Partida Rol por web

Sigo a mis compañeros para ayudarles a investigar la entrada y las posibilidades de acceso por allí y los peligros que ello conlleve.

Durante largo rato estuvo examinando aquel derrumbe con total intriga y reverencia. Empezó comprobando la estabilidad de la sección, dado que no quería acabar sepultado, midió el angulo de inclinación del corrimiento de tierra, luego estuvo moviéndose de acá para allá golpeando ocasionalmente algunas rocas con martillos de diferentes tamaños pidiendo silencio abosulto para poder escuchar el eco. Entonces dejó de lado aquellos enseres para pedirle a Thorin que le acercara unas recias varillas de metal que ocupaban todo el largo del cofre, poco a poco buscaba sitios estratégicos donde clavar la varilla a rítmicos golpes de una pesada almádena, un tedioso y duro trabajo que requirió de cierto esfuerzo para llegar a clavar el metro y medio de varilla entre los escombros. Con sorpresa todos pudieron ver como al poco de clavarla, la removía vigorosamente cuanto podía para ensanchar el agujero lo máximo posible retirándola, no sin esfuerzo, para empezando en otro lado.

Repitió la operación en ocho sitios diferente antes de darse por satisfecho, ya algo más seguro de la estabilidad del derrumbe se subió sobre la lengua de tierra y escombros, empezando a remover y a picar hasta haber avanzado casi un metro aproximadamente. En ese momento su pico tropezó con algo que le llamó la atención, profiriendo un pequeño grito de jubilo.-¡Aja!Lo tenemos.-se agacho para recoger primero un trozo, luego otro, otro y otro enseñándoselos a sus hermanos como si aquello fuera un irrefutable testigo de una gran evidencia. Al ver sus caras entendió que solo él lo había reconocido.-¡Mirad!¿Acaso no lo veis?Son restos de teja y parte del dintél de un arbotante, son los arcos que se suelen usar en los acueductos¡estamos en el buen camino muchachos!¡ya puedo oler el olor!¡jajajajaja!.-exclamaba eufórico el enano, muy orgulloso de sus habilidades. Tras los abrazos y el júbilo inicial volvió a ponerse serio para notificar de las malas nuevas.-Lo único malo es que tendremos que trabajar muy duro para poder cruzar al otro lado, según mis cálculos tenemos unos cien metros de piedra, escombros y tierra por delante lo cual nos llevaría unos dos meses a buen ritmo de trabajo. La estructura parece estable pero claro, un siglo sin mantenimiento pasa factura de todos modos el derrumbe me parece totalmente natural y a la larga creo que podremos rehabilitar el lugar para poder acceder al Camino Bajo.Antes de irnos lo mediré todo a conciencia para ir planeando la construcción de una buena puerta de roca viva que oculte nuestras entradas y salidas, tal vez pueda usar la corriente de agua para accionar los mecanismos y que así esta sea lo más pesado posible pero bueno tiempo al tiempo. Si os parece bien mientras yo voy midiendo todo esto adelantaos un poco más hacia el norte a ver si encontráis algún rastro de aquella vieja, recordad si llegáis a la encrucijada no vayáis hacia el oeste, allí es donde está Herubar Gûlar el viejo castillo maldito.-dicho lo cual salió para comprobar como estaba el pony para meterlo en la cueva con él. Encendió una pequeña hoguera para tener algo más de luz y meticulosamente empezó con sus rigurosas mediciones. Kramghrat estaba entusiasmado con la idea de poder empezar a diseñar sus propios proyectos, era su manera de formar parte del legado de sus antepasados dejando para de sus legado en aquellas obras para las generaciones futuras.

     -- Mientras mis compañeros siguen con sus comprobaciones, vigilo por si hay alguien que nos este siguiendo o nos vigile en la distancia, una vez que compruebo que no nos hemos quedado muy expuestos, me acerco a preguntar a Kramghrat:

   -- Compañero cuanto tiempo te llevara la medicion, pues creo que deberiamos acampar y descansar antes de encarar este proyecto. Ademas intentare ocultar nuestras huellas lo mejor que pueda ya que si se confirman tus sospechas no quiero que nadie nos encuentre desprevenidos.

