Partida Rol por web

En ese momento una revelación llegó a mi mente. Supe que debía beber la sangre de Van Helsing y debía hacerlo en ese mismo momento, sin dejar que mediara ni un segundo más.

Y eso es lo que hice, agarrando fuertemente al profesor para que no volviera a escaparse de entre mis mano baje mi boca directamente a su yugular.
 

El golpe fue demoledor para el profesor, la visión se le nubló y las piernas no le sostenían. Cayó de rodillas al suelo luchando por respirar y no sucumbir al dolor. Un dolor que le hacía llevarse las manos al estómago y luchar contra la consciencia. Arrodillado se encontraba cuando controlando la respiración, poco a poco iba recobrando la noción de lo que sucedía. Pudo incluso ver como Drácula quedaba parado unos segundos, como dudando de sus siguientes pasos. Un tiempo valioso que el profesor debería aprovechar si no quería dejarse vencer sin apenas haber entablado combate. 

Estaba claro que no podía enfrentarse físicamente contra el conde, pues su superioridad física era abrumadora. Enonces recordó que había sido previsor y llevó su mano derecha hacia su izquierda. Decidió hacerse un poco más el noqueado hasta que Drácula por fin se decidió a atacarle con todas sus fuerzas. Cuando se lanzó hacia él con fuerza para agarrarle, Van Helsing sacó la estaca que mantenía guardada y aprovechó la fuerza y la rabia con la que venía su atacante para intentar atravesarle el corazón. Sólo tenía que calcular la posición y aprovechar la fuerza de su adversario, para mover con sutileza la estaca y dirigirla directamente hacia su corazón.

El conde agarró al profesor del cuello poniéndolo en pie, sosteníendolo en bolandas, el dolor de Van Helsing era tal que le impedía el movimiento, sin esperar un segundo las garras del conde desgarraron la camisa de Van Helsing descubriendo su yugular, sin dilación hundió sus colmillas en la piel de Van Helsing perforando la vena, el líquido carmesí brotó con rapidez por las ansiosas fauces del vampiro.

 Entonces sintió la repulsión del humano, la inundación de asco e impotencia que lo inundó... él era un cazador no podía haber mayor castigo para un humano como él que su sangre sirviera de alimento para aquellos seres a los que había jurado destruir... no podía consentirlo, no iba a fallecer sin presentar batalla... el profesor se resistía y aquella lucha hacía aquel bocado aún más exquisito.

Sin embargo, cuando aún no hbaía echo más que empezar el conde sintió un agarrón tan poderoso e inesperado que lo hizo soltar su presa y salir despedido unos metros atrás, cayendo en el suelo.

- ¿Alguien te ha dado permiso para alimentarte de mi chachorro?- le dijo Vincent frente a él bastante enfadado protegiendo al humano, que había vuelto a caer de rodillas al suelo respirando con dificultad con una hilo de sangre en el cuello- ¿Cachorro?- le dijo Vincent a Van Helsing queriendo comprobar como se encontraba- descansa un poco... ya me encargo yo.

- He tratado por todos los medios no tener que encargarme personalmente de tí... querido conde, pero me temo que no puedo dejar que sigas adelante- sonrió mostrando sus incisivos dejando que su poder se manifestase... un poder, mayor que el de Drácula- Vamos

Van Helsing había sido levantado del suelo de una manera tan brusca que no había tenido tiempo de reaccionar y en menos de un segundo el ocnde ya le había descubierto el cubierto y clavado sus colmillos, el profesor sintió el mordisco desgarrando su piel y como succionaba su sangre... aquella sensación fue lo más desagradable y humillante que había sentido en su vida... no podía dejarse morir de aquella forma, la estaca... el vampiro estaba concentrado en succionar su fluido vital... aquel golpe por su parte no lo esperaría... pero antes de que Van Helsing clavase la estaca en el pecho de su enemigo fue liberado por su antepasado, las piernas del profesor sin poder sostenerlo más se doblaron, por el rabillo del ojo observó como Vincent en actitud fraternal se anteponía entre el conde y él, protegiéndolo. Sintió la preocupación de Vincent por él e incluso la ira del vampiro con respecto al conde, estaba determinado a acabar con él... aquella situación al menos le daba al profesor unos minutos de respiro para reponerse, Dracula era escurridizo... quizás debería estar preparado para asistir a su antepasado en caso de necesidad. Fuere como estaba frente a una lucha de dos señores vampiros... una lucha que se había ido postergando en el tiempo... pero inevitable.

