Partida Rol por web

La intuición era importante. Recordando los ojos de la estatua el chelaxiano gritó a Henutsen, esperando que su voz llegase hasta él

- ¡Tal vez los ojos del idolo tengan algo que ver. Prueba a romperlos o quitarlos!

Mientras reviso la habitación por si hubiera algun mecanismo que permitiera abrir la puerta desde el distribuidor

 -Maldita sea. ¡Haced algo con esos músculos! -después se apoyó en la puerta- ¡Henutsen! ¡Cuantos son! ¡Dinos!

RELICARIO.

Escuchas cómo Haakan y Wiliam intentan tirar la puerta abajo, sin éxito, y la voz amortiguada de Valaniel desde el otro lado: - ¡Henutsen! ¡Cuantos son! ¡Dinos!

Mientras, la muñeca llega al techo, se agarra a una viga y avanza hacia tí como una siniestra araña, girando la cabeza 180 grados para poder verte bien con sus ojillos muertos e inexpresivos.- No me gustas.

Henutsen disparo la ballesta casi sin mirar, teniendo la suerte de que su virote rozo uno de los brazos de la muñeca.

- ¡ esta flotando en el techo ! ¡ Solo puedo atacarla con la ballesta ! - grito esperando que sus compañeros le escuchasen ... y no tardasen demasiado.

Desde la seguridad que le da estar flotando en el techo, la muñeca de porcelana saca un minúsculo puñal de su vestido y te lo lanza, clavándotelo en el hombro.

DISTRIBUIDOR.

No parecía haber mecanismo alguno para abrir la puerta más allá del pomo, ahora atascado.

William escucha el estampido del barbaro contra la puerta, pero esta ni se inmuta.

Mierda. Volvamos otra vez.

El explorador vuelve a coger icarrerilla y se lanza de nuevo contra puerta. Pero esta vez no ejerce tanta fuerza como tenía previsto. Seguramente debería poner más distancia para coger más impulso.

Te aseguro que cederas tú antes que yo.

Haakan levanta la pierna y va a efectuar una sonora patada contra la cerradura de la puerta. Como ésta no cedía, Haakan sacó su Gran Hacha y se dispuso a tirar la puerta abajo a hachazos.

 -¡Henutsen! ¡Dinos algo!

La daga en el hombro del druida parecio expolearle, y logro afinar su punteria impactando con una saeta en el vientre de madera (¿o era porcelana?) de la muñeca voladora. La saeta se quedo bien clavada en el engendro.

Ante tu agresividad y tus negativas a ser su amiga y tocar para ella la muñeca, frustrada, se escurre entre las vigas del techo desapareciendo entre las sombras.

Finalmente, ante la incompetencia mostrada para abrir la puerta, el pestillo se corre solo. Tras la puerta esta Henutsen, que ordena salir al leon.

- Esta arriba, entre las vigas del techo - dice sofocado - rematarla...

 -¡¿Rematarla?! ¡A quién!

Maedros mira al techo nada más entrar en la sala y, si ve a quien se refiere el druida, lanza sobre ella el truco "ray of frost"

William entra en el relicario junto a los demás espada en mano. Como el druida ha dicho que está en el techo mira hacia arriba. Lo que no sabe es qué e sloq ue tiene que buscar.

Se lo preguntaría, pero Valaniel ya lo ha hecho, por lo que espera la respuesta de Henutsen mientras sigue buscando.

Ya con el hacha en la mano, el bárbaro se dispone a luchar. La puerta no cedía y había tenido que tirarla abajo. Miró en todas direcciones tratando de entender a quién se refería Henutsen.

RELICARIO.

Entráis de vuelta a sala en tropel, todos mirando hacia arriba según la indicación del druida. Sin embargo, en el techo sólo veis un entramado de vigas de madera, sombras, polvo y telarañas. No hay ni rastro de nada ni de nadie.

- Querrrido compañerrro, ahi no hay nada. - dijo el bárbaro destensando un poco los músculos de los brazos. - No deberrríamos separrarrrnos si querrremos perrrmanecerr segurrros en éste lugarrrr. A parrrtirrr de ahorra las cosas no se harrran como habeis estado haciendo. Si alguien quierrre irrr a algun lugarrr que lo consulte antes con los demás. No pienso dejarr que nadie arrrrriesgue su vida de manerrra injustificada.