Partida Rol por web

- De hecho creo que hay algo que TODOS estamos olvidando... Bueno, casi todos.

El marine se giró hacia Melanie.

- Creo que la doctora aquí presente ha dado en el clavo. ¿Qué hacía un miembro de los Hijos de Korhal con la caja? ¿Tuvisteis mucho que ver con ella verdad? De hecho, después del jueguecito mental de ahí dentro, hasta me atrevería a decir que tienes algún tipo de poder... Como el que tienen los fantasmas terran. Yo me pregunto,... Sabemos de quién era la caja, de la Confederación, que era la que quería destruirla en un principio... Pero... ¿Quién la activó, me pregunto? ¿No querríais acaso comprobar su funcionamiento y se os fue de las manos? 

Se quedó mirando a Melanie buscando la confirmación de sus palabras.

- Creo que con caja o sin ella, tendríamos el mismo recibimiento por ambos lados... Estamos muertos, no importa lo que hagamos. Sólo propongo darle un sentido...- Y mirando a los murciélagos de fuego.- Y hacerlo a lo grande.

Melanie se removió incómoda.

- Es cierto que podriais hacer un trato con los Hijos de Korhal...

- No - dijo Amy, Melanie se encogió - ¡Responde! ¿Quién activó el aparato?

Melanie seguía mirando el suelo.

- A veces hay que hacer sacrificios por la Causa. Las... atrocidades de la Confederación no dejaron otra alternativa a la rebelión más que... ah... utilizar el aparato contra las agresiones de la Confederación. Utilizando su propia arma contra ellos...

- ¡Por los dioses! - Alley estaba conmocionado - ¡Es un asesinato en masa! ¡Un genocidio planetario!

Melanie levantó la mirada con un fulgor en sus ojos

- Los Hijos de Korhal tienen derecho...

Benjamin escupió al suelo.

- ¡Oh, cierre el pico, señora! A los Hijos de Korhal les importan un pimiento los civiles, igual que a la Confederación. Por lo que a mí se refiere, son las dos caras de la misma moneda... una moneda falsa.

Las palabras de Melanie hacen que la sangre me hierva.

Me acerco a ella y la agarro por la pechera elevándola.

- ¡¡Malditos locos!! - rujo a la cara de la mujer. Jugais con la vida de la gente como si fueran juguetes en vuestras manos.

Tras escupir las palabras lanzo a la mujer contra el suelo.

- No teneis ningún derecho a jugar así con la vida de la gente. - le digo. NINGUNO.

Por primera vez me doy vuelta en toda la discución para mirar a todos los presentes y ver como sigue Melanie en le piso. - Dices atrocidades de la confederación, estos hijos de que mierda me importa han actuado contra las atrocidades de la Confederación. Ustedes han lapidado las vidas de tanta gente que ni el número podremos llegar a saber y ahora vienen a salvarlos y convertirse en los héroes de estos pobres. La Confederación al ver que el arma caería en manos Zerg o quizás algo peor aun, en sus manos, hizo lo más correcto y quiso destruirla, pero no contaba con que nosotros podríamos tenerla a salvo todavía. Nadie es perfecto, pero estas basuras espaciales están lejos de estarlo y ahora encima varios de los aquí presentes quieren negociar con estas lacras para ver si nos sacan de este agujero o bien la otra opción, convertirnos en mártires para que ellos ganen más adeptos en sus filas por haberlos "salvado". No tenemos forma de comunicarnos con los nuestros, la única posibilidad murió en la fogata que todavía sigue ardiendo allí afuera, un hombre valiente que dió todo por su ser querido. Y yo por ahora no veo solución, dado que ninguna opción me sienta bien, pero dejemos hablar a la Teniente que resulta ser la única persona de la cual recibiré órdenes en estos momentos y hasta que yo muera o ella lo haga. - Dicho esto me doy vuelta y sigo mirando el horizonte, haciendo guardia, mis puños aprietan y la armadura hace lo propio.

Ardo miró a Litllefield y suspiró.

Marionetas hasta el final...

Miró a todos los presentes, uno por uno.

- Ahí lo tenéis. No importa lo que hagamos, no saldremos de aquí. -Les volvió a mirar y se dirigió uno a uno a ellos.- La Confederación inventó ese aparato, apostaría mucho por ello. No querrán que quede una sola prueba de ello. Los Hijos de Korhal no querrán que vivamos sabiendo que han sido ellos. Joder, hasta los civiles nos lapidarían si supiesen que llevamos con nosotros el arma que les ha condenado. Estamos acabados. No es una cuestión de dar fama o de no darla. Ambos mandos dan asco, pero los civiles no tienen la culpa de nada y siempre tienen que acabar pagando. Muchos lo sabemos de primera mano. Podemos evitar que por una vez eso no sea así. Podemos darles la oportunidad de que sigan con sus vidas y no tengan que morir en la lucha por el poder. No os obligo a que os quedéis conmigo y hagáis lo que se debe hacer, entiendo que es un sacrificio muy grande. Pero yo me quedo.