Caí al suelo empujado por Vincent, aunque antes de que hubiera acabado de hablar yo ya me había incorporado. Tremendamente enfadado porque me hubieran arrebatado la venganza que tanto ansiaba y que empezaba a acariciar. Con la caliente sangre de Van Helsing en mi estómago me sentía increíblemente poderoso, casi invencible.

Con las manos abiertas formando unas garras, gruñí a Vincent enseñando mis colmillos, mientras empezaba a caminar en círculos como harían dos luchadores en busca de un punto débil en la defensa de su oponente, pues no pensaba dejar que el estúpido vampiro me privara de mi tan deseada venganza.

Y en ese momento, cuando me preparaba para lanzar mi primer ataque es cuando el raciocinio llegó a mi mente. Vincent era un oponente digno de mi, y nuestra lucha sería, sin lugar a la menor duda, un enfrentamiento épico. Pero había otro invitado en aquella reunión y yo hacía mucho tiempo que había aprendido a sumar dos más dos.

Van Helsing estaba en el suelo, lanzando fuertes bocanadas, tratando que el aire llegara a sus pulmones. Era un simple mosquito que no podía causarme más que simples rasguños. Pero tenía claro que en cuanto se recuperara lo más mínimo volvería atacarme y que Vincent aprovecharía ese momento de descuido para acabar conmigo.

Los pasos circulares por la habitación, que a ojos de un observador ajeno habría parecido parte de la lucha, tenían ahora para mi un objetivo diferente.- Tampoco yo tenía intención de tener que acabar contigo, pero no puedo dejar que te interpongas entre mi y el gusano. - Paso a paso me iba acercando discretamente a la ventana. - Parece que nuestra colaboración termina ahora Vincent.

Ya estaba cerca, tan solo a uno o dos pasos de ella.- Por mucho que lo intentes, no podrás cambiar la naturaleza del humano. Es un cazador y nunca dejará de serlo. Acabo de recordar un viejo dicho humano.- Le sonreí al vampiro y al mismo tiempo lancé con todas mis fuerzas uno de los sofás que tenía a mi alcance contra el indefenso humano. Si Vincent decidía centrar su atención en mi y no evitaba el golpe, tal vez el sofá podría terminar mi venganza.

Mientras el sofá volaba por la habitación añadí.- Dice cría cuervos y te sacarán los ojos. Vincent.- Me giré con rapidez dispuesto a saltar a la noche londinense.- Suerte con tu cachorro.

El profesor quedó arrodillado de nuevo en el suelo. Ligeramente noqueado, incapaz de hacer algo. Luchando por respirar de nuevo y poder hacer frente a Drácula. Se lamentaba de haber tenido la oportunidad y no haber podido aprovecharla. Ambos contendientes giraban alrededor sin que ninguno se atreviese a comenzar su ataque. Finalmente y de forma lógica y previsible, un dos contra uno era demasiado para el conde y decidió escapar. Una oportunidad perdida, y toda la ventaja que tenían por la sorpresa desvanecida.

Un sofá comenzó a volar en dirección hacia el profesor, que aún agotado no pudo sino rodar y salir del lugar para intentar evitar el golpe.

Vincent, que conocía lo suficientemente bien al conde para saber que estaba tramando algo y que su honor como guerrero había muerto con él cuando dejó de caminar bajo el sol, había esperado aquella treta.

- Cobarde...- bufó mientras apartaba de un manotazo el sillón de la trayectoria de su protegido y se abalanzaba sobre él con una fiereza y velocidad que Dracula no recordaba habérsela visto con anterioridad.

El conde ya estaba con medio cuerpo fuera cuando sintió la presión de la mano de Vincent sobre su tobillo obligándolo a regresar a la habitación.