   -- Asi que busco unas ramas parar poder barrer el camino intentando ocultar en la medida de lo posible nuestras huellas, aunque supongo que todos llevemos botas pesadas calzado tipico de los enanos.

-Todavía tengo para un buen rato, mi intención era bajar por la otra orilla contraria siguiendo con las mediciones para pasar la noche en las ruinas mejor que no en la espesura, por eso os decía de que buscaseis algún tipo de rastro hasta la encrucijada. De haberlo deberíamos sopesar si seguir adelante para no perder tiempo ante posibles rivales, aunque ciertamente por unas horas prefiero dormir cómodo y forzar un poco la marcha al día siguiente para recuperar el terreno perdido.¿qué me decís a eso?-a pesar de que el tuviera trabajo no necesitaba a sus compañeros allí con él mirándole sin hacer nada, dentro de la cueva estaría a salvo. Era un corredor angosto donde los enemigos solo podrían avanzar de uno en uno y por el cual no cabría un trol.

Tienes razón, aquí mirando no somos de mucha ayuda. Me adelantaste en busca de rastro o indicios de que haya enemigos cerca. Empiezo a coger mis cosas y avanzar un poco para ir allanando el camino.
¿Venís alguno?

Aunque me sabía mal dejar a Kamghrat solo, era la mejor decisión. 

Me uní a Thorin  en busca de algún rastro de la vieja coja. 

Retomáis el camino, a pocos pasos de donde estáis, y comenzáis a andar en busca de la bifurcación de los caminos al norte. Poco a poco, veis como Herubar Gülar la vais dejando al Oeste, aunque os estáis aproximando en distancia, el camino se curva ligeramente hacia este. Los árboles que rodean el camino, en algunos casos más espeso que en otros, os impiden ver con claridad Dol Cuultirith (Torre de la Guardia de Cobre), una de las Torre Faro, pero tal y como indicaba el mapa que Kramghrat compró en la Última Posada, sabéis que está en la bifurcación misma del camino, desde donde se controla todo el paso. 

No se ven movimientos en ningún lado del bosque, ni mucho menos por el camino. Pero algo os llama la atención, en el bosque de la derecha del camino, no se escuchan ni se ven ningún tipo de pájaro. Está sumido en el más puro silencio. 

    -- Bien compañeros yo creo que deberiamos acercarnos hasta la bifurcacion y una vez alli decidir que hacer segun lo que veamos...

   -- Digo mientras miro en todas direcciones...

Me escama este silencio. No se oye no un solo animal. Algo no huele bien por aquí. Deberíamos investigar más en profundidad la zona.
Salgo un poco del camino a observar el bosque y ver si veo algun pájaro o sintomas de vida animal o de alguna criatura.

Seguimos camino arriba andando a buen ritmo cuando a nuestra derecha se hace presente una zona boscosa que llama la atención por el silencio que desprende como un manto amenazante. 

- Creo que debemos superar este bosque con premura y no adentrarnos en él. El silencio que desprende no es buena señal. Nada bueno puede esconder. Sigamos inspeccionando el camino hasta donde nos llegue la vista pero no salgamos de éste, pues nos retrasaremos y nuestro destino no pasa por perdernos en su espesura. Tenemos que llegar al cruce y asegurar la torre y sus alrededores si queremos pasar la noche ahì. Pues temo que una construcción como ésta sea morada de vagabundos o ladrones que disfruten de un refugio poco visitado y cercano al camino del Este donde podrían asaltar los viajeros.

     -- Opino como tu Rothrim, por ahora esquivemos los bosques que aunque buenas hierbas se encuentran en ellos, tambien son grandes los peligros que pueden albergar, asi que avancemos rapido a la torre pero sin descuidar nuestros flancos, sigo vuestros pasos alerta,  mientras preparo mi martillo y observo si hay alguna manera de detectar por que los animales no van por la zona...

