedó con la boca abierta y el resto de la gragea en la mano. Para algunas cosas, tenía reflejos de diablo, amén de drogarse en eventos de influencers y tener que estar alerta para esconder la jeringa o limpiarse la nariz. Para otras, especialmente las emocionales, tardaba en reaccionar. Se quedó con la boca abierta, captando o intentando captar que era lo que acababa de pasar.

Si no hubiera sido por lo que dijo Marcus, se habría reído por las palabras de Logan o captado que Marcus no era Marcus en este momento. Pero el rechazo le dolió el doble. Se dijeron que iban a ser amigos y que sería su roca si lo necesitaba, pero de la nada le dijo que le desagradaba y que no era capaz de soportarla. Ah, pero eso sí, "le encantó lo de la otra noche". Nunca esperó nada romántico, al contrario, estaba tan rota aún por la pérdida de Mark que habría huido si la palaba "amor" o "noviazgo" estuviera involucrada. Pero creía que había ganado un amigo, no a otro tipo que solo la cosificó al final.

Sintió que As la tocaba. Se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar.

— ¿Ven por qué no quería convivir con nadie? ¡Todos me lastiman al final! No importa lo que haga, todos me acabarán traicionando, abandonando, detestándome, o muriendo! — su vida era el dilema del erizo. ¡Estaba harta! — ¡Estoy harta de estar sola!

Cuando lloraba, corría a estar sola. Odiaba que la vieran llorar. Cuando tenía que enfrentar un escándalo frente a la cámara, mostraba un rostro pétreo y nunca le regaló a nadie que no fuera Mark o Lorelai una sola lágrima. Pero hela aquí.

— Vamos, pero lo ayudo solo por ser un ser humano que necesita ayuda, y no porque seamos amigos, que creo que fue una amistad unilateral todo este tiempo. Soy tan estúpida, solo yo puedo pensar que alguien va a querer conocerme o apreciarme cuando solo soy un rostro y cuerpo bonitos, y ya ni tan bonito. — miró sus cicatrices. Su cuerpo siempre fue su mayor vanidad y cuando le faltaba amor propio se miraba al espejo para regocijarse con su imagen. En toda la noche no pensó o intentó no pensar en eso, por la urgencia de los heridos que estaban peor que ella. Pero ahora que estaba conectándose otra vez con todas sus emociones le dolía es que ya ni eso tenía. — No me arrepiento de lo que hice, pero si de como me veo. Y a nadie le va a importar lo que pueda haber perdido o dado por los demás, porque lo único que importa siempre es el siguiente error que hago. Ni esto haría que Euphemia dejara de odiarme o que alguien me quiera. Mi mamá tenía razón. ¡Mi papá también! Solo soy una ramera de instagram que no sirve para nada más que causar ascos o lástimas. ¿Creen que yo quería ser así? Pero no, no soy nada para nadie. Y no digas que lo soy, porque solo lo dirás para que deje de llorar. Ni siquiera a mi papá le importé, ¡cuando me perseguían los mafiosos me arrojó a la calle! Los demás al menos tuvieron una mamá que abrazar, la mía jamás lo hizo y hasta dejó que me secuestraran a los catorce solo porque no quería ir a la iglesia.

Tenía un vómito verbal como nunca antes. Era como si todo lo que tenía adentro tuviera que sacarlo. Nunca hablaba de sus padres, y hasta a ellos los estaba mencionando.

La rusa se despertaría, casi seguro, en la cama de uno de ellos, aunque si ninguno de los dos se siente cómodo con el hecho, dormiría con ellos en el suelo. En caso de ser en una cama, habría tomado la poción de sueño y dormido toda la noche. En caso de que no, no habría tocado la poción y habría tenido un sueño ligeramente más intranquilo, pero sin duda en algún momento habrían escuchado a Abi o Tammy mencionar lo raro que es que la rusa duerme en el suelo.

Como fuese, por la mañana habría esperado a que los dos, como mínimo, estuviesen despiertos antes de salir. En principio esperaría a que saliesen, a menos que alguno de los dos quisiese quedarse en cama.

Asdis quedó petrificada ante la osadía de Logan, no que pudiera hacer mucho ya que en cierta forma lo había provocado... pero no esperaba aquella reacción, estaba perdiendo su habilidad de leer a la gente?... no hizo nada para detenerlo... eso si podía ser efecto de la gragea se encontraba mas tranquila consigo misma y con ello había bajado cualquier barrera de dejar entrar alguien a su vida...maldita sea esto no salió como en los libros. 

Antes de poder darle mas vueltas al asunto las palabras de Dakota penetraron la mente de As como un balde de agua fría... estaba rota, no podía dejarla así, le dolía todo el cuerpo tener frente a ella alguien que mas que nunca necesitaba su ayuda... la ayuda de la Asdis mortal, se volvió hacia ella posando ambas manos sobre sus hombros.