- No te lo voy a poner tan fácil- rugió abalanzándose sobre

El profesor pudo ir recomponiéndose poco a poco del puñetazo y el mordisco... seguía boqueando, pero el dolor empezaba a ser soportable, estaba seguro que había algo roto en su interior, pero la adrelina estaba cumpliendo su función y Van Helsing aún tenía que decir algo en aquella historia, cuando vio como Vincent conseguía frustrar el plan del conde supo que tenía una nueva oportunidad.

He de reconocer que la velocidad de la que hizo gala Vincent me pilló desprevenido, pues no recordaba que tuviera esas facultades. Ahora no tenía más remedio que presentar batalla, al menos durante los próximos segundos. Intenté esquivar su carga y golpearlo con toda la energía que disponía.

Drácula había estado mucho tiempo sin ver a Vincent, eso sin contar el detalle de que Van Helsing había conseguido destruir su cuerpo, haciendo que permaneciese en un letargo de varios años que hizo que al volver a la no vida el conde tuviese mermados sus poderes, unos poderes que habían empezado a despertar pero que al parecer no estaban lo suficientemente desarrollados para enfrentarse de igual a igual con Vincent.

 De manera que al tratar de rebanarle al cuello a su oponente el golpe no fue lo suficientemente rápido para dañarlo, sin embargo él si que recibió el impacto de las garras de Vincent desgarrándole el pecho. El dolor que sintió fue tan grande como su ira... no estaba dispuesto a volver al limbo. Con la boca ensangrentada por al mezcla de la sangre de Van Helsing y la suya propia gruñó a Vincent mostrándole todos sus dientes, en un gesto desafiante y fiero... tenía que actuar rápido, EL no podía perder.

Mientras los dos vampiros volvían a tantearse, desde el pasillo se comenzó a escuchar el sonido de varios pasos acelerados, aún lejanos pero que aprecían converger en aquella habitación.

Mientras el profesor luchaba veía como los dos vampiros se enfrentaban en una lucha titánico, él iba reuniendo las fuerzas que tenía, sabía que el conde trataría de escapar... era de naturaleza cobarde y traicionera, pero si huía tendrían que volver a buscarlo y después de todo lo que había averiguado sería una tarea harto complicada... no, no podía dejarlo estar, tenía que hacer algo. Se aferró a la estaca que tenía en la mano... y aguardó el momento preciso para intervenir, sólo dispondría de una oportunidad más... era plenamente consciente de las limitaciones de su cuerpo y del daño inflingido por el conde.

- ¿Sorprendido?- se mofó Vincent- ¿A que adivino lo que estás pensando ahora mismo? ¿Cómo es posible que sea más rápido y fuerte que tú?- la sonrisa del vampiro se amplió- es muy sencillo... siempre he sido mejor que tu porque soy más viejo. Lamento haber tenido que llegar a esto... pero no puedo consentir que sigas existiendo, has inflingido demasiadas normas. La baronesa ya ha recibido su castigo y tu debes recibir el tuyo... 

Van Helsing se encontraba destrozado por dentro, pero su mente le decía que tenía que luchar, que tenía que levantarse de allí. Apoyó su mano en una mesita para ayudarse a levantarse cuando la misma venció haciendo que el profesor volviese al suelo con el consiguiente golpe y alboroto.

Mientras Drácula y Vincent se estudiaban para decidir cual sería su siguiente paso, el profesor haciendo un tremendo esfuerzo consiguió ponerse en pie, parecía que había intentado hacer algo pero incapaz de coordinar sus movimientos terminó por delatarse a sí mismo tropezando y cayendo hacia adelante haciendo más ruido que un elefante en una chatarrería, lo único que impidió que cayera de bruces al suelo fue una silla, sobre la que trataba de sostenerse y mantenerse despierto, en aquel momento lo único que parecía alentarlo a no caer era su propia dignidad ya bastante maltrecha, la hemorragia interna le estaba haciendo mucho daño.

El golpe de Vincent en el pecho me dolió tanto física como emocionalmente y aunque me doliera admitirlo, el vampiro tenía razón, estaba sorprendido por como se estaba desarrollando el combate. Lo cierto es que no esperaba que las habilidades de Vincent fueran tan superiores a las mias.