Avanzáis por el camino hasta llegar a la bifurcación, donde el camino de la derecha va en dirección de Cameth Brin, y el otro, que circula en orientación nororeste, parece que va en busca del castillo Herubar Gülar. Justo en la bifurcación se encuentra una de las Torres Faro que controla el camino. Tiene un color cobrizo, es alta y rodeada de una muralla que cierra un terreno amplio a su alrededor. No parece deshabitada y a través de sus ventanas abiertas se puede ver la sombra de varios hombres. 

En cuanto llegamos a la torre avistamos la presencia de humanos en su interior. Me fascina la construcción pero la idea de pasar dentro la noche se desvanece.

- Por lo que se ve, pasar la noche aquí ya no es tan buena opción -   comento en voz baja - ¿Os parece que echemos un vistazo de más cerca y ver qué pinta tienen los que la habitan? Dudo mucho que nos inviten a pasar, por lo que vamos a inspeccionar con el máximo sigilo y discreción. Si nos descubren conozco un poco el idioma Dunael que hablan por estas tierras, por lo que a no ser que vosotros también lo habléis, dejadme hablar a mi.

No tenía ni idea de qué decir llegado el caso. Pero tampoco me preocupaba, ya improvisaría sobre la marcha.

Esperando su aprovación aguzo el oído para intentar escuchar lo que puedan decir los habitantes del interior de la torre faro.

Me parece bien, acerquemos con cuidado y veamos más sobre ellos. Intentemos ver el número y si van armados. Tengamos precaución. susurró a mis compañeros con el fin de de descubrir algo más.

Puesto que estábamos de acuerdo en tomar ese riesgo, nos acercamos tan sigilosamente como supimos con la intención de escuchar a esos hombres y saber su número intentando no ser vistos. 

Puede que el paso de nuestras duras botas no fuese el más sigiloso para acercarnos pasando desapercibidos. Y también puede que el hecho de acercarnos todos, en lugar de sólo uno de nosotros, tampoco fuese la mejor idea. Pero en eso no habíamos pensado, pues nuestra curiosidad y prisas nos puedieron frente al pausado razonamiento que debíamos haber realizado antes de acercarnos a un peligro potencial.

Miré a través de la ventana, también por los alrededores de la torre cobriza y agucé el oído para saber qué tipo de hombres habitaban nuestro deseado refugio.

     -- Compañeros espero que lo que descubramos de la torre nos valga la pena ya que es mucho el riesgo que vamos a correr, pues supongo que como yo vosotros no dominais el arte del sigilo. Digo mientras intento ocultar mis objetos metalicos ademas  de evitar que choquen entre si para que no hagan ningun ruido que nos pueda delatar.

   -- Ademas hecho un rapido vistazo por el camino para elegir la zona que no tenga ramas ni arbustos que puedan quebrarse y hacer algun ruido delatador, ademas de buscar la zona del suelo mas duro para evitar dejar huellas.

Cuando sus hermanos se hubieron marchado Kramghrat se sintió mucho más tranquilo, no quería enredar en exceso la expedición pero si quería un trabajo bien hecho necesitaba dedicarle tiempo y la idea de tener a tres enanos aburridos detrás de él mirándole trabajar o haciéndole preguntas absurdas, era algo que no le apetecía en absoluto. Tras encender una pequeña hoguera colocó algunos rescoldos por el perímetro de la cueva sobre la húmeda piedra bajo con un lecho de heno,la pequeña llamar lamía con delicadeza el combustible mientras el avezado enano los alimentaba poco a poco y con mesura para no llenar la pequeña entrada de humo; tampoco necesitaba mucha luz pues con esas tenues llamas ya tenía una perfecta percepción de cualquier detalle de su entorno.

Una vez las condiciones de luz fueron las adecuadas descargó a su animal y lo ató donde no le molestase, dejándole algo de juego a la soga para que pudiera beber y pacer tranquilo sin estar de por medio, al fin y al cabo él sería su "guardián" pues si tenía visitas inesperadas el animal sería el primero en ponerse nervioso relinchando dando así la alarma. El escaso humo le ayudó ha hacerse una mejor idea sobre la disposición del derrumbe, su estructura y las vías o grietas que dejaban pasar el agua a su través, poco a poco y de forma meticulosa el enano iba desvelando todos y cada uno de los pequeños secretos de aquel lugar con el mismo entusiasmo que un niño resuelve un puzzle, para Kramghrat aquello le sabía a gloria; una mayor incluso que la que experimentan los guerreros en el fragor de la batalla.

