Partida Rol por web

Sonrío con ternura al escuchar a Mei, haciendo toda la fuerza que puedo para mantener los mandos en rumbo. La imagino, toda colorada, como siempre, todo pudor ante la idea siquiera de pronunciar la palabra. Luego rompo en una carcajada al escuchar al chulazo, será cabrón.

- Mei, tienes nueve minutos para la entrada en la atmósfera, cuando lleguemos te invitaré a un trago y le enseñaremos al capullo de Ash lo que es la diversión. Sea lo que sea, quiero tu coño moreno dentro de la nave en nueve minutos, de lo demás nos encargamos nosotras. Si hay que follarse duro a ese planeta, se folla duro, se me da de puta madre, que quede claro, para la tranquilidad de toooodos nuestros pasajeros.

Sí… soy así… no te lo preguntes demasiado, me sale natural todo, así sin pensar, ahí lo voy soltando.

Confirmo para que la compuerta exterior se abra.

Mientras iban preparándose para salir la conversación que se iba dando por el comunicador hacia que se sintiese cada vez más avergonzada, escucha a Jade que le decía que se tranquilizase, ella asiente mientras dice:

• Gra… gracias

Pero una nueva comunicación de Mirage llego en ese momento, cuando le dijo lo del tiempo asiente y dice por el comunicador:

• Vale, 9 minutos…

Pero la piloto como se esperaba de ella siguió hablando y en el tono habitual de ella, lo que le dijo de invitarle a un trago, sabía que Mirage estaba desde hacía tiempo detrás de ella para invitarla a beber y se había escapado como podía ya que ella no era muy bebedora, de hecho no solía beber, aunque sabía que esta vez no iba a poder escaparse, lo siguiente que dijo hizo que volviera a sonrojarse, y el comentario sobre follarse el planeta solo hizo que su mente se fuera, si ella fuera un ordenador en ese momento podría decirse que se había quedado colgado de hecho ni le salían las palabras, cuando vio como todo se preparaba para el pequeño paseo espacial.

 Viendo que nadie me hacia caso, me dispuse a revisar los trajes, antes de que salieran, para asegurarme de que estuvieran correctamente:

 - ¿Funcionan bien vuestros sistemas de seguridad, oxigeno, comunicaciones, balizas,... ?. Si salís despedidos, más os vale mantener la calma y que podamos localizaros para recogeros...

 No era muy tranquilizador, pero me encargaba de la seguridad del equipo, no en darles una falsos ánimos cuando el peligro era real y inminente.

Te pones a revisar todos los trajes. Bien aislados, no parece haber ningún roto en la tela, están algo viejos pero parecen en buen estado. Luego pasas a las sujecciones de los trajes con la nave. Empiezas por Mei, que se mueve nerviosa comprobando las herramientas que lleva. Todo correcto. Luego pasas a Ash, que te lanza una media sonrisa, casi puedes oir lo que está pensando, aunque no tuvieras tus habilidades.... es bastante transparente. Incluso te lanza un besito. Por último Sebastian, que está casi en modo combate, muy dispuesto y alerta. Miras sus broches y , aunque no parece roto... no se... hay algo que no te da buena espina con el enganche de la cuerda al traje.

 Mientras inspeccionaba los trajes, algo me llamo la atención:

 - ¡Esperad!. Creo que les pasa algo a los enganches de la cuerda al traje. ¿Alguien podría revisarlos conmigo y ver lo que sucede?. No creo que fuera buena idea que fallaran ahí fuera...

 Nada bueno, aunque el viaje sería muy animado.

Con mi mano puesta sobre la palanca, a falta de que Mirage diera la orden o de que aceptara que ibamos a salir de la jodida nave, no hago mas que escuchar como esa maldita loca se dedica a hablar y hacer que la pobre ingeniera se ponga cada vez mas nerviosa. Sin duda esta acostumbrada a ciertas dosis pequeñas del comportamiento de Mirage, pero no al avasallamiento de hoy. Sonrio bajo mi casco, esta loca, como una jodida cabra para ser exactos, pero no puedo negar que me divierto mucho escuchandola... es simple y jodida improvisacion con grandes dosis de picante.

Miro hacia Jade al escucharla, asentiria pero seria igual que si no hiciera nada, por lo que levanto la mano con el pulgar hacia arriba, aceptando su palabra.