Así que la baronesa ha dejado de ser un un problema.- Dije como si la lucha no se estuviera decantando sin remedio hacia el lado de Vincent.- Tengo que agradecértelo.

En un solo asalto había comprendido que si continuaba allí Vincent acabaría conmigo, pues hoy por hoy no era rival para él. Por suerte aún había algo en aquella habitación que podía salvar mi pellejo.

Y no era otra cosa que el gusano humano que deseaba matar con todas mi fuerzas.

Vincent había mostrado una especial afección por Van Helsing y debía usarlo en su contra. Todos los vampiros sabemos lo tremendamente frágiles que resultan los cuerpos humanos y supuse que si me hacía con el profesor y lo usaba como escudo humano, Vincent dejaría de atacarme, ya que no querría que ver como su "cachorro" perdía algún órgano vital en algún descuido.

Y eso es lo que hice; en lugar de lanzarme contra Vincent con la boca abierta y los colmillos fuera, ejecuté una finta y en lugar de contra él, me lancé contra Van Helsing esperándo capturarlo.

Al conde no le resultó difícil agarrar a Van Helsing, el humano a duras penas se sostenía en pie, mucho menos moverse para esquivarlo. Al tenerlo sujeto fue consciente de lo poco que pesaba... y pensar que había sido él quien lo había derrotado la vez anterior...

La oportunidad que no pudo llevar a cabo anteriormente se le brindo de nuevo. Pero esta vez era el asesino el que se abalanzaba sobre él. Van Helsing aún algo aturdido no pudo evitar el agarre, pero tampoco estaba en su intención. Sacó la estaca que llevaba escondida e intentó aprovechar la fuerza del envite de Dracula. Solo tenía que colocar la estaca en la posición correcta y esperar que la fuerza de su adversario fuese suficiente para que penetrase.

 Van Helsing por sí mismo, poca cosa podía hacer debido a la escasa fuerza que se le escapaba con cada bocanada de aire, pero la solución le vino dada por el propio vampiro al abalanzarse sobre él para capturarlo.

 La estaca de Van Helsing penetró en el pecho de Drácula con facilidad, el profesor se las había apañado para colocarla convenientemente en el momento  en que el vampiro se le echaba encima, de manera que el impulso del conde y la precisión de Van Helsing cumplieron el objetivo. El profesor empleó hasta su último aliento en penetrar aún más el oscuro corazón del conde con la estaca, mirándolo a los ojos... desafiante.

La sangre del conde, negra como la noche manó con abundancia, el vampiro estaba herido de muerte, la acción del humano había resultado eficaz pero a un precio muy caro pues el dolorido cuerpo de Van Helsing se sacudió haciendo que un nuevo acceso de vomito sanguiñolento manchara la boca del profesor, lo había dado todo… ya no podía hacer más. La vista se le nublo perdiendo la conciencia prácticamente antes de que las rodillas se le doblaran y cayera al suelo como un muñeco roto.

Con un feroz movimiento me abalancé sobre el humano, sabía que mi única opción para poder salir con buen pie de mi enfrentamiento con Vincent era hacerme con él y usarlo para negociar mi salida y eso es lo que hice.

Lo alcancé, lo tenía entre mis brazos, era mío y con él, mis opciones de supervivencia acababan de aumentar de forma exponencial.

Lamentablemente mi alegría solo duró un solo segundo, que fue lo que tarde en notar la áspera madera penetrar en mi pecho. La suerte volvía a sonreír por segunda vez a aquel gusano y al igual que ocurrió en mi castillo en los Cárpatos, volví a notar como mi no vida se escapaba de entre mis brazos.

Van Helsing había colocado sutilmente la estaca que llevaba escondida en mi camino y yo, ciego por mis ganas de huir me la había clavado en mi corazón. Caí junto al humano, me hubiera gustado acabar con él, romperle el cuello pero ya no había fuerza en mis manos. Miré a Vincent.- Disfruta tu efímera victoria.- Le dije fijando mi mirada en sus fríos ojos azules.- Pues, al igual que los míos, tus días acabarán a manos de este que llamas tu cachorro...