Mírame a los ojos, por favor mírame a los ojos...mientras la apretaba un poco lo suficiente para hacer que se sintiera segura - Marcus no es el en estos momentos, tiene un enredo de sentimientos que debemos resolver, y si algo he visto en el es que nunca haría nada para lastimarte ok?, de ahora en adelante no puedes escuchar nada de lo que él o Euhpemia digan... y te prohíbo que creas los comentarios que dicen personas que claramente no te conocen, eres libre de hacer con tu cuerpo lo que quieras pero por si no lo sabías a nosotros si nos importas.. a mi me importas, eres parte de este equipo y haz dado la vida por personas que apenas conoces, para mi eso es heroísmo eres una pieza fundamental en esta familia disfuncional, todos estamos aprendiendo y nos vamos a caer juntos...

La familia puede herir, pero la familia puede cambiar me escuchas?... en ese aire de valentia que tenía con su interlocutora se movío a su mesita y tomo una pluma con la que solía escribir y volvió donde Dakota... la miró firmemente a los ojos mientras se pinchaba el dedo gordo de la mando derecha para luego tomar la mano derecha de Dakota y hacer lo mismo, luego los apreto con fuerza mientras unas gotitas de sangre corrian...si un lazo de sangre es lo que quieres, yo seré tu familia ahora y prometo que no dejaré que nadie mas te lastime, claro no tengo la misma fuerza física que tú por lo que tendrás que ayudarme con eso..dijo en tono de broma esperando que la chica pudiera sonreir un poco.

Mientras los chicos conversan, alguien toca a la puerta, solo dos golpecitos, cuando al fin deciden abrir, pueden encontrar a la profesora Cexera vestida con un mofuko, que es un kimono de luto, la mujer traía su rostro lavado y aunque era evidente que se sentía muy cansada, mantenía su porte y estampa. Traía un cáliz, que Alejandro reconocería como el que usaron en la ceremonia de iniciación.

— Buenos días Alejandro-san, Taiki-san— miró primero a Alejandro y luego a Taiki, reconociendo sus rasgos, pareció ligeramente contenta, aunque solo fueron unos segundos de esa emoción. El día anterior habían tenido que explicar de dónde había aparecido el joven de rasgos exóticos, pero que era obvio que no era de Karam— Es necesario que hagamos tu ritual de iniciación , imagino que no has tenido mucha información, así que Alejandro te contará todo — no tenía paciencia ni tiempo para dar la bienvenida si efectivamente venia del otro mundo, además, sin Leonor, la escuela era un caos, y más con aquella mujer dando vueltas por ahí. Se queda pensando en su amiga, teme que no pueda recuperarse o que no vuelva a ser la misma, lo que le hacia sentir ansiedad por tener que ocupar su lugar, algo que no quería hacer. Suspiró.

— aquí tienes — le entregó el cáliz y una bolsa con los demás ingredientes — deberas hacer tú el ritual, eres adivino así que podrás hacerlo, Alejandro, y es mejor que comiences a entrenar — la mujer los volvió a mirar, como si esperara algo de ellos, o quizás solo por cortesía de que se esperaba que tuvieran preguntas.

— lamento que no sea como la ceremonia de todos, pero si realmente vienes del otro mundo, es mejor que cuanto antes despiertes tus poderes — aclaró, sin darle la opción que les dió Leonor de quedarse como durmientes en ese mundo volverse magos, le tocaría a Alejandro explicar todo aquello — puedes realizar el ritual en cualquier lugar, Alejandro... a las 12 serán los funerales, para que estén listos — inclinó su cabeza para retirarse.

Volteó al inicio el rostro, no pudiendo soportar que la miraran a los ojos porque tenía el falso orgullo roto. Pero Asdis insistió y acabó cediendo por una mezcla de debilidad y vulnerabilidad. Y, era cierto, también porque aunque pidió que no le dijera nada en realidad necesitaba que alguien le dijera que si valía de algo.

¿Cómo no escuchar? Toda su vida se rigió por el pretender que no te importaban las impresiones de terceros, cuando llegó el punto de que leer los comentarios de sus fotos dejó de ser divertido y no podía desactivarlos porque las redes no le pertenecían. Nadie le enseñó que su valor radicaba fuera de lo que otros (que solo veían guiones y una pequeña parte filtrada de su realidad) pensaran de ella, y se hizo una figura pública cuando era una adolescente impresionable. Peor: la tomaron como el símbolo de todo lo que estaba mal con los influencers, y ella nunca entendió que la atacaban porque luchaban contra esa cultura, no contra ella. Le hizo mucha falta que alguien le enseñara que valía como ser humano y que ña ayudara a ver sus propias cualidades en lugar de solo auto-flagelarse constantemente por sus errores y defectos.