Con el pulgar aun levantado, muevo mi mano para enfocar a Mei, para acto seguido hacer el universal gesto de que esta mal de la cabeza, refiriendome por supuesto a nuestra condenada piloto. - ¿Tranquilidad? Debes estar de puta coña. Se exactamente como follas y si, lo haces de puto lujo, pero en el proceso parece que haya pasado la noche con una jodida puma de montaña y tenga que dar las gracias por seguir vivo. - Rio con ganas, a carcajdas, dejando claro que sin duda me gusta lo que haces. - Y que tal si ahora le das a ese puto boton, para que podamos salir los tres a hacer ese puto trabajo, antes de que sea el planeta el que nos folle duro a nosotros.

Mei, Ash y Sebastian se encuentran a punto de salir, cuando, antes de que se cierre la primera compuerta, Beowulf entra, en un movimiento que parece bastante extraño a ojos de los demás, para volver a comprobar los trajes.  Con un repuesto que llevaba preparado, cambia uno de los enganches de Sebastian y sale del compartimento.

La puerta se empieza a cerrar, y se empieza a oir el sonido del vaciado de la cabina. Los lectores de oxígeno que hay en una de las paredes indican que ya está preparado todo. Con una media sonrisa, después de asegurarse de que todos están bien sujetos, Ash acciona la palanca que abre la puerta exterior.

Las palabras de Ash se pierden en el estático de la comunicación, y veis como el piloto de PUERTA DEL HANGAR se enciende. La suerte está echada. Ya solo os queda aguantar lo mejor que se pueda hasta que vuelvan. Si la nave diera un bandazo brusco podría pasar una desgracia...

Cuando se abre la compuerta, vuestros cuerpos pierden el peso al que estáis acostumbrados. Esta sensación no es nueva para vosotros, más de una vez habéis dado un paseo espacial. La nave, por el momento, se encuentra más o menos estabilizada, pero un sudor frío os recorre la espalda al pensar lo que puede pasar si se empieza a mover como antes.

Sebastian se adelantó al mismo tiempo que Ash activaba la compuerta hacia afuera, dio un giro sobre si mismo impulsándose y utilizando su enganche como punto de apoyo para retornar a la nave en un movimiento parabólico. Con los pies apoyados en el casco de la nave estiró su mano para ayudar a Mei a salir de allí mientras hablaba por el intercomunicador de los trajes.

[intercomunicador]
-¿Alguna vez te han invitado a pasear con estas vistas Mei? déjame que sea el primero.

Esperaba infundir ánimos a Mei con aquello. La preciosa visión de un planeta a esta distancia era una imagen impactante que difícilmente se te iba de la retina. Adornada además por el efecto de la escasez de gravedad y el amortiguamiento del sonido constituía en si mismo en una experiencia apacible y relajante. Si conseguías aislarte de la idea de que podrías morir en cualquier momento. Su mano estirada y su comentario pretendían meterle aquella sensación de tranquilidad en su cabeza y evadirla de todo lo anterior.

Por el tono de su voz se podía adivinar detrás de la visera del casco su cara adornada por una sonrisa de galan de telenovela. Ni siquiera en un momento así podía Sebastian tomarse las cosas en serio. Mucho menos en un momento así.

[Intercomunicador]
-Estamos fuera. Hacemos un par de fotos para la posteridad y volvemos enseguida.

En el intercomunicador se escucha.
-¿Alguna vez te han invitado a pasear con estas vistas Mei? déjame que sea el primero.
y unos segundos después.
-Estamos fuera. Hacemos un par de fotos para la posteridad y volvemos enseguida.

La compuerta se abre, el vacio nos da la bienvenida haciendo flotar nuestros preciosos culos como si no pesaramos nada. Bendita gravedad cero, la de recuerdos que me trae... casi todos buenos y en mejor compañia. Cuando por fin la compuerta se abre del todo, un planeta se cruza en mi campo de vision, ni siquiera le dedico mucho tiempo. Si, se que las vistas desde aqui arriba son impresionantes, siendo sincero mas de una vez me he quedado atontado mirando alguna especialmente hermosa, pero no ahora, ahora solo es un puto trozo de roca redonda que esta atrayendo nuestra nave con ganas de darnos duro y sin ni siquiera decir "por favor". La mala educacion abunda.

Sebastian sale haciendo gala de una acrobacia a la que no encuentro sentido, pero oye, le ha quedado bien y a mi me da igual mientras no salga despedido fuera de la nave. Eso implica curro extra, aunque claro para esto he venido, para asegurarme que ninguno de estos dos se le ocurra dar un paseo espacial no programado. El capi decide sacar a relucir su verborrea, si hay algo que decir, es que al cabron se le da de lujo y eso que no es que se explaye mucho... solo espero que Mei se tranquilice con sus palabras, realmente necesitamos su mejor version, ahora mismo.