Empezó a medir el caudal de agua desalojado, dando forma en su mente a varios mecanismos para poder mover una pesada losa de piedra que encajara perfectamente en el túnel, el trabajo de tallado tendría que ser fino y el mantenimiento constante por el agua pero aquello no le asustaba, al revés, constituía un grato desafío para él. En principio descartó una puerta doble porque restaría dureza y ocuparía demasiado en aquel lugar tan angosto, desconociendo si necesitarían pasar vagonetas cargando mineral tampoco quería realizar trabajo de más, empezaría por algo pequeño y practico. Se decantó por un mecanismo simple por acción de carga gracias a la presión del agua acumulada, un gran deposito  se llenaría tras la puerta añadiendo peso y  dispersando así la fuerza de los impactos dirigidos contra ella, al abrir el mecanismo el agua se evacuaría por debajo de esta entre la grietas que formaban el derrumbe, una vez cerrada la puerta desde dentro el tanque tardaría un tiempo en llenarse. A los pocos metros de la entrada situaría un "falsete" de roca viva eliminando así la opción de poder usar un ariete gracias al angosto angulo del corredor.

Con todo eso en mente empezó a quitar tierra removida y escombros sueltos hasta llegar a la dura piedra para poder medir directamente sobre ella donde picar y el tamaño del agujero que haría, así como los metros a recorrer para crear el cerrojo que el pretendía, era todo un ingeniero enano y no iba a dejar nada al azar. Aquel derrumbe no era su enemigo, era una situación provechosa a la cual le podría sacar una ventaja si sabía utilizar los materiales a su alrededor, no necesitaba destapar el túnel entero trabajando en balde, tan solo necesitaba abrir una vía adecuada para el tamaño de su gente creando luego una solida puerta para cubrir su paso.

Os acercáis sigilosamente a la torre, por el camino. Poco a poco veis una veintena de hombres yendo y viniendo de un lado para otro dentro de la torre. A simple vista parece abandonada por su aspecto exterior, pero el movimiento de los hombres que allí se ven, indica que no es así. A pesar del ruido que hacéis a acercaros, nadie presta atención a vuestros movimientos, todos andan acarreando sacos llenos de un lado para otro, organizando, dando órdenes e incluso algunos ociosos observando el camino. Los pocos que os han visto os miran con mirada inquisitoria. No se mueven y disimulan, pero alguno incluso ha puesto su mano en la empuñadura de su espada. 

¿Que llevarán en esos sacos. Quizás algo valioso? susurró a mis compañeros. Veo como algunos creo que nos han visto y agarran las empuñaduras de sus armas.
-Manteneros en alerta, esto puedo ser peligroso
Agarro disimuladamente mi arma por si hubiera que utilizarla.

- Si nos han visto y no han venido con malas intenciones puede que tengamos una oportunidad de descubrir-lo, Thorin. Dejad que me dirjia a ellos, a ver si descubrimos qué se traen entre manos. 

Con paso firme y con una sonrisa en mi rostro me dirijo hasta los hombres y al primero que me presta atención saludo en su lengua.

- ¡Gratos días tengan! Mi nombre es Rothrim, hijo de Druin, y ando con mis compañeros por estos caminos en busca de trabajo pues me han comentado que en esta época las gentes de por aquí vais buscando manos que os aligeren la faena. ¿Podríamos ayudarlos a cambio de un sueldo y un techo que haga más seguras nuestras noches? Pues comentan que por estos bosques andan libremente trolls y otros malignos seres sin que nadie esté dispuesto a librarlos de semejante amenaza.

Cierto es que no es nuestra intención trabajar de mozos para los humanos pero creo que hacerles creer esto será la mejor forma de acercarnos sin que nos consideren una amenaza y con un poco de suerte descubrir que traman con su ajetreado trajín.