Pero, sin saberlo, Asdis le estaba dando esa lección en ese momento. Aunque seguía llorando, poco a poco dejó de temblar y comenzó a escucharla de verdad, en parte por la gragea y en mayor parte por la vulnerabilidad dejando que las palabras de Asdis entraran en su cabeza.

El contacto físico de As era como un ancla a la tierra. Pudo poco a poco entender. Sabía como se sentía cuando una sustancia o algo externo te hacía sobre-reaccionar y decir lo que no pensabas o sentías. A veces proyectamos heridas o rencores contra otras personas. Asintió levemente, aún incapaz de hablar pero al menos (un poco) de pensar. Se abrazó a si misma cuando Asdis se separó de ella, todavía dolida y aún sintiéndose sola.

Pero lo que hizo As fue ir más allá de solo un consuelo breve: se cortó su pulgar, y antes de que Dakota (quién se asustó) le preguntara que estaba haciendo, le tomó la mano e hizo lo mismo para luego unir sus pulgares. Pestañeó, confundida, hasta que entendió que estaba haciendo. Fue tan hermoso el gesto, que aceptó la sinceridad de este. Sonrió, aun llorando pero por motivos completamente diferentes. Con la mano libre abrazó a As.

Pese a las heridas y traiciones, Dakota tenía mucha facilidad para querer y perdonar.

— Vamos... Vamos a buscarlo. — asintió, para darse seguridad a sí misma y para decirle sin palabras a As que ya estaba mejor. Pero mientras la miraba con un nuevo cariño infinito, gesticuló una palabra. "Gracias".

Todos estaban en sus habitaciones, algunos apunto de salir, otros, conversando aun, cuando de pronto, y como si fuera un mal chiste, escucharon una enorme detonación y vibraron las ventanas que daban al jardín interior, lo peor fue que cuando  intentaron darse cuenta de lo que pasaba, los vidrios de los ventanales del ala donde estaban los despachos se quebraron, mas bien, explotaron en medio de llamaradas azules… en ese lugar estaban los demás magos y Euphemia con Leonor.

Mierda que fue eso??  Mirando con sus ojos penetrantes a Dakota...

Viene de la otro pasillo... e hizo un gesto con la cabeza indicándole a Dakota que debían ir a ver...

La nigromante estaba en la puerta donde estaban Alejandro con Taiki, les estaba hablando, pero cuando escuchan la explosión, la mujer se agacha como reacción reflejo, En la posición que estaba, pudo ver lo que estaba pasando y de donde venia y ya estaba corriendo por el pasillo.

— quédense aquí, puede ser un ataque — lo que seria desbastador, pero si lo era, era mejor que los elegidos escaparan, eso pensó en unos segundos, mientras corría tras darle esa orden a los magos que podrían obedecer o no. 

Saltó, asustada. Negó con la cabeza para decir que no sabía qué pasó. Enredó su brazo con el de As, asustada, buscando inconscientemente protección. Tragó saliva, mientras caminaba a su lado para ir afuera. Vio a una de los maestros, Cexera, y a Alejandro y Tai.

— ¡Más razón para salir! — si era otro ataque, el sonido vino de... Oh, no.

Buscó una ventana o punto desde el cuál poder mirar. Estaba segura de que allí estaban Leonor, Sergio, Euphemia y los demás.

— Voy a ir a ver qué está pasando. — podía hacer escudos y sanar. Tragó saliva, mientras se daba valor, antes de comenzar a avanzar al origen de la explosión.

Alejandro miró lo que le entregaba Cexera y lo dejó sobre la mesilla. Lo observó con atención y cuando fue a contestar a la japonesa, un enorme estallido del ala de los despachos hizo que el español se agacharse al suelo, pensando lo peor. En cuanto todo pasó y la profesora salió corriendo Alejandro fue detrás con su torpe paso, ignorando casi de forma Inconsciente las indicaciones de la profesora. Según recordaba allí estaban Euphemia y Sergio. No podía quedase sin saber que había pasado.

Para cuando la puerta se abrió con la llegada de la profesora que le había hablado ayer para verlo en algún momento del día de hoy Taiki ya estaba arreglándose las mangas de su camiseta. Al joven no le costó ver ese pequeño momento de emoción en la mujer por lo que correspondió con una sonrisa igual de efímera por educación, mostrando que se alegraba por ver a alguien de su hogar como ella. A la mención de que venía a verlos para que Alejandro hiciera alguna clase de ritual de iniciación dio un paso hacia la mujer expectante, parecía querer decir algo pero esperaba hasta que ella terminara de hablar, su mirada siguió el cáliz cuando fue hacia las manos de su compañero de cuarto.