- Vaya discursito -Cutter sorbió, haciendo que temblaran las aletas de su enorme nariz - De modo que sí eres un héroe y todo eso ¿eh, Melnikov? ¡Ya he visto lo heroico que eres, chico! O tú, Littlefield. No tuvisteis problemas en abandonar a Smith-Punn en su momento eh. Ni de sacrificar a Wabowski en Oasis... ¡Ningún problema, según recuerdo! ¡Y ahora el gran hombre quiere sacrificar a todos los demás!

- Hay familias ahi, Cutter - Bernelli parecía cansado - Mujeres y niños...

- ¡Sí, la mía entre ellas! - los ojos negros de Cutter estaban muy abiertos y húmedos - ¡Pero yo no me alisté para esto!

- Cuando llegamos a esta isla me pareció que querías una buena pelea - Añadió Fu con tono cada vez más alto. El soldado no le tenía demasiado aprecio a Cutter - ¿Y ahora quieres salir por la puerta de atrás?

- ¡Cutter no ha salido por la puerta de atrás en su vida, hermanita! ¡Dadme una batalla! Dejad que vengan y me comeré sus corazones para desayunar. Pero este - señaló a Ardo con rabia - este limpiador de letrinas quiere que me siente y me deje matar por un puñado de civiles a los que no conozco, que nunca sabrán lo que he hecho y a los que probablemente no les importaría una mierda si se enterasen. ¡Es una locura!

- ¿Para eso estas aqui, Cutter? - señaló Amy con una voz llena de frustración - ¿Quieres llevarte el mérito? ¿Qué hagan un desfile en tu honor o se derramen unas lágrimas? ¿Eso es lo importante aquí, que se te recuerde como un héroe? Va a morir gente inocente, Cutter y nosotros somos los únicos que podemos ayudarles, lo sepan ellos o no.

La Teniente se había mantenido en silencio desde hacía mucho tiempo. Miraba a unos y a otros y de vez en cuando les daba la espalda, reflexiva. Y sólo pareció tensarse mucho, agarrándo el rifle, cuando M´Butu agarró a Melanie en el aire, mirándole con mirada asesina.

Cuando Littlefield intervino, pidiendo su opinión, Breanne miró a los presentes. Suspiró.

- Bueno, si tengo que morir, prefiero saber que por lo menos lo hago por algo más que mi pensión.

- Estoy aqui para buscar a mis hermanos. ¡Estan ahí fuera, en alguna parte, y tengo que encontrarlos! - Las palabras de Cutter sonaron vacías ante las palabras de Breanne. No habían pensado en los re-soc. ¿Estarían realmente sus hermanos en la isla? ¿Realmente Cutter tenía hermanos? ¿cómo podrían explicárselo al volátil marine? ¿Qué le habrían hecho? ¿Cómo reaccionaría? Aunque, no se dió mucho tiempo antes de que el murciélago de fuego explotara.

- Bueno, pues si yo tengo que morir - repuso Cutter - No quiero que sea por culpa de este montón de mierda... ¡y no pienso hacerlo solo!

Ardo no tuvo tiempo de ver lo que se le venía encima. En dos veloces pasos, el gigantón atravesó la distancia que les separaba y lo agarró por el cuello. A Ardo le era imposible hablar. La armadura del murciélago de fuego aumentaba la fuerza, ya de por sí enorme, que tenía el isleño. En cuestión de segundos empezó a ver las estrellas y el mundo desaparecer. Todo el mundo se puso a gritar al mismo tiempo. Se movían formas por la periferia de su visión, pero lo único que él podía ver era la cara enfurecida del isleño, con una luz homicida en la mirada.

El soldado tenía que tratar de reaccionar, así que trató de echar la rodilla hacia atrás para darle al murciélago en sus... Mierda la armadura. Estaba jodido.

Trató de llegar con la mano al bolsillo del cuchillo mientras trataba de soltarse.

Me muevo todo lo rápido que puedo para llegar hasta Cutter y apoyo una mano en su brazo mientras con la otra sujeto el brazo de Ardo.

- Hermano, déjalo. - le digo. No merece la pena malgastar energías en esto.

- Cojamos un vehículo y vayamos a buscar a nuestros hermanos.