Partida Rol por web

Ante las palabras de Mirage un extraño brillo recorre la mirada de Sebastian, pero justo después la expresión de jovialidad y diversión vuelve a tomar su rostro. Divertido mira a Beowulf y a Parisa y aun amplia sonrisa se apodera de su rostro.

-Adoro cuando hace eso...

Mira a Beowulf con cierta complicidad recordando ciertas discusiones dispares en las que las diferencias de enfoque en cada uno de ellos ha hecho irreconciliable sus posiciones pero mucho mas divertidas las horas muertas de la oscura profunda.

Luego presiona de nuevo el comunicador justo antes de salir por la puerta con mucha prisa.

Comunicador.

-Mas te vale que mi nave esté en buenas condiciones. Voy para allá.

 Miré unos segundos a Parisa y luego al capitán:

 - Ja, ja... - Me río sin humor ante la gracia de Sebastian con respeto al comentario de la piloto.

 A continuación se dispone a salir hacia la cabina...

Llegas a la cabina del piloto, por ahora solo está Mirage allí, que sujeta con todas sus fuerzas el volante, intentando dominar a la nave, pero parece que no responde como debiera. El planeta Angel cada vez está más cerca, pero extrañamente, cuando miras a los radares situados en el cuadro de mandos, no ves nada raro.

Vas corriendo por los pasillos de la nave, con la sirena aún taladrándote los oídos. Justo cuando la puerta de la cabina entra en tu visión, ves como Sebastian está justo entrando. Una vez allí, Mirage está a los mando, sujetando con fuerza el volante intentando corregir el rumbo de la nave. El planeta Angel cada vez está más cerca, pero extrañamente, cuando miras a los radares situados en el cuadro de mandos, no ves nada raro.

Llega corriendo Sebastian, seguido unos segundos después por Melina. Parecen tan confundidos como tú, pero no puedes prestarles demasiada atención, la nave, y lo que te diga Mei es lo que más te preocupa.

El bamboleo de la nave hace cada vez os sea más difícil sujetaros, pero por ahora lo conseguís. No veis nada más por las ventanas. Parece que lo que sea que os ha atacado, si es que eso es lo que ha pasado, no se va a dejar ver tan facilmente. A lo lejos, escucháis una explosión, parece que viene de la sala de máquinas...

Veis como Sebastian sale corriendo de la habitación, no escucháis otro golpe por encima de la ensordecedora alarma, pero con todo este bamboleo puede que alguien esté herido. Las cajas con distintos instrumentos médicos están ahora en el suelo, y algún que otro armario que no estaba bien cerrado ha tirado todo lo que guardaba. Pequeñas botellitas yacen en el suelo derramando su contenido, llenando la estancia de un olor penetrante a medicina.

Continúas en tu habitación, con gritos distantes y distorsionados que llegan desde el otro lado de la puerta. El bamboleo de la nave no parece  disminuir, y esa maldita sirena sigue sonando, no dejándote concentrarte en nada.

Río divertido al escuchar a Ash por el audio, puto cabrón, consigue ponerme cachonda hasta en el puto peor momento de la puta historia. ¿Cuánto hace que no me la meto en la boca? Nota mental, cuando salga de esta tengo que solucionar ese asunto, este cabrón me provoca demasiado y si me busca me va a encontrar.

- Me he mojado ¡Cabrón! Vas a tener que relamerlo bien – farfullo, sonriendo - ya, ya, ya lo sé, te mueres de ganar por follarme, chulazo, pero no hagas el capullo y agárrate bien a algo.

- Soy una hoja al viento… mirad cómo vuelo – susurro mi mantra una y otra, y otra vez, sonriendo, no podréis conmigo putas alarmas, no pienso ponerme nerviosa. Que os follen.

Con las manos agarradas al cerebro de Libélula, escucho a quien debe ser el capi y Mel, entrando por la puerta de la cabina, no me giro, pues me resulta ya difícil estar atenta a los mandos, y despegar las manos del joystick, para activar y desactivar algunos propulsores secundarios.

- Joder, habéis tardado la puta vida. Mel, sienta tu precioso coño moreno en tu asiento y ayúdame con la jodida dirección, hay que hacer mucha fuerza para intentar corregir el rumbo; los propulsores van como pollo sin cabeza, no sé lo que ha impactado o si es un problema del corazón – yo hablo así, hablo de Libélula como si fuera un órgano, y no un motor, ni una máquina, no me gusta aun que conozco perfectamente cada pieza de esta nave – Mei parece algo jodida, no me ha gustado cómo hablaba, le he preguntado si necesita ayuda, me ha dicho que está intentando solucionarlo. Espero su respuesta. Besaremos el suelo del planeta a toda velocidad si seguimos así. He pensado en apagar motores, o intentar un aiban.

Hablo a toda velocidad, sin mirarlos, atenta a los indicadores de la nave que no dejan de gritar por doquier. Aun así, hablo tranquila, mi voz no se eleva, estoy serena, porque yo siempre estoy serena al volante.