Con la mano del capitan extendida, espero a que Mei la coja para salir del habitaculo. Ire en retaguardia, cubriendo a estos dos de la mejor forma posible. Ayudare a salir a Mei si hace falta y sino simplemente esperare a que se apoye en Sebastian. Acto seguido saldre yo, cerrare la compuerta exterior, y me cogere a los enganches y a la cuerda. El siguiente movimiento es de Mei y el capitan, asi que simplemente estare a la espera, vigilando que todo salga bien mientras nuestra piloto y copiloto mantienen a este trasto mas o menos estable. Abrire el intercomunicador para hacer algo que se me da de lujo... toca los ovarios.

- Nada mal, nada mal... casi parece que sepais pilotar este trasto. - Sonreire tras la mascara a sabiendas de que por chinche que pueda parecer, solo es para quitarle hierro al asunto. Si ellas la joden, nosotros vamos a salir dando vueltas como una pareja de cerdos voladores, acompañados de una hadita, tambien voladora

El comunicador se enciende de nuevo tras las palabras de Sebastian. - Nada mal, nada mal... casi parece que sepais pilotar este trasto. - El tono de la voz sin duda es provocador, aunque en los matices es donde esta lo mejor, sin duda es pura diversion. Un juego cuya unica finalidad es quitarle hierro al asunto, algo bastante obvio para las dos mujeres que estan pilotando la nave.

No era la primera vez que Mei se daba un paseo espacial, y esperaba que no fuera la última, pero no pudo evitar quedarse durante unos instantes mirando el planeta, había que reconocerlo, los planetas y el universo eran algo hermoso, algo que a ella le fascinaba al igual que las maquinas y tal vez en parte por eso su gran pasión eran las naves espaciales, aquellas pequeñas obras del hombre capaz de ir por esos lugares, por eso su mayor sueño era ser capaz de diseñar y crear una nave espacial, pero una que le permitiese ver toda esa belleza que llenaba el gran vacío del espacio. Las palabras de Sebastián hacen que se centre un poco, estaba nerviosa por las palabras de Mirage y asiente mientras dice por el comunicador:

- Nunca realmente... gracias por ayudarme

No lo dijo, pero casi podría decir que nunca le habían invitado a pasear mas allá de algún interés no por ella misma, sino por otros que estaban detrás de ella. El capitán le ofrece la mano para ayudarle y ella no lo duda y se la agarra 

Por el comunicador de Mei con su tono de voz timido pero mucho mas tranquilo se escucha

- Nunca realmente... gracias por ayudarme

Espero a que mis compañeros salgan de la nave junto a los controles de las compuertas. Salvo que haya algún problema en el sistema estanco, se puede mantener durante un tiempo limitado la compuerta exterior abierta, dejando que sea la interior la que soporte toda la fuerza de la presión atmosférica de la nave.

- Si quieres que algo salga bien... - le digo a Beowulf en respuesta a su insistencia con el enganche de los trajes. No sé en qué se ha basado para saber que estaba mal el anclaje del capitán, pero era de esperar que tomase la iniciativa en vez de insistir en revisarlos una vez más.

Intranquila, miro una vez más por la escotilla antes de darme la vuelta. Al otro lado de la bodega puedo ver a Parisa en la enfermería y no puedo sino preguntarme si se sentirá igual de inútil que yo en estos momentos. Al menos ella puede preparar la enfermería mientras arreglan la nave, pero difícilmente voy yo a negociar con las piezas el tiempo que tienen que tardar en romperse.

Negando con la cabeza ante mi estúpida ocurrencia, me vuelvo hacia mi compañero. Beowulf no es la persona más habladora de la nave, así que no hemos tenido demasiadas oportunidades para conocernos. Tiene gracia que si no consiguen arreglar la Libélula es probable que muramos juntos.

- ¿Cómo sabías que el enganche estaba mal? - le pregunto. En más de una ocasión me ha sorprendido con comentarios similares, que van mucho más allá de la intuición de la que yo misma hago gala a menudo. - No sabía que fueras un experto en trajes espaciales.

 Tras revisar los trajes y hacer las reparaciones oportunas al traje del capitán. Observé desde el otro lado de la exclusa como los tres astronautas improvisados salían fuera de la nave para realizar las oportunas reparaciones. A continuación seguí a Jade en silencio, al otro lado de la nave, antes de que preguntase como sabía que había algo mal con el traje. La miré fijamente y me encogí de hombros antes de responder:

 - Bueno, no lo supe hasta después de revisar el traje. Es de sentido común que siempre se hay que revisar un trajr espacial cuando se va a salir al negro. Es una suerte para Sebastian que se me ocurriera hacerlo, aunque no fuera yo quien fuera a salir, y insistiera en ello...