- Desde luego, la situación no parece una en la que puedan tomarse las cosas con calma y hacer ceremonias bonitas, así que esto será lo mejor... -le respondió a Cexera

Antes de poder hablar nada más una fuerte explosión mueve todo el lugar, como acto reflejo se había agachado levemente y tapado su cabeza por si algo llegara hasta ellos pero al ver que fue solo esa explosión levanto la mirada de inmediato hacia la profesora. Ella no dudo en salir corriendo hacia el lugar donde fue la explosión con temor de que estuvieran siendo atacados nuevamente, Alejandro la seguía y por lo que pudo escuchar de voces en el pasillo no era el único. Agarro el cáliz rápido antes de salir corriendo él igual que el resto, en el pasillo vio de quienes eran las voces que escucho antes, con un leve gesto de la cabeza le indico a Asdis de avanzar- Vamos rápido... ¿alguien sabe donde esta el chico inglés? El que estuvo ayer llorando tanto... -debía referirse a Marc, fue quien mas estuvo derramando lágrimas mientras sostenía a Arem- O la chica rubia, cualquiera de los dos, deberíamos intentar estar con ellos si realmente es un ataque -preguntaba mientras seguía corriendo con el cáliz bien cerca del pecho por si hacía falta hacer algo arriesgado.

Mientras iban todos exasperados por el pasillo un guapo chico asiático a quien recordaba del día anterior le preguntaba por Kira y Marc.

Kira y Marc - se detuvo, el solo recuerdo desolador de Marc con Arem le penetraba el pecho dolorosamente... honestamente no creo que Marc esté bien...y en cuanto a Kira, la verdad con su personalidad puede que se haya levantado antes que todos para botar un poco esa maraña de sentimientos encontrados que tenemos... replicaba mientras alargaba el paso, el chico le inspiraba confianza, aún así era muy inusual en su personalidad soltar datos personales de sus pacientes.. aunque en este caso se tratara de sus compañeros....

Por cierto soy Asdis, lamento esta presentación en estas circunstancias...

Señalando la cama le pidió que se tumbase y cerrase los ojos. Colocando una silla en la cabecera tomó asiento. -respira profundamente, cierra los ojos y relájate.- 

Una vez que vió que las respiraciones de Marcus eran acompasadas y tranquilas procedió a conjurar la hipnosis.

La completa oscuridad rodeaba a Marcus. Girase dónde girase no podía alcanzar a ver 2 centímetros. Ni siquiera podía ver su propio cuerpo. La voz del mentalista se hizo audible en mitad de aquella oscuridad. -respira tranquilo, acompañado tus respiraciones a los latidos de tu corazón.- en el momento en que el chico pudo hacerlo comenzaron a aparecer estelas de colores fugaces, la mayoría de ellos grises o blancos, pero alguno de ellos de tonalidades más vivas: amarillos, verdes, azules,...

Ahora el lugar no estaba tan oscuro, y los destellos le permitían ver a su alrededor. Sin embargo sólo había inmensidad. Mirase dónde mirase no encontraba el fin. -avanza.- aquellas palabras le instaban a moverse. Conforme avanzaba imágenes se iban cruzando en el andar de Marcus. Su primer día de escuela, su primer beso, el rostro alegre de su madre... Avanzaba y avanzaba y aquellas imágenes iban siendo más oscuras y tétrica. Un rostro desfigurado, su mayor temor, el día de su muerte. -son sólo recuerdos. Sigue respirando tranquilo y enfócate en buscar aquellos sentimientos que no te pertenecen.- las imágenes se sucedían una a otra y conforme a si el chico era capaz de mantener la respiración relajda o no, eran más alegres o tétricas. 

Una vez que encontró el primero de ellos, era cuestión de atraparlo y guardarlo. Un cofre apareció frente a él y notó algo en el bolsillo. Llevó la mano al mismo y algo frío y metálico pudo notar. Lo agarró, era una llave. -depende de tí . Atrapa esos sentimientos o recuerdos que quieres eliminar. Aquel sentimiento que encierras quedará ahí y sólo encontrando el cofre de nuevo podremos liberarlo. Piénsatelo bien y actúa cuando estéis preparado.- fueron las últimas palabras del mentalista antes de despertar.

Tras pasar un rato buscando diferenciar entre mis emociones y las de Euphemia, me resulta imposible lograr diferenciarlas así que le hago una señal al español para que se detenga, pues de momento todo era tan confuso que empezaba a sentirme mareado.

Lo siento Alejandro no soy capaz de diferenciar entre mis sentimientos y los de Euphemia, espero que con el tiempo me resulte más fácil, así que, creo que lo mejor es que me ocupe en otra cosa.

Gracias de todos modos, creo que tengo trabajo que hacer y lo mejor es que lo haga solo hasta que mi mente se aclare. - digo con serenidad mientras me pongo en pie.