 Me apresuro a ayudar a Parisa a recoger todo lo que se a caído al suelo, en concreto las botellas, antes de que su contenido termine de perderse por completo, mientras lucho por mantener el equilibrio:

 - Me disculpo si mi actitud protectora te a molestado... Es que me preocupo por ti, eres la primera persona que recuerdo que me a importado... - Comento de repente, con tono compungido.

Las palabras de Beowulf me conmueven, también producen una sensación de extraña responsabilidad sobre él. Necesita un mayor apoyo social y de momento solo me tiene a mi. Le ayudo a recoger las botellas y le contesto con una sonrisa. - Gracias, no te preocupes. Esta bien que te preocupes por mi, solo ten en cuenta que se cuidarme. - Otro temblor me hace tambalearme, consigo mantener el equilibrio y sigo recogiendo el resto del material de la enfermería. - Con estas sacudidas no me sorprendería que alguno de la tripulación se haya podido dar algún golpe. Yo estoy bien, creo que sería mejor que te dieses un vuelta y mirases a ver si alguno necesita ayuda y si te encuentras a alguno herido tráelo para que le pueda echar un ojo.

Me agacho para recoger la última botella, al girarme veo un montón de papeles en el suelo, cuando me dispongo a recogerlos veo a Beowulf mirándome. Le pongo una mano en la mejilla y con una sonrisa le digo: - Ten cuidado, no vayas a ser tu el que necesite mis cuidados después. -

En cuanto salga por la puerta termino de recoger los papeles.

Los movimientos de la nave se hacen cada vez mas fuertes y aunque bien cogidos a la barabdilla de metal, la cosa solo puede ir a peor. Menuda mierda, con lo bien que habia empezado todo. Ese simple pensamiento me hace sonreir,a sabiendas de que justamente esa es la vida que he elegido. Nunca ira de lo malo a lo bueno en un segundo pero a la inversa, es parte del dia a dia. Con esa idea en mente, y con mis manos cerradas con fuerza sobre la barra de metal, escucho la explosion en la sala de maquinas.

Mierda... y mas mierda. Ash. Mueve el culo. Joder, piensa de vez en cuando. Mei necesita ayuda con este viejo trasto. - Voy a ver que pasa. - No hacen falta muchas palabras, esta decidido, aunque salga volando y rebote como una puta peonza borracha.

Deshago las ligaduras de mi brazo y sin mas me pongo en camino, fuera de la bodega de carga y en direccion a la sala de maquinas. El movimiento de la nave no ayuda para nada, me estabilizo con las piernas ligeramente abiertas y avanzando siempre cogido a algo, pero no va a ser facil puedo presentirlo.

 Cuando me toca la mejilla, sonrío, disfrutando del contacto afectivo, algo que nunca había sentido antes de abandonar La Academia, y respondí:

 - De acuerdo, pero si necesitas ayuda para cualquier cosa, me avisas enseguida..

 A continuación me dispongo a salir de la enfermería, para hacer una roda por la nave, para asegurarme de que todos estaban bien y no había heridos, aunque confiaba en que si hubiera heridos, lo habría presentido.

Te levantas aturdida, pero todavía eres capaz de concentrarte en ese caos. No lo puedes ver muy bien, pero parece que lo que sea que os ha golpeado ha fastidiado uno de los rotores de los propulsores... lo malo es que no lo vas a poder saber con seguridad a menos de que lo veas por fuera.

Llegas a la sala de máquinas, con mucha dificultad, pero tus experiencias pasadas hacen que tengas unos buenos reflejos. Un chichón más en la cabeza es lo que te ha dado tu viajecito. Al entrar ves a Mei, intentando mirar algo de un panel, mientras se frota la cabeza con una mano.
 

Mientras estás decidiendo qué hacer llega Ash corriendo a la sala.

Los movimientos de la nave me dificultan mucho el avance, en una de esas mientras estoy por el pasillo mi pie no se afianza como deberia, la aceleracion de la nave y un panel que se desprende dan como resultado un fuerte golpe en la cabeza. Desde el suelo, con mis manos aun sobre una pobre barandilla para no salir disparado,  muevo lentamente la cabeza para no marearme demasiado. Ash, muevete es un golpe, un chichon a lo sumo, apenas un rasguño en comparacion con otras. Levanta el puto culo holgazan. Mei necesita ayuda.

Me elvanto, de nuevo un movimiento fuera de lugar, mueve el panel en mi direccion pero esta v ez tengo aprendida la leccion, UN paso a un lado, los pies donde deben y el panel pasa sin provocar daño alguno a mi cuerpo. Flexiono los musculos, me preparo y sin mas problemas avanzo por la nave hasta llegar a la sala de maquinas. Mei esta alli, mirando algo detras de un panel mientras se frota la cabeza. Avanzo con cuidado hasta quedar cerca de ella. Mis pies equilibrados y colocados de forma que pueda mantener el equilibrio mientras la nave no deja de moverse sin logica ni control. Joder Mirage... a ver avisado antes de que todo esto se estaba yendo tan rapido a la mierda.

- Pequeña. ¿Algo con lo que necesites ayuda? - No se porque la he llamado asi, supongo que porque en comparacion conmigo parece pequeña y fragil. A saber, no es hora de fijarse en tonterias asi.